En un reciente encuentro realizado sobre la situación de los individuos que son objeto de persecución y explotación de diversa índole se encontró que el 76 % de las víctimas de la trata de personas en el Paraguay es del sexo femenino. Y la mitad de ese número de seres explotados es menor de edad, es decir, tiene menos de 18 años.
El tema que se analizó en el Centro Cultural Juan de Salazar se centró en los avances y retos sobre la trata de personas en nuestro país, de cara a los 20 años de aportes de la Cooperación Española. Se entiende por trata de personas el movimiento ilegal de seres humanos con propósitos de esclavitud laboral, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma de esclavitud contra la voluntad del ser humano. La trata se realiza con el propósito de ganar dinero y en la clandestinidad, por lo que se la considera un delito que viola los derechos humanos y un crimen de lesa humanidad.
El documento dado a conocer en la ocasión revela lo siguiente: “Una de las conclusiones más preocupantes del estudio fue el vínculo creciente entre trata y narcotráfico: 6 de cada 10 casos analizados presentaban relación directa con el tráfico o consumo forzado de drogas, utilizado como mecanismo de captación y sometimiento de las víctimas”.
La trata, que afecta a las personas de todas las edades y géneros, se centra principalmente en las mujeres, adolescentes y niñas. Los lugares geográficos donde mayor cantidad de casos se han detectado son los departamentos de Alto Paraná y Central, a los que siguen las zonas del Chaco.
En el encuentro se alertó sobre las actuales estrategias para captar nuevas víctimas a través de las redes sociales y sistemas de tecnología digital. Se informó que las promesas de “un amor online, “un trabajo que te cambiará la vida”, o “ganancias altas sin esfuerzo” son los recursos de fachada que se utilizan para ocultar las redes de explotación sexual o de trabajo forzoso.
De todas las naciones de la región, el Paraguay aparece como el segundo país de origen de las personas explotadas en España, ya que el primero es Colombia. Esto pone de resalto que es un grave problema internacional, que necesita que los países urgentemente refuercen la prevención del delito y que colaboren con las demás naciones en la protección integral de los individuos.
Estos datos revelan con toda su crudeza la sorprendente situación que nos toca vivir en la actualidad. Es un hecho muy doloroso que requiere medidas urgentes y decididas de parte de la sociedad paraguaya y de los organismos estatales. Y para ello lo más necesario y urgente es conocer la realidad de nuestro país.
La coordinadora del programa de prevención y atención a las personas afectadas por la trata de personas, Teresa Martínez, señaló que es fundamental que se vea y se hable de esta problemática, para lograr la articulación que requiere el proyecto. “Los datos muestran que sigue existiendo una fuente constante de captación de mujeres y niños; por eso es tan urgente la implementación efectiva del programa, que permitirá que las acciones tengan un impacto real en los territorios más afectados”, manifestó la especialista.
Las autoridades nacionales, sensibles a estos problemas sociales, están tomando medidas para enfrentar esta situación, que viene desde hace tiempo. Y están realizando su trabajo con los organismos públicos especializados para ejercer un mayor control en el comportamiento de los grupos sociales que pueden considerarse vulnerables. La gravedad de la situación encontrada en los estudios realizados y que se pone de manifiesto en el reciente encuentro obliga a actuar con rapidez y mucha eficiencia. Por eso es necesario difundir las disposiciones que existen para proteger a las posibles víctimas de la trata y ejercer una fuerte defensa de los más débiles.
Hay que resaltar la importancia de la familia como cuna y protección de cada persona. Por lo cual se deben tomar todas las medidas requeridas para fortalecer la ligazón familiar en todos los sentidos, tanto desde los organismos públicos como de las entidades civiles. Porque donde hay una familia bien constituida, con madre, padre, hijos y demás parientes unidos, difícilmente surjan casos de trata debido a la fuerza del cordón umbilical familiar.