El presidente Joe Biden recibió el lunes la tercera dosis de la vacuna contra el COVID y dijo que los estadounidenses que se niegan a inmunizarse están perjudicando al país.
Biden recibió la vacuna de Pfizer cumpliendo con las recomendaciones a los mayores de 65 que fueron formuladas por las autoridades sanitarias. “Sé que no parece, pero tengo más de 65″, bromeó el presidente de 79 años. También son elegibles para recibir el refuerzo las personas con problemas de salud y quienes por razones laborales se exponen frecuentemente al virus, como por ejemplo los docentes.
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Pero el problema, dijo Biden, es que una buena parte de los estadounidenses se rehúsa a recibir siquiera una dosis, lo cual potencia la propagación de la altamente contagiosa variante delta del virus. El mandatario dijo que el 77% de los estadounidenses fueron vacunados, pero indicó que eso no es suficiente por la reticencia del casi 25% restante.
“Esa minoría está causando mal a muchos, un horrible peligro para el resto del país”, dijo Biden. El presidente recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer en diciembre y la segunda en enero luego de asumir el cargo. Unos 60 millones de personas son elegibles en Estados Unidos para una dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer, dijo Biden la semana pasada.
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Señaló además que las personas que se dieron las vacunas de las farmacéuticas Moderna o Johnson & Johnson podrían recibir inyecciones de refuerzo una vez que se completen los estudios, y agregó que esperaba que todos los estadounidenses fueran elegibles “en el corto plazo”. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dijeron el viernes que los datos sobre las vacunas de refuerzo de Moderna y J&J serían evaluados “en las próximas semanas”.
Fuente: AFP.
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Biden se reunirá con Trump
- Washington, Estados Unidos. AFP
El presidente saliente de Estados Unidos Joe Biden recibirá este miércoles en el Despacho Oval a Donald Trump, que le sucederá en enero en la Casa Blanca, para iniciar un traspaso de poder que el demócrata prometió que sería pacífico con su peor enemigo político. Dos días después de la clara victoria del republicano contra Kamala Harris, Biden se comprometió a garantizar una transferencia de poder “pacífica y ordenada”.
“Espero que podamos, independientemente de por quién votemos, considerarnos conciudadanos y no adversarios”, dijo Biden durante su primer discurso desde las elecciones. Ampliamente derrotada, la vicepresidenta y excandidata demócrata también se comprometió a “ayudar” a Trump en la transferencia del poder, unas declaraciones que contrastan marcadamente con la actitud del republicano tras las elecciones de 2020, cuando se negó a reconocer su derrota y boicoteó la ceremonia de toma de posesión de Biden.
En enero de 2021 partidarios de Trump irrumpieron en el Capitolio para impedir la certificación del triunfo del demócrata.
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Juez rechaza plan de Biden que favorecía a migrantes casados con estadounidenses
Un juez federal de Texas declaró ilegal un programa de Joe Biden que acelera el proceso de obtención de estatus legal para cónyuges extranjeros de estadounidenses, cuando crece la preocupación tras las amenazas de deportación hechas por el presidente electo Donald Trump. Según la resolución emitida ayer jueves por el juez de distrito J. Campbell Barker, la administración Biden “carece de autoridad legal” para aplicar su programa “parole in place”, en un fuerte golpe a la política migratoria del mandatario demócrata, quien dejará el cargo en enero de 2025.
El plan de Biden, “Keeping Families Together” (Mantener a las Familias Unidas), fue lanzado en junio y busca beneficiar al menos a medio millón de inmigrantes en Estados Unidos. Pero el fiscal general de Texas y aliado de Trump, Ken Paxton, junto a un grupo de colegas republicanos demandaron al Departamento de Seguridad Nacional por aplicar esta medida. Paxton dijo en aquella ocasión que se estaba “recompensando” a quienes “violaron las leyes”.
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“Se detiene el intento de la administración Biden/Harris de eludir las leyes de inmigración”, dijo en la red social X el fiscal general de Idaho, Raúl Labrador. Mientras los demócratas buscaban un equilibrio entre sanciones a los arribos ilegales y reformas migratorias, Trump aseguró que Estados Unidos está sometido a una “invasión” y, tras vencer el 5 de noviembre en las elecciones presidenciales a Kamala Harris, reiteró sus promesas de “deportaciones masivas” de migrantes irregulares.
El juez Campbell, nominado durante el primer mandato de Trump, ya había acogido el pedido de Paxton y suspendido temporalmente el programa en agosto. Una apelación lo reactivó pero el juez volvió a bloquearlo, hasta que este jueves dio su veredicto final. El gobierno de Biden puede apelar. El programa permite que inmigrantes sin estatus legal que estén casados con estadounidenses y que califican para una residencia permanente puedan iniciar sus trámites sin necesidad de dejar Estados Unidos.
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Las reglas se aplican a quienes estuvieron en el país durante al menos 10 años y se casaron con un ciudadano estadounidense antes del 17 de junio de 2024, y también se extienden a aproximadamente 50.000 hijastros de ciudadanos estadounidenses. Se les otorgaría una autorización para trabajar y el derecho a permanecer en el país por hasta tres años mientras solicitan una “green card”. Anteriormente, quienes deseaban realizar ese trámite debían hacer sus gestiones fuera del país, en un proceso que toma años y separa familias.
“Esta decisión es un revés profundamente decepcionante e injusto para las familias que viven todos los días bajo el peso de la incertidumbre”, dijo Harold A. Solís, representante de Make The Road New York, organización que trabaja con migrantes. “Debemos y seguiremos apoyando la unidad familiar a pesar de esta peligrosa decisión”, agregó.
Fuente: AFP.
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Biden pide “bajar la temperatura” política y promete un traspaso pacífico
El presidente de los Estados Unidos Joe Biden llamó a “bajar la temperatura” política y prometió un traspaso “pacífico” del poder a Donald Trump, quien ya nombró jefa de gabinete.
El presidente estadounidense sabe que después de la derrota toca aceptar el veredicto de las urnas y levantar el ánimo a las tropas y es lo que hizo este jueves en un discurso a la nación, que aprovechó además para intentar apaciguar un país muy polarizado políticamente.
“Algo que espero que podamos hacer, independientemente de a quién hayan votado, es vernos los unos a los otros, no como adversarios, sino como conciudadanos estadounidenses. Bajar la temperatura”, dijo desde la Casa Blanca. “Una derrota no significa que estemos derrotados. Perdimos esta batalla, el Estados Unidos de sus sueños los está llamando a que se levanten”, añadió.
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Porque, según él, “los reveses son inevitables, pero rendirse es imperdonable”. El presidente insistió en que el sistema electoral estadounidense “es honesto, justo y transparente, y se puede confiar en él, se gane o se pierda”. Su discurso conciliador contrasta con la reacción de Trump cuando perdió las elecciones hace cuatro años.
El republicano arengó entonces a sus seguidores a “luchar como demonios”, antes de que cientos de ellos irrumpieran en el Capitolio para impedir la certificación de la victoria de Biden. El presidente ha invitado a Trump a la Casa Blanca. Será la primera vez que se vean las caras desde el desastroso desempeño del demócrata, de 81 años, en un debate electoral que le obligó a retirarse de la carrera y ceder el testigo a su vicepresidenta Kamala Harris, derrotada en las urnas.
El líder octogenario sigue adelante con su agenda. Este mes viajará a Perú para la APEC y acto seguido a Brasil, donde realizará una visita inédita a la selva amazónica y asistirá a la cumbre del G20, informó la Casa Blanca.
Trump, en Florida
Trump se encuentra en su mansión de Mar-a-Lago en Florida, desde donde perfila su próximo equipo. Desde su victoria ha hablado con “probablemente” 70 líderes mundiales, pero tiene pendiente la conversación con Putin. “Creo que hablaremos”, declaró a NBC News. Ya tiene jefa de gabinete. Será su directora de campaña, Susie Wiles, que le ayudó a ganar los comicios.
La describe como “dura, inteligente, innovadora” y con ganas de trabajar “incansablemente para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo”, su lema. Se intuye que también contará con Robert F. Kennedy Jr., un activista antivacunas heredero de la dinastía política estadounidense que ha renegado de los demócratas, y con Elon Musk, el hombre más rico del mundo, muy implicado en la campaña.
Kennedy declaró a NBC News que no quitará las vacunas “a nadie”, pero recomendará eliminar el flúor del suministro de agua. El presidente electo quiere que Musk audite el gobierno para reducir los gastos. Los votantes apoyaron las políticas de línea dura de Trump y sancionaron el historial de Biden y Harris.
“La economía más fuerte”
Pese a que la economía estadounidense goza de una salud excelente, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), muchos ciudadanos no lo perciben. Se quejan del costo de la vida y eso ha determinado el voto de millones de ellos, según las encuestas a salida de urnas.
“Dejamos atrás la economía más fuerte del mundo. Sé que la gente todavía está sufriendo, pero las cosas están cambiando rápidamente”, afirmó Biden. Trump llegará a la Casa Blanca con una condena penal y será el presidente de más edad en prestar juramento.
Tomó su revancha después de una campaña turbulenta en la que escapó de dos intentos de asesinato. Gobernará con una enorme ventaja: su partido ha arrebatado a los demócratas la estrecha mayoría que tenían en el Senado y se encamina a mantener el control de la Cámara de Representantes. No solo ganó las elecciones sino que se llevó el voto popular.
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Llega más fuerte que nunca. El partido le será leal, porque las voces más críticas las ha eliminado durante los últimos cuatro años o se han distanciado ellas mismas y la Corte Suprema le ha otorgado inmunidad en el ejercicio de sus funciones presidenciales.
Tiene varias prioridades: usar el departamento de Justicia para atacar a quienes considera sus enemigos, deportar a los migrantes en situación irregular, especialmente a aquellos con antecedentes penales, e imponer la pena de muerte a los traficantes de drogas y de personas.
Además se propone imponer aranceles por doquier, en particular a los productos chinos, y fomentar la extracción de petróleo. En política exterior ha prometido terminar con la guerra en Ucrania, sin decir cómo, y un apoyo inquebrantable al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Fuente: AFP
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Del abandono de Biden al intento de asesinato: los hitos de la campaña electoral
Estos son los momentos claves de una campaña fuera de lo normal, cuando falta una semana para las elecciones presidenciales estadounidenses.
Las primarias
Las elecciones primarias comenzaron en enero. El presidente Joe Biden no se enfrentó a ningún rival de peso de su partido y ganó, a pesar de un movimiento de protesta por su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. En el partido republicano, el expresidente Donald Trump tuvo más competencia, sobre todo de la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley.
Pero su éxito fue arrollador y todos sus rivales tiraron la toalla. En marzo, ambos acumularon suficientes delegados para asegurarse la nominación. Se daba por sentado que se batirían de nuevo en duelo electoral y los estadounidenses parecían poco entusiasmados con la idea.
Juicio en Nueva York
Un mes después comenzó en Nueva York el juicio penal de Donald Trump por pagos ocultos a una exactriz porno. Tras semanas de vistas judiciales, el multimillonario fue declarado culpable, algo nunca visto para un expresidente estadounidense. Pero le esperaba una sorpresa: a finales de junio, el republicano obtuvo una victoria en la Corte Suprema que retrasó su sentencia y debilitó el resto de procesos penales contra él.
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El primer debate
Ese mismo mes, concretamente el día 27, la campaña dio un vuelco. Donald Trump y Joe Biden se enfrentaron en un debate en la cadena CNN. El demócrata de 81 años tuvo un desempeño desastroso: se atropellaba al hablar y a veces parecía perdido. El pánico se apoderó de las filas demócratas. Para sorpresa de todos, Donald Trump optó por la moderación ante los problemas de su rival.
Intento de asesinato
Por si los vuelcos fueran pocos el 13 de julio Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato durante un mitin en la localidad de Butler, en el estado de Pensilvania (noreste). Resultó herido en una oreja por disparos efectuados por un hombre desde una azotea. Sale rodeado de agentes del Servicio Secreto con un puño en alto. Se le oye murmurar “Lucha”.
Tras un breve paréntesis de unidad nacional, republicanos y demócratas reanudaron la campaña y sus ataques. La convención republicana dejó patente el dominio de Trump sobre el partido. Eligió al joven senador J.D. Vance como compañero de fórmula. En setiembre, el multimillonario volvió a ser objeto de un intento de asesinato en su campo de golf de Florida. Semanas después el magnate republicano regresó a Butler para un gran mitin con Elon Musk, el hombre más rico del mundo y propietario de Tesla y SpaceX.
El abandono de Biden
Pocos días después del fin de la convención republicana hubo otra voltereta: Joe Biden anunció que tiraba la toalla. La campaña se sumía en lo desconocido. En una breve carta publicada en las redes sociales el 21 de julio, el presidente saliente cedía a la presión de los demócratas por las dudas sobre su estado físico y mental. Anunció que apoyaba a su vicepresidenta Kamala Harris para sucederle.
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El éxito de Harris
En apenas unas horas, Kamala Harris logró el apoyo de los principales demócratas y se erigió como la nueva candidata del partido en un tiempo récord. La entrada en la carrera de esta mujer negra de ascendencia surasiática, exfiscal y casi veinte años más joven que Donald Trump movió las fichas. Animada por una ola de entusiasmo, fue coronada en agosto en Chicago en una convención eufórica. Eligió como compañero de fórmula a Tim Walz, antiguo profesor y entrenador de fútbol americano reconvertido en gobernador.
Debate
El 10 de setiembre Donald Trump y Kamala Harris se enfrentaron en su primer -y último- debate. El republicano rechazó otro cara a cara. La demócrata se impuso, atacando a su rival en los temas que más hieren su ego: su capacidad de convocatoria en sus mítines y su reputación internacional. Donald Trump lanzó sus ataques habituales, en particular sobre la migración y acusó a su rival de “marxista”.
Al término del debate atacó a los moderadores, cuestionando su imparcialidad. Aunque el debate fue seguido por más de 67 millones de telespectadores, no está claro que haya tenido impacto en la campaña. Los sondeos pronostican unas elecciones extremadamente reñidas.
Fuente: AFP.