Madrid, España | AFP |
España acogerá al barco “Aquarius” con 629 migrantes, actualmente en aguas del Mediterráneo, que tanto Italia como Malta se niegan a recibir, anunció este lunes el gobierno de Pedro Sánchez, afirmando que lo hace para evitar “una catástrofe humanitaria”.
“Es nuestra obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer ‘un puerto seguro’ a estas personas”, indicó el comunicado del gobierno, que precisó que el puerto designado por Sánchez para la llegada es el de Valencia (este).
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Explosión de una gasolinera en Roma provoca cerca de 30 heridos
Casi de 30 personas resultaron heridas, dos de ellas en estado grave, en una explosión este viernes en una gasolinera en Roma, indicó a la prensa el alcalde, Roberto Gualtieri. La deflagración, ocurrida la mañana del viernes, hizo temblar las ventanas de numerosos edificios en la capital italiana.
“Ha sido muy fuerte, sentí que me ardía la piel”, declaró a AFP Michele Secu, un joven de 23 años que trabaja en un centro deportivo situado cerca y del que fueron evacuados unos 15 niños. Fabio Balzani, director del centro, dijo que se produjo un primer incendio en la gasolinera hacia las 7:30 (5:30 GMT), y que se evitó por poco una “catástrofe”.
“Si hubiera ocurrido a las 8:30 o más tarde, habría sido una masacre, una catástrofe”, dijo a la AFP. Y es que para esa hora se esperaba la llegada de unos 60 niños, para un campamento de verano, y 12 personas más habían reservado turno en la piscina. El siniestro se habría visto originado por una fuga de gas en el momento en que un camión cisterna llenaba los depósitos de la gasolinera.
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Dicha fuga habría provocado un incendio -que obligó a intervenir rápidamente a la policía y los bomberos-, y el incendio una explosión. La detonación se escuchó en toda la ciudad, y en internet circulan numerosos videos en los que se puede ver una columna de humo negro en el lugar del incidente, en el este de la capital. “Es como si hubiese explotado una bomba” relató a AFP Ennio Acquilino, director regional de bomberos.
Entre los heridos hay diez miembros de las fuerzas de seguridad y un bombero. La policía acordonó la zona cercana a la explosión, en el barrio de Prenestino-Centocelle, para permitir a los bomberos trabajar. Igualmente evacuó dos edificios cercanos, además del centro deportivo.
Fuente: AFP.
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Desde Europa, Teatro Strappato estrena “Betún” en el CCPA
“Betún”, un inolvidable y mágico espectáculo de máscaras sin palabras de Teatro Strappato, compañía nómada de actores artesanos fundada en Italia, tendrá una función única este miércoles 25 de junio a las 20:30 en el Teatro de las Américas del Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), sito en José Berges 297 entre Brasil y Estados Unidos, en Asunción, con entradas a G. 10.000. Informes y reservas al 0983 001-424 y 0981 999-090.
En la puesta, Betún es un niño de la calle, uno entre millones, sin nada, sin nadie. Su historia es una poesía sobre el vacío, que consigue llenar el corazón del público. Teatro Strappato presenta una obra de gran significado, una fábula teatral que se materializa y desvanece ante el público. Imágenes que las trae y se las lleva el viento, pero que deja recuerdos imborrables.
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La investigación que ha llevado a cabo Teatro Strappato durante su viaje en Bolivia a principios del 2016 sobre los niños que viven y trabajan en las calles de las metrópolis de América Latina tiene como fruto “Betún”. Una máscara de cuero que por un rato se convertirá en el rostro de millones de niños. Este espectáculo se estrenó originalmente en julio del 2016 en el festival de Avignon Le Off (Francia).
Teatro Strappato es una idea, una necesidad que Cecilia Scrittore (Italia) y Vene Vieitez (Venezuela) tienen en común desde el año 2011, tras haberse encontrado trabajando en Italia en una de las más prestigiosas compañías de Commedia dell’Arte a nivel mundial. Sus integrantes residen actualmente en Toulouse (Francia). El éxito “Betún” los llevó a una gira por Chile, Bolivia y España.
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Italia y Francia piden cláusulas especiales en acuerdo UE-Mercosur
- París, Francia. AFP.
Francia e Italia hicieron un llamado para “un mejor equilibrio” del acuerdo UE-Mercosur con el fin de proteger a los agricultores europeos, incluso adoptando “cláusulas específicas”, según anunciaron en un comunicado conjunto. En los últimos meses, Francia ha multiplicado las iniciativas europeas para intentar bloquear la adopción del tratado comercial entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), el cual genera una fuerte oposición del sector agrícola francés.
El texto prevé que la UE pueda exportar más vehículos, maquinaria o licores, entre otros. A cambio, facilitaría la entrada de carne, azúcar, arroz, miel o soja sudamericana. Benjamin Haddad, ministro francés delegado para Europa, habló esta semana en Roma con su homólogo italiano Tommaso Foti para “discutir posibles mejoras al acuerdo Mercosur”, según el comunicado conjunto.
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“Los ministros Haddad y Foti comparten la necesidad de proteger mejor a nuestros agricultores y nuestras normas sanitarias, incluso mediante la adopción de cláusulas específicas”, afirma el texto. “Aunque contiene beneficios, el acuerdo UE-Mercosur no protege lo suficiente a los agricultores europeos contra los riesgos de perturbaciones del mercado y no asegura de manera sostenible la soberanía alimentaria del continente”, agrega.
El presidente francés, Emmanuel Macron, había asegurado el 6 de junio que estaba dispuesto a firmar un acuerdo con el Mercosur para finales de 2025, pero bajo ciertas condiciones, con motivo de la visita del presidente brasileño a Francia. Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió en la necesidad de dicho acuerdo pese a la oposición del sector agrícola europeo.
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Lula recalcó que ahora corresponde al “negociador de Macron en la Unión Europea” hacer una propuesta de cambios en el acuerdo, como planteó el presidente francés. Macron propone incluir un protocolo que integre la posibilidad de activar una “cláusula de salvaguardia”, si las importaciones a la UE de productos del Mercosur acaban “desregulando el mercado” en varios sectores.
Esto es lo que temen especialmente los agricultores europeos, ante la llegada prevista en el acuerdo de hasta 99.000 toneladas de carne bovina y 180.000 toneladas para las aves de corral con menores aranceles, entre otras. Otra de sus propuestas es incluir “cláusulas espejo” para que los productos agrícolas del Mercosur exportados a la UE cumplan las mismas normas de producción que los europeos, consideradas menos competitivas.
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Es preciso detener la marcha del Reloj del Apocalipsis
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Las guerras –tantas veces repudiadas en el devenir de la historia universal– una vez más parece estar a la vuelta de la esquina. No es una sorpresa ni mucho menos algo inesperado.
La aldea global cambia. La tertulia invernal en esta tan fría noche en Mar del Plata –unos 1.450 kilómetros al sur de mi querida Asunción– posibilita que emerjan dudas, interrogantes, convicciones y, por qué no decirlo, preocupaciones. Amigos, amigas y debates cruzados. Mi vieja mecedora junto a los leños crepitantes y los copones cargados con un Gran Enemigo, cabernet franc de 2020, añaden calidez a ese “cónclave para pocos… y pocas”, como propuso alguien en tono de broma en “la previa”.
Las guerras ganan preponderancia en el espacio dialógico. El destrato violatorio de los derechos humanos de más de 125 millones de personas desplazadas, según los reportes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), agrega angustia.
“El propósito globalizador amplio que algunos estadistas a izquierda, derecha y centro impulsaron en décadas recientes parece decaer o, por lo menos, perder impulso”, lanza JJT, académico y catedrático. Lector con voluntad inquebrantable de conocimiento, agrega a ello su sorprendente memoria. Alguien coincide y asegura tener la misma percepción.
“Es así a partir del acceso al poder de nuevos líderes y lideresas que en algunos casos –por sus decires, sentires y acciones concretas– parecen dar señales de tener bajos coeficientes intelectuales para lo que se supone y demanda –justamente– a líderes y lideresas”, sentencia DEG, con años de formación en universidades asiáticas, europeas y en Oriente cercano.
Aquí, allá y acullá, conflictos en desarrollo. Terrorismos amenazantes y novedosas prácticas horrorosas. Armados con letales armas de diseño –incluso on demand– algunos gobiernos y corporaciones por debajo de la mesa privatizan las guerras e intervienen en ellas con mercenarios que asesinan a pedido del mejor postor.
SICARIATO A GRAN ESCALA
“¡El estadio superior del sicariato a gran escala!”, enfatiza AS, analista transnacional amateur. Con el pensamiento puesto en todos aquellos fuegos y nuestro propio fuego, entrecierro los ojos. Percibo que nuestros teléfonos inteligentes vibran.
“A los refugios. Suenan las alarmas”, reporta @bettapique –colega periodista galardonada y con larga trayectoria profesional en conflictos y guerras– desde su cuenta en X. “Israel e Irán intercambiaron disparos nuevamente (…) en su enfrentamiento más intenso de la historia, alimentando los temores de un conflicto prolongado que podría abarcar a Medio Oriente”, agrega la agencia francesa de noticias AFP.
Enmudecimos. Las y los integrantes de este grupo tenemos afectos y recuerdos valiosos en ese lugar del planeta. Tal vez, en silencio, propusimos un brindis por la paz que, también sin expresarlo en alta voz, lo aceptamos. Alguien levantó su copón. “¡Por la paz!”.
El ruego colectivo, sin embargo, no alcanza para dejar atrás los pensamientos. “El mejor camino para olvidar es no pensar”, le hizo decir alguna vez el viejo Ray Collins (92)
–tal vez el más grande escritor de historietas vivo en nuestra región después de la partida del admirado Robin Wood el 17 de octubre de 2021, en Encarnación– al teniente Zero Galván, del imaginario precinto 56 en NYC. “Pero, también, es el más largo”, remató aquel duro héroe latino (migrante) de ficción, aunque no tanto.
Ucrania arde. Gaza agoniza. Israel, aterrorizada. Irán, atormentada. República Democrática del Congo, ensangrentada. Sudán, Yemen, Nigeria, Afganistán, Siria, horrorizadas. Profesionalmente trashumé esos paisajes que millones –a través de milenios– llamamos Tierra Santa y algunos creemos que lo es.
Los grupos de poder que con el correr de los tiempos y la emergencia de conflictos múltiples se crearon para que líderes y lideresas resuelvan entre ellos y ellas los conflictos que se desploman sobre millones de inocentes devienen en púlpitos inadecuados, inútiles, para que los unos y las otras –tal vez– se escuchen entre ellos y ellas.
ALARIDOS
¿Quieren oírse? Los tremendos alaridos desgarradores de las y los desesperanzados no parecen conmoverlos. Millones huyen. Atrás quedan niñas y niños arrancados de sus familias para convertirlos en soldados. Los preparan para que sepan cómo ser eficientes para asesinar en masa.
Las y los adultos despojados de esos afectos entrañables, amenazados por lo que creen peor, se lanzan en busca de refugios incansablemente hasta que intuyen, perciben, sienten que –en verdad– van hacia lo peor. Miles sucumben cuando lo intentan.
Ningún lugar queda lejos para las y los desplazados forzados que, en cientos de casos, comprenden que escapar no siempre es llegar al lugar deseado. Al que creen más adecuado o al que, después de la huida, podría ser el nuevo y fértil campo de arraigo para sembrarlo de sueños. ¡Corramos, las balas pican cerca!
Sin embargo, algunas veces es tan aciago llegar que hasta aquel atrás peligroso que indujo la fuga parece perder sentido cuando –en cada playa a la que se arriba, luego de cada frontera que se cruza o muro que se sortea– se hace el recuento de quienes lo consiguieron entre las y los que partieron unidos en la desesperanzada esperanza.
Nunca fueron pocos ni pocas. Ni cuando las llamadas “invasiones bárbaras”, desde el siglo III de nuestra era, ni cuando finalizaba el siglo XIX y comenzaba el XX, en el “período de migraciones”. Sin embargo, por estos tiempos, los desplazados son muchos más. Quienes mueren en los intentos, también.
DESAPARECIDOS
En 2023, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reportó que, desde 2014, “más de 28 mil personas han desparecido” cuando intentaban llegar desde África a Europa. Lampedusa, esa muy pequeña isla italiana, es uno de los tantos puntos de llegada. Se multiplican allí los campamentos solo asistidos por voluntarios de múltiples organizaciones no gubernamentales (ONG) y programas de organismos multilaterales cada día menos dotados de fondos asistenciales.
El Mediterráneo es la ruta inevitable y, a la vez, un riesgoso desafío. A tal punto que a ese bellísimo mar al que los mapas del Imperio romano señalaban y mencionaban como Mare Nostrum, el papa Francisco unos pocos meses atrás lo describió como “un enorme cementerio”. El simbólico averno también pueden ser las olas gigantescas.
¿Y cuando llegan? “Solo la idea, la sensación y la convicción de ser sobrevivientes nos hace sentir bien, afortunados… pero dura poco.
El recuerdo de las y los ausentes pesa, lastima, hiere. Nos persiguen sin descanso”, me dijo mientras miraba fijamente aquel piso arenoso un desplazado con el que pude conversar periodísticamente.
Por breves momentos, sus ojos se perdían en el estrecho de Gibraltar. Miedos. Fantasmas, pensé y la certeza de estar siempre bajo sospecha. Muy cerca está la tan lujosa como deslumbrante Tanger tachonada de residencias ostentosas de ricos y famosos. El jet set no se fija en gastos.
“Solo, voy con mi pena / Sola va mi condena / Correr es mi destino / Para burlar la ley…”. Manu Chao (francés, español, vasco y gallego), como en aquel tiempo, vuelve a sonar en mis oídos. Ayer, hoy y mañana. Espero que no. “Perdido en el corazón / De la grande Babylon / Me dicen El Clandestino / Por no llevar papel (…) Mi vida va prohibida / Dice la autoridad”.
ARRAIGO Y DESARRAIGO
Algunas y algunos lo consiguen. Pero… arraigo y desarraigo suelen ser asignaturas pendientes, para siempre. “No soy de aquí, ni soy de allá, / no tengo edad, ni porvenir / y ser feliz, es mi color de identidad…”, canta desde 1970 el querido Facundo Cabral (1937-2011), siempre en mi corazón, que un frío sábado 9 de julio se fue desde Guatemala luego de cantar junto con miles en, de, desde, por y para la paz.
Una tormenta de violencia se abatió sobre él a las 5:20 de aquel día. El 8 de abril de 2016 la Justicia condenó a medio siglo de cárcel a quienes lo asesinaron. El narco Alejandro Jiménez, el Palidejo, y sus cómplices lo hicieron. Nunca nadie explicó, sin embargo, qué pasó. Mucho menos… por qué sucedió. ¿Por qué a él?, pregunté alguna vez en Guatemala a un magistrado. “¿Por qué no a él?”, fue su respuesta.
Ucrania arde. Gaza agoniza. Israel, aterrorizada. Irán, atormentada. República Democrática del Congo, ensangrentada. Sudán, Yemen, Nigeria, Afganistán, Siria, horrorizadas. La construcción de muros supera ampliamente al tendido de puentes. Asilamientos. Nacionalismos. Terrorismos. Crimen organizado transnacional de alta complejidad.
Algunas expresiones se repiten una y otra vez. Datos, hechos y supuestos se cruzan y entrecruzan. Incertidumbre y dolor. Las guerras –tantas veces repudiadas en el devenir de la historia universal– una vez más parece estar a la vuelta de la esquina. No es una sorpresa ni mucho menos algo inesperado.
EL RELOJ DEL APOCALIPSIS
Cuando finalizaba enero, el Reloj del Apocalipsis –así llamada esa herramienta científica creada por los más relevantes expertos nucleares en 1947– marcó que, en el año que recién se iniciaba, este 2025, faltan 89 segundos para la medianoche nuclear. Horroriza –más que nunca por estos días– ingresar en https://thebulletin.org/ doomsday-clock/. JJT lo hizo desde su celu. “Adelantamos el Reloj del Juicio Final (así también llamado) de 90 (en el inicio de 2024) a 89 segundos para la medianoche”.
¿Es posible? Los sucesores de Albert Einstein y Roberto Oppenheimer nucleados dos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial –cuando Hiroshima y Nagasaki ya estaban incineradas– en el ámbito de la Universidad de Chicago son claros en el uso de la palabra. Son concientes de la gravedad del anuncio que realizan. Eligen puntillosamente cada vocablo para consignar que las agujas del Reloj del Apocalipsis precisan que – este 2025– es “lo más cerca que jamás hemos estado de la catástrofe” nuclear.
“El mundo ya está peligrosamente cerca del precipicio, un movimiento de incluso un solo segundo debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca de que cada segundo de retraso en revertir el curso aumenta la probabilidad de un desastre global”, puntualizan después.
Como una suerte de crónica del futuro que –como toda proyección histórica hacia atrás o hacia adelante se formula desde el presente, con lo que se sabe y se tiene hoy para medir y analizar– los analistas sostienen que “en cuanto al riesgo nuclear, la guerra en Ucrania, que ya lleva tres años, se cierne sobre el mundo”.
Agrega el breve texto que “el conflicto podría descontrolarse en cualquier momento debido a una decisión precipitada, un accidente o un error de cálculo”. Pero no se queda allí. “El conflicto en Oriente Medio amenaza con descontrolarse y convertirse en una guerra más amplia sin previo aviso”.
ARSENALES
Escalofriante. Revela luego que “los países poseedores de armas nucleares están aumentando el tamaño y la importancia de sus arsenales, invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en armas que pueden destruir la civilización”.
Lamentan y hacen público aquel día que “el proceso de control de armas nucleares se está desmoronando, y los contactos de alto nivel entre las potencias nucleares son totalmente insuficientes dado el peligro inminente”.
Con amargo asombro – tal vez tentados por la desazón– aseguran que “resulta alarmante que ya no sea inusual que países sin armas nucleares consideren desarrollar sus propios arsenales” y, aunque no señalan a país alguno en esa condición, aseguran que esos desarrollos “socavarían los esfuerzos de no proliferación (de armas de destrucción masiva) de larga data y aumentarían las posibilidades de que estalle una guerra nuclear”.
EL FIN DE LA CIVILIZACIÓN
El párrafo final –que JJT lee en alta voz– suena (y resuena) aún en mis oídos. “Continuar ciegamente por el camino actual es una forma de locura. Estados Unidos, China y Rusia tienen el poder colectivo de destruir la civilización. Estos tres países tienen la responsabilidad primordial de salvar al mundo del abismo, y pueden hacerlo si sus líderes inician conversaciones serias y de buena fe sobre las amenazas globales aquí descritas. A pesar de sus profundos desacuerdos, deberían dar ese primer paso sin demora. El mundo depende de una acción inmediata”.
Siento que las agujas de ese Reloj del Juicio Final no se aceleran ni acelerarán por quienes ejercen el derecho humano “a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”; o “a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”, como lo consignan los artículos 13 y 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1945.
No y solo no. El abismo está delante de un puñado de poderosas y poderosos. Solo ellas y ellos tienen la potestad de dar o no dar ese último paso al frente para detener el reloj o acelerarlo para siempre. ¿Qué es lo que no se entiende?