”El Paraguayo ya no debe ser un extranjero en su país, debe ser un turista”, dice Gustavo “Zenoura” Pereira, fotógrafo apasionado por los viajes y los paisajes. Como es además un programador inquieto, pensó en cómo ayudar a la gente a tener la información para disfrutar del paisaje nacional. “Paraguay te espera” suele repetir en sus redes invitando a dejar las ciudades y adentrarse en ríos, arroyos, lagunas, montañas, bosques y selvas que supo retratar en imágenes conmovedoras.”

Le pusieron de marcante Zenoura (zanahoria en portugués) por su cabellera anaranjada, algo que lo distingue y lo identifica a la vez. En las fotos de sus redes aparece vestido como inglés de 1930.

“Hago el tour histórico por lo que fue la fábrica Liebig en Zeballos Cue, que se inauguró en 1923 y se cerró en 1978. Fue una de las industrias más gran­des de Paraguay. Ahí desarro­llé el museo y la recuperación de su historia a través de un tour guiado por las instalacio­nes, que pronto estará disponi­ble para el público en general”, comentó explicando el porqué del atuendo.

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Experto en informática, es también un fotógrafo destacado del paisaje nacional. Aquí la historia de su servicio en las redes promoviendo el turismo interno en diálogo con La Nación/Nación Media.

–¿Cómo surgió la idea de Bienvenido Paraguay, las recomendaciones en redes para visitar el país?

–Comencé a compartir mis via­jes por Paraguay y Sudamérica a través de la fotografía digital en 2004. En aquel entonces uti­lizaba los foros nacionales como Chatpy, Yagua, Lajaula, Radio­soo, etc. Luego llega el Orkut en 2005 y a finales de esa década el Facebook. Para ese entonces ya habíamos dejado los foros por ser obsoletos y comenzábamos a utilizar los blogs persona­les. En 2009 comencé mi blog Cazador de Instantes en Blogs­pot y en 2010, luego de culminar mis últimos viajes por Sudamé­rica, sentí que debía hacer algo diferente y único. En aquella incipiente época digital, las per­sonas del exterior me pregunta­ban sobre qué hacer y qué visi­tar en Paraguay y no teníamos un sitio web que pueda mostrar la información turística sobre el Paraguay de manera deta­llada y explicada. En mis viajes al exterior había utilizado pla­taformas en aquellos países que estaban mucho más adelanta­dos y desarrollados, por lo que al volver sentí la necesidad de dos cosas: primero, dedicarme únicamente a generar conte­nido sobre Paraguay (en cuanto a su turismo, cultura, folclore) y segundo, pasar al siguiente nivel en cuanto a las platafor­mas y la manera de mostrar mi contenido.

–Y allí se prendió la lam­parita…

–Estaba decidido a abandonar los foros y plataformas foráneas y como soy programador web (desde 1996) he evolucionado con la informática y con inter­net desde que llegó al país, por lo que creé mi propia plataforma y portal web: www.bienveni­doaparaguay.com.

Durante 2010, 2011 y primer trimestre de 2012 viajé por todo el país cada fin de semana, obtuve información y lugares antes que nadie y en paralelo iba compartiendo mis viajes en el blog mencionado mien­tras que en paralelo iba desa­rrollando mi website sin habi­litarlo al público. Recién vio la luz antes de la Semana Santa de 2012, donde abrí el acceso para que todos puedan leer y conocer.

AÑOS DE TRABAJO

–Conseguiste fotogra­fiar casi todos los lugares turísticos del país. ¿Cómo fuiste haciendo?

–Justamente ese año 2012 hice un trabajo en Alto Paraguay y fue allí donde finalmente pude completar el último departa­mento del país que me faltaba.

Incluso cuando era chico ya había viajado al Chaco y Nueva Asunción, dos departamentos que desaparecieron en 1992, así que puedo decir que conocí los 19 que teníamos. En esos pri­meros dos años de desarro­llo del sitio (2010/2011), cada viaje de fin de semana era para aprender, para fotografiar, para investigar y luego venir a car­garlo al website y escribir sobre ellos. También hacía algunas cosas para mi blog, pero la prio­ridad era el sitio web. Imaginate hacer algo que el público aún no podía verlo. Incluso mi familia desconocía las madrugadas que estuve trabajando en ello o los encuentros familiares que me perdí detrás de este sueño.

–¿Cómo te preparás para capturar el paisaje para­guayo?, ¿hay algunos tru­cos, tips, para este tipo de imagen?

–A diferencia de otros países que nos arrebatan suspiros con montañas, con nieve, con mar o desiertos y que es cues­tión de obtener las fotografías más increíbles simplemente incluso con un mal celular, en Paraguay se trata de todo un desafío. Tenemos que compe­tir con destinos mucho más poderosos y desarrollados y la historia de la “calidad y la hos­pitalidad” paraguaya no se pue­den plasmar en fotos, por lo que debemos atraer al público con lo que les invite a venir y luego allí se llevan el premio mayor, que es nuestro factor humano. Así que para un destino, había que lograr una foto sea como el hit de un disco musical y las demás fotos sean como las músicas de relleno. Sobre los tips, podría decir que siempre buscaba que el sol juegue a mi favor, también las nubes en el cielo, los atar­deceres luego de una lluvia y algunas veces la presencia humana para poder magnificar el tamaño de un salto, por ejem­plo. No soy muy fan de las fotos con drone, porque yo buscaba que la persona se sitúe donde yo estuve cuando vea una foto. Así, cuando esa persona visite el lugar pueda experimentarlo como yo.

LOS CUATRO IMPERDIBLES

–¿Cuáles te parecen los cua­tro lugares imperdibles que se deben visitar en Para­guay?

–Definitivamente en mi top 1 está la cordillera del Ybytyruzú con todo su poten­cial y sus misterios. El cerro Akatí, cerro Tres Kandú, Cerro Corá; luego la natura­leza compenetrada con la his­toria en el gran Ñeembucú como Cerrito, Mayor Martí­nez, Humaitá; la belleza y los secretos que guarda el norte como Tagatiyá, las cavernas en Vallemí y los cenotes Ojo de Mar y Kururukua y por último el Chaco, que seduce al público más aventurero y te lleva al límite: lagunas saladas en época de flamencos rosados, Bahía Negra (Tres Gigantes), Cerro León.

–¿Pensás que es posible construir circuitos integra­dores que permitan visitar dos o tres departamentos en un fin de semana largo, por ejemplo?

–Efectivamente se pueden construir y además existen, pero hay que tener algo en cuenta: descentralizar. Me refiero a que no podemos medir todo desde Asunción, no pode­mos usar la capital como eje. Por eso, en mi website cuando me refiero a un punto turístico utilizo la capital departamental como eje o una ciudad grande conocida. Los tours y agencias te venden experiencias que parten desde Asunción y eso ya no va, porque se te va todo el presupuesto en combustible y en horas dentro de un vehí­culo. La oferta y paquetes debe­rían pensarse para que puedas accederlos estando vos en esa ciudad. Te pongo un ejemplo: estás en Encarnación durante el verano o en la época del car­naval y viajaste por tu cuenta. Digamos que ya fuiste a la playa, ya disfrutaste de la costanera y otros lugares de la ciudad y querés algo más. Entonces, las agencias deberían prepararte paquetes que se puedan cum­plir en un día o dos por la región de Itapúa y llevarte a las Misio­nes Jesuíticas y una experien­cia antropológica en la comu­nidad Guaviramí, luego a los circuitos de turismo aventura en Nueva Alborada, luego a las experiencias industriales de la yerba mate y gastronomía de colectividades en las Colonias Unidas, luego rumbo al nor­deste itapuense a los magnífi­cos saltos en Capitán Meza o el majestuoso Paraná en Carlos A. López. ¿Ves? Te construí un circuito turístico con algunas ciudades que muchos paragua­yos ni oyeron hablar.

LISTOS PARA EL VERANO

–Cuando hablamos de pla­yas, ¿cuáles recomendarías?

–Sobre el río Paraná y acá me voy a hacer un poco del loco: playa Laguna Sirena de Cerrito, playa Isla Pombero de Cerrito, playa Isla Karas­hái de Cerrito, playa Tacuary y playa Pirayú de Carmen del Paraná, isla Paraíso en Ayolas, isla Coratei en Ayolas, playa de Costanera de Hernandarias, playa Mbói Ka’ê de Encarna­ción, playa San José de Encarnación, playa Punta Arena de Mayor Martínez, playa Kua­rahy Reike en Itá Corá, playa de Bella Vista Sur, playa de Ayolas, playa de Salto del Guairá, playa de Capitán Meza, playa Potre­rito de General Díaz, playa Isla Guasu en Panchito López. Y sobre el río Paraguay y otros: playa de Pilar, playa de Villa Florida, playa de Yhú, Playa de Quyquyhó (Espinillar), playa de Iturbe, playa de Nueva Germa­nia. Estas últimas son práctica­mente municipales y todas las mencionadas en esta lista son de acceso gratuito.

–Se ven más posibilidades de experimentar senderismo y deportes extremos. ¿Cómo estás viendo esta movida y cuáles son los lugares que te parece tienen potencial?

–No solo lo veo crecientes, sino que los veo bien desarrollados en muchos sitios. Hay dema­siados lugares con circuitos de turismo aventura (el tér­mino adecuado sería ese más que deporte extremo o ecotu­rismo). Si vamos por los más grandes y experimentados, está AventuraXtrema en San Bernardino, que creó circuitos increíbles dentro de una ciudad que la gente solo asocia con veranos y bollos. Luego tenés El Escondido en Caacupé, un envidiable circuito en Chaku­rru (Pedro Juan Caballero), lo increíble del Indio Dormido y el Museo del Árbol en Nueva Alborada, la belleza incon­mensurable de unos circuitos junto a las cataratas del Mon­day, lo hipnótico de las caver­nas en Vallemí. Luego de luga­res que necesitan desarrollar su potencial. Sería un ejemplo Ojo de Mar, donde el municipio invierta en chalecos salvavidas y botes inflables para alquilar y que la gente pueda pasear en una de las bellezas más increí­bles y únicas del país, así como en su cercana Kururukua, a la que solo puede accederse haciendo rappel. La misma cosa se necesita en Pedro Juan y la novel Cerro Corá, que tienen unas serranías increíbles que merecen tirolesas, ascensos y descensos vía rappel.

PENSAR EN GRANDE

–Con base en tu experien­cia de viajero, ¿qué pensás que se debe hacer a nivel gobierno y actividad privada para atraer más al impor­tante turismo extranjero que visita Sudamérica?

Los municipios deben enten­der que el turismo es uno de los negocios más importantes porque potencia su ciudad y de alguna manera trae dinero que no estaba en la economía local. Para mí, el turismo no es hablar del que vende hielo para el tereré o una empa­nada, esos negocios siempre venderán hielo o empanada independientemente si se detiene un vehículo con cinco personas. Acá hay que pensar en grande, pensar en varias miniván locales para doce personas haciendo tours por la ciudad misma y ciudades aledañas, con paquetes defi­nidos y accesibles, no que se te vaya todo el presupuesto en combustible por viajar desde la capital. En Pirayú desarro­llé el restaurante Eduvigis, donde me encargué de la idea, creatividad, diseño, temática y lo convertimos en un ícono de la ciudad, donde luego de su éxito (comenzamos en 2015) la propia ciudad comenzó a potenciar su turismo debido a que al menos 400 personas llegaban cada fin de semana para comer en el restaurante y después querían hacer algo por una ciudad que nunca había estado antes y poco y nada figuraba en el mapa turístico. En Piribebuy desa­rrollé por ejemplo el Tour del Queso, en la quesería artesa­nal Procole, y no se trata de venderte el viaje hasta Piribe­buy, sino que vos te vayas por tu cuenta y ahí estando en la ciudad podés hacer el tour por la quesería y luego del éxito (comenzamos en 2021) se anexaron otros paseos como el Tour de la Moringa, el Paseo de las Palmeras, una cervece­ría/destilería local llamada Retã y actualmente estoy desarrollando un nuevo tour que tiene que ver con el agua, todo dentro de Piribebuy, que siempre fue conocida por sus arroyos y balnearios.

–Además de trenes, ¿no faltaría una política para mejorar los buses al inte­rior?

–Soy viajero de buses, en posts con bastante humor que suelo escribir en mis dos perfiles siempre comparto anécdotas de mis viajes en bus porque ya me ha pasado de todo y al público le encan­tan esas historias llenas de picardía y realidad, porque me lo tomo así. Pero al inicio de este reportaje te comen­taba de mis últimos viajes por Sudamérica en 2010. Imaginate que en esa época yo pude comprar mi pasaje por internet y cuando lle­gaba a esos países le presen­taba un e-mail que yo mismo había impreso, con un código. Estoy hablando de una anti­güedad que acá ni la tuvimos. Tuvo que llegar la tecnología recién allá por 2020 con pla­taforma 10 por ejemplo, que te permite comprar tu pasaje usando tu tarjeta de débito o giros de telefonía y ya asegu­rás tu lugar en el micro. Sin embargo, he tratado de acer­carme a autoridades electas (senadores) con la idea de que se debe hacer una reforma del sistema de transporte y debe ser un trabajo integral que reúna a Dinatran, Viceminis­terio de Transporte, Secreta­ría de Turismo. El problema es que los senadores ni usan buses de media distancia, así que desconocen el día a día.

–¿Cómo sería?

–Hagamos una analogía. El sistema de movilización en las ciudades mejoró con la llegada de las plataformas de movilidad, ya que el taxi se volvió un sistema obso­leto. Con respecto al trans­porte de pasajeros, estamos en la obsolescencia hace años y necesitamos pasar al siguiente nivel. ¿Por qué me involucré también en esto? Bueno, primero como te dije soy viajero de bus y lo dis­fruto, el tren me parece que es un unicornio todavía y en una de las renovaciones de Bienvenido a Paraguay, la de 2017, incluí un sistema que te permite ver los horarios de los buses y estuve como un mes y medio solicitando informa­ción a la terminal de buses de Asunción y al final me pasa­ron todo mal. Yo solo pedía la info y yo me encargaba de hacer un sistema accesi­ble para que se pueda ver en internet porque la página web de la Terminal lastimo­samente daba pena y ver­güenza, no tenía horarios y seguía mostrando líneas de colectivos que ya ni existían.

–Es importante el desarro­llo de ese servicio...

–Sí, claro, luego en 2018 traté de ir un nivel más arriba y soli­cité la información a la propia Dirección Nacional de Trans­porte (Dinatran) y también tardaron en pasarme, pero lo conseguí. Sin embargo, ya no pude dedicarle más tiempo libre a los sistemas que iba creando sobre todo porque el website no produce ingresos monetarios, lo hice como un servicio accesible para todos. Así que el sistema que arma las rutas de buses en Bienve­nido a Paraguay seguirá en agua de borrajas (entre las prioridades de mi vida ahora mismo). Pero esto no debería venir de mí, sino de los pro­pios ministerios que tienen el tiempo y el caudal económico para desarrollar estas plata­formas. Olvidemonos del tren por ahora, primero hay que fortalecer el sistema actual de transporte con una reforma, con el uso de la tecnología y con controles 24 horas para que no ocurran humillacio­nes por las que a veces debe pasar un viajero.

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