El jugador del Club Olimpia, Derlis González, y su esposa la excantante Karimi Chávez celebraron su “boda de lana”, tras 7 años de haber decidido unir sus vidas en matrimonio.
Más enamorada que nunca, Karimi dedicó unas bonitas palabras a su esposo, que actualmente aprovecha el receso por las fiestas y se encuentra disfrutando de la familia.
“Ya son 7 años de casados y casi 10 años juntos, y sigo amándote con el mismo amor de cuando te conocí, y le doy gracias a la vida y a Dios por haberme ese día cruzado en tu camino, y haber vivido tantas cosas juntos, tantas historias, tantos recuerdos, momentos y lugares que quedarán siempre grabados en mi corazón”, comienza la publicación de Karimi junto a una foto de la pareja.
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En otras líneas, la excantante expresó: “Te amo amor mío con locura y siempre voy a estar acá para vos en las buenas y en las malas! Que Dios nos permita envejecer juntos amor mío y seguir guardando historias y momentos con nuestras princesas! Por siempre y para siempre! Te amo mi amore Hermoso”.
El deportista también utilizó el mismo medio para expresar su amor y agradecimiento. “Te amo amore”, respondió González. La esposa del jugador también compartió imágenes de la romántica cena que tuvieron en la terraza de un conocido hotel de Villa Morra y de los obsequios que se entregaron por el aniversario.
Recordemos que Derlis González y Karimi Chávez unieron sus vidas en matrimonio el 19 de diciembre del año 2014, en la Iglesia San José, y luego compartieron una gran fiesta. La joven pareja es padre y madre de dos hermosas niñas, Karimi e Isabella.
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Tributo a Herminio, hoy en el Municipal
“Melodías de una vida” se denomina el concierto que tendrá lugar esta noche en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” (Presidente Franco entre Chile y Alberdi) en honor al gran maestro de la música paraguaya Herminio Giménez (General Caballero, 20 de febrero de 1905 – Asunción, 6 de junio de 1991), en conmemoración a los 120 años de su natalicio.
La cita contará con la imponente presencia de la Orquesta Philomúsica de Asunción, que tendrá a su cargo el recorrido por la historia musical de uno de los compositores más emblemáticos del Paraguay. Tres grandes directores tendrán a su cargo las batutas de la orquesta: Luis Szarán, Miguel Ángel Echeverría y Gustavo Gómez Nardo.
SU LEGADO
Giménez, nacido en Asunción, formó parte de la Orquesta del Dr. Atilio Valentino, que fue el primer grupo en grabar un álbum completamente dedicado a la música paraguaya en 1927, contratado para el efecto por la tienda de música Viladesau de Asunción. Vivió una parte importante de su vida en el exilio, a consecuencia de sus posiciones políticas. Las entradas están a la venta a través de tuti.com.py.
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Un histórico homenaje sinfónico en Loma Plata
Celebran el 90 aniversario de la Paz del Chaco con la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional a 450 km de la capital.
- Por Jorge Zárate y Matías Amarilla
- Loma Plata, Boquerón, enviados especiales.
La fuerza de la marcha Chaco Boreal en brillante ejecución de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) abrió el capítulo de homenaje a los héroes de la contienda en el concierto realizado en esta ciudad, distante a 450 kilómetros de Asunción.
“Es la primera vez que la OSN llega hasta aquí y por fortuna en esta fecha tan especial”, dijo su directora María Victoria Sosa al abrir el evento desarrollado en el Centro Cultural Chortitzer ante unos 800 espectadores que concluyeron aplaudiendo de pie el logrado espectáculo de la formación orquestal.
El acto que contó con la presencia del gobernador de Boquerón, Harold Bergen, y representantes de la comunidad local, tuvo un programa que en la primera parte abordó pasajes clásicos de la ópera universal como “El barbero de Sevilla”, “Carmen” y una versión especial y cantada en alemán de “La viuda alegre” que fue muy celebrada por el público.
OBRAS DE FLORES
Acto seguido, la orquesta, dirigida por Ernesto Estigarribia Mussi, abordó cuatro piezas de creación de José Asunción Flores que lograron conmover por su sentida ejecución.
Especialmente la versión de “India” a cargo de la soprano Carolina López y el tenor Marcos Villalba que aprovecharon especialmente la excelente acústica del auditorio. La organizadora del evento y directora del Conservatorio del Colegio de Loma Plata, Lilian Guenther, mostró su beneplácito por la visita de la OSN apuntando que “en esta ocasión llenamos el Chaco de música, un arte que no reconoce fronteras y hermana a los hombres”, recordando especialmente su efecto en la fecha de la firma del acuerdo de la Paz del Chaco.
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A 90 años del cese de hostilidades entre Paraguay y Bolivia
- Por Sara Valenzuela.
Hace 90 años, el 12 de junio de 1935, el canciller Luis Alberto Riart Vera, que representó al Paraguay, y Tomás Manuel Elío, representante diplomático de Bolivia, firmaban en Buenos Aires (Argentina) el protocolo de “alto el fuego” de la Guerra del Chaco. La fecha quedó establecida como el Día de la Paz del Chaco.
Este acuerdo ponía fin al que se considera el mayor conflicto bélico en Sudamérica durante el siglo XX, con enfrentamientos que se libraron en el territorio chaqueño desde 1932 hasta esta fecha emblemática de 1935.
En conversación con La Nación/Nación Media, el especialista en historia militar contemporánea, Claudio Velázquez, recordó la implicancia de este hecho en la historia de nuestro país y en el curso de una guerra que marcó un antes y un después en la sociedad paraguaya.
“El protocolo lo que establece es un cese al fuego que se cumple 48 horas después de su firma. En el mismo no se establece aún ninguna cuestión referente a límites, sino que es un cese al fuego tal cual se menciona en el texto original”, indicó Velázquez.
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El historiador precisó que, si bien se dio un alto al fuego entre ambos países aquel 12 de junio, tanto Bolivia como Paraguay dejaron aproximadamente 5.000 efectivos en la zona de tensión, los cuales fueron retirándose de manera gradual hasta después que se firmara el tratado de límites definitivo, el 21 de julio de 1938.
Igualmente, recordó que como el tratado se hizo efectivo posterior a las 48 horas de haber sido firmado, lamentablemente durante ese tiempo se reportaron incidentes bélicos que se cobraron la vida tanto de soldados paraguayos como bolivianos.
“Hay reportes que del lado boliviano hubo un importante fuego de artillería; incluso lastimosamente hubo bajas en ese periodo en ambos bandos y tal vez haya sido parte de las bajas más tristes porque ya había sido firmado el protocolo de paz y perecieron en ese plazo”, reflexionó.
Avance paraguayo
En la misma tesitura, reconoció que el avance de las tropas paraguayas durante la contienda en el momento en que se decide firmar el tratado de paz había sido sumamente significativo, ya que en aquel momento se encontraban ya en las estribaciones andinas.
“Paraguay había conseguido expulsar a los bolivianos de lo que es denominado Chaco Boreal y ya había llegado a las estribaciones andinas; para ese entonces, Bolivia había desarrollado una contraofensiva contra los paraguayos y, más o menos, en la zona hoy conocida como Lagerenza hay una batalla llamada la batalla de Ingavi, donde los paraguayos derrotan a los bolivianos y firman esta contraofensiva”, explicó el historiador.
Subrayó que aquella victoria fue fundamental porque sobre esa base se establecen posteriormente las famosas líneas de hitos de denominación dada a los territorios que se marcaron durante esos tres años hasta 1938, momento en que se hace la demarcación definitiva de territorios.
El costo de la guerra
Claudio Velázquez se refirió al costo que había pagado la sociedad paraguaya para sostener una contienda bélica de esta magnitud, comentando que, si bien las líneas de comunicaciones paraguayas eran extensas, las mismas también dependían del trabajo y dedicación de un gran número de personas, en especial mujeres que se dedicaban, además de a la sanidad y provisión de alimentos, a la costura y artillería.
“El esfuerzo para sostener la guerra en la sociedad paraguaya había sido gigantesco. Siempre tenemos la costumbre de mirar la guerra desde el lado del conflicto, pero no miramos la retaguardia y todo el esfuerzo que hacían las diferentes poblaciones. El Paraguay ya en líneas generales para junio de 1935 estaba con un fuerte desgaste para sostener la guerra; fue el momento más oportuno para que se dé el cese al fuego”, comentó Velázquez.
El regreso a casa
Muchos soldados habían sido llamados a los fortines ya desde 1928, y permanecieron al frente de batalla hasta 1935; otros, que en gran parte eran miembros de los 24 regimientos paraguayos que se encontraban en el Chaco al momento de la firma del protocolo, recién regresaron en 1938, cuando se firman los acuerdos limítrofes.
Ante esta realidad, Velázquez recordó la historia del teniente pirayuense Juan Delgadillo, quien habría sido uno de los primeros hombres en acudir al llamado de su nación y que, tras su regreso, debió de enfrentar otra gran batalla emocional: la pérdida de su madre.
“Cuando él vuelve tras la guerra a su casa, tanta fue la emoción de su mamá que le termina dando un paro cardíaco al verlo venir. Todas esas cuestiones muchas veces se nos escapan y nos olvidamos de lo que cada soldado habrá vivido en ese periodo, porque no fue nada fácil el momento de la reinserción social”, relató Velázquez.
Explicó que muchos de los hombres que sirvieron al Paraguay regresaron heridos o mutilados y que, si bien recibieron asistencia médica y accedieron a una pensión posteriormente, los primeros meses se encontraban sin un sustento fijo. Así también, quienes regresaron sanos y salvos, no contaban con un trabajo y fueron beneficiados con una bolsa de víveres para los siguientes meses, quedando en búsqueda de un nuevo porvenir.
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Le Mans: 70 años de la tragedia que registró 82 fallecidos
- París, Francia. AFP.
Sábado, 11 de junio de 1955 a las 18:28 locales: el Mercedes 300SLR pilotado por el francés Pierre Levegh golpea a otro monoplaza delante de unas tribunas repletas durante la 23.ª edición de las 24 Horas de Le Mans y sale disparado envuelto en llamas hacia la multitud. Este miércoles se cumplen 70 años de la mayor catástrofe de la historia del automovilismo, apenas tres días antes de que comience la 93ª edición de esta mítica carrera de resintencia, una de las grandes citas anuales de los aficionados al motor.
En ese accidente ocurrido en 1955 fallecieron 82 personas, entre ellas Lavegh, y más de 120 personas resultaron heridas, si bien nunca se estableció un balance definitivo. Pese al desastre, la carrera no se detuvo y el inglés Mike Hawthorn (Jaguar), implicado indirectamente en el accidente, cruzó la línea de meta en cabeza para hacerse con la victoria, que celebró con champán.
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Champán para el vencedor
La consecuencia inmediata de aquella catástrofe fue la retirada inmediata de Mercedes-Benz de las competiciones automóviles. La estrella plateada tardó 30 años en volver a los circuitos.
Después de la tragedia, Suiza prohibió cualquier forma de carreras automovilísticas (con raras excepciones) hasta 2022.
El director de carrera en aquel momento, Charles Faroux, que ocupaba esa función desde los inicios de la legendaria prueba de resistencia en 1923, justificó más tarde que tomó la decisión de no parar la carrera para evitar que los cerca de 300.000 espectadores presentes abandonasen el circuito a la vez, bloqueando los accesos de vehículos de auxilio.
Con alicientes como el duelo entre Mercedes-Benz y Jaguar, arbitrado por Ferrari y Aston Martin, o la presencia de pilotos como el ‘Maestro’ argentino Juan Manuel Fangio, Mike Hawthorn, Peter Collins, Eugenio Castellotti u Olivier Gendebien, grandes estrellas del momento, el espectáculo parecía asegurado.
Las primeras horas de la carrera lo confirmaron: Fangio y el inglés Hawthorn mantuvieron un intenso duelo, batiendo el crono vuelta a vuelta.
Y así fue hasta la 35. Justo después de haber doblado a 240 km/h al Austin Healey de Lance Macklin, Hawthorn decide parar bruscamente en boxes para repostar.
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El motor explotó como una bomba
Frena brutalmente gracias a sus frenos de disco, por aquel entonces revolucionarios, cortando el camino a Macklin, quien lo evita apartándose, pero poniéndose en medio de la trayectoria de Levegh, doblado.
El Mercedes del francés, que llegaba a toda velocidad, impacta contra la parte trasera del monoplaza Austin Healey y sale por los aires, fuera de control.
Fangio, que llega justo por detrás de Levegh, evitó por poco el accidente.
El 300SLR plateado cae sobre un muro entre la pista y las gradas y explota. Su motor situado delante, ardiendo, explota como si se tratase de una bomba en medio de la multitud, troceando y decapitando a los espectadores.
Los primeros bomberos en llegar trataron de apagar el incendio con agua, pero como la carrocería del Mercedes contenía magnesio, el agua alimentó aún más las llamas.
El cuerpo de Levegh yace sobre la pista, con su mono hecho jirones. En medio de la confusión, Hawthorn es obligado a volver a la pista sin haber repostado.
En la siguiente vuelta vuelve a parar y completamente aturdido, no quiere continuar. Es su compañero Ivor Bueb quien toma el volante del Jaguar antes de que el director de la escudería británica, Lofty England, obligue a Hawthorn a volver a tomar el volante.
Una pequeña placa como recuerdo
Después de varias horas de incertidumbre, los dirigentes de Mercedes-Benz, reunidos en Stuttgart, deciden retirar sus monoplazas de las 24 Horas, pese a que Fangio iba en cabeza. Lofty England rechaza hacerlo.
A las 16H00 del domingo, Hawthorn y Bueb ganan la carrera y Hawthorn no duda en beber el champán que le ofrecen. El inglés se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1 en 1958 antes de fallecer en enero de 1959 en un accidente de carretera, en una carrera improvisada contra un amigo que conducía... un Mercedes.
El año siguiente, la pista se ensanchó delante de las tribunas, dejando más espacio para los monoplazas, pero también alejando a los espectadores de la pista. A día de hoy solo queda de recuerdo una pequeña placa fijada en el muro, a los pies de las gradas, en el punto en el que hace 70 años se estrelló el Mercedes de Levegh. En ella se lee “In Memoriam 11 juin 1955” con una simple cruz.