Nacimientos, portales, belenes… para nosotros, simplemente pesebres. La representación de la venida de Jesucristo al mundo adquiere muchos nombres, formas y significados, pero el protagonismo que tiene en la Navidad de las familias paraguayas es único, una tradición que persiste en el tiempo y en los corazones. En el Centro Cultural del Lago de Areguá se exponen los pesebres más creativos y ya se respiran aires de adviento.

La tradicional feria navi­deña del Centro Cultu­ral del Lago, inaugu­rada el pasado fin de semana, abre las puertas a la tempo­rada de adviento, las semanas que preceden a la Navidad, la tradición cristiana que con­memora la llegada de Jesús a la Tierra. Areguá invita ya a dejarse llevar por las emo­ciones, los colores, olores y sabores de una época del año donde todo es fiesta y alegría, y los corazones laten de una manera diferente. Un tiempo donde todo conmueve.

El emblemático espacio inaugurado en 2010, donde la guardiana del arte Ysanne Gayet exhibe y resguarda celosamente cada pieza creada por los artistas locales y de otros lugares, abre a La Nación del Finde las puertas de un mundo donde la magia es posible y donde cada deta­lle despierta admiración.

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Coloridos pesebritos de madera policromada de Fátima Páez, de Luque, y cruces de Martín Spinzi.

Hablar con la reconocida artista y promotora cultural de sangre británica, que vive en Areguá desde 1995, es un placer y un lujo, y el deleite es más cuando explica sobre cada pieza que se exhibe en sus dominios que es un tem­plo sagrado para los que hacen maravillas con el barro y la arcilla y otros nobles ele­mentos que se dejan llevar por las creativas manos de los artesanos paraguayos.

Ysanne nos complace con una visita guiada por los cerca de un centenar de pesebres que se exponen en esta feria navi­deña que cada octubre se abre con mucho entusiasmo espe­rando ser visitada y para la cual han venido trabajando desde hace meses atrás con artistas aregüeños, de Itá, Luque, Tobatí, Pirayú y otras localidades.

La representación del nacimiento de Jesús con el sello naif de Carlitos Echeverría.

Algunos expositores son: Celso Benítez, Juan Car­los Giménez, Jazmín Jara, Carlitos Echeverría, Lucy y Concepción Cáceres, Gladys y Teresa Vera, Rogelia Romero, Gustavo Torres, Arsacia Mon­ges, Elizabeth y Agustina Rejala, Armando Noguera y Francisco Rojas Sánchez. Desde Asunción se suma­ron: Dante Manfredi, Mar­tín Spinzi y Beatriz Allen.

PORTALES Y MÁS

“Siempre iniciamos en octu­bre porque nuestra clientela, obviamente, no viene de Are­guá, viene de Asunción, y la gente en Asunción está ago­biada de actividades en esta época del año, entonces que­remos darles una oportuni­dad para venir a visitarnos, porque si esperamos más tiempo para hacer nuestra feria ya no podrán venir más para llevarse los pesebres y adornos para las fiestas”, explica mientras acomoda las velas en un candelabro de cerámica hecho por Celso Benítez de Itá.

Jazmín Jara, de Pirayú, creó encantadores y diminutos portales de Belén con semillas; ya vienen en cajas decoradas para regalar.

Hay nacimientos de las más variadas formas, estilos, tamaños y materiales. Tam­bién veleros, cuadros, ador­nos colgantes, cruces, vasi­jas y elementos utilitarios con motivos festivos para las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, piezas que pue­den lucir y armonizar perfec­tamente hasta en las mesas más lujosas y sofisticadas. Cada elemento está hecho con muy buen gusto, con la asesoría personal de Ysanne cuya delicadeza se refleja en todos los detalles.

La directora del Centro Cultural del Lago junto a algunas piezas del artista iteño Celso Benítez. En el fondo, el arbolito decorado con pajaritos de cerámica.

DETALLES PARA EL ARBOLITO

La feria da protagonismo especialmente a los pesebres por ser un elemento central en la Navidad de las familias paraguayas, aunque para Ysanne, por sus raíces y cos­tumbres británicas, el arbo­lito es el emblema de las fies­tas decembrinas. En el CCDL hay uno cubierto de pajari­llos de cerámica en tonos pla­teado y rojo, los tonos elegidos este año.

La ceramista Rogelia Romero tiene una especial conexión con el arte indígena.

“A mí, particularmente, me gusta mucho el arbolito, pero busqué la forma de que pueda también tener atrac­ción para los paraguayos. Entonces, empecé primero a hacer piezas en hojalata como estos adornos colgan­tes para decorar los arbolitos. Yo hacía pájaros como loros, tucanes, también arbolitos y muchas otras figuras para adornar. Hay mucha gente de antes en Asunción que hasta hoy día tendrá mis piezas de hojalata colgadas en sus árbo­les”, comenta.

Relata que cuando se mudó a Areguá, a mediados de los ‘90, empezó a trabajar a full con las hermanas Gladys y Teresa Vera con quienes crearon los collares YVera. “Entonces, se me ocurrió la idea de pedirles a ellas que hagan en cerámica pequeños pájaros nativos del Paraguay como el pitogue, el cardenal, loros, tucanes para adornar los árboles navideños. Noso­tros vendemos eso en peque­ñas cajas con el nombre del pájaro y todo, para que la gente que vaya al exterior pueda llevar como recuerdo o como obsequio para alguien. Le da un toque nacional al árbol”, menciona.

Graciela Quintana, hija de Rosa Brítez, hizo unos pesebres en barro ahumado con intervención en estaño de Beatriz Allen.

APRECIAR Y COLABORAR

Anuncia también que en unas semanas más arma­rán un pesebre popular en la casona del centro cultu­ral, todo con piezas de cerá­mica popular. “Esperamos que vengan a verlo. Siem­pre queremos que venga la gente, pero no solamente para mirar. Nos encanta que se valore el trabajo de los artesanos, que admiren todo lo que se expone, pero tam­bién nos gustaría que vengan y colaboren comprando las obras”, expresa y destaca que está para la venta también el calendario 2023 “Una cami­nata x Areguá” ilustrado con imágenes de obras suyas y de Horacio Guimaraens. Cada pintura representa la belleza de las casonas y los jardines de Areguá, declarada en el 2019 “Ciudad Creativa” de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en la categoría de artesanía y arte popular.

Colibríes de Lucy y Concepción Cáceres.

“Mantener un espacio cultu­ral en este país es muy difícil y realmente todo lo que hace­mos, lo hacemos por amor al arte”, exclama, y añade: “Por más que siempre consegui­mos ciertos auspiciantes y que es muy útil para noso­tros, nunca es suficiente por todo lo que se hace, por todo lo que se realiza. La limpieza, luz, agua, contadora, teléfono, jardinero, pintura, mantenimiento, todo esto… Este lugar cuesta mucho, y para que se mantenga en el estado en el que está ahora el Centro Cultural del Lago es un enorme esfuerzo”.

La feria del CCDL estará abierta hasta fines de diciem­bre; quienes quieran visitarla podrán hacerlo los jueves y viernes, de 9:00 a 15:00; y sábados y domingos, de 10:00 a 18:00. Más informes, en el (0985) 860-912.

Cuadritos de Dante Manfredi.
Gladys y Teresa Vera prepararon pájaros de cerámica colgantes.

Reconocidos artistas exponen pesebres de las más variadas formas, estilos, tamaños y materiales. También veleros, cuadros, adornos colgantes, cruces, vasijas y elementos utilitarios con motivos festivos para las celebraciones decembrinas.

En la memoria de Gregoria Benítez

Ysanne posa con una icónica obra de doña Gregoria Benítez, la artesana iteña que falleció recientemente, y en cuyo homenaje se hace la presente feria navideña. Sus fotos se destacan en la vidriera.

Aunque el entusiasmo está y las expectativas de una buena repercusión se mantienen frescas, esta feria tiene, sin embargo, un dejo de melan­colía. Una de sus emblemá­ticas expositoras, doña Gre­goria Benítez, la reconocida artesana iteña, esta vez está ausente. Su partida del plano terrenal aconteció hace muy poco, el pasado 10 de setiem­bre, a la edad de 84 años. Fue hija de otra gran ceramista iteña, doña Felipa Arca.

Ysanne la recuerda conmo­vida: “Gregoria era una mujer muy alegre, voy a extrañar de ella su alegría. Siempre bien dispuesta, de buen ánimo, de buen humor. Nunca, a pesar de su problema de salud, decayó. Su espíritu siempre fue de mucho optimismo. La vamos a extrañar porque era realmente una persona clave para los que trabajamos con la cerámica, por todo su aporte, sus enseñanzas y su amor el arte”.

Por ello, esta edición de la feria es un homenaje a doña Gregoria quien está, sin embargo, presente a través de las obras de su hijo Celso Benítez, quien expone una importante cantidad de pese­bres, candelabros y otras pie­zas artesanales hechas espe­cialmente para ambientar las fiestas navideñas de los hoga­res paraguayos.

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