El módulo japonés SLIM fue puesto en reposo después de haber sobrevivido contra pronóstico a la helada y larga noche lunar, dijo la agencia espacial del país, que intentará ponerla otra vez en funcionamiento más adelante este mes. El módulo SLIM (Smart Lander for Investigating Moon) se posó sobre la Luna en enero de forma inclinada que dejó sus paneles fotovoltaicos orientados en una dirección en la que no recibían luz solar.
Cuando el ángulo de la luz del sol cambió, se reactivó por dos días y llevó a cabo observaciones científicas de un cráter con una cámara de alta definición. Esta semana, la sonda, que “no estaba diseñada para las duras noches lunares” con temperaturas de -133 ºC, se reactivó por sorpresa tras dos semanas inoperativo.
“SLIM se puso en reposo de nuevo cuando el sol se puso a las 3:00 (hora de Japón) del 1 de marzo”, publicó en X la agencia aeroespacial japonesa JAXA, junto a la imagen de la rocosa superficie lunar tomada por el módulo. “Aunque la posibilidad de fallo aumentará debido a los severos ciclos de temperatura, intentaremos activar las operaciones de SLIM nuevamente cuando la luz del sol vuelva a finales de marzo”, señaló JAXA.
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El anuncio ocurre después de que el módulo de alunizaje Odysseus se convirtiera en la primera nave privada en colocarse sobre el satélite terrestre. La sonda estadounidense mandó su última imagen el jueves antes de que sus baterías se agotaran.
El módulo SLIM, apodado “Francotirador lunar” por su tecnología de aterrizaje de precisión, alunizó con éxito el 20 de enero a 55 metros de su objetivo. Japón se convirtió así en el quinto país que logra posarse con éxito en el satélite de la Tierra después de Estados Unidos, la Unión Soviética, China e India.
Más de medio siglo después de que los humanos pisaran por primera vez el suelo lunar, en 1969 con una misión de Estados Unidos, el satélite de la Tierra vuelve a ser objetivo de numerosos proyectos. Estados Unidos quiere enviar de nuevo astronautas a la Luna con su programa Artemis que busca construir una base permanente en el satélite. China tiene propósitos parecidos.
Sonda estadounidense
La sonda estadounidense Odysseus, que permanece en la Luna desde hace casi una semana, será puesta en reposo en breve al término de su misión principal, considerada un “éxito” por la NASA y su desarrolladora Intuitive Machines, pese a algunas dificultades. Odysseus se convirtió el jueves pasado en la primera sonda privada en alunizar y la primera nave espacial estadounidense en hacerlo desde el fin del programa Apolo en 1972.
Sin embargo, se posó de lado sobre la superficie lunar después de un descenso accidentado. A pesar de esto, “recibimos datos de todos los cargamentos, privados y de la NASA”, dijo en conferencia de prensa Steve Altemus, director ejecutivo y cofundador de la firma Intuitive Machines, basada en Houston, Texas, que desarrolló el aparato.
La sonda se alimenta de electricidad gracias a sus paneles solares, pero estos no están expuestos de forma óptima a la luz del Sol, pues no hubo un alunizaje en vertical. Actualmente opera con la energía solar que consigue, pero, con la llegada de la noche lunar, el módulo de aterrizaje será ‘puesto a dormir’”, comentó Altemus.
Pese a los contratiempos, “la misión que hemos llevado a cabo ha sido un gran éxito hasta ahora”, precisó el directivo, e incluso anunció que Intuitive Machines intentará volver a encender a Odysseus “en dos o tres semanas”, después del paso de la noche lunar. Aunque es muy incierto si el dispositivo o sus baterías sobrevivirán al frío glacial que está a punto de comenzar.
Pata rota
Una impresionante fotografía publicada el miércoles ilustra los desafíos encontrados: muestra al menos una de las seis patas de la sonda rota en el momento del aterrizaje, mientras el motor aún encendido levanta el polvo lunar. Un fallo en el sistema de navegación del módulo de aterrizaje complicó su descenso final. Se acercó al suelo demasiado rápido, con un movimiento horizontal inesperado.
Debido a que Odysseus está ubicada en una ligera pendiente y posiblemente apoyada en uno de sus tanques en un lado, está inclinada unos 30 grados, según Intuitive Machines. Otra imagen, en la que se aprecia la punta de la sonda y la oscuridad de un cráter cercano, confirmó esta posición.
Una pequeña nave equipada con una cámara llamada EagleCam, desarrollada por la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, fue eyectada de la Luna para intentar tomar una fotografía de su exterior, pero no pudo proporcionar la tan esperada toma.
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Datos científicos
Esta misión, aunque privada, se realizó en gran medida gracias a la financiación de la NASA (118 millones de dólares), que había encargado a Intuitive Machines el transporte de seis instrumentos científicos a la Luna. “Odysseus es un éxito desde el punto de vista de la NASA”, dijo el miércoles a la prensa Bill Nelson, director de la agencia espacial estadounidense. Los científicos ya han comenzado a examinar las ondas de radio grabadas desde la Tierra, utilizando uno de los instrumentos.
Otro aparato no pudo analizar la cantidad de polvo levantado durante el descenso como estaba previsto, pero aun así pudo encenderse una vez en el suelo. Odysseus es la sonda que aterrizó más al sur de la Luna. La NASA quiere explorar esta región antes de enviar allí a sus astronautas como parte de sus misiones Artemis.
El polo sur lunar es de especial interés para las grandes potencias porque podría contener grandes cantidades de agua en forma de hielo. Esta agua podría aprovecharse para producir combustible para naves espaciales o satisfacer las necesidades de los astronautas en el sitio.
Economía lunar
Intuitive Machines tiene planeadas dos misiones lunares más este año. Todos forman parte del nuevo programa CLPS de la NASA, que ha encargado a varias empresas el transporte de su equipamiento científico, para poder realizar el viaje con más frecuencia y por menos dinero que si lo hiciera ella misma.
La agencia espacial estadounidense también pretende estimular el desarrollo de una economía lunar capaz de sustentar una presencia humana sostenible en la Luna, uno de los objetivos del programa Artemis. Más de 50 años después de la última Apolo, “la gente se ha preguntado” por qué posarse en la Luna es “tan difícil”, comentó Altemus, de Intuitive Machines.
Observó varias diferencias entre las misiones pasadas y actuales: financiación limitada, un calendario ajustado y aterrizaje mucho más lejos del ecuador. “Hemos transformado fundamentalmente las limitaciones económicas de un alunizaje”, afirmó director general de esa empresa, fundada en 2013. “Hemos abierto la puerta a una economía lunar sólida y próspera en el futuro”, agregó.
Fuente: AFP.