Por Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: gentileza

Fotógrafo ecléctico y creativo, Martín Crespo apuesta a los libros de fotografía como objetos de memoria y recreación. Lleva hechos 5 y ahora emprende la tarea de editar el último de ellos. Con la ayuda de 48 “sponsors”, amigos o empresas que le aporten 1 millón de guaraníes, el libro tendrá su deseada impresión en papel, toda una aventura en estos tiempos digitales. Aquí su charla con Nación Media.

La composición de la imagen tiene secretos a develar, laberintos que siempre sorprenden.

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La tarea de Martín Crespo, @Krezpoide en las redes sociales, es bucear en ellos de todas las maneras posibles. Así lo puede ver el lector con solo poner su nombre en un buscador de internet y encontrarse con fotografía, videos y timelapses de gran factura en los que, desde hace más de dos décadas, va retratando el paisaje humano y natural del Paraguay.

Compiló muchas de esas fotos en “A propósito de Paraguay”, otras, una segunda muestra, busca ayuda a través del sponsor para llegar a editarse.

– Después de la trilogía “A propósito de Asunción”, ¿la idea fue mostrar tu registro país?

– Exacto, mis 5 fotolibros están delimitados por la ciudad de Asunción, en este nuevo trabajo abrí la frontera de mis archivos más allá de Calle Última, son fotos que fui realizando durante 27 años en los lugares a los que viajé, sea por actividades laborales o por el simple hecho de viajar.

¿El libro tiene claves parecidas o pensás que se desarrolla otro tipo de acercamiento a propósito de las divergencias entre la imagen urbana y rural?

– Me gustan los contrastes, el diálogo entre las páginas opuestas del libro o bien entre los diferentes temas tratados en esa historia visual que se cuenta en el fotolibro. Reconozco que tengo una forma personal de mirar a través de la cámara y, a su vez, fui desarrollando mi estilo de contar historias a través de las imágenes, por lo tanto, supongo que las personas que conocen mis fotolibros anteriores verán muchos puntos en común, y, de hecho, habrá fotos que estuvieron presentes en los libros anteriores, ya que no puedo excluir a Asunción; ese contraste entre la metrópoli y el resto del país es lo que le terminó de delinear el estilo al libro.

– A la hora de salir a la calle, a la ruta, ¿vas con alguna idea o estás abierto a las situaciones que aparecen en la marcha?

– Hay veces que salgo con alguna idea, pero en general estoy abierto y alerta, ya que muchas fotos surgen cuando veo algo mientras estoy manejando, caminando, o bien, cuando fui a realizar algún trabajo a un lugar y veo algo del entorno o contexto que me llama la atención, entonces desvío la cámara y hago alguna foto “para mí”.

– “Mondo Eusebio” fue un trabajo que nos gustó, especialmente porque en mi caso particular era como darle más tiempo a una mirada fugaz que tenía desde el colectivo o el auto de ciertos aspectos de la ciudad. ¿Cómo reflexionas sobre las posibilidades espacio/tiempo de la foto?

– La avenida Eusebio Ayala es una vía de paso y trabajo para gran parte de la población. No soy la excepción. En mi caso particular me llamaba la atención la noche en la avenida, puntualmente los autos semidesarmados en las veredas, con el entorno desierto de la noche y madrugada, eran como esculturas en una ciudad distópica, esa fue la punta de lo que fui registrando metódicamente a lo largo de los años.

En cuanto a tu pregunta, el espacio es algo que siempre delimito para realizar un ensayo. Puede ser una esquina o los límites de una ciudad o un país, es importante delimitar y acotar el objeto de estudio. En cuanto al tiempo, hay dos tiempos, uno que pueden ser años, los que llevo realizando el ensayo, de hecho, tengo material para Mondo Eusebio II, incluso ya diseñé varias opciones de tapa, es un eterno proyecto “en progreso”. Hay otro tiempo que es el día a día y en la avenida hay un abismo entre el día y la noche, de la saturación al vacío humano.

– ¿Tu registro de la ciudad muestra la transformación que sufrió Asu en 20 años, esa idea aparece también en la mirada más totalizadora sobre el Paraguay?

– No, si bien hay pincela das de diferentes épocas y lugares, no tiene punto de comparación, ya que Asunción tiene una superficie de 120 km2 y en ese espacio, que es en el que vivo, siempre encuentro calles y zonas por las que nunca había transitado a pesar de las décadas de residencia. Paraguay tiene una superficie 3.500 veces mayor, así que imaginate.

– Hiciste gráfica, publicidad, moda, video, ¿qué te aporta ese diálogo entre los diferentes lenguajes que abordás?

– Todos suman y se complementan, ese bagaje conforma una amplia experiencia y sabiduría en el oficio. Por ejemplo, Felinos de la Calle tiene un poco de street photography (fotografía de calle) y otro poco de Fotografía de Moda, ya que los gatos son elegantes por naturaleza; pensemos que la pasarela de los desfiles de moda se denomina en inglés “catwalk” en relación con la habilidad para desplazarse en un reducido espacio angosto y largo por parte de los modelos.

Mondo Eusebio es más cinematográfico, más cercano al video, una película nocturna.

En cuanto a la publicidad, trato de despojarme de esa faceta a la hora de seleccionar y editar, pero sí me sirve en el momento de promocionar el libro cuando salgo a buscar sponsors o compradores.

– Unas palabras sobre el desarrollo de la fotografía en el país mirando desde el punto de vista de la docencia que también ejercés en talleres.

– Hoy todos somos fotógrafos y publicamos fotografías, cada vez más efímeras en su mayoría.

En cuanto a la fotografía como profesión, el mercado está cada vez más atomizado y saturado, y si nos referimos a la fotografía como arte, es mínimo el espacio que tiene en las galerías locales, aunque las nuevas generaciones le están dando otro lugar de mayor relevancia.

La pandemia generó un quiebre y aceleró el proceso que tendrá como resultado final la desaparición de la fotografía como oficio del día a día para ganarse el pan, tal como la conocemos hoy. Los teléfonos cada día van ganando características que achican la brecha con respecto a las cámaras réflex y mirrorless: cada dispositivo puede tener múltiples cámaras, lentes y múltiples sensores (algunos “apilados”) que cumplen diferentes funciones en forma individual y conjunta, todo esto manejado por mejores procesadores e inteligencia artificial.

– ¿Volvés siempre al blanco y negro? ¿Qué tiene de especial en la era del 4K?

– El blanco y negro es una síntesis, prescinde del resto de los colores para que podamos tener un acercamiento directo, es otra forma de expresión, muchas veces he tomado fotos (o videos) digitales en blanco y negro directo desde la cámara cuando tenía una idea determinada que se ajustaba a esa estética, in situ podía saber ya si estaba funcionando; otras veces prefiero partir desde la foto en color, que sin dudas brinda más opciones a la hora de revelar el archivo RAW hacia una imagen monocromática.

Siempre será diferente el enfoque del blanco y negro, más allá del soporte de captura y emisión.

– Pensás que el timelapse es una forma que merecería canales de difusión masivos. Digo, ¿televisión y cine son posibles para este formato en Paraguay y el mundo?

– El timelapse es un recurso visual que puede estar (y de hecho está) presente en todo tipo de piezas audiovisuales. Siempre que se necesite mostrar el paso del tiempo acelerado habrá un timelapse. Inclusive te puedo decir que en mis libros siempre hay alguna foto que es un frame de timelapse; de hecho, en “A propósito de Asunción III” hay muchísimas, incluidos varios frames apilados en uno (stacked).

En casos puntuales, una obra completa (corta en general) podría estar compuesta exclusivamente por timelapses. Hay largometrajes de hermosos paisajes realizados con timelapses, pero allí la técnica cobra mucho protagonismo y empalaga, y es donde se cumple el aforismo del cineasta Robert Bresson: “Un buen conjunto de imágenes puede ser detestable”.

– ¿Cómo surgió la idea de los sponsors y a cuánto estás de conseguir la meta?

– Surgió a partir de la dificultad de conseguir empresas como sponsors de manera tradicional. Es un crowdfunding (micromecenazgo) que realizo a través de las redes sociales. Me quedan 33 sponsors para completar la segunda edición y 45 días para terminar de editar mi fotolibro y entrar en imprenta.

SOBRE EL AUTOR

Martín Crespo nació en Buenos Aires en 1967. Es licenciado en ciencias de la comunicación especializado en opinión pública y publicidad, recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Hace 27 años reside en Asunción. Es autor del largometraje “La enamorada” y decenas de cortometrajes y spots publicitarios. Como fotógrafo, abarcó el ámbito editorial, publicitario, moda, la fotoanimación y la docencia. Realizó más de 100 tapas de revistas y más de 1.800 campañas publicitarias. Lleva publicados 5 libros de fotografía dedicados a la ciudad de Asunción: “Mondo Eusebio”, “Felinos de la calle” y “A propósito de Asunción I, II y III”. Fue también gerente de marketing y ejecutivo publicitario hace un par de décadas. “Me especializo en todas las técnicas de fotoanimación e incursiono en la fotografía híbrida y 360. Me encuentran como @Krezpoide en todas las redes sociales”, contó.

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