La noche del Miércoles Santo, 1 de abril de 1953, en Lima, Perú, la Albirroja se proclamó monarca sudamericano al derrotar a Brasil por 3-2, en dramática definición.

  • Por Luis Irala.
  • Nación Media.

El certamen del 53 tuvo que haberse realizado en nuestro país, sin embargo, la entonces Liga Paraguaya de Fútbol no contaba con la infraestructura necesaria y tuvo que trasladar su localía a Perú, con los gastos y ganancias compartidas.

Para dar la vuelta olímpica, los albirrojos tuvieron que vencer por dos veces al poderoso Brasil. La última fecha del torneo se desarrolló el 27 de marzo y Brasil llegaba líder con ocho puntos, seguido por Perú con siete y terceros estaban Paraguay y Chile, con seis.

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En aquella última ronda, Paraguay venció a Brasil 2-1, con anotaciones de Atilio López y Pablo León. Perú perdió 0-3 ante Uruguay y Chile empató ante Bolivia 2-2. Así, guaraníes y brasileños quedaron igualados en la punta de la tabla, con ocho unidades y tenía que disputarse una finalísima para dilucidar el cetro de campeón.

Aquel primer triunfo contra Brasil ya le hubiera dado a Paraguay el título de campeón si no fuera por la protesta perdida contra Perú. El combinado paraguayo había empatado ante los incaicos (2-2), el 8 de marzo, pero perdió el punto fuera de la cancha por haber realizado cuatro cambios, uno más de los tres permitidos.

Los otros resultados de la Albirroja, en Lima, además de los dos triunfos frente a Brasil y la igualdad con Perú, fueron: victoria 3-0 ante Chile (25 de febrero), 0-0 frente Ecuador (4 de marzo), 2-2 con Uruguay (12 de marzo) y otro triunfo de 2-1 contra Bolivia (16 de marzo), en un torneo entre siete seleccionados, disputado con el sistema de todos contra todos.

Al día siguiente de la primera victoria frente a los brasileños, el técnico paraguayo, Manuel Fleitas Solich, tenía pasajes marcados y tuvo que viajar a Brasil para firmar contrato con el Flamengo de Río de Janeiro y se creía que ya no volvería para la finalísima.

Sin embargo, Solich retornó a Perú la tardecita del partido definitorio y del aeropuerto fue directo al estadio Nacional de Lima. Cuando llegó la delegación paraguaya al escenario de la finalísima, ya encontraron al profesor en el vestuario y el júbilo fue total. Así, motivados al máximo, entraron los paraguayos al campo de juego para medir a los verdeamarillos.

La Albirroja fue un aluvión en los primeros 45 minutos. Atilio López abrió el marcador a los 14′, enseguida a los 17′, Manuel Gavilán envió un taponazo de más de 30 metros para marcar el segundo y cerró aquel inolvidable primer tiempo el gol de Rubén Fernández, a los 41 minutos.

Quién lo iba a creer, 3-0 a Brasil al término de la primera etapa. Pero la reacción no se hizo esperar y sobre los 20 minutos de la complementaria, el rival ya había descontado con dos anotaciones de Baltazar.

Lo que quedó del partido fueron los 25 minutos finales más largos y dramáticos que pudo haber afrontado la Albirroja en su historial.

A pesar de los incontables ataques del rival, el 3 a 2 no se modificó hasta el final del encuentro y de esa manera, en la Semana Santa del 53, aquel inolvidable miércoles 1 de abril, Paraguay consiguió el primer título de campeón sudamericano en su historia.

Para dar la vuelta olímpica, los albirrojos tuvieron que vencer por dos veces al poderoso Brasil”.

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