El aumento de la energía corporal o la regulación de la insulina son solo dos de los innumerables beneficios que trae el hecho de dismi­nuir el azúcar en nuestra alimentación diaria. Una investigación realizada por expertos del Hospital “St. Joseph de Orange” en California (Estados Unidos) reporta que los efectos posi­tivos de la limitación de la sacarosa son casi inmedia­tos. Al instante se puede dis­frutar de una presión arte­rial más baja, niveles más saludables de grasa e insu­lina y mejores digestiones.

Al principio, limitar el con­sumo de azúcar resulta un poco complicado para casi la mayoría de las personas. La falta de este ingrediente para estimular el cerebro hace que se piense más en alimentos dulces conti­nuamente. Sin embargo, con el paso de los días, el organismo comienza a experimentar todo tipo de beneficios. Por ejemplo, la insulina (hormona que regula la glucosa) empieza a estabilizarse.

GRANDES RIESGOS

El consumo desproporcio­nado de azúcar aumenta además el riesgo de enfer­medades cardiacas, infla­mación crónica, enferme­dad hepática no alcohólica y puede causar diabetes y obesidad. De ahí la impor­tancia de limitar su ingesta en la dieta.

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Se recomienda disminuir el consumo de azúcar de forma gradual para no hacerlo de golpe y ocasionar desba­lances de la glucosa en san­gre. Al inicio, se debe evitar añadir azúcar al café o a los postres a fin de adaptar el paladar a los sabores reales de los alimentos. Otro de los consejos apunta a reempla­zar los alimentos con alto contenido de azúcares por alimentos naturales como las frutas de estación, ya que aportan vitaminas, minera­les y fibra, nutrientes esen­ciales para cuidar la salud.

Se recomienda disminuir el consumo de azúcar de forma gradual para no hacerlo de golpe y ocasionar desbalances de la glucosa en sangre.

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