Por Ricardo Rivas. Corresponsal en Argentina.

El presidente Alberto Fernández convocó esta noche a “una oposición patriótica” para lo que viene a partir de mañana y acusó al gobierno que lo precedió y lideró el presidente Mauricio Macri (2015-2019) de la grave situación económica. La palabra presidencial se produjo poco después de las 22 horas, luego que oficialmente se reportara que el oficialista Frente de Todos (FDT), fue derrotado por la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC) por cerca de 10 puntos porcentuales en todo el país.

En la provincia de Buenos Aires, distrito de relevancia porque allí se asienta el 39% del padrón electoral, la diferencia entre los candidatos opositores y los oficialistas es de 1,5% a favor de los primeros, lo que impide -en ese distrito- ser categóricos en cuanto a la emergencia de las urnas, hasta el cierre de la presente edición. El anuncio fue realizado por el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien solicitó “mucha prudencia” en la lectura e interpretación de los datos “del escrutinio provisorio” porque, en algunas provincias “las diferencias son mínimas”.

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El kirchnerismo en el poder, perdió en la patagónica provincia de Santa Cruz, cuna de esa fracción política en el peronismo ya que se trata del territorio en el que iniciaron su carrera hasta el escenario nacional el fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2008), la vicepresidenta, el diputado Máximo Kirchner -hijo primogénito de ambos- y líder de La Cámpora, línea interna centroizquierdista que, con la derrota de esta noche queda notablemente debilitada.

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El primero de los indicios de la nueva caída política del oficialismo se verificó cerca de las 19:15, cuando Cristina Fernández emitió un mensaje a través de su cuenta en la plataforma Twitter en la que informó que por razones de salud “no” concurriría al lugar donde el Frente de Todos está reunido.

Entre los primeros números divulgados, además del triunfo opositor de Juntos por el Cambio en Santa Cruz, se confirmó que también triunfaron en La Pampa, Chubut, Córdoba, Santa Fe, Corrientes, lo que hace que el peronismo, por primera vez en 38 años, pierde la mayoría en el Senado de la Nación que preside Cristina Fernández.

El amanecer de mañana será muy difícil para las y los analistas de la política porque, los resultados electorales, afectarán tanto a derrotados y derrotadas como a triunfadores y triunfadores. En las dos coaliciones en pugna habrá ajustes. A no dudarlo. Como en el tango, “tal vez ahora, vendrán caras extrañas”. O no tan extrañas porque muchas militan desde años en ambas fuerzas y sienten que no fueron tenidas en cuenta en estos últimos años. Especialmente, en el oficialismo.

El presidente Fernández que, hasta pasadas las 10 de esta noche, se mantuvo en silencio en la Residencia Presidencial de Olivos, unos 20 Km al norte de la capital argentina en territorio bonaerense, sostuvo que “con esta elección termina una etapa en la Argentina”. En ese contexto, sostuvo que “los argentinos y argentinas necesitamos de un horizonte (…) para que reorganicemos nuestras vidas”.

El presidente argentino, claramente, habló como derrotado y, si bien no admitió taxativamente la derrota, reseñó avances económicos en desarrollo que dan cuenta de “la recuperación”. Fernández, con todas las letras, dijo que “hoy queremos mirar para adelante” y reclamó de las oposiciones acuerdos para alcanzar “la sostenibilidad de la deuda como política de Estado” para alcanzar “un acuerdo sustentable con el Fondo Monetario Internacional”.

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En la provincia de Buenos Aires, distrito de relevancia porque allí se asienta el 39% del padrón electoral, la diferencia entre los candidatos opositores y los oficialistas es de 1,5% a favor de los primeros. Foto: AFP.

Agregó Fernández, que en la primera semana de diciembre “enviaremos al Congreso un proyecto de ley” para actuar en línea con lo que expresara y, aunque habló en total soledad, sin la compañía de ninguno de los socios políticos de la coalición de gobierno, aseguró que se trata de una “decisión política que cuenta con el acuerdo del Frente de Todos”.

Más allá de sus palabras, el gobierno que lidera Fernández -dos veces derrotado en 60 días- con el mandatario debilitado, tendrá que gobernar dos años más, para completar su mandato con muchos conflictos a resolver. Tanto en el plano interno como en el externo. Para que quede claro el país del día después que es igual al del anochecer del hoy.

Indicadores

Algunos indicadores: altísima inflación (más del 50% anual), el precio del dólar norteamericano en el mercado informal o blue a $ 200 - por unidad, la pobreza en torno del 42%, la indigencia cercana al 7% y sin haber resuelto, hasta ahora, un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar una deuda estimada en unos 47.000 millones de dólares, cuyos servicios habrá que honrar en el transcurso del próximo febrero 2022.

Dicha negociación es relevante no solo por lo que concierne al FMI -acreedor privilegiado para el Tesoro argentino- sino porque a ella está atada la deuda que este país mantiene con el Club de París, cercana a los 9.700 millones de dólares en 2014, cuando fuera refinanciada por el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Claramente, el cuadro de la situación, no es de sencilla resolución. Y mucho menos con un resultado electoral que provoca serias tensiones entre las dirigencias de las tres facciones internas del peronismo que constituyen la coalición FDT. De hecho, Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, antes que las oposiciones tendrán que dialogar extensamente entre ellos para reformular los acuerdos que les permitan relanzar el gobierno con otras apoyaturas.

El jefe de Estado, debilitado, asumió que “hemos cometido errores, he cometido errores”. El Parlamento, dejará de ser, a partir del 10 de diciembre, un territorio con exclusividad oficialista, tal vez y si los propios escuchan al jefe de Estado, demandará de diálogos permanentes con las oposiciones para definir hacia dónde va.

El Congreso Nacional tendrá que trabajar con intensidad extrema para acostumbrarse a la nueva práctica que supone la construcción de consensos. Por su parte, en el plano interno del oficialismo, los que se autodenominan como “peronistas de Perón y Evita” o “peronistas republicanos” procurarán cargar con esta nueva derrota a La Cámpora, una línea interna que lidera el diputado Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta.

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Tres fuentes peronistas de alta confiabilidad que exigen reserva sobre sus identidades, en la noche de este domingo, comenzaron a levantar sus dedos acusadores sobre Cristina a la que responsabilizan “porque nunca quiso hablar con nosotros”.

Otros consultados dijeron a este corresponsal con todas las letras y profunda convicción, que “esto recién comienza. A partir de mañana (por hoy, lunes) hay que barajar y dar de nuevo”. Así y todo, queda claro que, el resultado de esta elección de medio tiempo será seguida de un conteo voto a voto para que quede claro quien triunfó, quién perdió y de qué calibre son tanto la derrota de los derrotados como el triunfo de los triunfadores.


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