Amparado en sus vínculos con los poderes de turno, a través del chantaje como herramienta de negociación, el multimillonario Antonio J. Vierci logró apoderarse de varios medios de comunicación violando disposiciones legales establecidas por el ente regulador. Utilizó a un prestanombre para obtener una licencia de un canal de aire que debió operar como canal educativo, sin embargo, cuando lo obtuvo lo convirtió en un medio comercial y farandulero. Sus otras empresas, como los supermercados, estuvieron envueltas en escándalos por explotación laboral de niños, por lo que fueron sancionadas y pagaron millonarias multas. Su posición dominante en este rubro impidió que sus competidores bajen sus precios, y su actitud fue calificada como “mafiosa” por otros empresarios.
En los últimos años, el empresario paraguayo Antonio Juan Bautista Vierci, más conocido como A. J. Vierci, acaparó los medios de comunicación, puesto que a su holding, integrado por los canales Telefuturo, LaTele (licencia licitada como canal educativo), además de Última Hora, Monumental AM 1080, FM Urbana 106.9 y E40 91.1, también se sumaron hace un tiempo el canal 2 de la Red Guaraní y el canal por cable Noticias PY.
Conatel, que es la institución que debe precautelar los intereses del Estado paraguayo, anunció en su momento una investigación, puesto que el alquiler de ese último canal de televisión citado se realizó sin autorización, según la reglamentación. La situación de la Red Guaraní y las negociaciones con el Grupo Vierci, bajo el concepto de “arrendamiento”, se mantuvieron por mucho tiempo en secreto.
A raíz de las denuncias, Conatel solicitó un informe a los propietarios de Red Guaraní sobre el contenido de los programas y la grilla, puesto que no existió ninguna autorización de traspaso ni de alquiler.
La pérdida del control de la dirección y administración de sociedades concesionarias o licenciatarias sin autorización de la Conatel constituye una infracción pasible de sanciones, que incluso pueden llegar a la pérdida de licencia, reza parte de las Normas Reglamentarias de la Ley 642/95 de Telecomunicaciones, como lo es en su artículo 69.
La Conatel debía haber evaluado el poder en el mercado y en lo económico de los medios y qué consecuencias acarrearía esta unión.
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ONG vinculada al grupo Vierci y Zuccolillo recibirá USD 1,5 millones del acuerdo de la UE, dice Petta
El exministro de Educación, Eduardo Petta afirmó que organizaciones sin fines de lucro (ONG) vinculadas a los grupos de Vierci y Zucolillo, recibirán parte del dinero contemplado en el acuerdo con la Unión Europea (UE) y por tal motivo, sus medios de comunicación consideran como “enemigo” a todo aquel que oponga a dicho plan de cooperación, aseveró.
“Ellos tienen acuerdos con la Unión Europea, es más, en este acuerdo dice que una suma determinada del dinero va para ‘Juntos para la Educación’, este acuerdo dice eso, está expreso y aprobado por ley”, aseguró el exministro en conversación con la 800 AM, donde aseveró que esta organización está vinculada a los medios de comunicación, en especial a Abc.
Petta señaló que los medios de comunicación de los Vierci y Zuccolillo, cuentan con una ONG cada una y que incluso estas operan en el mismo edificio. Al ser consultados sobre a qué organizaciones se refería, el exministro mencionó a Paraguay Educa y Juntos por la Educación y manifestó que esté último recibirá USD 1,5 millones del dinero proveniente del acuerdo.
“Parte (del dinero) va para ‘Juntos por la Educación’ y está vinculado a los medios, y son los medios, son los que están fogoneando, entonces el que se levantaba en contra es enemigo”, aseveró Petta quien indicó que en el tiempo en el que fue ministro de Educación, estos grupos de comunicación conformaron un grupo de periodistas de investigación para encontrar irregularidades en su gestión y así lograr su destitución.
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Partido, candidato y estrategia derrotan a tres gigantes sin ideas
Por Augusto dos Santos.
En Quito, en un encuentro sobre comunicación, sociedad y espiritualidad, conocí a un cura jesuita, Ricardo Zeballos, que en un desayuno compartido con otros participantes nos dijo: “Nos pasamos la vida atormentada por creer en Dios… pero, ¿estamos seguros de que Dios cree en nosotros?”. Esa premisa le cambió el eje a la reflexión y colocó el enfoque en la idea fuerza “Deja que Dios crea en ti”.
¿Qué tiene que ver todo esto con el resultado del domingo? Pues mucho y no importa que creas o no en este u otro dios: el error estratégico más frecuente que ha marcado a gobiernos y contiendas electorales es el no saber separar el foco de lo que uno quiere para reemplazarlo a iluminar con lo que uno debe. Hay una profunda diferencia entre desear el beso de una persona y el construir escenarios sobre las condiciones que se deban dar para conseguir una cita con el ser deseado.
La sagrada lengua del pueblo
Periodistas y analistas, estrategas y vendehumos, empresarios y las ONG al servicio de la Concertación-Vierci-Abc cayeron en el increíble agujero de la torpeza que es casi indecente cuando se trata de misiones tan importantes, como ganar una elección, al confundir el deseo con la realidad. Una añeja ausencia de profesionalismo que, aunque fracase, se repite en sus analistas.
Planificar sobre la estructura raquítica del deseo un proyecto de cambio es solo peor que planificar un proyecto de cambio desde el más absoluto no cambio. Estos convirtieron ambos errores. No se trata de creer en dios, se trata de saber si Dios nos está creyendo. Obviamente, cuando hablo de Dios estoy hablando de los ciudadanos. Del pueblo, por decirlo con más poesía, enlazando con aquella tradición de vox populis, vox dei, o de aquello de Séneca: “Crede mihi, sacra populi lingua est” (Créeme, sagrada, es la lengua del pueblo).
La fortaleza de la victoria
La esencialidad de la victoria de Santiago Peña se estableció sobre un factor principal, arrollador e insustituible: la fortaleza de la ANR, Partido Colorado, como espacio político de contención popular, de diálogo social y de representación política de sus asociados.
La ANR no es solo una máquina de ganar elecciones, como comúnmente se sintetiza. Expresarlo de esa manera es como decir que Cerro Porteño (solo por citar un equipo) es una máquina de ganar partidos. Esa solo sería una mirada amateur. Porque no se ganan ni elecciones ni partidos sin la construcción de tres estamentos que, a nivel de partidos políticos, marcan la naturaleza de su performance: 1) la construcción emotiva y objetiva de una razón política, 2) el sentido de pertenencia de sus adherentes y 3) la innegociable vocación de poder.
La ANR ha alcanzado una dinámica de funcionamiento que “los analistas” no advierten porque sus ojos solo pueden ver lo que quieren ver y no lo que tienen que ver: la actual adhesión popular a este partido lo envidian los sectores de izquierda, los planes de fortalecimiento del nivel de vida de sus cuadros (políticas de empleos en empresas locales, diversos cursos hasta de robótica, políticas de becas, alojamientos universitarios, etc.) compite con diversas ONG en su eficiencia.
Ningún partido político de Latinoamérica incorporó tantos jóvenes en los dos últimos lustros como la ANR, por citar otro dato, y para concluir con una línea que ya resulta obvia: las elecciones fueron ganadas por un partido que los analfabetos del escenario consideraban débil o debilitado; sin embargo, es un fenómeno que merece un estudio académico por su capacidad de contener.
Era lógico que fuera presidente
La otra fortaleza ha sido el candidato. Era demasiado obvio que Santiago Peña era el mejor candidato. Alguien escribió en los últimos días que Peña iba a ser presidente por una razón de hierro: porque era lógico que fuera presidente de la República. Probablemente la distancia de sus cargos en el BCP y en el Ministerio de Hacienda, rodeados de números y estadísticas, no permitieron conocer al otro Peña, sólido en su respeto a la hoja de ruta, pero con ganas de invertir tiempo en gestos humanistas; participativo en el debate, pero firme en las decisiones y por sobre todo con un elemento de ventaja en estos tiempos, saber sobre economía.
El impacto de las participaciones de Peña en el exterior era relevante, lo cual le llevó a la campaña a construir el proceso con base en un dato clave: que la ciudadanía estaba esperando una representación presidencial que le devuelva el orgullo.
Cada vez que Peña hablaba en un programa de prestigio regional y mundial, se sumaban ciudadanos ansiosos de tener un presidente capaz de la buena representación. Ni un dato cualquiera, por eso el presidente es mandatario, porque representa.
Al básquetbol, en una mesa de ping-pong
Capítulo aparte para las iniciativas fracasadas de la semiótica “chaé” de los publicistas y emprendedores comunicacionales de la Concertación, que terminan siempre siendo un boomerang, porque unificaban a su enemigo o por su inocuidad o desubicación similar a la idea de jugar al básquetbol en una cancha de ping-pong.
Solo figúrense: si quemás la sede de un partido enorme y popular al grito de “ANR NUNCA MÁS”, todo lo que hacés es que sus adherentes, que además son mayoría, generen el imaginario opuesto, o sea, ANR SIEMPRE MÁS.
Pero también nacieron otras patéticas formulaciones tan poco creativas como inconsecuentes, como la de “Los embajadores del cambio” promovido por el equipo de “genios” de Soledad Núñez, pretendiendo capitalizar votos con el protagonismo mediático vigente del embajador de los Estados Unidos o aquello de “Demos vuelta el partido”, otro engendro de los publicistas de la Concertación en el que cayeron las oenegés, empresas y organizaciones, algunas quizás de cierta buena fe.
Mañana en el análisis de los errores de la coalición de partidos y grupos mediáticos veremos la torpeza de otra instalación: la campaña sobre el Santi-empleadito de HC y explicaremos por qué tal idea nunca germinó como aguardaban.
Creer en el escenario
La otra fortaleza de la victoria fueron las estrategias político-comunicacionales de campaña. Fueron diametralmente opuestas a la forma como la Concertación-Vierci-Abc encaró el proceso. Paradójicamente, la Concertación realizó un estilo de campaña comunicacional típico de un partido tradicional en el que abundan los discursos violentos, solo le faltó el caballo y la guacha; anteponiendo la tensión del temor al enunciado de empatía y con una virulenta guerra sucia contra Peña y Cubas en las plataformas. En verdad, no parecía una campaña digna de publicistas conocidos que los acompañaban. Generaban miedo antes que la alegría del cambio. ¿Se acuerdan de aquellos gloriosos chilenos que lograron hacer sonreír incluso a un NO en 1988? Pues eso.
Mientras tanto, en el sector triunfante, la base del proceso realizada por una asesoría cien por ciento nacional fue la ciencia exacta del escenario (“El corazón y la emoción ya lo pone luego el Partido Colorado”, decía alguien).
Algunas innovaciones, como relativizar y luego huir del espacio mediático duramente político y concentrar más tiempo en escenarios de optimismo, lúdicos, fue una forma de capitalizar el hartazgo de los ciudadanos con relación a la sobreinformación política.
En la última semana, mientras Efraín seguía vomitando ira contra Peña saltando de un programa a otro con periodistas claramente aliados, Peña se paseaba en los medios populares y programas de entretenimiento enfocados en lo mejor de la vida, el derecho a la alegría.
(Por cierto, una buena razón para analizar sobre la estrepitosa caída de viejos formatos de mesiánicos enseñándonos cómo debemos vestirnos, comer y respirar).
La pasión por lo que dicen los números diarios y su inmediato traslado a acciones comunicacionales; la actitud de privilegiar la dinámica de los cambios de enfoque antes que atenerse a planificaciones tiesas, el respeto irrestricto por la ciencia social; la atención al dato ajeno, pero la seguridad del mejor dato propio y la clarísima definición de la representación y escenificación simbólica de Peña en la campaña fueron, además, otros componentes relevantes aportados por la unidad estratégica de la campaña.
La tercera caída del “hacedor de presidentes”
Concomitantemente, la estrategia de redes, que fue 10 veces menos costosa que la Concertación y 20 veces más eficiente, se basó en conversar con los ciudadanos desde la perspectiva de un candidato dialogante que pese a los ataques no salía a la pelea callejera y solo proponía; y al mismo tiempo, una vertiente de buen humor para responder a la “mala leche” con ironía.
En concreto, creer en el escenario (la formulación de futuro con base en hechos, perspectivas, futuribles y datos demoscópicos) vale mucho más que presuntuosos vendedores de humo y “hacedores de presidentes” carísimos y que la mayor parte de las veces se especializan en verter sus fluidos por fuera del recipiente.
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Prensa efrainista y su descrédito brutal
La histórica paliza del Partido Colorado sobre la oposición es un golpe rotundo a la credibilidad de los voceros aún más intensos que los propios políticos: los grupos Vierci y Abc que hipotecaron tal valor esencial detrás del encubrimiento: durante cinco años no denunciaron hechos de corrupción para evitar potenciar al sector que postulaba a Santi Peña y luego se constituyeron en verdadera trinchera del efrainismo.
Pero si fracasaron como medios, también fracasaron como estrategas porque no aprendieron la vieja lección sobre que es mejor atacar que defender en incidencia pública. Ello provocaba permanentemente ante la opinión pública un escenario de lectura excesivamente fácil: La Nación denunciaba al poder y se ponía del lado de los ciudadanos, mientras que Vierci y Zucolillo solo hablaban del Cartismo (que no ejercía el gobierno) y silenciar la corrupción en la esfera del poder.
Se podrían citar “tareas” semejantes en medios más insignificantes como “El Independiente” por ejemplo, jugando siempre con el mismo perfil: ocultar al gobierno cuyas políticas son las que perjudican a los ciudadanos y atacar a Peña, cuya popularidad iba creciendo con tales ataques.
En su paso por el arrebato militante, Vierci incluso canceló el funcionamiento de su área de investigación televisiva, cuyo formato era uno de los más exitosos de la TV nacional.
Arrastraron al mismo tiempo a las que eran respetados centros de pensamiento como Dende a ser caja de resonancia del burdo análisis de sus periodistas en pomposos paneles; análisis ejercidos más desde el repudio al Partido Colorado que desde la mirada de escenario que es lo que corresponde.
En concreto, el hecho que los dos grandes grupos que concitan una parte sustancial de las audiencias no sean creíbles para ellas más que en sus shows o en sus transmisiones deportivas es una derrota para el periodismo en sí.
Y un último componente. La petulancia de la sobrevaloración. Con poses de dueños del periodismo hablaban para casi nadie, mientras a sus espaldas los medios creíbles y la “la fórmula Bukele” (el buen manejo de las redes) les llevaba a dormir la siesta con pijama. Una historia al mismo tiempo tragicómica de un periodismo que no supo superar las fórmulas clásicas y romper esquemas hacia las nuevas fórmulas de empatía que imponen estos tiempos de sobreabundancia informativa.
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Medios socios de corrupción
Los medios de Vierci y Abc no produjeron una sola investigación en cinco años sobre la gestión de gobierno de Mario Abdo Benítez, ni una sola. Fueron socios de un gobierno marcado por la corrupción y con ello hipotecaron su credibilidad.
A pesar de que los insumos para destapar la escandalosa administración saliente fueron de sobra, dado que la gestión de la pandemia fue una de las peores de la región, causando la muerte de miles de paraguayos, y ocasionado que cientos de compatriotas perdieran sus puestos de trabajo y se vieran obligados a cerrar sus emprendimientos, estos medios jamás cuestionaron a Abdo y se metieron de lleno a una campaña de odio y de ataques.
Los negociados, las licitaciones amañadas, la millonaria deuda estatal, la inflación, la entrega de la soberanía en las binacionales, especialmente en Itaipú Binacional, quedaron silenciadas en estos medios que prefirieron respaldar a un gobierno corrupto, antes que publicar lapidarias investigaciones, tal y como lo hicieron durante mucho tiempo, y se quedaron mudos y ciegos ante la corrupción.
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Tras la fuerte voz del voto popular, hoy prefieren seguir con el ataque y mantienen su complicidad con el gobierno actual, desmeritando el sentir en las urnas, pero esto, sin la credibilidad ciudadana que ya no confía en quienes ni siquiera se hicieron eco de una gestión que incluso tiene a exministros y legisladores procesados por sus vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado.