Una nueva edición del Kurusu Jegua (Cruz Adornada), en conmemoración al Día de la Santa Cruz, se llevará a cabo este lunes 3 de mayo, de la mano de la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción. La actividad arrancará con una charla sobre los orígenes de esta tradición, seguidamente se realizará la oración de la cruz y el evento culminará con el chipa jepo’o.
A las 16:30 en la Capilla San Cayetano de Sajonia, donde se realizará el Kurusu Yegua a Kurusu Nicanor, con la presentación de la Banda y Ballet Folclórico Municipal, organizado por la Dirección de Acción Cultural en Conjunto con Casa Museo Ñembo’ e Renda, la Capilla San Cayetano y el promotor cultural Andrés Caballero.
Posteriormente, a las 17:00, la Santa Misa y luego se repartirán las chipas. A las 19:00 se llevará a cabo el Kurusu Ára en la Manzana de la Rivera, con la participación del promotor cultural Clemente Cáceres y la transmisión online por Facebook live.
Religiosidad popular católica
Kurusu Jegua es la “cruz adornada” que se utiliza en la festividad dedicada a la cruz, que se celebra el 3 de mayo, día de la Santa Cruz o Kurusu ára. Es un culto a los muertos, que corresponde a la religiosidad popular católica.
Las familias y vecinos se reúnen ante un calvario de laureles o tacuaras con abundante cruces de chipa y rosarios de granos como el maní, que son arrancados por los feligreses. Esta tradición se mantiene viva de generación a generación en las familias que comparten esta religiosidad popular.
Esta costumbre nace con los primeros jesuitas y franciscanos que trajeron a los indígenas el culto y la adoración de la cruz. En esa época, los pueblos originarios se reunían a honrar la cruz, llevándola en procesión alrededor de algún cerro y preparaban como bebida una chicha de maíz y regalaban collares.
Ese día se visita especialmente las cruces solitarias de los caminos, llevando flores y encendiendo velas. Se ofrecen oraciones y cánticos a la cruz para calmar el espíritu de las ánimas que rondan esos lugares donde, por accidente o violencia, la víctima perdiera la vida. Son cruces milagrosas que guardan del peligro a los viandantes.
Cruces en el camino
La creencia popular es que esta práctica busca espantar al diablo. Las cruces de caminos, puestas en memoria de los finados en esos parajes, protegen del “pora” al caminante. Entre las muchas cruces milagrosas que pueblan los caminos de nuestro territorio, recordamos algunas: Kurusu Cadete, La Crucita, Kurusu Pablito, Kurusu Francisca Villalba, Kurusu Veloso, Kurusu Cuatia, también Kurusu Rosa en memoria de las Residentas de la Guerra del 70.
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Nuevas fronteras del comercio internacional
La Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay celebrará más de doce décadas de trayectoria con un evento de alto impacto, centrado en un tema crucial para el país, la región y el mundo, con los retos y oportunidades en la era de las tensiones comerciales.
“Las Nuevas Fronteras del Comercio Internacional: Retos y Oportunidades en la Era de las Tensiones Comerciales” se denomina el evento de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay (CNCSP), en el marco del 127 aniversario de la institución. El evento tendrá lugar el jueves 7 de agosto a las 12:00 horas, en el Centro de Eventos de Talleyrand Costanera.
Esta edición conmemorativa marcará un hito significativo, consolidando cuatro años consecutivos de espacios de reflexión y disertación con referentes destacados del ámbito económico, empresarial y político, tanto a nivel nacional como regional.
El aniversario no solo celebrará la trayectoria institucional de la CNCSP, presidida por Ricardo dos Santos, sino se posicionará como un espacio de análisis y debate sobre el escenario actual que enfrenta Paraguay y América Latina.
El tema central estará a cargo de Juan Carlos Pinzón, reconocido diplomático, economista y político colombiano. Su disertación abordará la transformación del comercio internacional, el impacto global y los desafíos locales. Se explorará las oportunidades con las nuevas fronteras que hoy redefinen el mercado y sus repercusiones a nivel nacional, regional y mundial.
La Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay es una entidad que nuclea a empresas y gremios del sector más grande de la economía. Por tanto, asume la responsabilidad de promover un debate serio sobre cómo el contexto global actual, de tensiones comerciales, puede afectar y reconfigurar el escenario del comercio internacional, según la gerente general del gremio, Paula Carro.
Es así que, la ponencia de Juan Carlos Pinzón, permitirá a los asistentes conocer las dinámicas actuales y cómo estas pueden afectar a Paraguay. Además de identificar las oportunidades que pueden surgir de estas tensiones, tales como la diversificación de mercados, el desarrollo de nuevas cadenas de suministro y la necesidad de innovar para competir en un entorno cambiante.
Diálogo. Esta importante actividad reúne cada año a unos 200 representantes del empresariado nacional, junto a invitados especiales que enriquecen el diálogo. Para más informaciones o participar en el Evento Aniversario 127° de la cámara, puede contactarse al 021493321, escribir a comercial@cncsp.com.py o comunicarse vía WhatsApp al 0982340001.
La Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay (CNCSP) fue fundada un 25 de mayo de 1.898 por un grupo de empresarios comprometidos a acompañar al gobierno de turno, con el objetivo de representar, defender y fomentar los intereses legítimos y generales del sector comercio y servicios del país.
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Canciller de Taiwán ya está rumbo a Paraguay con una delegación de 30 empresarios
El 12 de julio se conmemorará 68 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Taiwán y Paraguay; en ese marco, la representación diplomática en Asunción anunció a través de sus redes sociales que el canciller de la República de China (Taiwán), Lin Chia-lung, estará realizando una visita oficial este fin de semana en el país.
Al respecto, destacan que el canciller taiwanés está encabezando una delegación junto con más de 30 empresarios de su país interesados en conocer Paraguay y a la vez celebrar los 68 años de relaciones diplomáticas, profundizar la cooperación bilateral y explorar nuevas oportunidades de inversión y negocios.
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Según el comunicado oficial, la agenda prevista para este viernes indica que el jefe de la diplomacia de Taiwán asistirá a un encuentro entre empresarios taiwaneses y representantes de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
También está previsto una visita al sitio donde se proyecta la construcción de la futura sede de la Universidad Politécnica Taiwán Paraguay, la cual esperan esté culminada en el primer semestre del 2028.
En la víspera de esta celebración, se realizará la gala central por el aniversario número 68 de relaciones bilaterales, que datan del 12 de julio de 1957.
En tanto, que para el sábado 12 de julio se prevé que la delegación taiwanesa se traslade hasta el departamento de Alto Paraná para recorrer el Parque Tecnológico Inteligente Taiwán Paraguay en la localidad de Minga Guazú.
La agenda de la comitiva continuará el lunes 14 de julio, con la presentación del plan piloto para la introducción integral del sistema de autobuses eléctricos y de oportunidades de inversión en Paraguay.
La misión oficial del canciller Lin Chia-lung culminará con la visita al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram), para evaluar la cooperación taiwanesa en el Sistema Informático de Salud (HIS), el cual está siendo evaluado ya desde hace unos días por un equipo de profesionales taiwaneses especializados en inteligencia artificial.
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Kure Ara: un evento tradicional que reúne este domingo a familias en Luque
El Kure Luque Ara se convirtió en uno de los festivales de la gastronomía y la música más importantes del país, contando en esta edición con más de 30 diferentes presentaciones de artistas nacionales y decenas de puestos gastronómicos centrados en platillos con base en cerdo.
El evento, que arrancó este domingo a las 08:30 en la ciclovía municipal Valois Rivarola, ha llegado a su horario cúspide al mediodía, pero continúa hasta la medianoche, ofreciendo así una opción diferente no solo para el almuerzo, sino para la cena.
Entre los platillos principales se encuentran el cerdo a la estaca, a la parrilla y el desmechado de cerdo, aunque las presentaciones de esta deliciosa carne también varían en platos más pintorescos como guiso carretero de cerdo, empanada de cerdo y asaditos con mandioca.
También existe un espacio para los puestos de comida internacional, como la mexicana y la venezolana, donde a través de una fusión gastronómica se puede disfrutar de tacos de cerdo y arepas con cerdo, honrando así esta tradicional jornada luqueña.
Entre los diversos puestos de comida, también existe la posibilidad de degustar una variedad de postres y bebidas que acompañan así un menú completo y variado para toda la familia.
No se puede quedar atrás tampoco el sector artístico, por lo que toda la jornada está animada no solo por música, sino que por baile, permitiendo generar un ambiente distendido y de entretenimiento.
Durante toda la jornada también se encuentran en exposición diferentes tipos de artesanías nacionales, entre las que se destacan la orfebrería en plata y oro, que son también insignia de esta ciudad que emana cultura y tradición.
Este domingo, la ciudad de Luque es una opción única y diferente para disfrutar de música, arte y gastronomía, conociendo cada vez más sobre la tradición de este popular distrito, cuya símbolo es el chancho.
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El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
- Jimmi Peralta
- Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
TEMPRANA INICIACIÓN
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.