Francisco Luis Correa, señalado “cerebro” detrás del crimen del exfiscal Marcelo Pecci, había declarado que la orden provino del líder del clan Insfrán y el uruguayo Sebastián Marset, vinculados al esquema narco que quedó al descubierto con el megaoperativo A Ultranza Py. Al año del terrible suceso, el hombre que coordinó el atentado ajustó su versión sobre los hechos y por un principio de oportunidad está a punto de evitar la extradición y una pena de entre 40 y 50 años de prisión que corresponden al castigo ejemplar que había solicitado inicialmente la Fiscalía colombiana.

En medio de un proceso de beneficio judicial que en Colombia rige como principio de oportunidad con el que busca evitar la extradición y un perdón para no llegar a la pena de 40 a 50 años de prisión que había planteada inicialmente la Fiscalía, Francisco Luis Correa Galeano, considerado “cerebro” del crimen del exfiscal Marcelo Pecci, redireccionó su puntería en la revelación de los presuntos autores intelectuales del atentado perpetrado en mayo del 2022 en la isla turística colombiana Barú.

Tras el magnicidio, durante meses los diferentes medios locales como internacionales que se habían hecho eco de las declaraciones de Correa mencionaron dos nombres involucrados en un mismo esquema narco como los que dieron la orden para matar a Pecci. Al año de la investigación, la versión del principal articulador del atentado, encargado de contratar a los sicarios y coordinar las demás logísticas, omitió el nombre de uno de ellos e incorporó otro.

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El confeso coordinador del crimen de Pecci, en condición de extraditable, había declarado que el líder del clan Insfrán, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico y el uruguayo Sebastián Marset habían dado la orden para asesinar al exfiscal. Esta hipótesis como las demás que fueron surgiendo con las investigaciones provienen de las declaraciones de Correa, quien espera concretar el principio de oportunidad a definirse en diciembre próximo, es decir, en menos de dos meses.

En sus declaraciones, Correa manifestó que la organización de Marset entregó el dinero, la logística y la información para matar al fiscal Pecci. Señaló, además, según las varias publicaciones de medios locales e internacionales que recibió 500.000 dólares, unos 2.000 millones de pesos colombianos para armar toda la logística.

En la última audiencia en el marco del juicio a Margareth Chacón, una de las implicadas en el asesinato de Pecci, en su testimonio Correa omitió totalmente el nombre del uruguayo Marset, tampoco hubo consultas sobre el mismo, pese a que fue uno de los nombrados en sus declaraciones iniciales sobre el crimen antes de las negociaciones del acuerdo de colaboración que podría revertir su condición de extraditable.

Cabe recordar que el uruguayo Marset como el clan Insfrán liderado por Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, dirigían un gran esquema que enviaba importantes cantidades de cocaína a Europa, situación que fue ubicando a Paraguay como país narco exportador durante los años de gobierno del expresidente Mario Abdo Benítez ya que, solo en decomisos, se registró 68 toneladas del polvo blanco made in Paraguay.

Tanto el clan Insfrán como la organización Marset quedaron al descubierto con el mega operativo antinarco A Ultranza Py activado en febrero de 2022 y que tuvo entre sus fiscales al asesinado Pecci. De esta estructura el que sigue zafando los operativos de búsqueda y localización es el escurridizo Marset, quien también después de haber sido sindicado como uno de los que dieron la orden para atentar contra el exfiscal, desapareció de las declaraciones brindadas por el cerebro del homicidio, quien hoy se juega a librarse de la extradición a los Estados Unidos y obtener el perdón que lo eximirá de los 40 a 50 años de prisión propuestos en su momento por la Fiscalía colombiana.

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