Mañana domingo 30 de julio celebramos el Día de la Amistad. Por ello, decidimos celebrar a una de las amistades más conocidas del país. Hablamos de la dupla conformada por Mazizo Torres y Carlos Turrini, el par de locutores que forjaron su amistad en la cabina de radio con el programa “Animales”, estrenado en 2003.
“Yo le conozco a Turri desde el año 2002, porque abrió un boliche al lado de mi boliche. Yo tenía un bar que se llamaba Acústico en la misma galería, Turri abrió un lugar que se llamó Pulso. Nos conocimos como mi competencia, pero nos prestábamos lo que nos faltaba, a él le faltaba hielo, nos prestábamos, cerveza, whisky, lo que faltaba, nos hacíamos el aguante”, recordó Mazizo Torres.
Así fue que Torres invitó a Turrini a participar de un programa de radio, que en principio se llamó “Tarde de perros”, pero en enero de 2003 con la participación de Turrini cambió a “Animales”, programa que cumplirá 21 años. “Fue al aire que nos fuimos haciendo amigos, la pasión que tenemos los dos por la radio nos unió mucho y hoy día es una amistad que tiene más de 20 años”, contó Carlos Turrini.
ANÉCDOTAS
Turrini contó que en más de dos décadas de amistad han compartido varios viajes, fiestas, encuentros y que incluso en una ocasión Torres lo salvó cuando no llevó su cédula de identidad a un viaje a Encarnación. Asimismo, Mazizo recordó una pintoresca anécdota con su amigo. “Me tocó buscarle y sacarle de una comisaría porque le demoraron a él y a otros amigos mediáticos por error”, relató.
Torres rememoró que en dicha ocasión estaba en compañía de un amigo abogado en un bar, por lo que fueron al rescate de Turrini. “Le saqué de la comisaría”, dijo entre risas. El par de amigos reveló cuál es su secreto para mantener tantos años de amistad. Turrini aconsejó “ser una persona auténtica. De esa manera se va fortaleciendo, en nuestra amistad hay mucha responsabilidad, hay compromiso, creo que esos factores hacen que hoy en día sea uno de mis mejores amigos”.
“Animales” es un programa que cumple 20 años
ACTITUD
Por su parte, Mazizo Torres agregó: “Lo bueno de Turri, en primer lugar, es que es un buen tipo, siempre positivo, siempre tenemos alguna idea y la llevamos para adelante. No importa lo que vaya a pasar, arrancamos como un programa de radio, pero terminamos haciendo grandes festivales de música, terminamos fomentando la música de nuestro país, en 2003 poníamos rock nacional”.
Ambos han trabajado por dos décadas juntos en su proyecto “Animales”. Torres indicó que con los años han tenido roces, pero que cada uno supo sobrellevar los días malos del otro.
“Cuando trabajás con alguien que tiene tu mismo norte y sabe lo que quiere, se llega con todo”, remarcó Mazizo. En tanto, Turrini concluyó: “Laburar con Mazizo fluye demasiado bien, solo que hay que tener en cuenta el punto de vista de cada uno y, por supuesto, respetar”.
Ambos amigos destacan la energía y la iniciativa que tienen el uno y el otro
“Cuando trabajás con alguien que tiene tu mismo norte y sabe lo que quiere, se llega con todo”, remarcó Mazizo.
El comunicador Carlos Turrini, figura de las plataformas de Nación Media, sorprendió a todos en 2020 cuando decidió convertirse en cervecero artesanal. A cuatro años de iniciar este camino, su emprendimiento va viento en popa y vende sus productos en sus locales de Birrini Bar ubicados en dos puntos estratégicos de Asunción. Desde el 2023, comparte la apasionante aventura de hacer cerveza con su socio Mauricio Cáceres.
Conductor de radio y televisión, hacedor de cerveza casera, amante de las carreras y la bicicleta, coleccionista de música. Tal es la carta de presentación en las redes sociales de Carlos Amado Turrini Pizurno, figura de Nación Media. Inició su carrera en los medios en el año 2003 con el programa radial “Animales” junto a su dupla Mazizo Torres. Desde entonces, la figura se ha destacado en diferentes escenarios de la comunicación, desde la conducción en TV hasta la redacción para revistas.
Pese a su éxito en la comunicación, la pandemia llegó a dar un cambio de 180 grados a su vida, quedando sin trabajo en los medios. Pero esto no lo limitó, sino que le dio la oportunidad de emprender y hoy ser un exitoso empresario, con una marca de cerveza artesanal que está creciendo día a día.
Birrini produce cinco estilos de cerveza: la Golden Ale, la Pale Ale, la Doble Ipa, la Black Ipa y la Hoppy Lager
–¿Cómo nació la idea de crear tu propia cerveza artesanal?
–Nace en plena pandemia. Yo en el 2020 estaba a la mañana haciendo un programa de radio en la Rock & Pop y a la tarde en Unicanal, en un programa que se llamaba “Buenas tardes”. Llega la pandemia y quedo desvinculado, y la palabra reinventarse sonaba muy fuerte en mi cabeza en un momento de mucha incertidumbre. Y en unos de esos días de pandemia encontré un kit para hacer cerveza y ahí nace, primeramente como hobby, pero siempre con la idea de poder proyectar eso en la línea del tiempo y convertirlo en una empresa que es 100 % autosuficiente.
–¿Cuánto tiempo te llevó pasar de la idea a la producción de la marca?
–Fue rápido, porque una vez que me decidí, me empecé a capacitar, empecé a ver videos en YouTube, a hablar con amigos que también hacen cerveza. El hecho de hacer cerveza no me tomó tanto, pero sí, desde que empecé a hacer cerveza hasta que salió la primera lata que vendí, pasaron 11 meses. Fueron 11 meses de mucho aprendizaje, mucha prueba y error, iba cocinando mis lotes de cerveza, hasta que finalmente cierro la receta de mi primera cerveza, mi primer estilo Golden Ale y en febrero de 2021 vendo mi primera lata.
El proyecto demandó mucha paciencia al comienzo. “Desde que empecé a hacer cerveza hasta que salió la primera lata que vendí pasaron 11 meses”, contó Turri a La Nación del Finde
–¿Qué significa el nombre de tu marca y cómo lo eligieron?
–Birrini es un juego de palabras entre mi apellido y birra, que significa cerveza, entonces de ahí surge la idea. A mí me pareció interesante, por que lo artesanal siempre está ligado a la persona que elabora, ¿verdad? En ese sentido me pareció una idea interesante hacer un juego de palabras y como quedaba bien, quedé con ese nombre.
–¿Cuál es el proceso de producción que siguen para crear la cerveza?
–Es muy complejo, tiene varios procesos que incluyen la maceración; después de macerar, se deben lavar los granos, luego se deben hervir, cuando hierve el mosto se adicionan los lúpulos y una vez que termina el hervor se debe enfriar. Pasar de 100 grados a 20 grados, y una vez que entre a los 20 grados, tirar la levadura y ahí inicia el proceso de fermentación. En total, el proceso para elaborar cerveza dura aproximadamente un mes. Porque hay que darle tiempo a las levaduras, hay que darle tiempo a la fermentación, para que las levaduras hagan su magia y saquen una buena cerveza.
“Cada uno de los estilos fueron recetas elaboradas por nosotros mismos, por Mauri Cáceres y por mí”,
destacó Carlos Turrini
–¿Qué tipo de ingredientes utilizan y cómo seleccionan a sus proveedores?
–La cerveza lleva cuatro ingredientes que son agua, malta, lúpulo y levadura. Por aquí por Paraguay ya conseguimos muy buenos proveedores de estos insumos, así es que hoy día, eso ya no es un problema.
–¿Tienen alguna receta o técnica especial que los diferencie de otras cervecerías artesanales?
–Nosotros en Birrini tenemos cinco estilos de cerveza: la Golden Ale, la Pale Ale, la Doble Ipa, la Black Ipa y la Hoppy Lager. Cada uno de los estilos fueron recetas hechas por nosotros mismos, por Mauri Cáceres y por mí.
–¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han enfrentado desde que comenzaron con el emprendimiento?
–Son muchos los desafíos, pero realmente los principales tienen que ver con el líquido de Birrini y con todo lo que es la comunicación que manejamos, ya que eso está finamente pensado, porque cada una de las cinco recetas fueron ideadas por Mauri y por mí. Entonces, los desafíos siempre están y siempre son motivantes, porque con los desafíos intentamos mejorar y también crecer.
Carlos Turrini junto con Mauricio Cáceres, su dupla en la fascinante aventura de producir cerveza artesanal. El emprendimiento del conocido conductor de radio y TV nació como hobby en plena pandemia; hoy, el proyecto está consolidado por la excelente aceptación de la gente
–¿Cuántas personas forman parte de tu equipo y cómo es el ambiente de trabajo?
–En Birrini están trabajando cinco personas, es un ambiente muy ameno, donde prima mucho la confianza, donde también priman mucho las responsabilidades. Las personas que tienen un buen compromiso con el trabajo siempre van a encontrar un espacio en Birrini, con un espacio completamente distendido pero también serio.
El tiempo de elaboración de una buena cerveza artesanal como la Birrini es de un mes
–¿Qué proyectos tienen para los siguientes meses del año?
–Estamos abriendo el tercer lugar de Birrini Bar. Los Birrini Bar se encuentran en food parks. Estamos en Los Laureles, Mburucuyá y próximamente, a mediados de julio, vamos a estar en Lambaré. Así que ese es el proyecto para este 2024, seguir afianzándonos como bares dentro de food parks.
En víspera del Día de la Mujer Paraguaya, desde La Nación queremos homenajear a aquellas mujeres valientes, luchadoras, quienes a pesar de los golpes que muchas veces les dio la vida nunca dieron sus brazos a torcer, siguieron adelante trabajando, aguantando calor, frío, tristezas y alegrías.
Doña Miriam Meza, de 70 años, es una de ellas; su historia de superación es digna de ser conocida. Mediante ella, honramos a todas las “kuña guapa” (mujeres trabajadoras) de Paraguay.
Desde hace 32 años que doña Miriam se dedica a la venta de yuyos sobre la avenida Félix Bogado y Capitán José Domingo Jara, en la ciudad de Asunción. Muchas personas la conocen, algunas son clientes a quien ella con mucha alegría recibe en su puesto de ventas, pese a que en sus ojos se reflejan el cansancio y la tristeza acumulada durante muchos años.
Ella es asuncena, nació en Cateura y sigue allí. Hace más de 42 años tiene su pequeña morada donde crió a sus tres hijos, un varón y dos mujeres, pero cuando estos crecieron formaron sus propias familias y como la vida es dura, se les dificulta hacerse cargo de su madre.
De acuerdo al relato de la mujer, de los tres solo uno es hijo biológico, las dos mujeres le fueron entregadas para que las criara y ambas recibieron mucho amor. “Yo cumplí con mi deber de criarlas y las quiero mucho. Una viajó a Argentina hace años y no sé nada de ella, espero que esté bien. Mi otra hija siempre me visita y ayuda, no me puedo quejar de ella”, expresó doña Miriam a La Nación/Nación Media.
En cuanto a su hijo varón, mencionó que vive en Lambaré y se dedica a la venta de periódicos, como ella, pero que tiene 10 hijos que mantener.
Nuestra entrevistada comentó que desde hace tres décadas se dedica a la venta de remedios, periódicos y bingos, con ese trabajo crió a sus hijos, pero hoy en día la vida es más cara, más difícil de sobrellevar. “Antes se ganaba mejor, hoy todo es más difícil y más cuando uno está enfermo”, lamentó.
Esta luchadora mujer diariamente adquiere los remedios naturales por la suma de G. 100.000 y los vende a G. 1.000 cada uno; con la poca ganancia debe cubrir su alimentación y su traslado. Por cada venta de periódicos y bingos tiene una ganancia de G. 1.000. “Apenas me alcanza para poder comer y tengo un perro, a quien también debo de mantener, pero no me quejo porque gracias a esto vivo. Cuando no tengo le pido a mis clientes, que nunca me abandonan”, refirió.
ENTRÓ EN COMA DIABÉTICO
Hace años a doña Miriam le detectaron diabetes y hace diez años es insulinodependiente. Además, sufre de artrosis, por lo que no puede caminar y debe movilizarse en silla de ruedas.
“Ya no puedo vender remedios como antes, recuerdo que me podía parar y golpear los yuyos con el mortero. Hace unos años caí en coma diabético y estuve un mes en terapia, desde ahí no pude más caminar. Me dieron para mi silla, porque empeoré de mi artrosis”, comentó.
Historia de superación: doña Miriam, con 70 años y enferma, vende yuyos y asegura “estoy feliz con mi trabajo”
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Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
En la víspera del Día de la Mujer Paraguaya, desde La Nación queremos homenajear a aquellas mujeres valientes, luchadoras, quienes a pesar de los golpes que muchas veces les dio la vida nunca dieron sus brazos a torcer, siguieron adelante trabajando, aguantando calor, frío, tristezas y alegrías.
Doña Miriam Meza, de 70 años, es una de ellas; su historia de superación es digna de ser conocida. Mediante ella, hoy honramos a todas las “kuña guapas” (mujeres trabajadoras) de Paraguay.
Desde hace 32 años que doña Miriam se dedica a la venta de yuyos sobre la avenida Félix Bogado y Capitán José Domingo Jara, en la ciudad de Asunción. Muchas personas la conocen, algunas son clientes a quien ella con mucha alegría recibe en su puesto de ventas, pese a que en sus ojos se reflejan el cansancio y la tristeza acumulada durante muchos años.
Ella es asuncena, nació en Cateura y sigue allí. Hace más de 42 años tiene su pequeña morada donde crió a sus tres hijos, un varón y dos mujeres, pero cuando estos crecieron formaron sus propias familias y como la vida es dura, se les dificulta hacerse cargo de su madre.
De acuerdo al relato de la mujer, de los tres solo uno es hijo biológico, las dos mujeres le fueron entregadas para que las criara y ambas recibieron mucho amor. “Yo cumplí con mi deber de criarlas y las quiero mucho. Una viajó a Argentina hace años y no sé nada de ella, espero que esté bien. Mi otra hija siempre me visita y ayuda, no me puedo quejar de ella”, expresó doña Miriam a La Nación/Nación Media.
En cuanto a su hijo varón, mencionó que vive en Lambaré y se dedica a la venta de periódicos, como ella. “Muchas personas seguro se preguntan por qué no me ayuda mi hijo, pero tiene 10 hijos y entiendo que debe velar por ellos. Él siempre me visita, nunca me abandonó”, explicó entre lágrimas.
Doña Miriam se dedica a la venta de yuyos sobre la avenida Félix Bogado y Capitán José Domingo Jara, en la ciudad de Asunción. Foto: Jorge Jara
Nuestra entrevistada comentó que desde hace tres décadas se dedica a la venta de remedios, diarios y bingos, y pese a que con este trabajo crió a sus hijos, hoy en día la vida es más difícil. “Antes se ganaba mejor, hoy todo es más difícil y más cuando uno está enfermo”, lamentó.
Esta luchadora mujer diariamente adquiere los remedios naturales por la suma de G. 100.000 y los vende a G. 1.000 cada uno; con la poca ganancia debe cubrir su alimentación y su traslado. Por cada venta de periódicos y bingos tiene una ganancia de G. 1.000. “Apenas alcanzo para poder comer y tengo un perro, a quien también debo mantener, pero no me quejo porque gracias a esto vivo. Cuando no tengo le pido a mis clientes, que nunca me abandonan”, refirió.
Foto: Jorge Jara
Entró en coma diabético
Hace años a doña Miriam le detectaron diabetes y hace diez años es insulinodependiente. Además, sufre de artrosis, por lo que no puede caminar y debe movilizarse en silla de ruedas. “Ya no puedo vender remedios como antes, recuerdo que me podía parar y golpear los yuyos con el mortero. Hace unos años caí en coma diabético y estuve un mes en terapia, desde ahí no pude más caminar. Me dieron para mi silla, porque empeoré de mi artrosis”, comentó.
Por su problema de salud, le es imposible movilizarse en colectivo, por lo que día a día debe hacerlo en taxi, desde su casa a su puesto de ventas y viceversa. “Recibo la pensión alimentaria de la tercera edad, pero uso para pagar la luz, el agua y algunos medicamentos, porque hace mucho que no puedo ir a consultar al médico”, detalló.
De acuerdo a su relato, son sus propios clientes quienes la ayudan con la insulina, porque no puede ir hasta el hospital ya que necesita de acompañamiento para las gestiones correspondientes. “La edad no viene sola, ya no puedo hacer todas las gestiones como antes y no puedo ir sola a todas partes. Entonces ya no puedo ir a consultar, yo retiraba mis medicamentos del Hospital de Lambaré”, afirmó.
Doña Miriam se mostró muy agradecida con sus clientes y las personas que se acercan a ella para ayudarla. “Algunos me traen víveres, me dejan un poco de platita o me traen para mi medicamento y les agradezco mucho por eso. No me quejo de lo que tengo y estoy feliz con mi trabajo, porque acá tengo mi vida, mi familia y mi día a día”, puntualizó.
Nuestra entrevistada no cuenta con teléfono celular, por lo que cualquier tipo de ayuda la recibe en su puesto de ventas ubicado sobre la avenida Félix Bogado y Capitán José Domingo Jara, frente a un supermercado. Ella pidió a la gente que la visite para comprar sus remedios. “La única forma que me pueden ayudar es que vengan a comprar el remedio de mí y que me puedan traer mi insulina, solo eso pido”, concluyó.
Para darle una mano pueden acercarse hasta su puesto, allí la encontrarán todos los días. Foto: Jorge Jara
Asociación de cambistas: un ejemplo de economía subterránea, sostienen
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El millonario robo que sufrió la Asociación de Cambistas de Ciudad del Este da lugar a un análisis profundo sobre la inseguridad que viven en Alto Paraná, pero también en el estado informal en el que operaban estas personas.
Al respecto, el abogado y presidente de Pro Desarrollo, Sebastián Acha, señaló que este caso es uno de los mejores para ilustrar cómo se trabaja en la economía subterránea, tanto que aún no se pueden constatar con precisión la cantidad de dinero que fue ultrajado del lugar.
“Estamos ante una de las exposiciones más gráficas del tema de la economía subterránea. Hablamos de una operación de alto impacto en la economía de la frontera”, expresó Acha a la 1330 AM. Si bien se presume que los cambistas perdieron cerca de USD 15 millones, el especialista mencionó que eso forma parte de los USD 22.000 millones que circulan bajo la mesa en Paraguay; es decir, el monto que se maneja en trabajos informales, conforme al último estudio que realizaron.
Acerca de la inseguridad, mencionó que llama la atención que un sector tan importante para el comercio en Ciudad del Este no haya estado mínimamente monitoreado, ya que la boca del túnel construido para el robo parte de una tienda ubicada a 200 metros de la bóveda.