El domingo 2 de setiembre de 1973, 51 años atrás, se registró el único triunfo frente a Bolivia en la altura.

• Por Luis Irala. Nación Media

La Albirroja, luego de realizar por tres semanas trabajos y amistosos de aclimatación en las ciudades peruanas de Cosco y Arequipa, inauguró el grupo 2 del selectivo rumbo al Mundial de Alemania 74, con triunfo de 2-1 sobre Bolivia, en el mismísimo estadio Hernando Siles de La Paz.

Fue la primera experiencia de adaptación a la altura de un combinado paraguayo, que culminó con éxito, a pesar de que no logró el pasaporte para el Mundial alemán. Argentina, el tercer integrante de la llave, alcanzó el boleto para el Mundial.

Aquella eliminatoria fue disputada entre tres grupos de tres selecciones y el ganador de cada llave accedió a la cita ecuménica, uniéndose Brasil, que clasificó directamente por ser el campeón del Mundial de 1970, jugado en México.

Como nunca antes, en el proceso se invirtieron más de 50 millones de guaraníes, una fortuna para la época. Bajo el mando del presidente liguero, Humberto Domínguez Dibb, las tareas se iniciaron en febrero de ese año. En principio, el técnico designado fue el brasileño Amaral, acompañado del preparador físico Raúl Carlesso, de la misma nacionalidad.

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) no veía con buenos ojos la presencia de Argentina en el Mundial europeo del 74 y había firmado con la entonces Liga Paraguaya de Fútbol (LPF) un documento de colaboración y la primera determinación fue el ofrecimiento del dúo Amaral-Carlesso para encarar el fallido intento de ir al Mundial.

Amaral había sido el preparador físico en las conquistas mundiales brasileñas de 1958 (Suecia) y Chile (1962) y uno de los asistentes del técnico Mario Zagallo, en la mítica conquista de México 70. Pese a su seductor currículum, su estadía en la selección paraguaya solo duró cinco meses y fue echado luego de una gira hecha por el Brasil en la que tuvo un entredicho con Saturnino Arrúa, Alcides Sosa y Crispín Rafael Verza, los referentes de ese combinado, incluyendo una agresión al Nino Arrúa.

A los apurones, la LPF designó en vez de Amaral como entrenador de la selección al uruguayo Washington Echamendi y el charrúa fue presentado al plantel el viernes 27 de julio, recomenzando así el proceso para el juego inaugural frente a los bolivianos.

El profesor Carlesso fue mantenido en el cargo de preparador físico, completando el cuerpo técnico los profesionales compatriotas Rubén Montanía y Lucino Pereira.

Tras cerca de 15 días de intensa preparación, el viernes 9 de agosto la delegación guaraní compuesta de 34 personas, incluyendo 22 jugadores, cuerpo técnico y dirigentes viajó rumbo a la ciudad peruana de Arequipa, situada a 2.810 metros sobre el nivel del mar, la primera escala antes de llegar a La Paz.

En esa ciudad, la Albirroja disputó dos amistosos . El primero el miércoles 15 de agosto ante Mariano Melgar, ganando los paraguayos por 3-1, con un par de goles de Saturnino Arrúa y otro de Adalberto Escobar, y el segundo, el viernes 17, ante el Pierola de esa ciudad, también con victoria de 2-0.

Al día siguiente, el sábado 18 la comitiva se trasladó a Cusco en un viaje en tren que duró 19 horas y sin escalas. Cusco, con una altitud de 3.400 metros, era en aquel entonces lo más parecido a La Paz (3.650 m), iniciando el combinado guaraní la última etapa de aclimatación. En esa ciudad se perdió ante Cienciano (2-1, jueves 23 de agosto), con gol de Arrúa y el ciclo preparatorio fue cerrado con una goleada de 6-0 sobre un seleccionado local, el domingo 26.

Los saldos negativos de esa excursión cusqueña resultaron las lesiones de Saturnino Arrúa y del defensor Sergio Rojas, quienes fueron enyesados en el tobillo derecho y la mano derecha, respectivamente, con el objetivo de agilizar el proceso de recuperación.

El jueves 30 de agosto, cuatro días antes del cotejo ante los bolivianos, la delegación paraguaya arribó a La Paz procedente de Cusco y entrenó por tres días seguidos en el mismo escenario del encuentro, el estadio Hernando Siles.

Luego de la primera movilización en La Paz, el cuerpo médico, compuesto por los doctores Tulio Manuel Quiroz y Luis Daumas Ladouce, descartó al Nino Arrúa y al zaguero central Sergio Rojas. Pero inteligentemente decidieron, por indicación del cuerpo técnico, mantener la mala noticia en secreto.

Inclusive, el técnico Echamendi, utilizando toda la experiencia recogida a través del fútbol, “explicaba” a todos los periodistas bolivianos que ambos serían titulares y que no entrenaban solo por precaución. La falta de tecnología en la información de la época hizo el resto y los bolivianos “se tragaron el cuento” y armaron su estrategia defensiva para contrarrestar al gran Nino, el cerebral número “10″ de aquella selección.

El final del proceso concluyó con una gran victoria paraguaya de 2-1. La Albirroja, tras ir perdiendo 1-0, remontó el marcador con goles de Adalberto Escobar, de un tremendo remate cruzado desde unos 25 metros, y otro tanto de Jorge Insfrán, con golpe de cabeza, aprovechando un centro venido de un tiro de esquina disparado por el autor del empate.

Pasaron 51 años de aquella gesta histórica de la selección paraguaya. Desde entonces nunca más se pudo ganar en La Paz en selectivos mundialistas.

De ese plantel de 22 hombres que participaron del inolvidable proceso, 10 de ellos ya se adelantaron en la ida sin retorno. Además de los que participaron del cotejo como Alcides Báez, Pedro Molinas, Juvencio Osorio, Adalberto Escobar, Carlos Diarte y Lorenzo Espinoza, también ya se encuentran en el Olimpo de los inolvidables los que estuvieron en la banca, José Félix Orrego, Emigdio dos Santos y Cristóbal Maldonado, y completa el lote de los que ya nos dejaron antes de tiempo el defensor Sergio Rojas.

“Pasaron 51 años de aquella gesta histórica de la selección paraguaya. Desde entonces nunca más se pudo ganar en La Paz en selectivos mundialistas”.