El nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa falleció ayer domingo en Lima a los 89 años, y con él se pierde al último representante de la generación dorada de la literatura latinoamericana.
Escritor universal a partir de la compleja realidad peruana, Vargas Llosa formó parte del llamado “boom” latinoamericano junto con otros grandes como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar o los mexicanos Carlos Fuentes y Juan Rulfo.
“Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”, informó en la red social X su hijo mayor, Álvaro, en un mensaje suscrito también por sus hermanos Gonzalo y Morgana.
“Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera”, añadió la familia en un comunicado.
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Vargas Llosa describió las realidades sociales en obras maestras como “La ciudad y los perros” o “La fiesta del chivo”. Admirado en la literatura, sus posiciones liberales despertaron hostilidad un medio intelectual con tendencia a la izquierda.
“Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres”, dijo poco antes de recibir el Premio Nobel en 2010.
Su universalidad quedó patentada con el incorporación a la Academia Francesa en 2023. Nacido en la sureña ciudad peruana de Arequipa el 28 de marzo de 1936 en una familia de clase media, fue educado por su madre y sus abuelos maternos en Cochabamba (Bolivia) y luego en Perú. Tras sus estudios en la Academia Militar de Lima obtuvo una licenciatura en Letras y dio sus primeros pasos en el periodismo.
Se instaló en 1959 en París, donde se casó con su tía política Julia Urquidi, 10 años mayor que él (que inspiraría más tarde “La Tía Julia y el escribidor”) y ejerció varias profesiones: traductor, profesor de español y periodista de la Agence France-Presse (AFP).
Años después, rompió con Urquidi y se casó con su prima hermana y sobrina de su exmujer, Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos y cincuenta años de relación. Vargas Llosa se divorció de Patricia tras iniciar en 2015, con casi 80 años, un romance con una conocida personalidad del mundo madrileño, Isabel Preysler (expareja del cantante Julio Iglesias). En 2022 anunciaron su separación.
Su larga carrera literaria despuntó en 1959, cuando publicó su primer libro de relatos, “Los jefes”, con el que obtuvo el Premio Leopoldo Alas. Pero cobró notoriedad con la publicación de la novela “La ciudad y los perros”, en 1963, seguida tres años después por “La casa verde”. Su prestigio se consolidó con su obra “Conversación en la Catedral” (1969).
Siguieron después “Pantaleón y las visitadoras”, “La tía Julia y el escribidor”, “La guerra del fin del mundo”, “¿Quién mató a Palomino Molero?”, “Lituma en los Andes” y “El pez en el agua” (memorias de su campaña electoral), “La fiesta del Chivo” o “El sueño del celta”, publicada poco antes de recibir el Nobel.
Ya entonces advertía que seguiría escribiendo hasta el último día de su vida. Y cumplió. Vinieron después “El héroe discreto” o “Tiempos recios”, sobre la agitada historia de Guatemala en el siglo XX, que le valió el Premio Francisco Umbral de Novela.
Con su obra traducida a 30 lenguas, Vargas Llosa recibió los premios Cervantes, Príncipe de Asturias de las Letras, Biblioteca Breve, el de la Crítica Española, el Premio Nacional de Novela del Perú y el Rómulo Gallegos, entre otros. En abril de 2022, Vargas Llosa presentó en Madrid su libro “La mirada quieta (de Pérez Galdós)”, un ensayo sobre el escritor español Benito Pérez Galdós.
Si su legado literario es incuestionable, su legado político es controvertido. Políticamente fue seducido por Fidel Castro, pero en 1971 rompió con la revolución castrista ante el caso del poeta Heberto Padilla, obligado por el régimen a hacer una “autocrítica”.
Fue candidato a la presidencia de Perú en 1990. Era favorito hasta que apareció el entonces desconocido agrónomo Alberto Fujimori, quien resultó finalmente electo. Su participación desde entonces en la política peruana ha sido marginal. Tras su fracaso político volvió a las letras, de donde -según manifestó- nunca debió salir.
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Tuvo una estrecha amistad con el escritor colombiano García Márquez que terminó abruptamente con un puñetazo del peruano, rodeado de misterio. “Que los biógrafos se encarguen de ese tema”, dijo alguna vez Vargas Llosa.
Vargas Llosa siguió vivamente la evolución de la política mundial, al arremeter en los últimos años contra el populismo y obtuvo la nacionalidad española en 1993.
Fuente: AFP