Un miembro activo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos murió tras inmolarse este fin de semana frente a la embajada de Israel en Washington en protesta por el conflicto en el enclave palestino de Gaza, informó el lunes el Pentágono.
Una portavoz de la institución señaló que el hombre, cuyo nombre no se divulgó, “sucumbió a sus heridas y falleció anoche” domingo. “Proporcionaremos detalles adicionales 24 horas después de que se completen las notificaciones a los familiares”, agregó.
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Equipos de emergencia acudieron el domingo frente a la embajada de Israel en Washington poco antes de las 13:00 locales (18:00 GMT) en respuesta a una “llamada por una persona en llamas” en ese lugar, según un mensaje en la red social X del cuerpo de Bomberos de la capital estadounidense. Al llegar al lugar, se encontraron con que el fuego ya había sido extinguido por agentes del Servicio Secreto, la agencia encargada de proteger las embajadas en Washington.
Medios locales informaron que el sujeto, que vestía uniforme, aparentemente transmitía en directo en la red social Twitch, asegurando que “no será cómplice de genocidio” antes de rociarse con líquido, en referencia a las acciones militares de Israel en Gaza. A continuación, se inmoló mientras gritaba “¡Palestina libre!” hasta que cayó al suelo, según los reportes.
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El acto ocurrió en momentos que aumentan las protestas en Estados Unidos contra las acciones militares de Israel en Gaza, a la que somete a intensos bombardeos y donde realiza continuas operaciones terrestres en una guerra en represalia por el ataque sin precedentes perpetrado en su territorio el 7 de octubre por el grupo islamista palestino Hamás.
Ese día los milicianos mataron a 1.160 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250, según un balance de la AFP basado en datos israelíes. El número de muertos en Gaza por la respuesta de Israel se acerca a los 30.000, la mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del área gobernada por Hamás, por lo que ha aumentado la presión internacional sobre Estados Unidos para que frene a su tradicional aliado Israel y pida un alto el fuego.
Fuente: AFP.
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Peña ratifica en TV de EE. UU. su compromiso con la libertad y la democracia
Mediante una entrevista para el canal Newsmax de Estados Unidos, el jefe de Estado Santiago Peña hizo un llamado a la comunidad internacional a defender la democracia y la libertad. A la vez, sostuvo que el Paraguay, a raíz de las dificultades históricas que afrontó, se encuentra obligado a ponerse del lado de las causas justas, tras ser consultado sobre la relación de amistad de nuestro país con Israel y Taiwán, así como la situación con Venezuela y Ucrania.
“Paraguay tiene una historia de dificultades. Un país que era grandioso a mediados del siglo XIX y fuimos a una guerra horrible contra nuestros vecinos y fue un verdadero holocausto. Perdimos dos tercios de la población, el 90 % de la población masculina y nos quitaron a la vez el 60 % de nuestro territorio. Entonces entendemos que lo único que importa es luchar por las causas justas, por más duras que sean por eso apoyamos firmemente a Israel”, sostuvo el mandatario.
Peña fue abordado por la abogada y comentarista estadounidense Greta Van Susteren, teniendo en cuenta que actualmente se encuentra participando del 79.° periodo de sesiones de la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU), desarrollado en Nueva York.
“Tenemos una relación de larga data con el Estado de Israel. Nosotros fuimos un voto decisivo para su creación en la Organización de las Naciones Unidas, hace muchas décadas, y seguimos siendo amigos muy cercanos y leales. En diciembre estaré en Jerusalén para trasladar la embajada paraguaya al lugar que corresponde, Jerusalén, y por supuesto estamos muy unidos”, refirió.
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Asimismo, se refirió a la decisión de su gobierno de seguir apostando por mantener las relaciones bilaterales con Taiwán ante las presiones de China y el respaldo otorgado a Ucrania en el marco de la guerra con Rusia.
“Tenemos una relación de larga data con Taiwán, probablemente seamos el país más grande del mundo que todavía. Y esto no se basa solo en la amistad, sino sobre todo en la autodeterminación, los principios de la democracia y la libertad. Lo mismo se aplica a nuestro apoyo a Ucrania, a pesar de tener una gran relación con Rusia y mucha actividad económica comercial”, indicó.
Peña siguió sosteniendo que “pensamos que apoyar a Ucrania es apoyar nuestra propia causa, la causa de un país que fue invadido hace muchas décadas y el sufrimiento y las dificultades fueron horribles. Esto es algo que no le deseo a ningún país. Paraguay es un país de paz”.
Igualmente, se refirió sobre la crisis política y social que sigue sacudiendo a Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro. “También sufrimos una de las dictaduras más largas en Sudamérica, es por eso que también somos una voz muy fuerte defiendo a Venezuela y su democracia. Estamos luchando contra las cosas horribles que suceden actualmente porque tenemos la obligación moral de defender este principio”, sentenció.
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Hezbolá, una poderosa formación armada de Líbano
El movimiento libanés Hezbolá, cuyo jefe, Hasán Nasralá, fue eliminado por el ejército israelí en un bombardeo al sur de Beirut el viernes, es uno de los principales enemigos de Israel. Esta formación política y militar creada, armada y financiada por Irán, libró un mortífero conflicto con Israel en 2006, que traumatizó a la sociedad libanesa y que al grupo le sirvió para consolidar su poderío.
Tras el ataque del movimiento islamista Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra en la Franja de Gaza, Hezbolá reactivó el frente norte de Israel, en “apoyo” a su aliado palestino. Los enfrentamientos transfronterizos derivaron en un conflicto casi generalizado a principios de esta semana, con Israel lanzando una campaña masiva de bombardeos en los bastiones de Hezbolá en el sur y en el este de Líbano, así como en la periferia sur de Beirut.
Desde hace meses, Israel ha debilitado considerablemente a este movimiento, matando uno a uno a sus principales comandantes, incluido su jefe militar, Fuad Shukr, que murió en julio en un bombardeo en un suburbio al sur de Beirut. La muerte de Hasán Nasralá es un duro golpe para el movimiento.
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Guerra de 33 días
El “Partido de Dios” fue creado en 1982 tras la invasión israelí de Líbano, a iniciativa de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la República Islámica de Irán. Se convirtió en la punta de lanza de la lucha contra Israel, que se retiró progresivamente de Líbano hasta que, en el 2000, abandonó el sur del país tras 22 años de ocupación.
Desde entonces, el grupo libanés e Israel se enfrentaron episódicamente, hasta librar una guerra en 2006 tras el secuestro de dos soldados israelíes en la frontera entre ambos países. Israel lanzó entonces una gran ofensiva. La guerra, de 33 días, mató a 1.200 libaneses -sobre todo civiles- y a 160 israelíes, militares en su mayoría.
La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra, estipula que solo el ejército libanés y los cascos azules de Naciones Unidas deben ser desplegados en el sur de Líbano. Pero Hezbolá mantuvo su presencia en la región, donde, según los expertos, cavó una red de túneles.
Reforzó su arsenal, que incluye misiles guiados, y reivindica tener más de 100.000 combatientes. Las principales instituciones del movimiento se encuentran en el suburbio del sur de Beirut, desde que Israel mató en 1992 al predecesor de Nasralá, Abas Masaui.
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Expansión regional
Hezbolá es la más influyente de las formaciones del “eje de la resistencia” promovido por Irán contra Israel, que reúne al Hamás palestino, a los rebeldes hutíes de Yemen y a grupos iraquíes. El partido también apoyó militarmente al régimen de Bashar al Asad en Siria, donde un levantamiento popular en 2011 derivó en una insurrección armada. Pero, desde que se congelaron las líneas del frente, la formación redujo su contingente en el país.
Al término de la guerra civil libanesa (1975-1990), Hezbolá es la única facción que conserva sus armas, en nombre de la “resistencia” contra Israel. Se impuso como una fuerza política ineludible y sus detractores lo acusan de constituir un “Estado dentro del Estado”. Nasralá era considerado como el hombre más poderoso del país.
Formaba parte del gobierno y del Parlamento, donde ni su bando ni sus adversarios cuentan con mayoría absoluta, lo que hace que, desde hace dos años, no se haya elegido aún a un presidente de la República. Su popularidad y su creciente influencia dentro de la comunidad chiita se apuntala en una extensa red de escuelas, hospitales y asociaciones al servicio de sus simpatizantes.
Estados Unidos clasificó en 1997 a Hezbolá en su lista de organizaciones “terroristas” y sometió al grupo a sanciones económicas y bancarias. Washington lo acusa de dos atentados simultáneos, ocurridos el 23 de octubre de 1983 en Beirut, que le costaron la vida a 241 Marines estadounidenses y a 58 paracaidistas franceses. También le imputa tomas de rehenes occidentales durante la guerra en Líbano.
Desde 2013, la UE también considera a la rama armada del movimiento como una organización “terrorista”. El partido ha sido acusado de implicación en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, por el que dos de sus miembros fueron condenados en ausencia a cadena perpetua en 2022.
Fuente: AFP.
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Falleció Hasán Nasralá, el hombre más poderoso de Hezbolá en Líbano
El fallecido jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, considerado el hombre más poderoso de Líbano, vivía en la clandestinidad desde la última guerra entre Israel y el movimiento islamista en 2006. Pero el viernes el ejército israelí consiguió localizarlo y matarlo. Hezbolá confirmó el sábado que su secretario general murió el día anterior en un violento bombardeo israelí en un suburbio del sur de Beirut, bastión del movimiento proiraní.
Nasralá, asesinado a los 64 años, apareció contadas veces en público desde la guerra que enfrentó a su movimiento con el ejército israelí a mediados de 2006, y su lugar de residencia siempre fue un secreto. Pero pese a la clandestinidad, el jefe de la poderosa milicia chiita recibía visitantes, incluidos los líderes de movimientos palestinos aliados, que publicaron fotos de los encuentros.
Los periodistas y personalidades que se reunieron con él relataron haber sido conducidos por Hezbolá en coches de seguridad hacia una localización difícil de identificar. Nasralá pronunciaba habitualmente discursos transmitidos en vivo, que tenían en vilo al Líbano, ya que era considerado el hombre más poderoso del país porque al frente de Hezbolá contaba con la facultad de decidir sobre la guerra o la paz. Para sus seguidores chiitas, su figura era objeto de un culto, pero su influencia se extendía en las esferas políticas y su muerte puede tener implicaciones para toda la región.
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Una fuerza política
Nasralá llegó a liderar Hezbolá en 1992, a los 32 años, cuando su antecesor Abás al Musawi fue abatido por Israel. Al asumir el mando, llevó a Hezbolá, el Partido de Dios, de una milicia armada a convertirse en la fuerza política más poderosa de Líbano, representada en el Parlamento y en el gobierno.
Al mismo tiempo desarrolló el arsenal de su formación que reivindicó que cuenta con 100.000 combatientes y posee poderosas armas, incluidos misiles de alta precisión. Hezbolá es la única formación que se negó a entregar sus armas al final de la guerra civil (1975-1990) esgrimiendo como argumento la necesidad de una “resistencia contra Israel”, cuyo ejército se retiró gradualmente del país hasta evacuar totalmente el sur en mayo de 2000, después de 22 años de ocupación.
A lo largo de los enfrentamientos entre sus efectivos y el ejército israelí, Nasralá consolidó su estatus de líder y lo cimentó en 1997 tras la muerte en combate de su hijo mayor, Hadi. El conflicto de 2006 con Israel, que duró 33 días, le permitió exponer la fuerza de su movimiento que hizo frente al ejército israelí.
La guerra causó la muerte de 1.200 libaneses, en su mayoría civiles, y de 160 israelíes, la mayoría militares. Nasralá proclamó al final de esta guerra una “victoria divina” y adquirió un perfil de héroe en el mundo árabe. Pero en el Líbano fue criticado por varios sectores cuando su partido fue acusado de estar implicado en el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri en 2005, y luego cuando sus milicias tomaron brevemente el control de la capital en mayo de 2008.
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Descendiente del profeta Mahoma
Nasralá, siempre vestía túnicas clericales y un turbante negro característico de los Sayed, los descendientes del profeta Mahoma con los que se identificaba. Al mando de Hezbolá, logró tener influencia más allá del Líbano, en toda la región. En 2013 anunció haber intervenido militarmente en Siria para apoyar al régimen de Bashar al Asad, atenazado en una guerra civil que estalló tras la represión de protestas pacíficas en 2011, que después derivaron en una insurrección armada.
Con el apoyo total de Irán, formó y apoyó a los movimientos cercanos a Teherán en la región. Hezbolá es la “joya de la corona” de los aliados de Irán en Medio Oriente, que constituyen el denominado “eje de resistencia” que incluye a grupos armados en Irak, los rebeldes hutíes de Yemen y el movimiento islamista palestino Hamás.
Nasralá nació el 31 de agosto de 1960 en una modesta familia de nueve hijos, en una zona conocida como “el cordón de la miseria” que rodeaba Beirut. Su familia era originaria del pueblo de Bazuriyé en el sur del Líbano. Logró estudiar teología en la ciudad santa chiita de Najaf, en Irak, pero tuvo que partir en 1978 durante la ola de represión contra los chiitas impulsada por Sadam Husein.
De regreso al Líbano se unió al movimiento chiita Amal, pero con la invasión israelí en 1982, formó parte de una escisión que fue el núcleo fundador de Hezbolá, creado bajo el impulso de los Guardianes de la Revolución iraníes. Nasralá estaba casado y fue padre de cinco hijos, hablaba con fluidez el farsi y en una inusual entrevista contó que en su juventud jugó al fútbol y que adoraba a Maradona.
Fuente: AFP.
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Más de 50.000 desplazados cruzaron la frontera hacia Siria huyendo de los bombardeos
Más de 50.000 libaneses y sirios que vivían en Líbano han cruzado la frontera hacia Siria como consecuencia de la intensificación de los bombardeos israelíes, según ha denunciado el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi.
“Más de 50.000 libaneses y sirios que viven en Líbano han cruzado ya hacia Siria huyendo de los ataques aéreos israelíes. Hay bastantes más de 200.000 desplazados dentro de Líbano”, ha publicado Grandi en su cuenta en X.
Grandi ha destacado que “hay operaciones en marcha, incluidas las de ACNUR, para ayudar a quienes lo necesitan en coordinación con ambos gobiernos”.
Israel ha aumentado sus ataques en las últimas semanas sobre objetivos de Hezbolá en el este, el sur y en la capital de Líbano, Beirut, donde murió el viernes el secretario general del grupo, Hasán Nasralá.
Fuente: Europa Press