El libro “Máxima culpa. Juan Pablo II lo sabía”, escrito por el periodista Ekke Overbeek, que será publicado en Polonia el próximo 8 de marzo, y una investigación periodística de la cadena de televisión TVN apuntan a que Juan Pablo II, fallecido en 2005 y canonizado en 2014, conocía los abusos a menores en la Iglesia católica polaca años antes de convertirse en pontífice y que los encubrió.
El periodista que condujo la investigación televisiva, Michal Gutowski, ha recogido documentos que, a su juicio, prueban que Wojtyla “conocía y encubrió casos de curas pederastas dentro de la Iglesia cuando aún era cardenal en Cracovia”. Según las pesquisas, Wojtyla habría trasladado a los sacerdotes a otras diócesis incluso de otros países como Austria para asegurarse de que no se produjera ningún escándalo.
Según explica, Wojtyla, que fue papa durante 27 años, desde 1978 hasta su muerte en 2005, escribió una carta de recomendación para un sacerdote acusado de abusos al cardenal de Viena Franz Koenig, sin mencionar las acusaciones, según ha destapado Gutowski, que durante la investigación ha recogido testimonios de víctimas de curas pederastas, de sus familias y de antiguos empleados de la diócesis de Cracovia.
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En este sentido, para apoyar su investigación ha citado documentos de la antigua policía secreta de la época comunista y raros documentos eclesiásticos a los que consiguió acceder. Sin embargo, ha afirmado que la diócesis de Cracovia le ha denegado el acceso a sus propios archivos documentales.
La emisión de la investigación en la Polonia tradicionalmente católica se produce poco después de que un periodista holandés radicado en Polonia, Ekke Overbeek, hiciera acusaciones similares. El libro titulado “Máxima culpa. Juan Pablo II lo sabía” saldrá a la venta en Polonia esta semana.
En los últimos dos años, y en medio de varios informes de abuso de menores en la iglesia polaca, el Vaticano ha sancionado a varios funcionarios eclesiásticos de alto rango por haber encubierto la pedofilia por parte de miembros del clero. Sin embargo, el que fuera secretario personal de san Juan Pablo II durante 40 años, el cardenal Stanislaw Dziwisz, fue exonerado por el Vaticano de las acusaciones de mala praxis en la gestión de los abusos sexuales en un informe publicado en abril del 2022.
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La Santa Sede determinó que Dziwisz actuó correctamente en los casos de abusos sexuales atribuidos a los sacerdotes de su diócesis durante el tiempo que ejerció allí su ministerio, de 2005 a 2016. La sentencia, hecha pública través de una breve declaración de la nunciatura apostólica en Polonia, se produjo después de analizar la documentación recopilada en junio del año pasado por el cardenal de Bolonia, Angelo Bagnasco.
“El análisis de los documentos recopilados ha permitido evaluar como correctas las actuaciones del cardenal Stanislaw Dziwisz, y por tanto la Sede Apostólica ha decidido no seguir adelante, señaló en una notificación la nunciatura en Polonia, que dio el caso por zanjado.
Fuente: Europa Press.
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Asunción, madre de la evangelización del Río de la Plata
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Archivo/Gentileza
El 1 de julio de 1547, el papa Paulo III, por medio de la bula “Super specula militantis ecclesiae”, crea la Diócesis del Río de la Plata con sede en Asunción. Más adelante será conocida como la Diócesis del Paraguay, elemento neurálgico para el despliegue de sacerdotes y la evangelización de estas tierras. Aquí un repaso a esa historia fundacional.
Pasaron 478 años desde la creación, con sede en Asunción, de la Diócesis del Río de la Plata. “Así se establece la consolidación completa de la posesión española y se otorga protagonismo a Asunción como centro no solo de las estructuras de conquista y poblamiento, sino también de la misión evangelizadora y organizativa de la Iglesia católica”, cuenta el presbítero Hugo Fernández, director del Museo Eclesiástico Monseñor Juan Sinforiano Bogarín.
Lo hace invitando a visitar el local del museo, al costado de la Catedral, donde “se puede ver el vestigio histórico, artístico y social de la acción de la Iglesia durante estos casi 500 años de labor y de fe en estas tierras”.
Entiende por ello importante historiar cómo se llega a ser diócesis. Fernández recuerda que en 1541 Asunción deja de lado su condición militar de casa fuerte para convertirse en ciudad. El despoblamiento de Buenos Aires y otras fortalezas sobre el río Paraná la convirtieron en un punto privilegiado para el abastecimiento, reparo y punto de camino para la pretensión de llegar a la plata y el oro del Potosí.
“Los españoles acostumbrados a un régimen de gobierno en donde la Iglesia, por real patronato de la corona, conformaba parte de las estructuras de gobierno no tenían un obispo. Esta ausencia, sumada a la necesidad de conducción moral y espiritual tanto de los españoles como de los naturales, motivó que desde 1543 sean muy frecuentes las cartas pidiendo al rey un obispo y la demarcación de las jurisdicciones propias”.
UN PEDIDO INSISTENTE
El desenfreno de los españoles es reconocido en los pedidos que van haciendo por carta a la Corte para que se les envíe un rector religioso, según aporta Fernández, que es licenciado en Teología.
“La terrible situación moral de los españoles y su relación con las indígenas en especial se acrecentaba a causa de la falta de la presencia regia de la Iglesia. Aunque para 1545 Asunción contaba con más o menos 10 sacerdotes, la situación no pintaba para bueno. Ejemplo de esto es el testimonio de fray Juan de Salazar (no confundir con Espinoza), quien en carta al emperador Carlos V afirmaba que Asunción era un “pueblo de más de quinientos hombres y más de quinientas mil turbaciones”.
Pedro Dorantes, soldado factor, pedía al rey ya en 1543 “un prelado que sea letrado y de buena vida, con la cual nos dé ejemplo a vivir y sea protector de los indios”. El contador de la ciudad Felipe Cáceres requería “una persona eclesiástica, juez protector en lo espiritual para que nos haga ser buenos cristianos”.
CASTIGO Y EJEMPLO
El mismo gobernador Domingo Martínez de Irala solicita al rey en carta del 5 de marzo de 1545 por “un pastor para la Iglesia (…) que sea tal que su vida, castigo y ejemplo tengamos todos temor y vergüenza…”.
En marzo de 1547, el emperador Carlos V envía como comisionado a don Diego de Mendoza para que tramitara ante el papa la creación de una diócesis, puesto que esta región es tan extensa que no puede ser atendida por el Obispado de Cusco y “para que los indios naturales de ella que están sin luz ni fe ni conocimiento de ella sean alumbrados y se conviertan”, decía el pedido al santo padre.
Como resultado de las gestiones, el 1 de julio de 1547 el papa Paulo III creaba la Diócesis del Río de la Plata y elegía al franciscano fray Juan de Barrios como su primer obispo.
LOS AÑOS FUNDANTES
El primer obispo no pudo llegar porque el navío que lo tenía que traer nunca pudo zarpar. Pasado ya el tiempo, De Barrios fue designado por el papa primero a la Diócesis de Nueva Granada para finalmente ser destinado a la de Santa Fe de Bogotá.
En 1554, el papa nombra a fray Pedro Fernández de la Torre como obispo del Río de la Plata: “Llegó a Asunción en 1556 y fue recibido con mucha algarabía. Mandó construir otra iglesia que sirva de catedral porque hasta el momento la única iglesia mayor de Asunción y que funcionaba como tal era la parroquia de la Encarnación, erigida desde 1539 y hasta el día de hoy considerada la más antigua de toda la región. El fray acompañó al gobernador Domingo Martínez de Irala en varias de sus incursiones al Chaco, después proclamó gobernador a Francisco de Vergara, que surgió de una elección popular y con quien más adelante riñó fuertemente en enemistad. Murió en España en 1573”, historia Fernández.
El presbítero apunta además que desde sus inicios la Catedral de Asunción fue sede de diversos acontecimientos históricos, sala de deliberaciones del Cabildo, sínodos, refugio en tiempos de catástrofes y levantamientos armados, etc.
Desde su creación hasta 1609 dependió de la Arquidiócesis de Lima. En 1620 se crea la Diócesis de Buenos Aires, que se desprende así de la del Paraguay.
Desde 1609 hasta 1865 Paraguay dependió de la Arquidiócesis de Charcas. Desde 1865 hasta 1929 pasó a formar parte de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
Asunción recibió la categoría de arquidiócesis recién en el año 1929, siendo su primer arzobispo monseñor Juan Sinforiano Bogarín.
ANHELO
“A pesar de ser la primera diócesis de toda la región del Río de la Plata, fue una de las últimas sedes elevadas a la categoría arzobispal y aún hasta hoy no le ha sido otorgado oficialmente el título de iglesia primada”, cuenta el presbítero Fernández.
Entiende que esta posibilidad está abierta y solo depende de gestiones. “Desconozco si en algún momento los representantes de la Iglesia en el Paraguay hayan gestionado o al menos promocionado ante el papa la conveniencia de este privilegio. Si aún no se ha hecho, sería bastante interesante que los prelados actuales lo hagan. Sería un privilegio otorgado por el papa que nos llenaría de mucho orgullo y alegría como pueblo”, afirma.
TRAYECTORIA
Fernández destaca, entre varios otros elementos y momentos históricos, la importancia de la acción de la Iglesia en la defensa de los indígenas en los siglos XVI a XVIII, la confirmación de las “doctrinas de indios” organizadas por los franciscanos y jesuitas para la defensa y formación de los indígenas y de cuyas doctrinas provienen la mayoría de los pueblos paraguayos hasta inicios del siglo XX inclusive, la promoción de la lengua guaraní y los saberes ancestrales en sintonía con la ciencia y la religión.
También “un segundo momento es el rol clave de la Iglesia en pos de la defensa de la dignidad humana durante el gobierno militar de 1954-1989. Y aunque siempre toda sociedad es imperfecta, los errores y las falencias cometidas también dentro de la Iglesia son motivo de profunda reflexión y una revisión interna para seguir caminado buscando la semejanza a Cristo que nos impulsa y nos acompaña para seguir caminando, luchando y perseverando en la fe mientras construimos una sociedad que nos beneficie a todos por igual”, concluye.
SOBRE EL PRESBÍTERO
El presbítero Hugo Fernández V. es licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Encarnación. Es también museólogo, director del Museo Eclesiástico Monseñor Juan Sinforiano Bogarín y secretario ejecutivo de los Bienes Culturales de la Iglesia por la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
EL ROL DE LOS RELIGIOSOS EN LA INDEPENDENCIA
A inicios del siglo XIX, existían en todo el territorio 55 sacerdotes y al menos cinco de ellos actuaron de modo especial a favor de la Independencia. Tras la revolución del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, surgieron varios partidarios que propiciaban algo similar en Paraguay y entre ellos “fue constante la participación de los clérigos. En setiembre de 1810, se descubrió un grupo cuyo plan era apresar al gobernador, al obispo y a los capitulares. Fueron detenidos y confinados al Fuerte Borbón el padre Franciscano Baca y varios otros civiles”, nos recuerda Fernández.
También en Concepción se reunía “una peña revolucionaria encabezada por los curas José Fermín Sarmiento y Nicolás Ibarbals. Los implicados motivaban la causa revolucionaria y criticaban abiertamente inclusive desde el púlpito al gobierno de Velasco”. Siguiendo con este derrotero, “durante la expedición de Belgrano en 1811 la actuación del capellán José Agustín Molas, joven de 23 años, fue relevante en motivar la persecución a los invasores.
Durante la revolución del 14 de mayo el gobernador trató de apaciguar los ánimos enviando al obispo Panes a dialogar con los revolucionarios junto con otros clérigos, pero no tuvieron éxito al ser considerados españoles. Los clérigos paraguayos se encontraban muy comprometidos con la revolución.
Entre los más decididos estaba el fray franciscano Fernando Caballero, tío del Dr. Francia, así como la mayoría de los franciscanos eran partidarios de los patriotas. Otros como el padre Leal, el padre Baca y Orué alentaban a los nacionales. Otro clérigo de gran prestigio era el carapegüeño Francisco Xavier Bogarín, profesor en el Real Colegio de San Carlos y posteriormente vocal de la Junta Superior Gubernativa”, recuerda.
PREOCUPACIÓN POR LOS INDÍGENAS
Desde los primeros pasos de la conquista “la labor de los clérigos ha sido trascendental, sobre todo en el ámbito de la defensa de sus derechos. Conocemos el caso del padre Gabriel Lezcano, quien en 1545 ante la decisión de Irala de exterminar a una comunidad de indios agaces fue a entrevistarse con el cacique Abacotté consiguiendo la paz”, cuenta el presbítero para explicar lo importante del rol eclesiástico para intentar parar los abusos de la conquista.
“El padre Diego Andrada, primer párroco de Asunción, fue también conocido por ser ‘protector de indios’ y el caso más emblemático son las cartas del padre Martín González, quien constantemente denuncia los abusos de los españoles hacia los indios”, recuerda.
“Si bien en el Paraguay no se observa aquella brutalidad que ensangrentaron masivamente los primeros días de la conquista en México o Perú, la conquista paraguaya se basó en la unión y procreación de españoles e indígenas, el mestizaje. Sin embargo, las estructuras económicas y coloniales rápidamente causaron grandes conflictos, sobre todo por el requerimiento de la mano de obra de los indios y las exigencias de los españoles. Habrá sido muy difícil entre los pocos clérigos de aquellos días mediar ante estas situaciones”, reflexiona.
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Libro sobre la chipa gana dos premios en Portugal
El libro “Chipa de Raíces Profundas. Páginas con Sabor” del autor paraguayo Diego “Grillo” Benítez fue galardonado como “Best Artist Cookbook in the World” (mejor libro de artistas en el mundo), así como en la categoría Indigenous en los prestigiosos Gourmand World Cookbook Awards, que se desarrolló del 18 al 21 de junio en Portugal.
“En honor a todos los que hicieron, hacen y seguirán haciendo el pan sagrado de los paraguayos, chipa”, expresó el autor del libro paraguayo en Instagram, con imágenes de la premiación. “Ganamos Best Artist Cookbook in the World y también fuimos Winner en la categoría Indigenous en los Gourmand Awards 2024. Dos premios que llevan el nombre de Paraguay al mundo. Todavía me cuesta poner en palabras lo que siento”.
“Este reconocimiento es el fruto de años de trabajo, de amor por nuestras raíces, de madrugadas ilustrando, escribiendo, investigando…, soñando. Gracias a mi familia, mis amigos, a las marcas que me apoyaron, y a cada persona que creyó en este proyecto. Chipa de Raíces Profundas no es solo un libro, es un homenaje a lo que somos. A ese pan ancestral que nos une, que se hereda, que se comparte. Este premio es de todos. Gracias de corazón. ¡Y sí… seguimos!”, concluyó el artista galardonado desde Europa.
LITERATURA GASTRONÓMICA
Gourmand World Cookbook Awards es conocido como los “premios Óscar” de la literatura gastronómica mundial, subrayando la importancia de la gastronomía en la identidad cultural de los países. La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) celebró este logro, indicando que se trata de “una obra que celebra el alma del Paraguay a través de la chipa, pan ancestral y símbolo cultural guaraní, rescatando más de 100 recetas tradicionales, saberes y costumbres que forman parte de nuestra identidad gastronómica”.
“Lo que estoy llevando ya es la segunda versión del libro, con nuevo diseño de portada y un poquito más ampliado y profundizado en lo que a historia se refiere”, comentó Grillo, argentino de nacimiento, pero que reside en Asunción desde hace 26 años, en una entrevista publicada por La Nación Finde el sábado 14 de nota.
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La larva que sueña con volar
- Jimmi Peralta
- Fotos : Archivo / Gentileza
Con motivo del Día del Libro Paraguayo, que se recuerda el próximo 25 de junio, Milia Gayoso, Javier Viveros y Vidalia Sánchez hablan sobre sus experiencias en la industria editorial en la isla rodeada de tierra. Esta conmemoración se da en el contexto de la reciente aprobación de la ley del libro, que prevé campañas para la promoción de la lectura y legisla sobre algo que no estaba regulado: los libros digitales, que en adelante están protegidos como propiedad intelectual.
Una de las propuestas de vida de la sociedad actual con respecto a la producción material se basa en que el ciudadano tipo debe buscar una actividad laboral que lo apasione para sobrellevar su vida más alejado del displacer productivo.
Es en ese paradigma en el que en algunos casos se localiza a la carrera profesional en las coordenadas en las que uno aplaude frente a un mostrador con la pretensión de requerir algo parecido a la plenitud.
No obstante, en ese marco la producción artística en países pequeños y sin mucha tradición en las artes le juega una broma amarga a los interlocutores de las musas. Ellos llegan, intuición y fortuna mediante, a reconocer el lugar del deseo y el goce en un hacer específico, cumpliendo así la excepción de la regla general. Pero para sopesar la buena suerte las condiciones estructurales hacen que aquel hacer no garantice las condiciones materiales de la existencia.
RECORDACIÓN
El próximo miércoles 25 de junio se celebra el Día del Libro Paraguayo, un agasajo que rescata la fecha de finalización de la redacción del libro “Anales del descubrimiento, población y conquistas del Río de la Plata”, de Ruy Díaz de Guzmán, en 1612.
La historia del libro paraguayo cuenta con grandes hazañas y un premio Cervantes en su haber, pero con la mirada puesta en el presente El Gran Domingo de La Nación conversó con los escritores Milia Gayoso y Javier Viveros, así como con la editora Vidalia Sánchez, sobre el presente del mundo editorial y el devenir de los textos que llevan a algunos lectores a convertirse en escritores y así abrazar esta labor, que difícilmente permite un sostén económico en Paraguay. Por ello, a la vez de cultivar su arte los escritores locales también trabajan en otra cosa.
Niños y jóvenes, el gran objetivo
La escritora Milia Gayoso, periodista jubilada con tres décadas de ejercicio del oficio, apunta a llevar los libros al público infantojuvenil para crear una sociedad de lectores.
“El trabajo que realizo con los niños en las escuelas, más que un ‘encuentro con el autor’, es un reencuentro con mi pasado en las aulas argentinas, donde vi nacer mi vocación de lectora voraz-contadora de historias, por un lado. Y, por otro, me hace ver la gran necesidad que tienen los niños y jóvenes de ese acercamiento vital a los libros y el bien que les hace leer, adentrarse en otras realidades, conocer otras vidas parecidas o diferentes a las suyas. Muchos de ellos vienen de hogares donde no se lee y son ellos quienes encienden esa mecha en sus padres y/o hermanos. El efecto en los demás miembros de su familia es maravilloso”, comenta Gayoso, quien lleva unos años orientada con más énfasis en la producción de libros para niños y adolescentes, lo que le permite el recorrido permanente en instituciones educativas, marcando una experiencia en primera persona con sus lectores, sus intereses y su humanidad.
OXÍGENO
“Nunca he podido vivir de la producción literaria. Me dediqué más de treinta años a trabajar como periodista, he vendido desde carteras hasta orquídeas. Me jubilé hace cuatro años y lo que percibo es bastante modesto. No voy a negar que en los últimos años me va mejor con la venta de mis libros. El programa Ñe’êry del MEC (Ministerio de Educación y Ciencias) con sus llamados a licitación para adquirir libros ha logrado que muchos escritores consigamos interesantes ingresos que dieron un poco de oxígeno a nuestra economía. Desde hace algunos meses, también trabajo con la editorial Atlas como su embajadora cultural y todo junto me permite continuar aportando en la casa”, agregó.
Milia realizó su primera publicación en 1990, material que lleva el título de “Rondas en las olas”, gracias a un primer impulso que le dio su compañera de trabajo María Luisa Ferreira. Poco más de tres décadas después, Gayoso es referente en el ámbito editorial con decenas de títulos en su haber.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Mi trabajo como periodista me permitió conocer a numerosos escritores de mi generación y de generaciones anteriores, antes de que yo me hiciera de un lugarcito en la literatura nacional. Siempre me sentí una privilegiada de haber podido entrevistar a personalidades como José Luis Appleyard, Augusto Roa Bastos, Josefina Plá, Luis María Martínez, Gladys Carmagnola, Raquel Saguier, Raquel Chaves, Elsa Wiezzel, Renée Ferrer, Nila López…. entre varios otros. Mi cercanía con algunas escritoras fue fundamental para mi crecimiento personal y profesional como narradora. Bebí de la generosidad de Nila López, Renée Ferrer, Raquel Chaves y Gladys Carmagnola.
“Tensión entre el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales”
El escritor, editor y actual ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, Javier Viveros, informático de profesión, aconseja siempre a los aspirantes a escritores a escribir mucho y a asegurarse fuentes de ingresos de otras actividades laborales.
“He aprendido que en la industria local del libro conviven, en tensión permanente, el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales. Como escritor, he confirmado que hay un capital simbólico potente: talento, diversidad de voces y una buena tradición literaria que a menudo se reinventa desde los márgenes. Pero como editor, comprendí que ese impulso tropieza muchas veces con obstáculos concretos: baja tirada, escasa distribución y circuitos de venta muy limitados. A mi juicio, hacer libros en Paraguay sigue siendo una suerte de acto de fe, una forma de militancia cultural. Sin embargo, cada libro que circula, cada lector que se forma, cada autor que encuentra un espacio, confirma que merece la pena sostener esa apuesta”, comenta.
Desde su labor editorial, Viveros pudo vivenciar la realidad del libro en Paraguay desde ambas aristas.
“El libro paraguayo en el contexto del mercado internacional está aún en estado larvario. Asoma de un modo muy tímido en la escena editorial allende nuestras fronteras. Paraguay permanece fuera de los grandes circuitos editoriales y la escasa crítica literaria, sumada a la falta de traducciones, conspira contra su proyección. Pero hay signos de movimiento, avances lentos, pero avances al fin. No olvidemos que la larva sueña con sus alas futuras”, agrega Viveros.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Llegué a la obra de Gabriel Casaccia antes que a la de Roa Bastos y todavía recuerdo el deslumbramiento que produjo en mí la lectura de su novela “La llaga”. No por la forma, sino por el fondo, por su realismo sombrío, por el penetrante manejo de la psicología de sus criaturas de papel y la lucidez implacable con la que ausculta la condición humana. Salvando las distancias, Casaccia es nuestro Dostoyevski.
“Situación prometedora”
La relación entre la posibilidad de mayor y mejor producción editorial es casi proporcional a la demanda. Sin estudios acabados, las estadísticas citadas en grandes medios señalan que en el país en promedio se leen 0,25 libros por habitante al año, exponencial diferencia negativa con relación a otros países de la región.
Sin embargo, la directora de la editorial y librería Servilibro, Vidalia Sánchez, se muestra optimista por el impacto que tiene y tendrá en el futuro la actual política oficial de fomento de la lectura en la educación inicial.
“La situación del mercado editorial local en este momento es buena y muy prometedora gracias al programa de comprensión lectora Ñe’êry, iniciado desde el MEC. Este programa se basa en distribuir en cada aula, no en cada colegio, pequeñas bibliotecas de 100 o 150 libros. Entonces, 10 minutos antes de comenzar las clases, los chicos tienen que leer libros, un fragmento, una poesía, lo que sea, pero tienen que leer todos los días. Eso hizo que el Ministerio de Educación tenga que comprar muchos libros. Unas 12.000 bibliotecas en la primera parte que ya se distribuyeron a los colegios. Ahora se tiene que licitar la segunda parte, otras 12.000”, comenta Sánchez.
“Se cuenta con un presupuesto para distintos proyectos: que los escritores lleguen a los colegios, que se compren también libros para bibliotecas departamentales, que se publiquen también libros”, relata.
En lo tocante a cuáles son las principales trabas que existen para el acceso a los libros, Sánchez señala que “sigue no estando al alcance de todos. Un empleado que gana un sueldo mínimo, vive en casa de alquiler, tiene tres o cuatro hijos, tiene que ver para la educación, la salud y todo lo que los chicos requieren. Ese empleado no tiene para comprar ni un libro por año. Entonces, ¿cuál es la solución? Hay que crear bibliotecas públicas y bibliotecas comunitarias donde la gente puede leer gratis. Esa es una materia pendiente todavía en nuestro país”, sentencia Sánchez.
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Libro paraguayo sobre la chipa conquista dos premios en Portugal
El libro “Chipa de Raíces Profundas. Páginas con Sabor” del autor paraguayo Diego “Grillo” Benítez fue galardonado como “Best Artist Cookbook in the World” (mejor libro de artistas en el mundo), así como en la categoría Indigenous en los prestigiosos Gourmand World Cookbook Awards, que se desarrolló del 18 al 21 de junio en Portugal.
“En honor a todos los que hicieron, hacen y seguirán haciendo el pan sagrado de los paraguayos, chipa”, expresó el autor del libro paraguayo en Instagram, con imágenes de la premiación. “Ganamos Best Artist Cookbook in the World y también fuimos Winner en la categoría Indigenous en los Gourmand Awards 2024. Dos premios que llevan el nombre de Paraguay al mundo. Todavía me cuesta poner en palabras lo que siento”.
“Este reconocimiento es el fruto de años de trabajo, de amor por nuestras raíces, de madrugadas ilustrando, escribiendo, investigando… soñando. Gracias a mi familia, mis amigos, a las marcas que me apoyaron, y a cada persona que creyó en este proyecto. Chipa de Raíces Profundas no es solo un libro, es un homenaje a lo que somos. A ese pan ancestral que nos une, que se hereda, que se comparte. Este premio es de todos. Gracias de corazón. ¡Y sí… seguimos!”, concluyó el artista galardonado desde Europa.
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Gourmand World Cookbook Awards es conocido como los “premios Óscar” de la literatura gastronómica mundial, subrayando la importancia de la gastronomía en la identidad cultural de los países. La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) celebró este logro, indicando que se trata de “una obra que celebra el alma del Paraguay a través de la chipa, pan ancestral y símbolo cultural guaraní, rescatando más de 100 recetas tradicionales, saberes y costumbres que forman parte de nuestra identidad gastronómica”.
“Lo que estoy llevando ya es la segunda versión del libro, con nuevo diseño de portada y un poquito más ampliado y profundizado en lo que a historia se refiere”, comentó Grillo, argentino de nacimiento, pero que reside en Asunción desde hace 26 años, en una entrevista publicada por La Nación Finde el sábado 14 de nota. La nota completa está disponible en este enlace.
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