El Bach Collegium de Asunción formó parte de la última edición del BachFest de Leipzig, Alemania, y presentó la obra inédita “Kirito ra’arõvo”, un motete para coro a cappella compuesto por el maestro Diego Sánchez Haase con texto de Javier Viveros.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos: Gentileza

La convergencia de indi­vidualidades destaca­das muchas veces, en algún sentido, logra supe­rar los mojones que el pro­pio encuentro secciona bajo su esplendor. En ocasiones el cruce de grandes talentos provoca un destello fugaz, pero en otras tiene el don de trascender sus propios lími­tes para erigirse en un puente entre diversos universos.

En la última semana se estrenó en Alemania el motete para coro a cappella en guaraní “Kirito ra’arõvo” en el marco de la participa­ción del Bach Collegium de Asunción en el Festival Bach­fest de Leipzig, algo que ubica a la lengua vernácula en el contexto de la composición musical de vanguardia mun­dial.

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La obra es fruto de una congruencia que podría ser el símbolo de un tiempo, el pri­mer síntoma para el naci­miento de una generación que ya tiene contexto: la camada de músicos jóvenes posible­mente mejor formados de la historia paraguaya.

OSADA PROPUESTA COMPOSITIVA

El maestro Diego Sánchez Haase (54) en música y el escritor Javier Viveros (46) en letra crearon la osada pro­puesta compositiva “Kirito ra’arõvo”, que provocó la ovación del público euro­peo y también dio forma a un encuentro creativo que podría ser multiplicador.

Viveros se aproximó a la figura del maestro Sánchez Haase en el marco de su inves­tigación musical y se conocie­ron por intermedio de Alci­biades González Delvalle, lo cual marca un camino de por sí sugerente para el arte nacional.

En este diálogo con La Nación/Nación Media, el maestro Sánchez Haase habla sobre la obra, la pro­puesta musical y la cosecha que implicó este estreno.

–¿Cómo vivieron el estreno de “Kirito ra’arõvo” en el Bachfest?

–El estreno de “Kirito ra’arõvo” fue tal vez el punto central de nuestra segunda participación en el Bach­Fest de Leipzig, el festival Bach más grande del mundo. Tanto la preparación de la obra como el estreno mismo lo hemos vivido con mucha intensidad, porque, además de ser concientes de lo que sig­nifica presentar una compo­sición nueva, de autor para­guayo, en el BachFest, el coro asumió con gran compromiso las enormes dificultades de la obra, que está escrita en un lenguaje no convencional, con un sistema armónico poco usual, además de la incursión en las técnicas extendidas.

–¿Cuál es la evaluación que hacen de la gira?

–Podemos decir que el éxito que tuvimos superó todas nuestras expectativas. El primer concierto, llevado a cabo en la MarktPlatz, ante unas cinco mil personas, fue realmente alucinante. La colaboración con el gran pia­nista alemán Stephan König. Tanto los arreglos elaborados por König, así como la ener­gía que transmite al dirigir, hicieron que nuestras agru­paciones (El Bach Collegium Asunción y la LeipJAZZiger Orkester) se hayan compene­trado en una profunda sim­biosis que solo podía conducir a un resultado: un concierto de clase A. Y los momentos en que sonaron las dos guaranias que habíamos programado, también con los exquisitos arreglos de König, fueron momentos de la más profunda emotividad. La ovación de pie final de la multitud en la plaza no la vamos a olvidar nunca, así como nuestras posterio­res caminatas por las calles de Leipzig, en las que espontá­neamente la gente nos ofrecía sus aplausos. Creo que el crí­tico del Leipziger VolksZei­tung tuvo razón al titular su crítica: “Muy cerca del sép­timo cielo de Bach”, porque así mismo fue.

–¿Qué es lo que más des­tacan de esta experiencia?

–El Bach Collegium de Asunción alcanzó un nivel extraordinario, pudiendo competir con cualquier otra agrupación internacional de su género. Y hablamos de la música de Bach, una de las más difíciles de interpretar por sus exigencias técnicas y por el nivel intelectual que exige para ser interpretado correctamente. Estoy muy orgulloso de eso.

PROCESO

–¿Cuándo y cómo surge el desafío de ir a presentar una composición propia en el festival?

–Cuando nos volvieron a invitar a participar en el fes­tival, la dirección artística nos indicó cuáles eran las cantatas de Bach que ellos querían que interpretemos y nos dio la posibilidad de ele­gir una pieza de ocho minutos de duración con la condición de que la obra sea a capella. Entonces, con la Comisión Directiva de la Sociedad Bach hemos decidido proponer una obra de autor paraguayo, en lo posible en guaraní, y que sea con un lenguaje contemporá­neo para mostrar lo que hoy se produce en Paraguay y no lo mismo de siempre. Pidie­ron algunas informaciones y luego aceptaron la propuesta. Un plus muy importante que tiene este acontecimiento creo que es el hecho de que mi composición es el único estreno mundial que se rea­lizó en la edición 2024.

–¿Cómo fue el proceso de elaboración de la obra y el encuentro con el autor de la letra?

–Nos pareció importante hacer escuchar el guaraní, con un lenguaje musical de vanguardia, en el festival más grande del mundo dedicado a Bach. Y acertamos, por­que mucha gente quedó muy interesada en conocer más sobre el Paraguay y su cultura luego de escuchar la obra. En cuanto a Javier Viveros, admiro mucho su obra. Nos hicimos amigos hace algunos años. Durante mucho tiempo no pude encontrar a un escri­tor que sea más o menos de mi generación, con el que pueda desarrollar algún proyecto conjunto hasta que –a través de nuestro amigo en común Alcibiades González Delva­lle– apareció Javier y escribió para mí algunos libretos de ópera (creo que es uno de los pocos escritores paraguayos a los que le interesa la ópera). Me di cuenta de que tiene un diestro manejo de la drama­turgia, lo cual para la música es fundamental. Entonces, cuando se confirmó lo de la obra para coro a capella, no dudé en pedirle a él el texto.

AMALGAMA

–¿Cómo se fue ensam­blando la música y su rela­ción con el texto de Vive­ros?

–Cuando la dirección artística del BachFest Leipzig aprobó nuestra propuesta, lo hizo con la condición de que el texto tendría que tener rela­ción con las Cantatas BWV 98 y 108, que interpretaría­mos en el mismo concierto. Le pasé a Javier los textos de las cantatas de Bach para que estudie y ya al poco tiempo tenía en mi correo el texto para el motete a capella.

–¿De qué manera la pieza estrenada toma como ins­piración las obras de Bach?

–Lo único que “Kirito ra’arõvo” tiene como inspi­ración bachiana es la estruc­tura, que está basada en los motetes de Bach. Pero la armonía es un lenguaje com­pletamente distinto y es mi propio lenguaje. Y puse el mayor de mis empeños para lograr transmitir en la música los afectos y los colores del texto. Y creo que lo logramos muy positivamente.

–En lo personal y para el Bach Collegium, ¿qué implica esta composición y este estreno?

–En lo personal es uno de los estrenos más importan­tes en mi carrera de composi­tor. Estrenar nada menos que en el BachFest de Leipzig, en una de las iglesias en las que Bach trabajó, al lado de dos cantatas del maestro, es real­mente algo importante. Por eso, hemos decidido tam­bién realizar una grabación audiovisual profesional, de manera de tener un regis­tro de la más alta calidad del estreno. Estoy seguro de que “Kirito ra’arõvo” va a recorrer el mundo, así como ya lo hicieron varias de mis composiciones. Para el Bach Collegium también es un paso muy importante un estreno mundial en Lei­pzig. Uno de los objetivos de la Sociedad Bach es promo­ver la música contemporá­nea. En 2022 hemos estre­nado en Europa varias obras de compositores contempo­ráneos y vamos a seguir en ese rumbo.

JAVIER VIVEROS: “CONGENIAMOS ENSEGUIDA”

Si bien el mundo de la literatura, la creación de guiones, el trabajo de edición, entre otras facetas, contienen parte de la labor de Javier Viveros, el destacado escritor local tam­bién cuenta con antecedentes como creador de letra para obras musicales.

“He escrito antes letras de canciones, algunas para Que­rubes, la banda de heavy metal melódico de mis amigos de Luque. Y hace algo más de una década lanzamos con mi esposa el disco doble “Mborayhu ñandutimíme”, que con­tiene nuevas polcas y guaranias. Para ese proyecto escribí casi todas las letras –e incluso aporté la música de un par de temas– y una de ellas tiene tinte religioso”, explica.

Según su relato, el flujo de creación de “Kirito ra’arõvo” nace a pedido de Diego Sánchez Haase a finales del año pasado.

“Me envió de ejemplos las cantatas BWV 98 y 108. Como soy devoto del irrepetible maestro Johann Sebastian, ense­guida me puse a trabajar y no tardé en enviarle las versiones en guaraní y castellano de ‘Kirito ra’arõvo’. Asistí después a uno de los ensayos y quedé pasmado por el resultado. Diego creó una pieza de perfección meridiana, llena de colores, con partes diferentes que sacan partido de la voz humana y que tienen la virtud de hablar a las almas al oído”, narró.

Su investigación consistió en repasar el trabajo bachiano para lograr el clima, más la lectura de los libros de Moisés, de Saulo de Tarso (Pablo), para finalmente llegar a la escri­tura.

“Ebrio de Verdi y Puccini, decidido a escribir una ópera, lo llamé una vez a mi amigo, el maestro Alcibiades González Delvalle, y le pedí su libreto de la ópera ‘Pancha y Elisa’. Me dijo que tenía una versión antigua, que la más nueva la tenía Diego Sánchez Haase, quien la había musicalizado. Me pasó su número y llamé al maestro. Hablamos un rato, congenia­mos enseguida y al día siguiente tuve ya en mi correo elec­trónico el archivo. Leí el libreto de Alcibiades, estudié des­pués otros libretos de óperas famosas, principalmente para ver las estructuras. Siguiendo la recomendación de Diego escuché ‘Gianni Schicchi’, la ópera en un acto de Puccini, que tiene libreto de Giovacchino Forzano (contiene el aria de ‘Laureta’, una de las más reconocibles de toda la historia de la ópera) y se convirtió en una de mis piezas favoritas”, comenta Viveros sobre cómo empezó este vínculo con el maestro Sánchez Haase.

“Escribí el libreto de una ópera sobre Cándido López, ‘El manco de Curupayty’, y el propio Diego Sánchez Haase está trabajando en la música, configurando así una suerte de uróboro artístico”, con­cluye el escritor, sugi­riendo que “Kirito ra’arõvo” podría ser el primero de muchos traba­jos conjuntos.

“KIRITO RA’ARÕVO” (FRAGMENTO)

Kirito, Kirito

roha’ãrõitéma

eguejy chereraha aratirícha

ne ángare embojoapy

che angami

tacheañua mborayhu

ha nde reko marangatu.

Kirito, che ru

Kirito, tyke’ýra, eju.

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