Las autoridades de Bolivia lograron la detención de Erlan Ivar García López, también es buscado en Paraguay, donde es conocido como Presidente. Foto: MinGob
Bolivia identifica a Erlan García, narco apodado “el presidente” y sería el señalado por Correa
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El supuesto narcotraficante boliviano Erlan Ivar García López, quien es mano derecha del Uruguayo Sebastián Marset, era conocido como “el presidente” en Paraguay. Así revelaron las autoridades bolivianas, quienes lo detuvieron en una serie de allanamientos y dieron más detalles sobre sus antecedentes en nuestro país.
La mano derecha de Marset fue aprehendido el 4 de agosto y de acuerdo a los investigadores del vecino país el mismo habilitó varias cuentas bancarias a través de testaferros y personas de confianza para lavar el dinero obtenido en operaciones relacionadas al narcotráfico.
Los investigadores lo describen como el segundo hombre de la organización criminal que lidera Marset: “Estamos hablando de un pez gordo del narcotráfico”, informó el ministro de gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo.
También conocido como Ivar, El Colla o como El Presidente, en Paraguay, ya que es testaferro del narcotraficante uruguayo Marset, pues tenía a su nombre bienes que eran adquiridos con el dinero de la organización.
Estos detalles expuestos por las autoridades bolivianas, coinciden con el relato hecho por Luis Correa Galeano, quien, en su primera declaración en junio del 2022, hablaba de que la persona que ordenó el crimen de Marcelo Pecci era aludida como “el presidente”, pero cuyo nombre desconocía.
El fiscal de Asuntos Internacionales, Manuel Doldán, explicó que hasta junio del 2022, todo lo mencionado sobre las palabras patrón, presidente y expresidente no tiene ningún tipo de sustento diferente a un contexto totalmente informal, pues, Correa hablaba de una manifestación que escucha de alguien identificado como Ramón, que, según se cree, es Ramón Pérez Hoyos, hermano de Felipe Pérez Hoyos, quienes, junto a Margaret Chacón, serían los coordinadores de la orquestación dolosa.
“Les comparto una frase. Dijo que Marcelo le tenía montada a su patrón -al patrón de Ramón que no sabemos quién es- que le había perjudicado procesalmente a una persona querida por el patrón, también vinculado a políticos de alto rango y aparte habla de alguien que no le quedaba claro si era un presidente actual o pasado o un vicepresidente”, relató Doldán.
Sin embargo, recién hace dos semanas, Correa Galeano cayó en una contradicción, pues, de no conocer a los mandantes, pasó a dar hasta sus nombres, pese a estar todo un año incomunicado del resto de la banda.
El 16 de enero de 2023, en la audiencia de imputación de los hermanos Ramón Emilio y Andrés Felipe Pérez Hoyos, la fiscalía colombiana presentó su cronología del crimen de Marcelo Pecci, con las dos primeras declaraciones testificales de Francisco Luis Correa Galeano del 4 y 7 de junio de 2022, tomadas en Cartagena, con la corroboración técnica de realización de llamadas, verificación de movilidad por videocámaras y registros en hoteles, pagos y movidas financieras.
“Él ese día me comentó que había una vuelta para matar a un fiscal paraguayo, me dio el nombre que era el fiscal Marcelo Pecci, que, porque el man se la tenía montada al patrón de ellos, porque le metió un hermano a la cárcel al patrón, yo no sé cómo se llama el patrón de Ramón, he escuchado que es un man paraguayo, que a mí me dicen que el man fue atracador de bancos y luego se volvió narco, y que se voló de una isla francesa pero no sé cuándo fue eso”, expresó Correa Galeano.
Según Doldán, aquí también se pierde el hilo, pues, no se encontró referencia alguna de un narcotraficante paraguayo escapado de una cárcel de Francia.
Tío Rico y Marset, de un lado, Giuzzio y Abdo, del otro, emergen como responsables de un esquema cuyo costo para el país aún no dimensionamos, pero que inexorablemente será muy alto. Foto: Archivo
El mayor escándalo en la era democrática: Insfrán - Giuzzio, nexo narco que complica al gobierno de Abdo
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El esquema de filtraciones de datos sensibles desde la Senad, revelado en la acusación del fiscal Deny Yoon Pak a Miguel Insfrán, alias Tío Rico, constituye posiblemente el hecho de corrupción institucional más grave conocido durante la era democrática, por implicar la participación directa de un organismo del Estado en esquemas criminales.
Lo que hasta entonces era un secreto a voces pasó a ser un hecho comprobado: el nexo que establecieron el narcotráfico y el poder político durante el gobierno de Mario Abdo. En ese período, el organismo antidroga fue puesto al servicio del “clan Insfrán”, asociado a la organización liderada por el uruguayo Sebastián Marset, y el resultado fue el aumento exponencial de la actividad criminal, a escalas nunca vistas en nuestra historia.
Tío Rico y Marset, de un lado, Giuzzio y Abdo, del otro, emergen como responsables de un esquema cuyo costo para el país aún no dimensionamos, pero que inexorablemente será muy alto.
Las “filtraciones” transcriptas en la acusación de Pak a Miguel Ángel Insfrán no son solamente indicios aislados, ni versan sobre un hecho ilícito cualquiera, así como está claro que tampoco pueden ser considerados como hechos ocurridos con participación de solamente dos personas, a saber, el funcionario desleal y un líder criminal. Por el contrario, son pruebas directas del control e influencias decisivas que ejercía la organización narco-criminal en la institución que tenía por función combatirla, lo que a su vez es prueba contundente de que ese control no pudo haber sido consecuencia de una simple relación bilateral entre dos personas, el topo y el líder narco, sino que necesariamente debió tratarse de un esquema multilateral, que involucró a las más altas esferas del poder político de la época.
Pensar lo contrario no resiste al más mínimo análisis lógico; no es posible que un solo funcionario, sin el consentimiento y ayuda de sus superiores, haya podido ser capaz de sostener toda esta estructura en un organismo como la Senad. Si hubiese sido obra de una sola persona hubiese sido descubierto y, por supuesto, castigado. Esta paradoja fue, de hecho, convenientemente “aclarada” por Zully Rolón, eterna mano derecha de Giuzzio y quien luego de aquel fungió ella misma como ministra secretaria de la Senad, cuando dijo a la prensa (Abc Cardinal) que ellos, es decir las autoridades de la Senad, estaban en conocimiento de las filtraciones, pero que no hizo “cambios sustanciales” porque “se estaban desarrollando operativos muy importantes que llevaba esa dirección…”.
En esa entrevista, realizada el 23 de mayo del corriente, la exministra dijo que “cuando Europol envía estos mensajes, “nosotros ya estábamos en conocimiento y es así que enviamos al Ministerio Público para su investigación, ya en abril de 2022, cuando se operativizó A Ultranza…”; sin embargo, según reporta el mismo medio periodístico, que entrevistó a la exministra antes de ingresar a la sede del Ministerio Público para prestar declaración el pasado 31 de mayo, en esa ocasión dijo que “esas filtraciones de información fueron en 2020 y tomamos conocimiento en el mes de octubre de 2021, cuando recibimos los mensajes encriptados de Europol”.
La contradicción es notoria en lo relativo a si sabían de las filtraciones antes del reporte de Europol o solamente a partir del reporte de Europol, y parece indicar que la realidad es que siempre supieron de las filtraciones, como dijo en la primera entrevista, y que el citado reporte solamente los evidenció y los obligó a comunicar al Ministerio Público.
Zully Rolón, eterna aliada de Arnaldo Giuzzio. Foto: Archivo
Ni bien asumió el presidente Mario Abdo Benítez, en agosto del 2018, uno de sus primeros nombramientos fue el de Arnaldo Giuzzio al frente de la Senad, a quien respaldó públicamente. Como una de sus medidas más relevantes, Giuzzio retiró a los agentes de la Senad que ejercían labores de control en los puertos y aeropuertos. Es ilógico suponer que esta medida haya podido ser tomada y, sobre todo, ejecutada, sin el conocimiento de la Dinac, ni del consentimiento de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo, es decir, Mario Abdo Benítez.
En cuanto a los efectos concretos de dicha medida, es claro que no es coincidencia que a partir de entonces comenzaron a caer en puertos europeos grandes cargamentos de cocaína despachados desde el Paraguay. Los volúmenes son escalofriantes. 1,13 toneladas camuflados en sacos de harina, en Amberes (Bélgica); otras 10,9 toneladas entre cargamentos de cuero azul, en el mismo puerto; 4,1 toneladas en sacos de harina, en Róterdam; otros tantos en el puerto de Hamburgo (Alemania).
En total, durante el gobierno anterior, fueron decomisadas más de 40 toneladas de “cocaína paraguaya” en el “viejo continente”. Y estas son las cifras de lo que fue incautado, que serían entre 5 a 10 % de la suma total que fue enviada en ese periodo, es decir, entre 200 y 400 toneladas, que equivalen a 6.000 y más de 12.000 millones de dólares, respectivamente.
Con estos números astronómicos, cualquiera puede ver que resultó buen negocio para el esquema criminal, incluso en el marco de la débil tesis sostenida por Zully Rolón, de que dejaron fluir a sabiendas las filtraciones porque había “operativos” en marcha. Es decir, ese 10 % perdido se amortiza en el 90 % traficado exitosamente.
Esos cientos de toneladas de droga que ingresaron al país provenientes principalmente de Colombia y Bolivia supusieron un mínimo de 500 vuelos, o hasta el doble, que supuestamente nunca fueron detectados por las autoridades de ese entonces. En cinco años se montó una gigantesca logística que convirtió a Paraguay en un “hub” de acopio y distribución mundial de cocaína, impensable sin la complacencia de las autoridades.
En cinco años se montó una gigantesca logística que convirtió a Paraguay en un “hub” de acopio y distribución mundial de cocaína, impensable sin la complacencia de las autoridades. Foto: La Nación
Arnaldo Giuzzio, “hombre fuerte de Mario Abdo”, era (o sigue siendo) la pieza clave para el eficaz funcionamiento del esquema. La entonces institución a su cargo, Senad, que siguió manejando luego desde el Ministerio del Interior, se encargaba de pasar “información sensible” a Insfrán y coordinar necesariamente con otras autoridades del Ejecutivo la liberación del terreno para operar con total impunidad, desde que aterrizaban sus avionetas, hasta que partían las barcazas repletas de droga rumbo a Europa.
Su salida del ministerio, el 22 de febrero del 2022, no debe interpretarse como un castigo por algo de lo expuesto con antelación. De hecho, siguió “asesorando” a Mario Abdo en Palacio de Gobierno hasta el término de su mandato y manejó los hilos de instituciones fundamentales para los narcos, empezando por la Senad, siguiendo por la Secretaría de Prevención del Lavado de Dinero (Seprelad), así como otros entes del Ejecutivo, de participación necesaria.
Giuzzio dejó la cartera del Interior porque su amigo presidente ya no tenía ninguna posibilidad de mantenerlo en el cargo. Días antes se había hecho pública su fluida relación con otro “capo mafioso”, Marcus Vinicus Espíndola, alias Marques de Padua, de los más buscados en Brasil.
Giuzzio había utilizado el vehículo particular de aquel para ir de vacaciones a las playas de Florianópolis, y admitió que el personaje en cuestión se preparaba para participar de una licitación convocada por dicho ministerio “sobre instrumentos de seguridad”, pero además se supo que el día antes del Operativo Turf, impulsado por la Federal del vecino país para capturar a “su conocido”, él lo llamó a altas horas de la noche. Conclusión, cuando fueron a buscarlo a su mansión del Paraná Country Club (Hernandarias), el hombre ya había desaparecido y recién pudo ser detenido en Foz de Yguazú.
Arnaldo Giuzzio, exministro del Interior y de la Senad, junto al narco Marcus Vinicius. Foto: Archivo
Paradójicamente, Giuzzio enfrenta un proceso “solo” por cohecho pasivo agravado, presunta coima recibida de Marcus Vinicius, mientras que de Abdo poco o nada se dice en todo este entramado tenebroso, a pesar de que es claro que este esquema no pudo haber sido obra de un organismo como la Senad en forma aislada, sino que necesariamente debió haber sido un equipo que operó en conjunto durante los 5 años de gobierno y, desde esa posición brindó todo tipo de cobertura a la mafia del narcotráfico, particularmente a la liderada por Tío Rico y Marset.
Por eso cobran relevancia las transcripciones contenidas en la acusación del fiscal Pak. Son la confirmación, documentada, de ese nexo político entre el “clan Insfrán-Marset” y el poder político, que convirtió a nuestro país en centro de acopio y distribución mundial de droga.
El daño que ya ocasionó todo esto al Paraguay es todavía difícil de dimensionar, pero con certeza es elevado. Por consiguiente, hacer frente al flagelo y evitar que nos deslicemos hacia circunstancias tan dramáticas como las que viven Colombia, México, Ecuador y otros países de América Latina, es uno de los mayores desafíos de los tres poderes del Estado. El Ministerio Público tiene la palabra.
Arnaldo Giuzzio fue destituido del Ministerio del Interior por su vínculos con el supuesto narcotraficante Marcus Vinicius Espíndola, procesado en el Brasil. Foto: Archivo
La extitular de la Senad, Zully Graciela Rolón, fue convocada para que explique cómo se filtraban desde la institución datos confidenciales al esquema narco encabezado por Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico. Foto: Gentileza
Aliada de Arnaldo Giuzzio comparece ante la Fiscalía por filtraciones al narcotráfico
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La exministra de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Zully Graciela Rolón, comparece en estos momentos ante la Fiscalía con el fin de que explique cómo se filtraban desde la institución datos confidenciales al esquema narco encabezado por Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, y el uruguayo Sebastián Marset.
De esta manera el órgano extrapoder toma acciones en este grave caso que se daba en el tiempo en que Arnaldo Giuzzio lideraba la institución. La citación fue realizada por el equipo fiscal, conformado por los agentes Diego Arzamendia, Francisco Cabrera y Jorge Arce.
De acuerdo al Ministerio Público, las filtraciones de informaciones a la organización criminal de Tío Rico se concretaban desde la Dirección de Inteligencia Técnica de la Senad, encabezada en ese entonces por un hombre de confianza de Giuzzio.
La situación se sustenta en una serie de mensajes encriptados entre Tío Rico y el también narco uruguayo Sebastián Marset, donde Insfrán se jacta de su contacto en la Senad y de su amistad con “los de arriba” para zafar de los operativos antidrogas y de esa manera lograr la exportación de cocaína a Europa.
Al ser consultada sobre el tema por los medios de comunicación Rolón afirmó que “muchas cosas no puedo decir, yo como exfuncionaria estoy compelida por algunos artículos del Código Penal para no revelar secretos de interés público”. Añadió que bajo su gestión se realizaron las denuncias sobre las filtraciones por medio de la Unidad de Investigación Sensible.
Comparecencia de la exministra de la Senad, Zully Graciela Rolón ante el Ministerio Público. Foto: Gentileza
El argumento que esgrimió la exministra para justificar las medidas light que se tomaron durante el anterior gobierno contra los funcionarios que operaban a favor del narcotráfico se debió a los “protocolos de la investigación” que, según la misma, se ajustó con la finalidad de que el operativo A Ultranza alcance la efectividad que logró.
“Eso establecía el protocolo, porque el ministro no remite las informaciones de inteligencia, todo lo hacen los agentes que están a cargo y controlados por el juzgado de garantías al Ministerio Público”, dijo en su defensa la exalta funcionaria de Estado.
“Yo voy a contar todo lo que a mí me consta y con esto quizás ayude al Ministerio Público para aclarar. Si se hace una línea de tiempo, las informaciones de filtraciones fueron en el 2020, sin embargo nosotros tomamos conocimiento de esto recién en octubre del 2021, cuando se recibió los mensajesencriptados de Europol, entonces hay una gran línea de tiempo”, acotó.
Rolón siguió sosteniendo que “después ya estábamos abocados y trabajando en la operativización de A Ultranza. En el momento que me informaron (sobre las filtraciones desde la Senad), enviamos a asuntos internos, hicieron las primeras diligencias a la expectativa de la operativización de A Ultranza”.
Por otra parte, indicó que es posible saber quienes de los funcionarios de la Senad durante el anterior gobierno realizaron las filtraciones al narcotráfico. “Confío en el Ministerio Público, están trabajando y tengo el interés para que se sepa quiénes son estas personas”, dijo.
Añadió que la detección de las filtraciones (audios y transcripciones) ya se había adjuntado en los expedientes de A Ultranza, y que de ello tenían conocimiento todas autoridades de investigación y judiciales competentes.
La Fiscalía citó para la mañana de este viernes, a la ex titular de la Senad Zully Rolón, para declarar sobre el caso de filtraciones vinculados a Miguel Ángel Insfrán, alias "Tío Rico" y Sebastián Marset. Foto: Gentileza
A Ultranza: Fiscalía cita a declarar a ex titular de la Senad por caso de filtraciones
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El equipo fiscal, conformado por los fiscales Diego Arzamendia, Francisco Cabrera y Jorge Arce, de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción de Asunción, convocó a declarar a la exministra de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Zully Graciela Rolón Esquivel. La cita está fijada para este viernes 31 de mayo a las 8:30.
La indagatoria fiscal se realiza en el marco del proceso de investigación desprendido del caso “A Ultranza Py” referente a filtraciones que involucraría a la organización de Tío Rico y Sebastián Marset, en la que se espera que la exministra Rolón realice una declaración testifical.
Es de recordar que estas filtraciones de datos en escuchas telefónicas revelan cómo elementos del crimen organizado reciben información sensible y de primera mano por parte de agentes de seguridad del Estado, quienes se interiorizan de las investigaciones en curso y le ponen al tanto a los narcos las identidades de los informantes y detalles que estos aportan a los organismos antidrogas.
En tanto, el Ministerio Público acusó formalmente a Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, por narcotráfico, lavado de dinero y asociación criminal. El mismo es considerado como una figura clave en el megaoperativo denominado A Ultranza Py. La acusación fue formulada por el fiscal Deny Yoon Pak, quien además solicitó al juzgado proceder al juicio oral y público en contra de Insfrán, considerando los indicios que involucran al mismo en los delitos vinculados al narcotráfico y al lavado de dinero.
De hecho, la citación a la exministra Rolón obedece a que las filtraciones de información sensible al supuesto narcotraficante paraguayo Miguel Ángel Insfrán y que luego éste informaba a su socio, el uruguayo prófugo Sebastián Marset.
Estas filtraciones se dieron específicamente de la Dirección de Investigación Técnica (DIT) de la Senad, dirección que fue creada bajo la administración de Arnaldo Giuzzio y se mantuvo durante su sucesora Zully Rolón. Estas filtraciones se dieron entre los años 2020 y 2021, cuando llevaban a cabo las investigaciones que culminaron finalmente en el operativo A Ultranza en el 2022.
Caso filtraciones: Senado convoca oficialmente a Jalil Rachid para el próximo lunes
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La mesa directiva del Senado convocó al titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, para el próximo 3 de junio a las 9:00. En esta ocasión, la citación oficial al alto funcionario de Estado fue planteada por las bancadas que integran la mesa directa de la Cámara Alta mediante los conductos correspondientes, es decir, vía presidencia.
Inicialmente, la convocatoria a Rachid había sido planteada solo por la bancada democrática, liderada por la izquierdista Esperanza Martínez y conformada por opositores, incumpliendo con el reglamento interno y evadiendo comunicar a los demás sectores políticos con representación en el Senado.
El llamado surge con la finalidad de que Rachid pueda proporcionar al Legislativo informaciones sobre las supuestas filtraciones en el marco de la causa A Ultranza Py, situación que dejó en descubierto la vinculación del supuesto narco Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, con la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) en el tiempo en que Arnaldo Giuzzio lideraba la institución.
“Independiente a todas las conjeturas que se dan, lo bueno es que sepamos de la propia autoridad competente el desenlace que tuvo todo esto que se informa a través de la prensa”, dijo el presidente del Senado, Silvio “Beto” Ovelar, en una entrevista con los medios de comunicación.
De acuerdo al Ministerio Público, las filtraciones de informaciones a la organización criminal de Tío Rico se concretaban desde la Dirección de Inteligencia Técnica de la Senad, encabezada en ese entonces por un hombre de confianza de Giuzzio.
La situación se sustenta en una serie de mensajes encriptados entre Tío Rico y el también narco uruguayo Sebastián Marset, donde Insfrán se jacta de su contacto en la Senad y de su amistad con “los de arriba” para zafar de los operativos antidrogas y de esa manera lograr la exportación de cocaína a Europa.