El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este lunes una alianza global contra el hambre para acabar con esta “lacra que avergüenza a la humanidad”, al abrir en Rio de Janeiro la cumbre del G20.
Un total de 81 países participarán en esta alianza, prioridad de la presidencia brasileña del G20, dijo el mandatario izquierdista ante los líderes mundiales que durante dos días abordarán también el calentamiento climático y las guerras de Ucrania y Gaza.
Ha defendido este lunes su postura de no situar las guerras como tema central de la cumbre del G20 que se celebra estos días en Río de Janeiro porque en caso contrario no se pondría el foco en aquellas cuestiones que afectan a los más vulnerables.
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“Me he propuesto no traer la guerra al G20 porque si no, no discutiríamos otras cosas que son importantes para el pueblo que no está en guerra, el pueblo pobre, que son los invisibles del mundo que muchas veces no les presta atención”, ha dicho Lula en una entrevista para Globonews durante la apertura de la cumbre.
No obstante, el presidente brasileño ha remarcado su deseo de paz en todos los conflictos abiertos y ha recordado que desde 1945 no se tenían tantos frentes abiertos. “Vamos a dar el mensaje de que queremos paz en la Franja de Gaza, en Líbano, en Ucrania. Queremos acabar con todas las guerras”, ha dicho.
Lula ha explicado que ha planteado la cumbre en torno a asuntos como el hambre, los desplazados, la desigualdad racial, el machismo, la crisis climática, o la reforma de algunos foros internacionales, en un momento en el que se gastan miles de millones de dólares en armamento. “La guerra no construye”, ha zanjado.
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Río de Janeiro acoge hasta este martes una nueva cumbre del G20 en un momento de gran tensión, con numerosas crisis abiertas, entre ellas las de Ucrania y Oriente Próximo, y con la incertidumbre de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a partir de enero de 2025.
Está por ver cuál será el contenido de la declaración conjunta que se lanzará este martes, con asuntos que generan fricción, como la guerra en Ucrania, la fiscalización de las grandes fortunas, o la respuesta a la crisis medioambiental, como ha quedado ya patente estos días en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Azerbaiyán.
Con texto de AFP y Europa Press