Después de una férrea resistencia con el justificativo de que necesita autorización por parte de los socios argentinos, el director paraguayo de Yacyretá apuró la difusión de algunos datos concernientes a los gastos sociales realizados durante su administración. Al parecer no precisó ayuda de ninguna institución para “convencer” a las autoridades de la margen izquierda y estratégicamente liberó información, pero sin los detalles de cómo se gastaron los millonarios recursos, que es el requerimiento de La Nación.
Rossana Escobar M. / Jhojhanni Vega
Una reunión imprevista se armó ayer rápidamente en Yacyretá al presentarse el equipo de investigación del diario La Nación para la presentación de una intimación firmada por el periodista del área Jhojhanni Vega para que en un plazo máximo de 72 horas, la binacional cumpla la Ley de Acceso a la Información Pública y provea los datos solicitados a su administración.
Alrededor del mediodía, el periodista presentó en mesa de entrada el emplazamiento luego de que un dictamen del Ministerio de Justicia favoreciera su petición y después de que la Cancillería respondiera que Yacyretá debe gestionar la autorización de sus socios argentinos para entregar la información requerida. Por estas razones, el documento acercado señala: “No habiendo la EBY hecho las gestiones necesarias para obtener la autorización de la otra parte, y cumplir en tiempo y forma la ley, estando vencido el plazo legal para la entrega de la información solicitada, por la presente le intimo que, como máxima autoridad de la institución, disponga la entrega de la información requerida en un plazo máximo de setenta y dos (72) horas, bajo apercibimiento de iniciar acciones legales contra la institución y los funcionarios responsables del incumplimiento legal”.
La llegada de la prensa activó una reunión inmediata por parte de los colaboradores del director paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, que fue informada a través de la oficina de prensa en el momento en que se presentaba el escrito.
Al frente estaba el director jurídico Juan Carlos Duarte, acompañado de gente de comunicaciones e informática, encuentro en el que ensayaron la presentación de unas estadísticas con las que quisieron dejar asentada la intención de transparentar los gastos. Un tanteo magistral por parte de los colaboradores de Duarte Frutos que expusieron coloridos gráficos y una prolija estructura de las inversiones sociales. Sin embargo, no es la información precisa requerida por el periodista Vega.
Llama la atención que ahora el director Duarte Frutos comience a publicar cifras y algunos datos de transferencias sociales cuando durante estos tres meses corridos argumentó que requiere de la autorización de los argentinos. Mágicamente liberó algunos datos, pero sin la rendición de cuentas solicitadas.
El pedido vía Ley de Acceso a la Información Pública del periodista de la Nación se traduce en el “listado de pagos en concepto de publicidad, eventos y propaganda incluyendo la descripción del servicio, fecha del contrato y la empresa beneficiaria, correspondientes a los años 2019/2020”. Así también, las “transferencias económicas realizadas a organizaciones sociales, gubernamentales y no gubernamentales durante los años 2019/2020. Incluir el concepto de la ayuda económica, fecha, rendición de cuentas y nombre del responsable de la entidad que recibió el dinero”. Esta información solicitada generó una fuerte resistencia de transparencia por parte de Duarte Frutos.
Con un nuevo mecanismo de seguir desviando la atención para cumplir la ley y proveer la información requerida por el periodista sobre cómo se gastó la plata en los rubros señalados, Duarte Frutos mediante un aparatoso despliegue de leales promociona planillas y listado de becas, que el común de los ciudadanos ya sabemos.
Se sabe que unos US$ 70 millones fueron a transferencias sociales, aproximadamente, según se recabó del portal de la entidad. Lo que no se sabe es cómo se gastó, a cuánto se compró, los contratistas y los beneficiarios, etc., de muchos de los programas sociales.
La información que según el jefe de informática, Santiago Vázquez, apuraron a subir el jueves último está dividida en seis categorías, entre las que se encuentran: educación, agua potable, salud, proyectos productivos, bonos sociales y asistencia a pescadores. Un compendio estadístico con voluminosas cifras subieron al portal, pero sin las rendiciones de cuentas de cómo se ejecutaron.
Un listado de pescadores beneficiados con una inversión de G. 1.088 millones. Igualmente, aparecen bonos sociales, pero no se especifica a qué proyectos fueron destinados. Solo se mencionan los montos totales para los departamentos de Itapúa y Misiones, que ascienden a G. 3.998 millones y 4.898 millones, respectivamente. En los gráficos sobre estas inversiones se menciona que el precio de cada bono es de G. 100 mil.
En el caso de la educación, están las listas de las personas beneficiadas con los programas de becas que financia la hidroeléctrica y que ya son de público conocimiento. En este caso, la inversión total asciende a G. 11.142 millones y alcanza a 3.796 estudiantes. Por otro lado, los proyectos de agua potable son en total 25 entre el 2019 y el 2020. La suma de ellos llega a G. 43.953 millones.
La suma de estas seis categorías asciende a G. 177.479 millones, lo que equivale a unos US$ 25 millones al cambio actual, una cifra bastante elevada que se compara a presupuestos de entes que están dentro del gabinete del Ejecutivo. No obstante, de acuerdo a una investigación de este medio, el monto total de estas ayudas sociales durante la era de Nicanor Duarte Frutos podría superar los US$ 70 millones en realidad.
Datos a medias y argumento de que falta autorización
El asesor jurídico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Juan Carlos Duarte Martínez, se ratificó en que la hidroeléctrica necesita de la aprobación de sus pares argentinos para proveer los gastos en publicidad y ayuda social. Dijo que desde la Binacional tienen toda la predisposición de pasar la información, pero deben cumplir con las normas.
Explicó que se rigen por un tratado, por lo que deben consultar con su contraparte de la República Argentina, ya que se trata de una ley supranacional que a su criterio está por encima de la Ley Nº 5282 “De libre acceso ciudadano a la información pública y transparencia gubernamental”. “Al ser una ley supranacional tiene preeminencia sobre una ley nacional”, comentó.
Aun así, el letrado alegó que dentro de los datos que pueden transparentarse vieron la forma de dar la informa
mediante la web de la proción solicitada por este medio pia Yacyretá. “Obviamente y siempre va a haber nomás luego unas interpretaciones tanto de ustedes como la nuestra”, expresó Duarte al tiempo de indicar que el fin es precautelar los derechos inalienables de la entidad.
“Nosotros no podemos hacer absolutamente nada sin nuestra contraparte argentina y lo que dijimos de la Cancillería es la canalizadora de ese pro
yecto o de esa fuente de información”, sostuvo. En este sentido, hay que recordar que la EBY alegó que el pedido debía ser gestionado vía Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque esta cartera respondió luego que solo la EBY puede gestionar el pedido de información.
“Ustedes interpretaron de una forma la respuesta de la Cancillería y nosotros de otra forma. Nuestra interpretación es que tenemos que tener la respuesta de nuestra contraparte porque somos una binacional y tenemos que enmarcarnos en ese tratado. Somos pasibles de tener una sanción”, afirmó. El asesor recordó que incluso la Corte Suprema de Justicia ya dictaminó al respecto, haciendo alusión a la inconstitucionalidad de la Ley 1167/97 expedida por la Corte.
“Porque no son nuestros tribunales los que dirimen cuando una cuestión es soslayada por una de las partes, sino un tribunal internacional al cual nosotros estamos sometidos según la Convención de Viena. Nosotros tenemos que ser muy cuidadosos en el cumplimiento de ese tratado”, detalló.