Obras para diversos gustos ofrece este fin de semana la cartelera teatral de Asunción: “Drácula”, “Ay, Dios mío” y “Salve, rey de los impíos”, se destacan en la agenda. Con actuación de Javier Lacognata, Lidia López, Raúl Dionisi, Kiara Coronel y Ronald Maluf, libreto de Patricia Reyna y dirección de Juan Carlos Cañete, se presenta hoy y mañana a las 18:00 la obra “Drácula, una mordida de alegría”, en el Teatro Latino (Tte. Fariña casi Iturbe).
La propuesta de teatro infantil aborda con humor la historia de Drácula, quien trata de enamorar a sus vecinas Lucy y Mina, con fines poco claros. Las entradas tienen un costo de G. 50.000.
Por otra parte, en Arlequín Teatro sigue en agenda la obra “Ay, Dios mío”, de Anat Gov, dramaturga israelí. La puesta cuenta con la actuación de Ana María Imizcoz y José Luis Ardissone, bajo la dirección de Patricia Reyna.
La obra presenta diálogos muy interesantes en clave de una comedia tierna y reflexiva. Completa el elenco Matías Miranda, quien da vida a un joven autista.
Anat Gov estudió artes teatrales en la Universidad de Tel Aviv y comenzó su carrera como actriz, pero se retiró después de su primera actuación. Escribió varios y muy exitosos programas de televisión, algunos conducidos por su marido, Gidi Gov. En 2011 ganó un premio por su obra “Final feliz”, la que trata del enfrentamiento de la protagonista frente al cáncer.
Las funciones son hoy a las 21:00 y mañana a las 20:00.
Otra opción para la cartelera se presentará a las 20:00 en la sala La Correa (Azara casi Don Bosco), se trata de la puesta “Salve, rey de los impíos”, escrita y dirigida por Marco Mendoza. El elenco está compuesto por Natalia Bogarín, Milagros Rolón y Marco Mendoza.
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Pueblo serbio se impone a Rumania con leyenda del primer vampiro
Rumania es conocido como el país del legendario Drácula, pero es en Serbia, hace 300 años, donde un vampiro habría sido visto por primera vez. El pueblo de Kisiljevo busca reivindicar su título de cuna de estos personajes chupasangres... y a los turistas que conlleva. Para seguir la pista de Petar Blagojevic, primer vampiro, hay que adentrarse en un pequeño cementerio situado entre tres maizales y un lago, a unos 100 km al este de Belgrado.
Cuenta la leyenda que fue allí, a principios del verano de 1725, donde los aldeanos desenterraron el cuerpo de Peter Blagojevic, de quien sospechaban que se levantaba de entre los muertos por la noche para matar a gente inocente. “Fue un día de junio o julio. Llamaron a un sacerdote y abrieron la tumba”, explica Mirko Bogicevic, cuya familia ha vivido en Kisiljevo durante once generaciones.
“Encontraron un cuerpo completamente intacto. Cuando le clavaron una estaca de madera de espino en el corazón, empezó a manar sangre fresca de la boca y los oídos. Todos los que estaban allí se dieron cuenta de que no era ninguna broma”, afirma el exalcalde del pueblo y biógrafo oficioso de Petar Blagojevic. “Probablemente era un hombre corriente que tuvo la suerte -o la desgracia- de convertirse en vampiro. Todo lo que sabemos de él es que procedía de Kisiljevo, y su nombre aparece en los registros desde 1700 aproximadamente”, prosigue, sosteniendo un ejemplar del Wienerisches Diarium del 21 de julio de 1725, la gaceta de la corte vienesa.
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El artículo marca el inicio del mito del vampiro de Kisiljevo. Basándose en los relatos de médicos y militares austriacos, es probable que la histopria surgiera de un error de traducción, afirma Clemens Ruthner, director del Centro de Estudios Europeos del Trinity College de Dublín.
“Hay una antigua palabra búlgara, Upior, que significa ‘mala persona’. En mi opinión, los aldeanos la murmuraron y los médicos la malinterpretaron, escribiendo ‘vampiro’ en su informe”, explica Ruthner.
Potencial
Trescientos años después, nadie sabe que Serbia vio surgir al primer vampiro, pero varios habitantes de Kisiljevo están decididos a remediarlo. Son ellos quienes encontraron la tumba de Blagojevic, cuya ubicación se había mantenido en secreto, por olvido y superstición.
“El potencial es inmenso”, asegura Dajana Stojanovic, directora de la oficina de turismo. “Hay muchos mitos y leyendas vinculados a nuestra región. Y no hablo solo de la historia de Petar Blagojevic, sino también de la magia valaca. Cada pueblo tiene sus propias tradiciones”, añade, refiriéndose a los ritos, a veces tachados de magia negra, que aún existen en esta región fronteriza con Rumanía.
“Creo que hay cosas que no se pueden explicar”, coincide Mirko Bogicevic. “Nuestras almas no están solo dentro de nosotros. Y si creemos en la vida después de la muerte, en Jesús, ¿por qué no íbamos a creer en todo eso?“.
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Entonces, ¿Petar era un vampiro? “El vampirismo, como la brujería, son modelos muy comunes para explicar lo que no podemos explicar. Especialmente fenómenos colectivos como las epidemias”, dice Ruthner, citando la teoría de una epidemia de carbunco ocurrida en Serbia a principios del siglo XVIII y que habría sido responsable de las muertes atribuidas a Blagojevic.
“La narrativa del vampirismo es pensamiento mágico. En lugar de suponer una razón desconocida, como las bacterias, se encuentra un culpable: una persona malvada muere y se lleva a otros con ella a la tumba”, agrega. En Kisiljevo, por si acaso, la gente guarda botellas de Rakia, el aguardiente serbio, infusionado con guindilla y... ajo, el más conocido ‘espantavampiros’.
Fuente: AFP.
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Encuentran cuento de Bram Stoker perdido 130 años
Quedó olvidado en los archivos de la Biblioteca Nacional de Dublín: un cuento de Bram Stoker, conocido mundialmente por ser el autor de “Drácula”, fue encontrado por un admirador del escritor más de 130 años después de su publicación. Titulada “Gibbet Hill”, esta historia se publicó en un suplemento navideño de la edición de Dublín del periódico The Daily Mail en 1890, pero nunca había sido citada en ninguna obra o biografía sobre Bram Stoker.
Brian Cleary, escritor e historiador aficionado de 44 años, consiguió este tesoro en octubre de 2023, mientras aprovechaba un período de convalecencia tras una operación para satisfacer su interés por el autor de “Drácula”, dublinés como él. “Me senté en la biblioteca estupefacto ante el hecho de que potencialmente tenía en mis manos una historia de fantasmas olvidada de Stoker”, dijo Cleary a la AFP en el interior del Casino en Marino, el famoso edificio neoclásico de Dublín donde se expone el texto por primera vez.
Le sorprende especialmente descubrir que la historia data “más o menos de la época en que Bram Stoker estaba escribiendo ‘Drácula’ y que contiene elementos de esta novela epistolar publicada en 1897. “Me senté a mirar la pantalla y me pregunté: ‘¿Soy la única persona en la Tierra que ha leído esto?’. Luego: ‘¿Qué voy a hacer con esto?’”, recuerda.
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Cleary llevó a cabo una investigación en profundidad para comprobar su extraordinario hallazgo y entrevistó a Paul Murray, biógrafo y experto en Stoker, quien confirmó que la noticia había permanecido desconocida hasta ahora. “‘Gibbet Hill’ es muy importante para comprender la evolución de Stoker como escritor. En 1890, era un autor joven y había tomado sus primeras notas para ‘Drácula’”, explica Murray a AFP.
“Es una historia típica de Stoker, la lucha entre el bien y el mal, un mal que surge de maneras sorprendentes e inexplicables, y constituye un paso en su viaje que culminará con la publicación de ‘Drácula’”, agrega. Este macabro cuento narra la historia de un marinero asesinado por tres delincuentes cuyos cuerpos fueron colgados, como una advertencia fantasmal a los viajeros que pasan.
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Fuente: AFP.
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El Teatro Latino prepara “Un gran regalo navideño”
Esta tarde tendrá su última función el espectáculo llamado “Un gran regalo navideño”, que recrea a los personajes e historias típicas de la Navidad, con música en vivo, teatro y danza, a partir de las 18:00 en el Teatro Latino (Tte. Fariña casi Iturbe).
Se trata de un show para toda la familia que tendrá en escena a Papá Noel, El Grinch y duendes muy traviesos, con guion y dirección de Nuvia Acuña.
Darán la apertura los niños de la academia de Ballet Compasses con coreografías alegóricas a la Navidad. Luego Iván Colmán (Duendino) y Natalia Gauto (Duendina) transportarán al público a un mundo de fantasía y alegría con sus interpretaciones llenas de encanto y vitalidad. Prepárense para sumergirse en una aventura única, donde la magia y la diversión se entrelazan de manera fascinante.
Por su parte, Misael Centurión dará vida al inolvidable Papá Noel. Con su calidez y generosidad capturará los corazones de todos los presentes, transmitiendo la esencia pura y el espíritu navideño que tanto caracteriza a este emblemático personaje.
La conducción estará a cargo de Giuliano Alsina, Gustavo Cabaña recreará a su personaje Lazarito, que cautiva con su profundidad y autenticidad. La música en vivo estará a cargo de la cantante Andrea Valobra, quien abordará clásicos propios del repertorio de las fiestas de fin de año. Las entradas están disponibles a través de la Red UTS a un precio de G. 50.000.
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Vlad el Empalador, el verdadero Drácula vampirizado por la ficción
Con motivo de la festividad de Halloween, un circuito acerca al público a la figura histórica del príncipe rumano en que se inspiró el escritor irlandés Bram Stoker para la creación de su icónico personaje, un vampiro que salía por las noches de su tumba para beber sangre.
- Blaise Gauquelin y Ionut Iorda
- Fotos: AFP
Niklas Schütz, de 10 años, corre con una capa negra por los pasillos de un castillo fortificado encaramado en una montaña en Austria. Participa en una visita guiada nocturna sobre Vlad Tepes, el “verdadero” Drácula.
“Era un príncipe de Rumania, pero no era un vampiro”, dice este escolar que sigue al grupo, linterna en la mano, bajo un cielo tormentoso en Forchtenstein, en el este de Austria.
La misión de esta fortaleza, que ha preparado un programa especial para Halloween, es dar a conocer la figura histórica eclipsada por el personaje de dientes puntiagudos creado por el escritor irlandés Bram Stoker.
El castillo contiene uno de los pocos cuadros que representan como un héroe cristiano a este ilustre antecesor reivindicado por la familia húngara Esterhazy, propietaria del recinto hasta hace poco.
“Nacido en 1431, durante mucho tiempo quedó en la historia como un personaje positivo” que combatió valientemente a los otomanos, de los que fue prisionero en su infancia, explica Florian Bayer, director de las colecciones.
BOSQUE DE PALOS
Reinó sobre Valaquia, un principado rumanófono vasallo del reino de Hungría. Su nombre de Drácula significaba “hijo del dragón” y estaba desprovisto entonces de cualquier connotación diabólica.
Se lo debía a su padre que había sido condecorado en la Orden del Dragón (“drak”, en eslavo).
Era un “hombre muy apuesto”, que vestía un “traje medio oriental adornado con diamantes”, con “pelo largo” y una complexión imponente que “inspiraba amor en las mujeres”, cuenta el historiador Dan Ioan Muresan.
“Se casó con una prima del rey, dando lugar a una rama de la que desciende la familia real británica”, dice el medievalista. Al rey Carlos III, enamorado de Rumania, le gustaba recordar estos lazos de sangre.
Fue una figura importante, de tenaz reputación sanguinaria. En Constantinopla se lo conocía como Vlad el Empalador, por haber aventajado al mismo Imperio otomano en la práctica a gran escala de esta terrorífica tortura que privaba a las víctimas de entierro.
“La práctica no era solamente militar, también la usaba internamente y contra los mercantes alemanes de las ciudades de la Transilvania vecina, sus rivales económicos”, explica el historiador.
En los comienzos de la imprenta, se lo representaba rodeado de un bosque de palos sobre los que agonizaban sus adversarios.
ADAPTACIÓN AL CINE
Siglos después, esta fama alimentó el imaginario de Bram Stoker, célebre por la novela gótica publicada en 1897 y ambientada en los Balcanes con obstinadas supersticiones vampiristas.
El autor irlandés conservó el nombre de Drácula, pero lo transformó en un anticristo romántico que sale de noche de su tumba para beber sangre.
La obra ha sido adaptada en multitud de ocasiones para el cine, lo que ha convertido al vampiro en un ícono de la cultura popular.
“Hasta los años 1960, no se asociaba el personaje imaginado por Bram Stoker con Vlad Tepes”, apunta Bogdan Popovici, jefe de los archivos de Brasov en Rumania, donde se conservan los manuscritos del príncipe, huellas materiales de su existencia.
“Son los comunistas quienes comenzaron a hacerlo para el mercado occidental con el fin de atraer turistas”, señala.
El régimen del dictador comunista Nicolae Ceausescu intentó resucitar a Vlad como héroe nacional a la vez que ingresaba importantes sumas vendiendo el mito.
Pero, paradójicamente, el régimen comunista era cuidadoso al diferenciar entre el Drácula real del personaje de ficción en su misión de erradicar las tradiciones paganas.
LÁGRIMAS DE SANGRE
“Los rumanos nunca se reconocieron en esta figura, que sale de un imaginario extranjero vinculado a una realidad exotizada”, estima Dan Ioan Muresan. “Se explota un poco como atrapaturistas”, agrega.
El castillo de Bran, donde el escritor irlandés ambientó su novela pero donde nunca vivió el príncipe medieval, continúa acogiendo miles de visitantes en busca de escalofríos.
El misterio persiste sobre la sepultura de Vlad Tepes, asesinado en 1476 por los suyos tras una conspiración.
Su cuero cabelludo probablemente fue enviado a Constantinopla para confirmar su muerte, explican los especialistas, enfrentados sobre el destino de su cuerpo.
Según algunos, fue enterrado en un monasterio al norte de la capital. Otros estiman que está más al sur y organizan a hurtadillas misas por la paz de su alma.
Señal de la fascinación que pervive alrededor de su figura, un estudio científico italiano reciente con base en sus cartas manuscritas demostró que, al menos en los últimos años de su vida, sufría hemolacria. Es una condición física que causa que la persona afectada pueda vertir lágrimas de sangre, un detalle que a buen seguro alimentará el mito de Drácula durante mucho tiempo más.