El humorista gráfico Nicodemus Espinosa realizó el pasado viernes 26 de enero una divertida dinámica con el público en un bar del Área Metropolitana regalando a los presentes un retrato caricaturizado a partir de una consumición mínima.

El bar Cóndor, la meca del rock and roll de la ciudad de Villa Elisa, fue el escenario escogido por Nico para realizar la novedosa actividad bajo la máxima de “La mejor música, el mejor chopp, el mejor ambiente”. Entre clásicos de emblemá­ticas bandas como Iron Mai­den, Motörhead, Queen, entre muchas otras, una interesante concurrencia tomó parte de una atípica actividad para un distrito pujante y en franco crecimiento, pero con una agenda cultural y opciones de ocio artístico aún incipientes.

Conocido por su pasión por el rock y cliente habitual del lugar, Nico apaga la lámpara de su improvisado restira­dor para charlar brevemente con La Nación/Nación Media durante una pausa en su labor. Sobre el origen de la idea para realizar este tipo de actividad, el humorista explicó en pri­mer lugar que normalmente trabaja en acontecimientos privados como casamientos, despedidas de soltero y even­tos corporativos haciendo caricaturas, que son conoci­das como activaciones, por lo que ya tiene una vasta expe­riencia en este tipo de diná­micas.

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“En este caso me animé a hacer esta actividad como yo soy habitué de este local porque vivo cerca y me gusta mucho la música, así como el resto por añadidura. Así sur­gió la idea con los dueños del local, los hermanos Christian y Rubén Miranda. Venimos de un experimento porque fijate que estamos bastante lejos del centro, donde estas cosas funcionan inmediatamente”, señala destacando la partici­pación de la gente a pesar de que la mayoría está arañando el presupuesto de enero, “que tiene 2.000 días”.

EXAGERACIÓN

Con respecto al criterio estilístico con que realiza su trabajo, indica que “la cari­catura es sobre todo exagera­ción. Vos ves una persona con ciertos rasgos prominentes y eso se exagera y a medida que se exagera es más simpática. Algunos tienen el criterio de que la caricatura debe ser fea, pero yo creo lo contrario. La persona linda en una carica­tura debe ser más linda y el feo tiene que ser más feo. Ahí está la gracia, ir a los extre­mos. El asunto es pasarla bien, divertirse”.

Hecha la presente aclaración, este cronista queda comple­tamente disuadido de posar para el maestro. De hecho, Nico refiere que tuvo varias experiencias en las que las personas retratadas no acep­taron sus caricaturas. “Con otros colegas solemos hacer actividades para el público en eventos como la Feria del Libro. Hacemos caricaturas de las personas que vienen a comprar nuestras revistas y algunos no aceptan. Dicen ‘no, yo no soy así’ y cosas de ese tipo. Es cuestión de cada uno. No somos iguales, así que a algunos tiene que gus­tarle y a otros no. Sencillo es”, asevera.

Con respecto a cómo sintió la recepción de la gente ante el resultado final de las cari­caturas, asegura que “gene­ralmente a la mayoría le gusta. Algunos dicen ‘voy a encuadrar’. Lo que pasa es que en estos lugares lo que se puede hacer es una cari­catura rápida. En un máximo de quince o veinte minutos ya tenés que hacer. Pero, por ejemplo, cuando se hace por encargo en la casa se puede hacer más trabajado con los colores más cuidados e incluso se puede hacer de manera digital. Hay muchísi­mas posibilidades. Yo hago de todo. Hago acuarelado, hago con lápiz pastel y hasta con carbón. El asunto es pasarla bien, divertirse y que a la gente le guste. Al principio la gente no se anima, pero des­pués cuando el trago corre ya vienen de a dos o de tres”.

Consultado sobre si nota algún tipo de temor o resisten­cia de parte de los retratados ante el posible resultado final, dice que “siempre hay, pero en algo le va a parecer sin falta. Lo que pasa es que hay ros­tros más caricaturizables que otros. Acá por ejemplo vino recién una señora de entre­casa y no quería posar. Enton­ces me mostró de su teléfono una foto donde estaba muy producida y por supuesto que así va a ser chica de tapa”, fina­liza lanzando una carcajada.

LARGA AMISTAD

Luego nos dirigimos a la barra para hablar con Rubén Miranda, uno de los propie­tarios del lugar, quien refirió que la idea surgió de su her­mano, quien es amigo de hace muchos años de Nico.

“Esta fue una iniciativa de mi hermano, que es amigo del maestro Nicodemus hace muchos años. Estuvimos conversando y surgió la idea de esta actividad, que como ves está participando mucha gente, a la que le gusta mucho la dinámica. La gente se ríe de su caricatura, se divierte y está pasando bien. Las personas se prenden y está siendo todo un éxito y quere­mos seguir haciendo al menos una vez al mes. Depende del tiempo de Nico”, expresó.

Luego de posar para el maes­tro pacientemente y casi sin pestañear, le preguntamos a una bonita y seria chica de gafas y labios carnosos qué pensaba de su caricatura. “Me dibujó un poco rara, pero me gusta”, se limitó a decir insi­nuando una discreta sonrisa.

Contrariamente a lo que podría pensarse, no fue una actividad solo para grandes, ya que hubo una importante concurrencia de niños que esperaron ansiosos ser retra­tados y reaccionaron jocosa­mente ante sus respectivas caricaturas.

Dada la promesa de reprise, los interesados pueden man­tenerse atentos a las redes del maestro Nicodemus, que en su momento estará invi­tando a todo el público para otra noche a puro dibujo, birra y rock and roll.

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