Por Ricardo Rivas
Corresponsal en Argentina
El embajador de Argentina en Paraguay, Oscar Peppo –exgobernador de la provincia del Chaco- se encuentra entre las personas vacunadas contra el coronavirus en el vacunatorio vip y ya se supo oficialmente.
Peppo, al igual que el expresidente Eduardo Duhalde y varios de los integrantes de su familia; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, algunos integrantes del gabinete nacional y un grupo de amigas y amigos de funcionarios del más alto nivel en la coalición de gobierno, son la parte revelada por la Casa Rosada de quienes fueron inoculados a través de un circuito ilegítimo que fue revelado en las últimas horas por el matutino Clarín.
El caso, del “Vacunatorio VIP”, estalló sobre el escritorio del presidente Alberto Fernández, quien de inmediato despidió al exministro de Salud, Ginés González García, detrás de quien presentaron las renuncias a sus cargos algunos de quienes fueran sus más cercanos colaboradores.
No obstante, su segunda, Carla Vizzotti, lo reemplazó pese a que, numerosas fuentes oficiales a las que no se puede eludir, aunque solicitaron no ser identificadas, coincidieron en especular ante este corresponsal en que “es imposible que desconociera lo que sucedía en las cercanías de su despacho”.
Varias denuncias judiciales se iniciaron desde las primeras horas de este lunes y nada indica que sean de sencilla resolución para los magistrados y magistradas que intervienen en ellas.
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La revelación oficial del listado de los vip vacunados en el circuito ilegítimo involucra, con la excepción de algunos, a empresarios amigos de los poderosos de todo el gobierno, como es el caso de Florencio Aldrey Iglesias, propietario del Multimedios La Capital y en España del diario El Ideal Gallego, junto con varios integrantes de su familia o entre otros, el publicitario Jorge “Topo” Devoto, amigo personal de la vicepresidenta Cristina Fernández, apellidos sorprendentes tanto para oficialistas como para opositores.
“El presidente Fernández ordenó que reveláramos todo lo sucedido porque se trata de un hecho gravísimos”, respondieron dos fuentes gubernamentales seguras al ser consultadas. Una de ellas, incluso, reiteró que “con la vacuna no se jode”, como el propio presidente Fernández lo expresara en la tarde del pasado viernes cuando el escándalo ganó la calle.
El contacto virtual con veteranos funcionarios de carrera de la Casa Rosada, que fueron prácticamente excluidos de la distribución de la listado de las y los vacunados, no sin ironía, sostuvieron que “para amortiguar el impacto social negativo de las noticias que van ganando la calle, decidieron saturar de los canales informativos con las identidades de los notables que fueron inyectados ilegítimamente.
“Es una especie de intento extremo, añadieron, ya que la intención es como querer ocultar un elefante rosa a las tres de la tarde en la Plaza de Mayo y, para hacerlo, sueltan una manada de paquidermos de ese color en ese histórico espacio público”.
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En las calles de esta ciudad, raleadas de público como consecuencia de las restricciones a las que obligan los decretos presidenciales para cortar con la circulación del virus, los corrillos son principalmente de bronca, aunque algunos de ellos no dejan de ser ingeniosos. En uno de los vagones de un subte porteño, un viajero le decía a otro: “Primero, hace un año, fue ASPO. Unos pocos meses atrás, fue DISPO. Ahora, con el Vacunatorio VIP, es ASCO”.