La diplomacia económica consiste en promover los intereses económicos de un país en el extranjero, en tanto que en el marco de la diplomacia científica cada país se compromete a promover su comunidad investigadora en la escena internacional y a facilitar la cooperación científica con otros países.
- Por María Victoria Benítez Martínez *
- Foto: Gentileza
El estudio de la diplomacia se centra en analizar y explicar cómo los Estados consiguen aliviar sus propias tensiones cuando se ven llamados a interactuar en la escena internacional. La palabra diplomacia tiene sus raíces en el verbo griego “diploun”, que significa “‘doblar’ y se refiere al documento plegado que portaban los emisarios que llevaban un mensaje de un soberano a otro”, según explica David Sarquís Ramírez en “Apuntes para la historia de la diplomacia”.
La diplomacia económica multilateral ha adquirido una nueva dimensión con el desarrollo de la globalización. Sus ámbitos de actuación son el comercio, la inversión, los mercados internacionales, el turismo, la ayuda y la seguridad económica. Para ello utiliza como herramientas las relaciones, la influencia y la negociación.
La diplomacia económica tiene tres funciones principales: facilitar salidas a las empresas nacionales en el extranjero, atraer inversores extranjeros al país e influir en las normas internacionales a favor de los intereses nacionales.
Si se cumplen estas condiciones, los diplomáticos encargados de las cuestiones económicas tendrán la influencia necesaria para ser algo más que meras correas de transmisión o incluso oscuros espectadores de batallas que libran otros, afirman los expertos.
INTERACCIONES ENTRE CIENCIA Y DIPLOMACIA
La diplomacia científica es el campo específico de las relaciones internacionales en el que se cruzan los intereses de la ciencia y la política exterior. La diplomacia científica no recibió su primera expresión pública sólida y bien argumentada hasta hace dos décadas. La diplomacia científica es un concepto reciente en el centro de la agenda internacional.
El conocimiento científico es una ayuda para la toma de decisiones diplomáticas y la aplicación de políticas públicas. Los países necesitan trabajar juntos basándose en la ciencia.
ANTECEDENTES
La relación entre ciencia y diplomacia se remonta a varios siglos atrás. Los viajes de Piteas (astrónomo y explorador griego), Herodoto (historiador y geógrafo griego) y Estrabón (geógrafo e historiador griego) proporcionaron un notable conocimiento de los países del Mediterráneo, Europa, Oriente y Asia, y contribuyeron a orientar las estrategias geopolíticas de sus dirigentes. La gran movilidad de profesores y estudiantes en la Europa medieval, a partir del siglo XII y durante el Renacimiento, prefiguró la Europa humanista del compartir.
El gran explorador Ibn Battuta (explorador y viajero marroquí), que recorrió Europa, Oriente y Asia en el siglo XIV, los jesuitas en China en los siglos XVII y XVIII, la Misión Geodésica francesa en Ecuador en el siglo XVIII y los viajeros naturalistas del siglo XIX mantuvieron estrechos vínculos entre los descubrimientos científicos y las relaciones diplomáticas que a menudo iniciaron.
La creación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1945 se basó en el papel de la ciencia para promover el entendimiento entre los pueblos y de la solidaridad intelectual en la construcción de la paz. Desde principios de la década de 2000 la diplomacia científica ha sido un importante tema de debate entre investigadores y académicos. El propio concepto de diplomacia científica apareció recientemente, en el siglo XXI, en el vocabulario y el discurso de las relaciones internacionales a iniciativa de los científicos y luego fue asumido por los diplomáticos.
Según la Web of Science (WoS), el término diplomacia científica apareció por primera vez en 1961, con una publicación sobre diplomacia científica y paz, y después con cierta regularidad a partir de 2004. Desde la década de 2000, el concepto de diplomacia científica ha puesto de relieve el hecho de que la ciencia es parte integrante de la estrategia de los Estados para desplegar diversas formas de diplomacia con el fin de promover la paz y la estabilidad. Define dos ámbitos principales de expresión de la diplomacia científica: facilitar el desarrollo internacional de la ciencia (diplomacia para la ciencia) y utilizar la cooperación científica para mejorar las relaciones entre Estados (ciencia para la diplomacia).
La diplomacia científica defiende los intereses nacionales en el marco de programas internacionales. También sirve para establecer asociaciones, redes y colaboraciones con otros países que comparten los mismos intereses de investigación.Aunque el término diplomacia científica es todavía reciente, el establecimiento de relaciones basadas en la ciencia no lo es menos. Han abarcado campos muy diversos, desde la salud a la exploración espacial, pasando por el cambio climático o la seguridad, con un enfoque interdisciplinar que combina historia, ciencias políticas y sociales, arqueología, campos técnicos, etc.
Uno de los principales contribuyentes es la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), institución científica que publica la prestigiosa revista Science. En 2008, la AAAS creó el Center for Science Diplomacy. El objetivo de este centro es analizar, desarrollar y reforzar las sinergias entre ciencia y diplomacia para tender puentes y crear nuevas alianzas entre comunidades, sociedades y naciones.
OBJETIVOS
El concepto de diplomacia científica puede definirse como un esfuerzo por poner los intercambios y la cooperación científica al servicio de objetivos que van mucho más allá de la búsqueda de descubrimientos científicos.
Un sistema atractivo de investigación e innovación es necesario para atraer a cualquier país que desee ocupar su lugar en la economía mundial del conocimiento y en los asuntos científicos. La materia gris –investigadores y estudiantes– que formará la élite investigadora del mañana es el combustible esencial de la sociedad del conocimiento. La ciencia no conoce fronteras y la cooperación entre investigadores de distintos países es una poderosa ilustración de los valores del diálogo, el intercambio y la universalidad. La cooperación científica internacional establece un modo armonioso de comunicación entre los Estados y entre los pueblos.
DIPLOMACIA Y COOPERACIÓN CIENTÍFICAS
La cooperación científica es la principal arma de la diplomacia científica, y sus prioridades temáticas y geopolíticas son importantes variables diplomáticas.
La investigación histórica sobre la diplomacia científica es aún incipiente y pone de relieve la importancia de la perspectiva histórica para comprender los vínculos entre las prácticas epistémicas y diplomáticas, así como para analizar las relaciones y los tipos de actividades en las que participan las comunidades científica y diplomática.
En el marco de la diplomacia científica, cada país se compromete a promover su comunidad investigadora en la escena internacional y a facilitar la cooperación científica con otros países.
En el ámbito de la diplomacia económica, en cambio, es necesario un compromiso firme para definir claramente el alcance de las responsabilidades y la capacidad de ejercerlas a nivel bilateral, funcional y multilateral.
* Ph. D. en Historia y Civilizaciones - Université Paris Cité - Francia. Máster en Relaciones Internacionales. Máster en Letras. Licenciatura en Letras Modernas, Sorbonne Université. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers. Exdocente de París 3, Sorbonne.