Más de dos décadas ofreciendo la mejor fiesta del país, El Retrovisor se adelanta a recibir la primavera esta noche en el Club Deportivo Alemán. En La Nación del Finde recordamos los inicios de esta emblemática celebración a comienzos del 2000 y una convocatoria de más de 150.000 fanáticos de la onda retro a lo largo de estos años. El evento se mantiene más vigente que nunca, y una muestra de ello es que las entradas del evento para hoy ya se han agotado hace una semana.

• Por Gloria Ocampos P.
• gloria.ocampos@nacionmedia.com
• Fotos Carlos Juri, Eduardo Velázquez y Archivo La Nación/Nación Media.

“Yo siempre estoy espe­rando que anuncien una nueva edición de la fiesta. No hay quien me detenga, sí o sí tengo que venir. Me siento como cuando tenía 20 años porque la música de antes me hace recordar tantas cosas lindas de épocas pasadas. Además, es una buena manera de des­conectarse un poco, de sol­tarse, de bailar, de cantar y eso te hace revivir”. Expre­siones de una emocionada esteticista de Lambaré, de nombre María Angélica (46), con quien pudimos charlar en el gran retorno de El Retro­visor, tras dos años de pan­demia. Fue en mayo, en el Yacht y Golf Club. Luciendo de negro con brillos de len­tejuela y su mejor sonrisa, en grupo de amigas disfrutó de una noche retro “fantás­tica, con algo de nostalgia y melancolía, pero con mucha alegría y diversión”, según manifestó.

El de ella es un sentimiento compartido por todos los seguidores de la fiesta más clásica del país, cuyos inicios se remontan a los primeros años del 2000, con una con­vocatoria increíble de más de 150.000 fanáticos del estilo a lo largo de todo este tiempo .

Rafael Barrett, conductor del programa radial El Retrovi­sor de la 100.9 FM Monte­carlo, donde germinó la idea de hacer un gran encuentro con los seguidores, recuerda: “El programa empezó en noviembre de 1999, yo toda­vía no conducía, sino que estaba Raúl González, quien estuvo hasta el 2002 cuando tomé la posta. La primera fiesta se hizo un 7 de diciem­bre del 2001 después de una conversación entre la gente de marketing y directivos de ese entonces, que hablaban de la idea de juntar a los segui­dores del programa, que fue­ron siempre muy participati­vos y entusiastas con el estilo musical que proponíamos”.

La primera fiesta se hizo en la famosa y emblemá­tica “catedral del ruido”, el Caracol Club, hoy ya demo­lido, y el evento “reventó”, con una afluencia masiva de los fans del programa. Las expectativas fueron amplia­mente superadas. “Fue todo un éxito. Tanto era el entu­siasmo, no solo en la radio sino que en la gente que dis­frutó de la fiesta, que rápida­mente se volvió a organizar otra edición. Fue en enero del 2002, una edición de verano que llevó más gente todavía. Después ya se decidió parar un poco, para no “empalagar” muy rápido con la propuesta. De ahí que se fue realizando cada dos o tres meses por lo menos, y esta dinámica sigue vigente y con mucho éxito”, señala Rafael Barrett, bis­nieto del célebre escritor español homónimo.

A lo largo de las más de dos décadas de El Retrovisor, la fiesta ha ido creciendo tam­bién en cuanto a seguido­res. Hoy, aquellos que en los primeros años iban con sus novias a la celebración retros­pectiva ya van acompañados de sus hijos también con quie­nes comparten el gusto por las canciones de los gran­des íconos del rock, el pop o la electrónica. A juicio de Barrett, la vigencia de esta propuesta festiva de Monte­carlo tiene sustento en que se ofrece la mejor música de todos los tiempos.

“Pasa que se trata de la mejor música de la historia, sin duda alguna. Si bien la música no tiene tiempo, para mí lo mejor que se hizo viene de aquellas épocas. Tantas cosas ocurrie­ron desde los ‘60 para ade­lante con Los Beatles, Rolling Stones, Blondie, Police, Men at Work…”, sostiene. Y agrega: “La proliferación de grupos de gran valía era impresio­nante. Las listas de los Bill­board eran impresionan­tes, una competencia muy reñida. Todos eran cantau­tores, compositores y música de alta gama que era una cosa excepcional. No quiero hacer comparaciones con lo que se ofrece hoy día, con lo que se consume mayoritariamente hoy, pero pasar música de esos tiempos es como rendir un culto a esos grandes crea­dores, y ofrecer a la gente música de calidad, con el sello distintivo de Montecarlo, es lo que mejor hacemos”.

Si bien es música hecha en otros tiempos, los éxitos de estos grandes íconos como Queen o Deep Purple se man­tienen frescos y muy vigen­tes, y más de un millennial se ha sentido enganchado con algún que otro tema. “En una oportunidad, me llama a la radio una chica y me pregunta si la canción que estaba sonando en ese momento era del 2015. Le dije que era de los años ‘80. Era un tema de la banda REO Speed­wagon que le encantó. La chica tenía solo 15 años”, cuenta Barrett.

La fiesta del Retro­visor se ha consoli­dado no solo como una propuesta de diversión y espar­cimiento, sino como en promo­tora de toda una cultura musi­cal, de un estilo sin tiempo que trasciende gene­raciones. “Hoy ya van a bailar con nosotros los hijos de aquellos prime­ros seguidores que asistieron a nuestras fiestas, que siguen el estilo musical de sus padres. Porque nutrirse de las creacio­nes de las bandas y los grandes cantantes que escribieron pági­nas muy impor­tantes en la his­toria de la música enriquece, culturalmente hablando. No quiero hablar de los géneros de hoy, pero hay mucha dife­rencia”, sostiene el radialista.

“Y también es un espacio para la gente que quiere escuchar y bailar la mejor música de la historia, por­que realmente no hay otra propuesta como la nuestra donde ir a disfrutar de esta temática. Se hacen esporá­dicamente fiestas retro, pero ninguna con el montaje y la calidad que nosotros ofrece­mos”, asegura. Y otro deta­lle muy importante, según destaca, es que “la gente que hace El Retrovisor, como es el caso de los Djs, es gente que vivió de alguna forma u otra en esas épocas, como el caso de Emilio Marín, Juanjo Salerno, Javier “Peajero”, Pasto... Todos fueron parte de un tiempo, se nutrieron de la música de ese tiempo y es lo que ofrecen al público. De alguna manera identifi­can también su vida con la música que tocan al formar parte de este staff “, destaca.

Rafael Barrett ha estado en todas y cada una de las edicio­nes de las fiestas de El Retro­visor, de las que es el anima­dor principal. La puesta en escena del evento mueve todo un engranaje de trabajado­res y colaboradores. Muchos matices pintan el montaje de esta gran estructura que atesora muchos momentos de camaradería, trabajo intenso y también diversión, así como de incontables anécdotas.

“Recuerdo que cuando hici­mos una fiesta en el Depor­tivo Sajonia, creo que fue en el año 2013, los muchachos se olvidaron de sus pendrive de música y tuvieron que volver a sus casas. La fiesta ya comen­zaba y tuvimos que poner mientras música para pasar el tiempo. En otra ocasión más reciente, en el 2017, en el Yacht y con la nueva administración ya de la radio, nos pusieron un equipamiento extraordinario, una explo­sión total, pero cuando ya inició la fiesta nos encon­tramos con la sorpresa de que no teníamos ni un solo micrófono (risas). Me voy y le pregunto al encargado de instalar los equipos y no sabía nada. La gente ya empezaba a copar el lugar. Felizmente, un compañero del equipo técnico de la radio, Leo Chávez, que siem­pre trae cosas de repuesto, tenía un micrófono y él me salvó la noche. Siempre ante los apuros encontra­mos una solución, afortu­nadamente. El Retrovisor es una maquinaria tan grande que, por supuesto, también tiene a veces sus inconve­nientes, pero al final de la noche siempre hemos salido airosos y con la alegría de haber hecho felices a miles de personas”, expresa.

Rafael también destaca entre las anécdotas que han cono­cido a seguidores que encon­traron el amor en estas fiestas. “Hay muchos casos de que chi­cas y muchachos que se casa­ron inclusive. Se han formado muchas parejas que hasta hoy día nos siguen”, dice. Y es que el público de El Retrovisor es tan leal que ni siquiera la pan­demia del covid-19 ha podido con esta pasión. “Tuvimos dos experiencias virtuales tam­bién porque la gente pedía mucho. Fue hasta si se quiere emotivo porque veíamos que se conectaban y nos enviaban sus fotos desde los puntos más alejados del país y del exterior, inclusive”, recuerda. “Fue una linda manera de estar juntos, de acompañarnos en medio de un tiempo de mucha angus­tia”, añade.

“Yo admiro a nuestros segui­dores, con decirte que en una oportunidad, en la Expo 2018, bailaron con nosotros en medio de una tenue lluvia. Ni el frío, ni el calor los detiene. Por eso es que para nosotros también hay un gran compro­miso en ofrecerles siempre lo mejor, porque sabemos lo que generamos en nuestros seguidores. El Retrovisor es un sentimiento”, concluye.

La fiesta ya ha pasado por varios locales de Asunción, Lambaré (Yacht), Luque (Rakiura), Mariano Roque Alonso (Expo) y ha llegado también a ciudades más aleja­das de la capital como San Ber­nardino o Caaguazú. Todas las ediciones han registrado un enorme éxito, pero, sin duda alguna, la realizada en Rakiura en el año 2011, con motivo de los 10 años de El Retrovisor, fue histórica: hubo cerca de 7.000 personas. Una semana atrás, un artista internacional que tocó en Asunción, no reu­nió ni siquiera a 3.000.

La fiesta del Retrovisor se ha consolidado no solo como una propuesta de diversión y esparcimiento, sino como promotora de toda una cultura musical, de un estilo sin tiempo que trasciende generaciones.

La edición Primavera de El Retrovisor se realizará la noche de este sábado, en esta ocasión y por primera vez, en las instalaciones del Club Deportivo Alemán (DTA), que queda sobre la ave­nida General Santos casi Teniente Ruiz. Las entradas están totalmente agotadas desde hace una semana, por lo que se tuvieron que disponer de un cupo de 500 más por la alta demanda, “que de vuelta ya se agotaron”, mencionó Jorge “Conejo” González, coordinador general de Monte­carlo FM 100.9. La noche promete grandes emociones con el comando musical de los reconoci­dos Djs de la radio: “Peajero”, Emilio Marín, Juan José Salerno y Pasto, cada uno con su estilo, harán un repaso por los grandes éxitos de los ‘70, ‘80, ‘90 e inicios de los 2000. Con ellos, la conducción estelar del legendario Rafa Barrett.