El pasado 18 de mayo se conmemoró el Día Internacional de los Museos y qué importante es recordar la función de un museo en estos tiempos tan cambiantes, tan dinámicos y sobre todas las cosas, tan vertiginosos. Hacer una pausa y poner el foco sobre esos lugares tan interesantes que nos permiten conocer mucho mejor nuestra historia. La Nación del Finde habló con un apasionado sobre el tema, el museólogo y gestor cultural Walter Fernando Díaz Ayala, carismático guía y trabajador del Museo Dr. Gaspar Rodríguez de Francia de Yaguarón, que hace unos días conmemoró sus 55 años de creación.

Acuñada en la Gre­cia helenística casi 300 años antes de Cristo, la palabra “Museiom” hacía referencia a los santua­rios consagrados a las musas, que actuaban como protec­toras de la música, el arte y las ciencias. Los museos albergan testimonios de los pasos de la humanidad a través de objetos e informa­ción que nos permiten una mejor comprensión del ayer, de la existencia humana y su entorno.

“Un museo es una institu­ción sin ánimo de lucro, per­manente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, inter­preta y exhibe el patrimo­nio material e inmaterial. Abiertos al público, accesi­bles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la par­ticipación de las comuni­dades, los museos operan y comunican ética y pro­fesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos”, señala el Consejo Mundial de Museos.

Paraguay observa un interesante movimiento de puesta en valor de colecciones de museos y de sitios, y de gente que expone su patrimonio al público.

-Profesor Díaz Ayala, ¿en qué contribuye el museo hoy para hablar con su público?

-La mayor contribución del museo es que nos ayuda a sos­tener la memoria desde los soportes materiales, porque con ellos se expresan todos los universos posibles en los cuales el hombre ha interve­nido en su entorno y natura­leza. Nada de lo que nosotros percibimos alrededor está exento de la intervención y la polución del hombre.

-En los últimos tiempos se ha venido hablando de museos y sostenibilidad, ¿por qué?

-Este año el ICOM (Consejo Internacional de Museos, por sus siglas en inglés) nos propone la sostenibili­dad como un elemento de reflexión en las prácticas museísticas, esa sostenibi­lidad que viene del respeto, de la valoración de la tras­cendencia en la vida espiri­tual, material y económica y, sobre todas las cosas, de un ejercicio de memoria fuerte y sostenido como proceso de reflexión para generar actitudes de cambio en el entorno desde la mirada del museo, por supuesto.

“No sería museo si no fuese un espacio de reflexión, educación, discusión y disputa constante”, dice Díaz Ayala.

-¿En qué podría contri­buir un museo a un mundo sostenible?

-El museo contribuye espe­cialmente a pensar, esa es su finalidad prima, no sería museo si no fuese un espacio de reflexión, educación, dis­cusión y disputa constante. La contribución del museo se encuentra justamente en la disputa, en esa puesta en escena donde su acervo nos interpela para poder llegar a observar con detenimiento todo lo que nos rodea y desde el diálogo que se pretende entablar en el museo es hacer el ejercicio de pensamiento.

El museo es un disparador del pensamiento, no un espa­cio producto, de mera exhibi­ción o de lucir cosas bellas y antiguas. Muchas veces con­fundimos este concepto con el trabajo que se desarrolla en el museo. El museo es sim­plemente como una dina­mita y tiene un efecto explo­sivo y expansivo para que la gente piense, para que rompa la inercia de sus aprendiza­jes, de sus creencias instala­das, de sus verdades asumi­das, para enfrentarse a una realidad completamente distinta y compleja, desco­nocida, a veces esotérica y en otros casos hasta obvia pero invisible. Asumir la inexistente esclavitud, que los negros en el Paraguay vivieron mejor que otros sitios, que los indios, que el arte, la artesanía, la lengua, nambré... tantas cosas que las asumimos.

Walter Fernando Díaz Ayala, museólogo y gestor cultural.

-¿Cómo ve el interés por los museos en nuestro país y la cada vez mayor expansión de este tipo de lugares?

-Es muy interesante el sur­gimiento en el Paraguay de este movimiento que está comenzando a renovarse en cuanto al interés y a la formación, puesta en escena, puesta en valor de colecciones de museos y de sitios. También de que la gente exponga con sentido público su patrimonio para comprenderlo mucho mejor, aparte de, por ejemplo, tam­bién hay que tener en cuenta los sitios de memoria que con apoyo de las leyes se están comprendiendo mejor como funcionan, al igual de leer los mensajes de nuestros par­ques, jardines y entornos vegetales como documen­tos y espacios de disputa y memoria.

Van siendo lugares muy interesantes sobre los cua­les poner el foco y la mirada para seguir comprendiendo mucho más nuestra historia, para seguir comprendiendo mucho mejor nuestro pasado, desde estos sitios donde se puede enclavar la memoria y leerla como parte de los tes­timonios históricos en espa­cios vivos y dinámicos.

El Consejo Internacional de Museos propone la sostenibilidad como un elemento de reflexión en las prácticas museísticas.

“El museo tiene un efecto explosivo y expansivo para que la gente piense, para que rompa la inercia de sus aprendizajes, de sus creencias instaladas, de sus verdades asumidas, para enfrentarse a una realidad completamente distinta y compleja”.

“El museo es un disparador del pensamiento, no un espacio de mera exhibición o de lucir cosas bellas y antiguas. Muchas veces confundimos este concepto con el trabajo que se desarrolla en el museo”, sostiene Walter Fernando Díaz Ayala.

MUSEO NACIONAL DOCTOR FRANCIA

El pasado miércoles 17 de mayo el Museo Nacional Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia de la ciudad de Yaguarón celebró sus 55 años de creación. Es uno de los cen­tros de referencia interpretativa de la his­toria más importantes de Paraguay en el interior. Un sitio de consulta permanente y de visita por parte de extranjeros y para­guayos que buscan ampliar su comprensión sobre la inmensa mirada política, socio-re­ligiosa, comercial y civil de José Gaspar.

-¿Cuál es su análisis sobre el aporte de este museo nacional de singular caracte­rística e importancia para nuestro país?

-Considero que nuestro museo en Yaguarón aborda muchísimos de esos planteamientos, no solo desde su acervo, sino desde su mirada hacia la realidad, pro­yectado a la ciudad en la cual se establece. También desde el tiempo que ocupa su línea de estudio y el desarrollo de su guion, con el que da cuenta de manera muy clara de estos elementos que con mucha perspicacia sole­mos poner en tela de juicio con los visitan­tes. Por eso es que están interesante visitar el museo y redescubrir su acervo desde una mirada mucho más abierta.

También unos planteamientos muy claros sobre los saberes ancestrales, el buen vivir, la alimentación, el cuidado de la naturaleza con un patio muy bien limpio y atendido, son elementos que llaman siempre la aten­ción, al igual que la presencia del manan­tial en el fondo que siempre es un punto en el cual reflexionamos sobre la importancia del cuidado de nuestros cursos hídricos y de la conservación de los entornos húme­dos para mantener su flujo.

Capaz nosotros hoy podemos desde el museo y con él pretender mirar al futuro y cimentar nuestras raíces e identidad en la reflexión, el pensamiento y el ejercicio democrático de la disidencia, pero lo más seguro es que los museos estarán siem­pre para ser el espacio donde puedan ges­tarse estas realidades. Sin museos no existe reflexión y sin ejercicio de pensamiento no seríamos paraguayos.

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