Desde el 2017, la serie animada estadounidense más popular de todos los tiempos, Los Simpson, celebra su exclusiva efeméride cada 19 de abril. Recientemente cumplió sus 35 años al aire, en esa misma fecha pero de 1987 fue emitida por primera vez; y fue un éxito durante todo este tiempo, alcanzando gran fama a nivel mundial.
Se trata de una obra creada por Matt Groening que llegó a la teleaudiencia en formato de animación, proyectada en varios países de todo el mundo. Una producción sarcástica al más puro estilo de la sociedad norteamericana, que relata el día a día de la familia amarilla, la cual pertenece a la clase social media de los Estados Unidos.
Springfiel se llama el pueblo ficticio en el que Homero, el papá, Marge, la mamá, Bart, el hijo mayor, Lisa, la segunda hija y Maggie, la hija menor viven su vida, rodeados de una sociedad que cuenta con personajes que completan y complementan la serie; además de que el público se puede identificar con algunos de ellos, ya que expone las aventuras vividas por una familia estadounidense promedio.
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De esta manera, cada 19 de abril todos los fanáticos de Los Simpson, y el público en general recuerda y celebra a la familia más famosa, simpática y querida del mundo, siendo un fenómeno en cada nueva temporada.
Además de haber logrado mantenerse en tiempo de forma exitosa, la afamada comedia contó con las apariciones de celebridades deportivas como: Pele, Andre Agassi, Pete Sampras, Serena y Venus Williams, Magic Johnson, Myke Tyson, LeBron James, Yao Ming, Tom Brady, Michelle Kwan y Warren Sapp, entre muchos otros.
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Roger festeja su 14.° aniversario
Este viernes 19 de abril, Roger celebra un año más de vida en el mercado publicitario, formando parte del grupo de empresas Texo, el holding de marketing y publicidad más importante del país. Desde hace 14 años, el equipo se dedica diariamente a dar nuevas formas a propuestas estratégicas, creativas e innovadoras para sus clientes.
Roger representa en nuestro país a Initiative, una de las agencias de medios más importantes del holding internacional IPG Mediabrands. Clientes como Unilever, La Consolidada, Sueñolar, Universidad Columbia, Diageo y Softys han elegido Roger por su compromiso de ofrecerles resultados integrales que generen un impacto positivo y transformador a sus marcas.
Con Verónica Riolfo a la cabeza del equipo, Roger busca posicionarse como una agencia de comunicación crosseling que se compromete a ofrecer servicios integrados de comunicación y marketing que ayuden a sus clientes a aumentar sus ventas cruzadas.
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El propósito principal como agencia de estas características es maximizar el potencial de ingresos de sus clientes, a través del proceso de Roger User Experience, que busca acompañarlos mediante la promoción de productos o servicios complementarios entre sí. Para ello desarrolla estrategias creativas y efectivas que aprovechan diferentes canales de comunicación, como publicidad, relaciones públicas, marketing digital y redes sociales, entre otros.
El equipo de Roger se encuentra compuesto por profesionales de medios, comunicadores y creativos que, mediante equipos multidisciplinarios, colaboran con los clientes con el objetivo de impactar positivamente en el negocio y en la sociedad. Desde el trabajo con los medios tradicionales, digital, PR, creatividad, BTL y creación de contenido buscan generar experiencias que logren conectar lazos emocionales con sus consumidores.
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¡Los Simpson predijeron la locura por los Apple Vision Pro!
Estos días salieron a la venta las gafas de realidad virtual llamadas “Apple Vision Pro”, este producto desató la locura de los fanáticos de la tecnología, quienes rápidamente adquirieron el aparato. Tanto es así que ya se viralizaron en redes, videos de personas empleándolo, en su día a día. Lo inquietante del asunto es que hace 8 años la serie animada Los Simpson ya recreó esta realidad.
El episodio sobre este caso se estrenó el 2 de octubre de 2016 en EE. UU., el mismo hace parte de la temporada 28 y se titula “Amigos y Familia”. En el episodio, los personajes se encuentran empleando sus gafas de realidad virtual, en las calles, en los parques, en sus casas; si bien todos interactúan en las plataformas virtuales, la locura por las gafas los hace torpes en actividades normales, como caminar.
Hace años las gafas de realidad virtual son vendidas en el mercado, pero es la primera vez que se ve una ola de usuarios caminando con los visores puestos, realizando compras o trabajando; situación que se muestra en la serie animada. “Ni Nostradamus acertó tanto como los Simpson”, “Lo hicieron de nuevo”, “Ya no es necesario consultar el oráculo, ni el horóscopo, solo hay que ver Los Simpsons”, son algunas reacciones sobre esta coincidencia.
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Otras predicciones
Se vio en los Simpson la presidencia de Donald Trump, mostrada en un episodio del año 2000, también se vio la adquisición de 20th Century Fox por parte de Disney, un episodio de 1998 y esta compra se hizo en 2019. Por otra parte, sobre las gafas Vision Pro, se lanzaron Estados Unidos con un precio de 3.499 dólares, las gafas tienen la opción de combinar el mundo real con la virtual, teniendo multipantallas emergentes para realizar diferentes tareas a la vez.
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Predicción: Homero Simpson paraguayo huyó con cepo puesto
Un conductor protagonizó una llamativa historia este martes último en la capital, el hombre dejó estacionado su rodado en Villa Morra, Asunción; tiempo en que la Policía Municipal de Tránsito (PMT) colocó un cepo a su vehículo. A pesar de la restricción, el individuo decidió huir con el cepo puesto, al igual que Homero Simpson en el capítulo “Homero vs La ciudad de Nueva York”.
Citando el episodio de los Simpson, ocurrió que Homero se enfadó en la gran manzana al tener el cepo y a pesar de la restricción decidió conducir su conocido automóvil rosa. Sobre el caso paraguayo, el hombre fue grabado al momento de su fuga con el cepo puesto, clip que ya acumula más de 61.000 reproducciones en Twitter.
Fue el director de Tránsito, Juan Villalba, quien compartió el clip en su perfil de X, junto a la descripción: “¡Koa itarovama! Con cepo puesto pretende escapar, revienta su vehículo, es detenido por PMT y Policía Nacional. Quiso mbaretear a la policía y terminó en la comisaría, mientras que su vehículo fue trasladado al corralón”.
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Los oficiales persiguieron al hombre hasta las inmediaciones de la ciudad de Fernando de la Mora, departamento Central. Ante el caso fueron varias las reacciones: “Deben poner el cepo en la rueda delantera”, “La gran Homero en New York”, “Efecto carrulim”, “No sé cuál es peor si llevarse puesto el cepo o manejar la moto y filmar a la vez”, escribieron.
El capítulo titulado “Homero vs La ciudad de Nueva York”, corresponde a la temporada 9; episodio 179. Se estrenó el 21 de septiembre de 1997 en EE. UU. Un dato curioso es que: “debido a la importancia del World Trade Center en el argumento, el episodio fue retirado de las emisoras de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque después de unos años, volvió a la transmisión”, cita la web WikiSimpson.
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¿Y si volvemos a Homero?
- Por Mario Ramos-Reyes
- Filósofo político
“La tarea de un educador moderno no es talar selvas, sino regar desiertos”, C. S. Lewis.
Todo el mundo habla de educación. Y de la necesidad de transformarla. A los políticos se les llena la boca opinando sobre ella. Se invoca incluso una revolución educativa como único camino de la democracia. Pero, ¿hay realmente esperanzas de que fuera así? Ciertamente, la infraestructura para una educación de calidad es necesaria. Mejores salarios para maestros. O la introducción de nuevas tecnologías. E investigación científica. Hasta inteligencia artificial. ¿Es eso suficiente? En un ambiente altamente politizado, uno no puede sino ser pesimista. Sobre todo, al ver las políticas educativas en manos de grupos o partidos, o el Estado mismo, para “solucionarla”. Cuando uno pregunta sobre cuál sería esa educación, comienzan los desvaríos. Y las disputas. Se habla de diversidades, de construcciones libertarias, de paradigmas inclusivos, se proponen proscripciones, exclusiones.
Yo, por lo pronto, soy desconfiado de mucho de eso. Por experiencia sé que multitud de conocimientos no inciden hoy en los alumnos de ninguna manera. Su pasividad es abrasadora. Creo, y lo he visto, que solo lo que es real mueve. Y esta realidad se moviliza por la pasión y el asombro por el saber. La curiosidad del maestro en primer lugar y luego toca el interés y la curiosidad de los alumnos. Mera información o técnicas, por más útiles o sofisticadas que fueran, no despiertan el entusiasmo por el saber. Pueden “enganchar”, eso sí, las neuronas, y generar una adicción al instrumento tecnológico, sean notebooks, móviles, pantallas. Pero pasión por el saber, difícilmente. Aunque, y es lo preocupante, los medios digitales se han convertido en fines. Hoy son dueños de voluntades y, sobre todo, del tiempo vital de niños, jóvenes, adultos. Dictadura digital educativa sin checks and balances. ¿Qué pensar de todo esto? Por lo pronto, tres cosas: que la educación no es un método, que no es una praxis transformadora, y tampoco es información. Reparemos.
LA EDUCACIÓN NO ES UN MÉTODO
Incorporación de tecnología, ciencia, innovar: ese parece ser el mantra que reconciliaría la educación con el progreso hacia una auténtica democracia. Así, la educación se convierte en un método: hacer sin pensar o minimizando su contenido. Y no importa que los que hablan de cambio en educación sean liberales, cristianos o conservadores: lo que cuenta es el procedimiento, la didáctica. Y ello exige que la educación se identifique con el método. Competencias neutrales sin mucho contenido. Formas. Resultados medibles, utilidad práctica. Transformación sin que se defina muy bien cuál sería la materia de dicha forma.
Y así, lo humano que se debilita. ¿Por qué? Porque la educación no es un método. Ni una estrategia. Eso es secundario. La tradición educativa que nace y forma las democracias en Occidente afirmaba algo diferente. La educación era, y aún es, un arte. Supone un encuentro personal, que no se cristaliza en una formalidad técnica. El acto educativo nace del asombro del educador –sea este el de un jardín de infantes o universitario– hacia la realidad. Las preguntas sobre la misma. En el principio no era la autoridad del power point, sino el logo, la palabra. La educación es educere, sacar fuera, dar a luz la verdad. Contemplar el ser de las cosas. Un encuentro que posibilita desarrollar aquello de lo que una persona es.
LA EDUCACIÓN NO ES PRAXIS TRANSFORMADORA
La hipertrofia de la didáctica y los métodos, digitales o no, han escamoteado la verdad. ¿Por qué? Porque han oscurecido los contenidos de la educación. A la tecnología que se ha estado utilizando como parte de una praxis transformadora le escandaliza la verdad. Se propone, si que de una sociedad tradicional se debe transformar en otra, aparentemente, más avanzada, progresista. Pero donde todo es relativo. Esto supone que la realidad no puede ser contemplada para comprenderla y escudriñarse a través del arte educativo del encuentro. De ninguna manera.
La realidad deviene para esta praxis en pura contradicción. Es el eco aquel de patricios y plebeyos, siervos y nobles, burgueses y proletarios. Opresores y oprimidos. Se hace honor a aquella tesis 11 de Marx sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Si esta narrativa es así, entonces solamente una educación transformadora pondría fin a la dicotomía infame de antiderechos y liberadores. Llegar a esa conclusión me es incómodo. Es la hidra de Lerna del marxismo a la que se le corta una cabeza y le brotan dos. Pero es la realidad: la educación que se propone hoy para transformar el ethos social, está confiada a la praxis de avance ilimitado de los derechos y la liberalización permanente de las costumbres. Está en las antípodas de la racionalidad y la fe judeo-cristiana que alguna vez conformó la moral de Occidente.
LA EDUCACIÓN NO ES INFORMACIÓN
Por eso, las cancelaciones, el canon de los grandes libros excluidos. No más el sexista Shakespeare, o Aristóteles, el esclavista. No es mera coincidencia. La globalización, como proceso económico, requiere la homogeneización del mundo. Disuelve las culturas nacionales, nivela sus diferencias convirtiendo el mundo en algo indiferente. Solo información homogeneizada, políticamente correcta. Por eso, la educación se reduce a su empleabilidad. A satisfacer demandas sociales. Demandas de una sociedad. Y aparece el Estado, o mejor, el estatalismo dirigista, en todos los niveles, como medio coactivo para uniformar los modos de actuación. Se quiere formatear a toda la ciudadanía sobre qué es lo inclusivo, la diversidad, el significado del derecho.
Por eso, esta visión suprime o minimiza las humanidades. Se las tiene de “adorno”. Pues son precisamente ellas las que permiten –antes de hacer– pensar sobre el hacer. Sin historia no se sabe en qué mundo se vive. Sin filosofía, no se sabe lo que es preguntar. Sin literatura no hay creación ni belleza. Al privar a nuestros jóvenes de esa cultura humanística, no solo les quitamos, simplemente, las oportunidades de éxito profesional, les impedimos, sobre todo, la capacidad de reconocerse como personas: de ser libres, únicos y profundamente humanos. ¿Dónde buscar, entonces, la verdadera educación? La que no es un método, mera praxis o información. En la realidad perenne de las cosas. Educación en su originalidad, que enfatiza lo que el ser humano es, y hace, y crea, independiente de las circunstancias. Algo que se forma en las humanidades, fuentes de auténtica democracia y que provee la belleza, la bondad y la verdad. Es la propuesta que hice, recientemente, a un grupo de estudiantes: ¿Y si volvemos a Homero y su relato de Ulises en la Odisea donde sienta las bases de la ética y de la civilización occidental?
Incorporación de tecnología, ciencia, innovar: ese parece ser el mantra que reconciliaría la educación con el progreso hacia una auténtica democracia. Así, la educación se convierte en un método: hacer sin pensar o minimizando su contenido.