Como colofón de las notas históricas sobre la Independencia que publicamos a lo largo de estos domingos de mayo, cerramos este mes de celebraciones patrias con esta reseña sobre los primeros mapas del Paraguay a los que hemos podido acceder, desde inicios del siglo XVII hasta la posguerra del 70, y con un diálogo con el geógrafo Fabricio Vázquez, quien reflexiona sobre el sentido del mapa como proyecto de nación.
- Por Paulo César López (paulo.lopez@nacionmedia.com)
- Fotos: Imagoteca Paraguay / Ministerio de Relaciones Exteriores
La Corona española nunca prestó especial atención a delimitar las fronteras entre sus provincias. A consecuencia de ello, luego de los procesos independentistas existieron numerosas disputas territoriales entre aquellos nacientes Estados-nación, que terminaron saldándose con guerras y arduas negociaciones diplomáticas que dieron lugar a diversos tratados de paz, amistad y límites.
Ahora bien, los enormes vacíos que existen en la cartografía en Paraguay hacen que su investigación no sea una tarea sencilla. Los especialistas en la materia son casi inexistentes y los estudiosos de áreas afines son renuentes a hacer afirmaciones categóricas respecto a precisiones específicas o técnicas. Por ello, este resumen se basa en información oficial de la Comisión Demarcadora de Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay y la base de datos de la Imagoteca Paraguaya.
Los primeros mapas de aquel territorio de extensión indefinida conocido como Paraquaria (Provincia Jesuítica del Paraguay, en latín) son de la autoría de exploradores y misioneros europeos del siglo XVII. Cabe aclarar que más que el primer mapa de los periodos escogidos hemos tomado las publicaciones cartográficas que hemos encontrado y que están fechadas alrededor de los mismos, a saber: la Colonia, Independencia, pre y Posguerra del 70.
La publicación de la ya mencionada Comisión Nacional Demarcadora de Límites, titulada “Mapas históricos”, señala que “durante tres siglos cartógrafos flamencos, ingleses o franceses de la América meridional señalaron con mayor o menor precisión los poblados, principalmente españoles, dispersos en las extensísimas tierras de los moxos y payaguá, patagones y lenguas, chiquitos y amazonas”.
CARTOGRAFÍA TEMÁTICA
A renglón seguido añade que “los antiguos mapas conocidos reflejan la conquista, primero por los españoles y luego por los nacidos en tierras americanas, de territorios que pertenecían a los pueblos originarios. Los jesuitas, a mediados del siglo XVII, elaboran una topografía general –ríos, lagos y mares, sierras y montañas, ciudades y fronteras administrativas– inaugurando la cartografía temática del Río de la Plata. Los mapas, en algunos casos, señalan tierras de sus estancias, montes y yerbales, trazan rutas de sus convoyes de carretas, ubican con precisión cada uno de sus pueblos misioneros”.
Los grabados, acuarelas en blanco y negro, y trazos de color, entre otros diferentes formatos, “mantuvieron su status en la cartografía europea indiferente a las sucesivas divisiones administrativas en los virreinatos, provincias, gobernaciones e intendencias de España”, puntualiza.
Durante el siglo XIX, que fue de los atlas geográficos, el Paraguay deja de ser un territorio acotado para pasar a ser considerado en el contexto del Río de la Plata.
EJEMPLARES
El primer mapa del que se tiene registro data de 1647. Es de la autoría del cartógrafo holandés Willem Blaeu y se titula “Paraguay, o Prov. Río de la Plata cum regionibus adiacentibus (con las regiones adyacentes) Tucumán et. Santa Cruz de la Sierra”. Su lugar de publicación es Ámsterdan. Su descripción señala que “con dos cartelas y rosa de los vientos designa al océano Atlántico como mar del Norte. Grabado en metal, coloreado a mano”. Su tamaño es de 37,5 x 48,5 cm.
El último mapa antes de la Independencia fue hecho por el explorador, cartógrafo y naturalista español Félix de Azara. Su fecha de publicación es 1809; lugar de edición: París; ancho: 600 mm; alto: 430 mm; tipo / técnica: grabado en metal; Publicación de origen: Azara, Félix: “Voyages dans l’Amérique Méridionale, depuis 1781 jusqu’en 1801… París, Dentú, 1809. 4 Vols. y 1 Álbum”.
Al respecto, el geógrafo Fabricio Vázquez señala que “este es el mapa más fino y del que se agarraron Francia y los López para reivindicar los límites con Brasil, principalmente”. Asimismo, es la base del que podría ser considerado el primer mapa del periodo independiente, fechado en 1814 y que fue realizado también por geógrafos europeos.
En tanto que el último mapa hallado que corresponde al periodo anterior a la guerra contra la Triple Alianza es de la autoría de F. Mouchez Lieutt de Vau, “realizado con la ayuda de las observaciones realizadas y los documentos recopilados en el lugar durante los tres viajes de Bisson en 1857-58-59″. El ejemplar fue publicado en 1862 y se titula “Mapa de la República del Paraguay durante Paraná y Paraguay (América del Sur)”. Sus características técnicas son las siguientes. “Tipo: mapa separado. Altura de obj: 96 cm. Ancho de obj: 64 cm. Escala 1: 817.000. Nota: Mapa incoloro de Paraguay preparado por Ernest Amedee Barthelemy Mouchez”.
Por último, el primer mapa posterior a la Guerra Grande es de 1885. La ficha refiere que “su autor principal es Estévanez, N.; Garnier; Grabador: Guillot; Dufrenoy Hnos. Lugar de edición: París. Ancho: 205 mm. Alto: 315 mm. Tipo / técnica: Cromolitografía. Publicación de origen: Estévanez, N.: Atlas Geográfico de América. París, Lib. Garnier Hnos”.
VACÍOS
Vázquez señala que el principal vacío en el registro cartográfico de nuestro país se debe a que la población nunca fue numerosa y estaba concentrada en Asunción, por lo que no era posible hacer mapas de algo que no se conocía.
“Por ejemplo, no se conocía Canindeyú ni Alto Paraná. Se sabía que existía, pero no había ocupación de toda esa zona. Entonces, ¿cómo hacer un mapa si no conocés? Pero más allá de eso se necesitaba ubicar y reconocer el territorio. El mapa de Félix de Azara, que es el último antes de la Independencia, era la referencia todavía. Entonces, el hecho de que nos hayamos independizado no generó un cambio brutal en todo. Al contrario, fue mucha continuidad y la geografía fue igual, no se usaban los mapas. Si nos centramos en el periodo independiente, el énfasis estaba en otra cosa, en generar estabilidad, en defender las fronteras. No había tiempo para una actividad más sofisticada como crear mapas”, afirma.
–Es posible encontrar varios mapas de la época de la Colonia, pero a principios del periodo independiente se nota un cierto vacío. ¿Es así?
–En realidad hay muchísimos vacíos porque, por ejemplo, no había ninguna motivación para irse al este. El Bosque Atlántico del Alto Paraná era demasiado denso y la población estaba tan tranquila en Asunción y su área que no vio la necesidad de irse hacia allá. En lo que ahora es Coronel Oviedo había una especie de barrera natural, que era el Bosque Atlántico del Alto Paraná, y los paraguayos nunca fuimos demasiado numerosos para decir “ya no entramos todos acá, vamos a expandirnos”. Entonces siempre sobró espacio y esa existencia altísima de espacio congeló las posibilidades de expandirse. Entonces yo creo que es por eso que la reflexión geográfica y el mapa estuvieron muy poco presentes en la vida social y política. Imaginate que hasta ahora no tenemos la carrera de geografía. Al no existir una tradición cartográfica, el mapa ha servido solo para localizar y lastimosamente no ha servido para pensar el territorio de forma alternativa para ver su vocación y sus posibilidades de desarrollo.
–¿Cuál es la función del mapa?
–El mapa sirve para reflexionar qué hay en el territorio, qué se puede hacer y qué significa para los actores. Entonces, si el énfasis es el periodo independiente, las preocupaciones principales de ese periodo era la definición de límites con Brasil. Carlos Antonio López tenía una gran preocupación sobre eso. Lo que más le preocupaba era la zona del Apa y ahí tenés la gran ventaja de que no necesitás mapas porque están los ríos. El Apa es un río muy importante y los brasileños no podían decir “acá encontramos un arroyito que es el APA”. Demarcar la frontera con límites naturales es bastante fácil. El problema es cuando tenés que hacer un límite sobre tierra. “Dos metros más allá, dos metros más acá” y ahí empieza el conflicto. Y eso Paraguay no necesitó si no hasta la guerra del Chaco. Ahí tenemos nuestros únicos límites de tierra. Después con Alfredo Stroessner empieza el conflicto por los saltos del Guairá. Y eso fue 20 metros aquí y 20 metros allá e incluso Stroessner envió un batallón. Yo creo que lo interesante es la reflexión en torno al mapa, no solamente sobre el primer mapa del período independiente. Qué significó el mapa y si necesitábamos o no un mapa en aquel momento. El mapa cartográfico es tu análisis de sangre y de orina. A partir de lo que vos sos, lo que tenés, ahí hacés tu plan de vida. El mapa es primero un autoconocimiento, tenés que tener un mapa para autoconocerte y a partir de ahí encontrar tu vocación de futuro. Pero para encontrar esa vocación, hay que ver también quiénes son tus vecinos. La cartografía es un dibujo que tiene que llevar a una reflexión sobre qué tenemos, quiénes somos y qué vamos a hacer con lo que somos.