Eduardo Palacios
En nuestro rescate de la memoria histórica de la radiofonía nacional, ponemos en tiempo presente una etapa incipiente de la actividad radial y los primeros enlaces radiotelefónicos. Asimismo, descubrimos un “speaker” de los años 30 de Radio Paraguay, apelativo con el que eran conocidos los locutores en esa época.
Por varios años en nuestro país a los locutores se los llamaba “speaker”. Su actividad se distribuía entre los anuncios comerciales, la presentación de los números artísticos, el relato o lectura de las noticias y también la tarea de operador, al menos en los primeros años de la novel actividad radial en Asunción.
En algunos casos, como el que hoy nos toca relatar, el mismo locutor estaba autorizado a contratar anuncios publicitarios, para lo cual incluso portaba una credencial en cuyo interior constaba la autorización correspondiente. Ese apelativo siguió usándose incluso hasta principios de los años 50, cuando se impuso definitivamente la denominación de “locutor” al que ejercía las actividades propias citadas antes. Incluso esa certeza se confirma con la fundación en 1951 de la Asociación de Locutores y Operadores del Paraguay (Alortpa).
ZP5 Radio Paraguay fue una emisora creada por don Alfonso Sá, uno de los pioneros de la radiofonía, en forma conjunta con Alfredo Striker, conforme consta en la obra “Historia de la cultura paraguaya”, de la autoría de Carlos R. Centurión (pp. 364 y 365). Striker era un ciudadano alemán que permanecía en Paraguay seis meses al año en su casa de San Bernardino, en cuyo cerro tenía montada la torre de la antena de transmisión. El señor Sá estaba domiciliado en la calle Estados Unidos N.° 70 y la hoy conocida como Rodríguez de Francia, en una de las lomas asuncenas, donde también tenía erguida la antena de transmisión e instalados sus equipos por él mismo fabricados, ya que era un afamado técnico en esa época.
La emisora funcionó hasta aproximadamente 1941, cuando fueron anuladas las licencias de las emisoras con el pretexto de que no estaban cumpliendo con la potencia de transmisión señalada en una disposición gubernamental de la época. La Radio Paraguay se cerró definitivamente ese año y otra emisora con ese mismo nombre volvió a salir al aire en 1955 y estaba a cargo de Gerardo Halley Mora y sus hermanos, habiendo desarrollado una etapa importante en favor de la radiofonía paraguaya en general.
Radio Paraguay, que salió al aire a fines de 1930, cumplió un rol destacado en esa década en que estaban también al aire en Asunción, entre otras emisoras, Radio Nacional (entonces de carácter privado), Electra, Radio El Orden; Radio Bouquet, en Encarnación; Radio Livieres, Radio Uruguay, Radio Prieto, Radio Asunción, Cáritas y La Voz del Aire.
UNA CREDENCIAL
Enrique del Valle era un “speaker” de la Radio Paraguay, conforme se lee en la foto de la acreditación otorgada por el señor Alfonso Sá, en la que figura también que estaba autorizado “a firmar contratos por propagandas a irradiarse por ésta Broadcasting”, al que sumaba todas las demás tareas propias del locutor y en muchos casos era también el operador en la consola.
La foto de la acreditación forma parte del rico patrimonio documental de Rigoberto Ramírez Álvarez, nieto de Celestino Álvarez, uno de los más grandes locutores de la radiofonía paraguaya de los años pasados y formador de varias generaciones de locutores que pasaron por las emisoras. Enrique del Valle era hermano de la abuela materna de Rigoberto, quien además es poseedor de un gran acervo no solo sobre la historia de la radio, sino también de otros hechos culturales, costumbristas y vivencias de la Asunción de antaño. El “speaker” de nuestra historia de hoy, tras su paso por la radio, vivió en Corrientes, República Argentina, donde se produjera su deceso.
El término “broadcasting” que figura en el mismo documento era la denominación usada en ese entonces –años 20 y 30– para designar a la radio, como la conocemos hoy, existiendo también otras acepciones del género masculino. Los directores de radio eran conocidos como “broadcaster”, nombres en inglés que fueran impuestos por los ingenieros norteamericanos dedicados a la radiodifusión y su uso se hizo habitual no solo en los Estados Unidos y otros de habla inglesa, sino también en los países de habla hispana, hasta mediados de los años 50, cuando definitivamente se hizo normal el nombre de radio para referirse al medio de comunicación más popular de todos los tiempos.
OTRAS EMISORAS
La revista Ñande de diciembre de 1965 dedica un extenso reportaje de tres páginas a varios de los protagonistas de la radio de esos años y de años anteriores, permitiéndonos conocer otros aspectos y vivencias del medio. En ese sentido, cita expresiones de don Isaac Goldemberg, director propietario de Radio Uruguay, señalando que “recuerdo mi fugaz incursión por la radiofonía nacional hacia los años 36-37. Estábamos asociados con un señor y manejábamos la ZP7 Radio Uruguay, que tenía un transmisor de 250 vatios”.
El señor Goldemberg fue propietario de una conocida librería asuncena ubicada en el centro mismo de la capital. Señala también que “radio Uruguay tenía buena modulación y en su tiempo causó verdadero impacto. En esa emisora por ejemplo debutó Asucena Zelaya. Allí dio sus primeros pasos artísticos y puede decirse que prácticamente allí inició sus primeros pasos artísticos”.
La radio siempre fue la diversión social gratuita más importante en los hogares. La familia entera se reunía alrededor de un aparato de radio y fue también el escenario de debut y consagración de numerosos artistas nacionales, un rol que hoy es impensable que vuelva a recuperar como protagonista de nuestra sociedad.