En la antesala de un año electoral candente, el diputado Arnaldo Samaniego se esmera en revertir la disposición del pago bimestral de “ayuda alimenticia” de G. 1.700.000 a los guardiacárceles que cumplen una jornada laboral de 24 horas, dispuesto este año en el clasificador presupuestario de la Ley de Presupuesto. El legislador quiere que se les subsidie el alimento a todos, incluidos los que tienen una carga horaria básica y que bien pueden servirse la comida en sus casas. Alegó que “el Ministerio de Justicia tiene los recursos financieros suficientes para cubrir dichas erogaciones”.

Un pequeño filtro se aplicó al clasificador presupuestario de la Ley Nº 6873/2022 de Presu­puesto para que en el Minis­terio de Justicia se benefi­cie con el subsidio bimestral de ayuda alimentaria a los guardiacárceles que real­mente trabajan horario con­tinuado de 24 horas y de esta forma se excluye del benefi­cio a los administrativos, así como otros funcionarios que se privilegian cumpliendo un horario laboral de 8 horas o menos en la institución.

“Que coman en sus casas” fue el criterio que tuvieron con relación a la gente que debe trabajar 8 horas o menos.

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Este ajuste representa un importante ahorro para un ministerio que arras­tra urgencias penitencia­rias y que tiene un montón de carencias por resolver. Es así que el Congreso aprobó este año pagar subsidio de alimentación bimestral (que es uno de los 4 que per­ciben todos los funcionarios del Ministerio de Justicia) solamente a los guardias que cumplen 24 horas corridas de trabajo intercalado con 48 horas de descanso.

Proyecto de ley para modificar recorte de subsidio presentado días atrás por el diputado Samaniego.

El subsidio de ayuda alimen­ticia es de G. 1.700.000 por cada beneficiario y los sindi­calistas atribuyen este privi­legio a una conquista tras la huelga que habían realizado los funcionarios penitencia­rios en el 2019. El pequeño detalle es que este subsidio no se reduce solamente a los guardiacárceles, ya que funcionarios administrati­vos incluso con salarios dife­renciados registran estos cobros bimestrales, según un rápido repaso del portal de transparencia de la ins­titución.

Se estima que, con el recorte, este subsidio de G. 7.000 millones se puede reducir a G. 4.000 millones. Ade­más, con los nuevos centros penitenciarios y la necesi­dad de nuevas contratacio­nes de guardiacárceles, la medida representa un blin­daje para que no se reviente el presupuesto institucional, considerando que al año la citada cartera gasta unos G. 14.000 millones en pagos de diferentes subsidios como el escolar, defunción, naci­miento.

REABRIR LA CANILLA

Un ambiente de malestar trajo el recorte del subsidio de alimentación y en este escenario de mayor auste­ridad apareció el diputado Arnaldo Samaniego con un proyecto para reabrir la canilla para todos los fun­cionarios vinculados al sis­tema penitenciario y al Ser­vicio Nacional de Atención al Adolescente Infractor.

Samaniego, quien ya pre­sentó el proyecto de modi­ficación del clasificador presupuestario de la Ley de Presupuesto el 22 de marzo pasado, alega la baja remu­neración de los funciona­rios asignados a los centros de reclusión, además de que el Ministerio de Justi­cia cuenta con los recursos para el subsidio en disputa.

Parte del clasificador presupuestario que busca cambiar para abrir la canilla al pago de subsidio por ayuda alimenticia.

En su proyecto, Samaniego refiere que mantuvo reunio­nes con sindicalistas, direc­tivos “y la “máxima autori­dad institucional de dicha institución; esta última se comprometió a arbitrar los trámites correspondientes para el pago de dicho subsidio para todos los funcionarios con categoría AP, vinculados al sistema penitenciario y al Servicio Nacional de Aten­ción al Adolescente Infrac­tor”. Es sabido que el legis­lador está en constante lobby en el Ministerio de Justicia y no es precisamente un “sindi­calista” accidental conside­rando los operadores políti­cos que tiene en las diferentes penitenciarías.

Al parecer, en el Ministerio de Justicia están básica­mente alineados al proyecto de Samaniego. El director general de Administración y Finanzas, Jorge González Cabello, señaló que es vol­ver a pagar lo que se pagaba antes, básicamente. Sostuvo que hay crédito presupues­tario; sin embargo, se sabe que al inflarse de nuevo los gastos, más las futuras incorporaciones de perso­nal penitenciario, se arries­gan los recursos financieros.

Cabe recordar que el acuerdo que intentan rei­vindicar es el conocido como “acuerdo JJ”, de la época de Julio Javier Ríos, ex ministro en cuya admi­nistración los centros peni­tenciarios explotaron en violencia. Esta situación también es la que se dibuja de alguna manera en la ges­tión del recientemente nom­brado ministro de Justicia, Édgar Olmedo, quien ya está preso del clan Rotela, que le impuso un jefe de seguri­dad en Tacumbú hace unas semanas.

Subsidio para guardiacárceles, pero que también cobran administrativos, fue limitado este año y Samaniego pretende recuperarlo.

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