El juicio oral y público para el padre Silvestre Olmedo, acusado del hecho punible de acoso sexual, cuya supuesta víctima sería la joven Alexa, ingresa en su última etapa, que será la exposición de los alegatos finales del Ministerio Público, la querella y la defensa del religioso.
La audiencia oral prosigue el próximo 5 de noviembre y se podría dictar la sentencia de primera instancia. El Tribunal de Sentencia que tiene a su cargo juzgar al acusado está integrado por Juan Carlos Rocholl, Julio López y Gladys Bernal.
Días atrás, el sacerdote Olmedo se declaró inocente ante el tribunal. “Me ratifico en mi inocencia”, dijo Olmedo ante los jueces de sentencia. Por su parte, la abogada querellante Mirta Moragas señaló que se probó en juicio la responsabilidad del acusado en el hecho punible en el que está juzgado, por lo que corresponde una condena.
Antecedentes
El año pasado, cuando el caso llegó por primera vez a juicio oral, quedó probado que el hecho de acoso sexual existió. Sin embargo, el Tribunal de Sentencia, integrado por los jueces Leticia de Gásperi, Dina Marchuk y Hugo Segovia Villasanti, en un fallo dividido resolvió absolver al cura.
El fallo dictado en agosto pasado fue apelado por la querella adhesiva y el Tribunal de Apelaciones de San Lorenzo anuló la absolución y ordenó la realización de un nuevo juicio oral.
La determinación de anular la absolución del párroco se basó en la errónea interpretación que realizaron los jueces Marchuk y Segovia con respecto a la palabra “hostigamiento”, fundada meramente en el significado lingüístico e ignorando la normativa internacional, así como la supuesta inexistencia de autoridad o influencia de Olmedo.
El tribunal, en sus argumentos, consideró varios temas que sirven para el avance de los derechos de las mujeres, entre ellos que los tribunales deben considerar los instrumentos internacionales al fallar casos de violencia contra las mujeres; que deben dejar de recurrir al diccionario cuando cuentan con otros elementos más pertinentes como instrumentos internacionales ratificados por el Estado y que un solo manoseo puede ser considerado acoso.