SABINA NAWAZ

Firaz fue nombrado recientemente como CEO de una compañía de mil millones de dólares, en la que tuvo varios roles durante los últimos nueve años. Él había anhelado el puesto, pero, ahora que lo tenía, estaba lejos de ser feliz. Se sentía abrumado, temeroso y estresado.

Firaz tampoco se estaba sintiendo exitoso en casa. Antes de aceptar el rol de CEO, le había prometido a su esposa e hijos que llegaría a comer todas las noches y, aunque estaba físicamente presente en la mesa, su atención era capturada por un nuevo mensaje de texto cada 10 minutos. Se irritaba por cosas pequeñas. Muchas veces se quedaba dormido cuando debería estar despierto y estaba despierto cuando debería dormir.

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La presión laboral de Firaz se estaba filtrando a su hogar y aislándolo de su familia.

Usted no necesita ser un CEO para sentirse así. El estrés es parte de la mayoría de los trabajos. He aquí cinco formas de recargar:

-Comunique apropiadamente:

Cuando el trabajo lo distrae en casa, su familia podría malinterpretar su falta de atención como un rechazo hacia ellos. Sea transparente respecto a lo que sucede. Firaz aprendió a decir, “estoy aprendiendo mi nuevo rol, y es un gran paso hacia arriba. Me siento abrumado y durante los próximos tres meses podrían verme tomando llamadas más a menudo de lo que me gustaría”.

Con los niños, asegúrese de poner sus problemas en perspectiva: “Aunque estoy estresado respecto al trabajo, este es el trabajo que quería y me emociona hacerlo. Las cosas que me preocupan se resolverán conforme aprendo mi nuevo rol y contrato a más personas”.

-Haga una transición antes de llegar a casa:

Conforme viaja de regreso a casa, incluya una minitransición. Firaz comenzó a pararse frente a un lago de camino a casa. Se sentaba en una banca a observar el paisaje durante dos minutos antes de completar su traslado. Este ritual diario era una señal para apagar los temas del trabajo (al menos hasta después de la comida).

-Comparta la riqueza:

Aunque es útil decirle a su familia lo que piensa, no les transmita toda la carga de sus emociones. Encuentre un amigo, colega o instructor de confianza, que pueda apoyarlo durante tiempos de alto estrés.

-Aparte un día:

Con su familia, acuerden un día en el que llegará más tarde de lo normal, reservando ese tiempo para compromisos laborales vespertinos o para avanzar en su lista de pendientes.

-Sea agradecido:

Las investigaciones muestran que la gratitud tiene muchos beneficios, incluyendo una reducción del estrés. Antes de llegar a casa, revise su día de trabajo para identificar una cosa –por pequeña que sea– de la que esté agradecido.

Al manejar intencionalmente su estrés mientras está afuera de la oficina, Firaz abrió espacio para enfocarse en su familia al llegar en casa, lo que lo ayudó a tener una mejor perspectiva, descansar y lidiar con sus preocupaciones. También descubrió que estar relajado lo convirtió en un ejemplo para sus hijos.

Al manejar su estrés, se libera de su puño y recupera el control de su trabajo y vida.

(Sabina Nawaz es una instructora global de CEOs).

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