A pocas horas de haber triunfado con amplia diferen­cia en los comicios en primera vuelta, el virtual ganador de las elecciones presidencia­les en Bolivia, Luis Arce, bajó línea con respecto a Evo Morales. “Si quiere ayudar­nos, será muy bienvenido, pero será mi gobierno”, enfa­tizó el ex ministro de Econo­mía. De esta manera, Arce marcó distancias con su men­tor político, hoy refugiado en Argentina, sobre quien evitó decir cuándo podría volver al país. El referente del MAS sostuvo que su gestión bus­cará “tender puentes” y que apuesta por una “renovación” de su partido político.

En una entrevista con la cadena británica BBC, Arce dijo que los comicios del domingo demuestran “de manera muy clara” que el MAS es “mayoría” en Bolivia y que, por tanto, en las eleccio­nes del 2019 “no hubo ningún fraude”, sino que la derecha política fraguó “un golpe de Estado”.

Aseguró que pasará página al “modelo neoliberal” implantado en el último año, bajo la batuta de la presidenta interina, Jeanine Áñez, pro­metiendo regresar al modelo que está “más del lado social”, ya que considera que la pan­demia de coronavirus hizo más evidente “que la econo­mía no está yendo bien”. Arce, artífice de las políticas econó­micas en la última etapa de Morales en el poder, defen­dió también la capacidad del MAS para combatir la corrup­ción, alegando que, a diferen­cia del actual Ejecutivo, en el anterior quienes cometían alguna irregularidad sí ren­dían cuentas ante la Justicia.

El lento conteo oficial de votos en Bolivia va confirmando este martes la contundente victoria en primera vuelta del izquier­dista Luis Arce, delfín de Evo Morales, proyectada por dos encuestadoras tras los comi­cios del domingo.

Con dos ter­cios de las actas de las mesas de sufragio escrutadas hacia las 18:00 GMT, Arce consigue el 51,14% de los votos, escoltado por el centrista ex mandata­rio Carlos Mesa, con 31,27%, según recuento oficial. En ter­cer lugar queda el derechista Luis Fernando Camacho, con 15,49%. La Constitución boli­viana declara ganador en pri­mera vuelta al candidato que obtiene mayoría absoluta o el 40% de los votos con 10 pun­tos de ventaja sobre el segundo. De lo contrario debe haber una segunda vuelta.