Elegir el color de las paredes y espacios de la casa es una tarea genial e ideal en esta época del año.

Si la idea es lograr un marco clásico que permita las más diversas coordina­ciones con objetos y detalles que pondrá la deco y los textiles, el blanco es la mejor elección. Como un gran lienzo, per­mite todos los esti­los, desde las más clásicos, nórdicos, románticos y hasta industriales. Pero, elegir el blanco que mejor quede en el ambiente es vital, porque hay muchí­simos blancos, tanto fríos como más cálidos.

Seguir lo que dictan los que saben de deco a nivel internacional es otra opción. En el caso de departamentos, elegir el gris en sus distintas gamas desde el “casi blanco” al grafito, será una sabia elección si nos gusta estar a la última y dar la impresión de ser expertos en tendencias deco. Elegirlo cuando se pretenda mini­malismo y prolijidad.

Cuando se trata de un dormitorio, por más pequeño que sea el espacio disponible, la elección de colores fríos como la gama de celestes y turquesas muy claros, es acertada. Y más aún cuando se trata de elegir para un hogar en este país donde las temperaturas dominantes todo el año son muy cálidas. Refle­jan sensación de frescura y descanso.

Los tonos tierra, desde los más suaves como este caso, son un marco ideal para una deco atemporal, con muebles y textiles de buena calidad, detalles que convierten al espacio en una propuesta elegante y clásica pero muy moderna en muchos de sus detalles. Todo se ve bien en el marco de este tono de las paredes que puede ser considerado beige, derivado de los tie­rras pero con un toque de gris. Algunos especialistas lo llaman “greige” y está muy de moda.

Planificar teniendo en cuenta la luz que recibe el lugar lo cambia todo, recordando además para qué usaremos el espacio.