De vaporoso blanco vistió la oscarizada actriz Jennifer Lawrence en el estreno de su película “Die, My Love”, que protagoniza junto a Robert Pattinson. Era un diseño de Christian Dior confeccionado en tafetán de seda en color blanco roto, con corpiño de encaje y falda plisada, inspirado en el “Poulenc de Dior” de 1949. Foto: AFP
Cannes 2025: los mejores momentos de la alfombra roja
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Hoy llega a su final otra gran edición del mayor evento de la cinematografía mundial, una cita anual ineludible para las celebridades del séptimo arte, en la exclusiva Riviera Francesa.
El Palacio de Festivales y Congresos de Cannes, centro de las proyecciones de películas y la entrega de premios del festival, alberga hasta este sábado la entrega número 78 de esta emblemática celebración, tras doce días de intenso movimiento en el mítico Boulevard de la Croisette.
Scarlett Johansson, de Prada,
marca de la que es embajadoraRenate Reinsve, con una pieza
violeta de Louis Vuitton a medidaRosie Huntington Whiteley, de rojo Balenciaga, elevó su estética con joyas de Tiffany & CoJodie Foster se decantó por un vestido plateado de satén de seda firmado por Loewe
Aquí es donde se despliega la icónica alfombra roja de Cannes para recibir a decenas de intérpretes, directores y productores de cine, cantantes, modelos y otras celebrities del mundo del entretenimiento, protagonistas de una verdadera fiesta del cine y de la moda. Y es que Cannes es
una vitrina donde, además de exponer su talento artístico a través de sus nuevas producciones, los famosos se presentan con fabulosos estilismos, haciendo de modelo de emblemáticas maison y gigantes del glamour. Desde sus comienzos, este festival va unido al mundo de la moda, con las estrellas vestidas exclusivamente por marcas que compiten duramente entre bambalinas para poder colocar el máximo de diseños en la alfombra roja.
Envuelta en vaporosos volantes rosa, la modelo y presentadora Heidi Klum se divirtió en la red carpetElle Fanning con un diseño de Giorgio Armani y joyas de CartierAmal Clooney no se complicó y eligió un minimalista, pero sofisticado vestido negro de John GallianoSalma Hayek con vestido y joyas de Gucci
La novedad de este año fueron las nuevas normas de vestir instituidas por la organización del evento. Una de ellas tuvo que ver con la prohibición de lucir “vestidos voluminosos, en particular aquellos con una gran cola” y también “prendas transparentes que dejen algunas zonas del cuerpo en total desnudez”.
Los diseños que revelan considerablemente más que lo que ocultan se convirtieron últimamente en tendencia en las diferentes alfombras rojas tanto de la escena cinematográfica como de la industria musical.
Natalie Portman, con una pieza basada en el modelo México de la colección alta costura de invierno de Dior de 1951. Sus joyas fueron de Tiffany & CoDe impactante verde esmeralda, la modelo y actriz Alessandra Ambrosio derrochó glamour con esta creación de GucciPara su regreso a la alfombra roja de Cannes, tras 14 años de ausencia, Angelina Jolie optó por un vestido de cachemire de ganchillo y lentejuelas de Bruno CucinelliEva Longoria, con un modelo de corte sirena de Tamara Ralph, colección alta costura primavera 2025Emma Stone apostó a un look vanguardista by Louis Vuitton
Muchas invitadas, incluida la oscarizada actriz Halle Berry, miembro del jurado este año, tuvieron que hacer un cambio de última hora en sus vestuarios por no ajustarse al nuevo dress code.
La buena noticia fue que para esta oportunidad se resolvió un viejo drama que ha generado muchas disputas y controversias en los últimos años: Cannes finalmente revió la normativa que exigía a las mujeres lucir tacones altos, decretando que se permiten “zapatos o sandalias elegantes con o sin tacones”.
Bajo estos códigos, las diferentes galas del presente festival derrocharon más elegancia y sofisticación que nunca, dejando momentos memorables que repasamos en este espacio de La Nación del Finde.
La casa Bottega Veneta estuvo detrás del estilismo de Julianne MooreJuliette Binoche, presidenta del jurado de Cannes 2025, lució un diseño de Dior con capucha incluida
NADIA CONQUISTÓ CANNES CON ESTOS LOOKS
En su debut en el mítico Festival Internacional de Cine de Cannes, al que asistió con embajadora de la marca de relojes de lujo Bulova, la supermodelo, empresaria y filántropa paraguaya Nadia Ferreira descolló con diseños muy elegantes y estilosos que potenciaron su esbelta figura y su porte de reina.
Su primera aparición por las calles de la turística ciudad de la Riviera Francesa fue con un estilizado vestido blanco con flecos, firmado por Sandro, sandalias de estampado floral de Christian Louboutin y bolso HermèsEn la Fiesta de Artistas Revelación de Variety y los Globos de Oro lució un vestido que era una auténtica obra maestra de la alta costura. Firmado por el diseñador vietnamita Phan Huy, esta creación con piezas de terciopelo negro demandó más de 250 horas de trabajo artesanalComo aires de reina, Nadia pisó la alfombra roja de la Croisette enfundada en un suntuoso vestido del diseñador libanés Georges Hobeika. Asistió al estreno de la película japonesa RenoirCon un diseño asimétrico gris, en la gala de Artista Revelación de Variety, presentado por BulovaPara la fiesta de Nespresso x GQ optó por un vestido negro decorado con cristales
Grupo seguido por 1 millón de fans revela que fue creado por IA
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El grupo The Velvet Sundown, seguido por 1,1 millón de fans en Spotify, reconoció ser generado por la Inteligencia Artificial (IA), lo que confirma las sospechas sobre esta joven formación de rock de gran éxito. En su nueva semblanza en Spotify consultada el martes por AFP, el grupo admite ser “un proyecto de música sintética guiado por une dirección artística humana, compuesto (...) e ilustrado con el apoyo de la Inteligencia Artificial”.
"No es una farsa, es un espejo. Una provocación artística destinada a cuestionar los límites de la creación, la identidad y el futuro de la música misma en la era de la IA", indicó también el mensaje. En unas semanas de existencia, este grupo con un visual muy al estilo de los años 70 accedió a una súbita fama en Spotify, donde tiene 1,1 millón de fans, y se mostró muy prolífico al publicar dos colecciones en el año 2025.
Este fulgurante ascenso causó dudas de auditores e internautas que sospechaban que el grupo era una creación de la IA. En la página de las colecciones del grupo, Deezer, rival de Spotify, había puesto una advertencia al indicar que era “contenido generado por IA” y subrayó que “algunas piezas de esta colección pueden haber sido creadas con ayuda de la Inteligencia Artificial”.
Preguntado por AFP, Spotify rechazó hacer cualquier comentario sobre el grupo, pero negó cualquier voluntad de dejar prosperar piezas generadas por la IA para no pagar derechos de autor. La irrupción de la IA causa preocupaciones crecientes en la industria musical y en los artistas, que temen ser arrasados por una oleada de música generada artificialmente.
Serie “Menem” se estrena este miércoles tras retraso judicial
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Champaña, autos de lujo y protestas populares son algunas de las imágenes de la nueva serie sobre el expresidente argentino Carlos Menem, ídolo del actual mandatario Javier Milei, que se estrena este miércoles en la plataforma de streaming Prime Video. Presidente entre 1989 y 1999, ‘El Turco’, como lo apodaron por su ascendencia siria, amaba el lujo, las mujeres, los deportes, el manejo de autos caros, los relojes y el vino espumante.
Milei, que asumió en diciembre de 2023, calificó aquel gobierno como el mejor “de los últimos 40 años” por sus reformas económicas liberales. En vida, visitó a Menem (1930-2021) y en 2024 inauguró un busto del exmandatario en la Casa Rosada en Buenos Aires, la sede del ejecutivo.
La miniserie “Menem” comenzó a rodarse en junio de 2023, consta de seis episodios y retrata su ascenso al poder, así como sus altibajos como jefe de Estado. Durante su mandato se privatizaron empresas como la petrolera YPF, en litigio por la expropiación del 51 % de sus acciones en 2012, Aerolíneas Argentinas y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel).
Menem estableció en 1991 por ley que un dólar valía un peso argentino, un esquema que generó súbita abundancia pero que explotó en 2001 y produjo la peor crisis económica en la historia del país, bajo el mandato del conservador Fernando De la Rúa (1999-2001). Las reformas, como la apertura de importaciones, impactaron negativamente sobre las industrias locales. Durante este período el desempleo escaló al 18 % cuando en el país sudamericano rara vez superaba los dos dígitos.
El actor Leonardo Sbaraglia, que encarna al expresidente, dijo que “la serie habla fundamentalmente de cómo poder gestionar eso tan monstruoso como el poder y cómo te puede comer”, en una entrevista con la emisora local Urbana Play el jueves. “Me cambió la perspectiva haber interpretado a Menem”, aseguró Sbaraglia, que había sido crítico con ese gobierno en la década de 1990.
El estreno de la serie se había retrasado por un reclamo de derechos de imagen de los herederos, resuelto en junio cuando la productora presentó una autorización firmada por el exmandatario. Menem nació en la provincia de La Rioja (noroeste), que gobernó entre 1973 y 1989, con una interrupción cuando estuvo preso entre 1976 y 1983, durante la última dictadura militar.
El exmandatario también fue a prisión en 2001, aunque preventiva y domiciliaria, por un juicio por contrabando de armas a Croacia y Ecuador. Fue liberado semanas más tarde por decisión de la Corte Suprema de Justicia y posteriormente absuelto por exceso de plazo en una causa que llevó 25 años.
Fue senador entre 2005 y 2021, y la inmunidad del cargo le evitó la cárcel por los juicios en su contra, entre estos uno por encubrimiento del atentado contra la mutual judía AMIA en 1994, que causó 85 muertos y 300 heridos, y otro por peculado.
Ozzy Osbourne y Black Sabbath se despidieron de los escenarios
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Con una última interpretación de “Paranoid”, su mayor éxito, el mítico rockero inglés Ozzy Osbourne y su grupo Black Sabbath se despidieron el sábado pasado de los escenarios en un concierto en su Birmingham natal que rindió culto al heavy metal. “I love you (los amo)”, gritó con su voz todavía rechinante el carismático cantante a la entregada multitud en el estadio Villa Park, donde se rodeó de grandes estrellas del género.
A sus 76 años, el “Príncipe de las Tinieblas” sufre desde hace varios años la enfermedad de Parkinson. El cantante, que escribió su leyenda al morder la cabeza de un murciélago en pleno concierto, cantó en su despedida sentado, prisionero de sus temblores, en un trono satánico confeccionado para el padrino del heavy metal.
Fue un adiós crudo y emotivo, acompañado de sus compañeros de Black Sabbath y de decenas de miles de seguidores del metal llegados del todo el mundo hasta el estadio del Aston Villa, convertido por una noche en una catedral pagana. “Podría ver nuestro apoyo y eso me hizo llorar”, explicó Lilly Chapman, una seguidora de 29 años, todavía emocionada de ver al rockero “mostrarse vulnerable ante miles de personas”.
El público de Villa Park observa los actos de apoyo durante el concierto “Back to The Beginning”. Foto: Andy Buchanan/AFP
“Una vez en la vida”
Hacía 20 años que Black Sabbath, pionero del heavy metal, no se reunía en su formación original de 1968 (Osbourne como cantante, Tony Iommi en la guitarra, Geezer Butler en el bajo y Bill Ward en la batería).
Si eso no fuera suficiente, a ellos se sumaron otras bandas y músicos emblemáticos como Metallica, Guns N’ Roses, Pantera, Slayer, Tom Morello de Rage Against The Machine, Steven Tyler de Aerosmith o Ron Wood de los Rolling Stones.
Los espectadores, con camisetas de metal, espesas barbas y grandes tatuajes, acompañaban los himnos que conocían al dedillo sacudiendo la cabeza en un ambiente que poco tenía que envidiar al generado por los “villanos”, los seguidores del Aston Villa que suelen ocupar ese lugar.
“Esto solo ocurre una vez en la vida”, decía entusiasmado Rich Newlove, llegado del norte de Inglaterra. Ozzy “estaba en mejor forma y mejor estado de salud de lo que esperaba”, afirmó con una cerveza en la mano tras el concierto.
El sentimiento, sin embargo, es “agridulce” al haberlo podido ver por primera, pero también por última vez.
Algunos llegaron de muy lejos. “Va a ser el mayor concierto de metal de todos los tiempos”, expresó Jared Higginbotham, un estadounidense de 34 años que vino junto a su novia desde Texas.
A pesar de los elevados precios, las entradas para el espectáculo se agotaron en apenas 16 minutos. Los fondos obtenidos se destinarán a organizaciones benéficas como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham.
Henry Broderik, un barrendero de Cambridge de 22 años, se gastó 415 libras (560 dólares) por su entrada porque “era todo lo que quedaba”.
Es el precio a pagar para asistir a la despedida de Ozzy, un ícono conocido por sus fechorías, pero también por la emisión de un programa de telerrealidad de su familia en los años 2000, “The Osbournes”, que se convirtió en un gran éxito en MTV y lo conectó con nuevos públicos. Black Sabbath ha vendido más de 75 millones de álbumes en todo el mundo y es ampliamente reconocido como uno de los pioneros del heavy metal con grandes éxitos como “Paranoid”, “War pigs” o “Iron man”.
El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
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Jimmi Peralta
Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
Guillermo Acosta, profesor de ñandutí. Foto: Matías Amarilla
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia
Centurión (91) son dos hermanas tejedoras. Foto: Matías Amarilla
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
Felipa López (63)
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.