María Victoria Benítez Martínez* - Fotos: gentileza

El destino sudamericano de madame Lynch comenzó en 1854, cuando conoció a Francisco Solano López en París mientras el ministro plenipotenciario del Paraguay e hijo del entonces presidente Carlos Antonio López se encontraba realizando una gira oficial por Europa.

Madame Lynch falleció a la edad de cincuenta y tres años el 26 de julio de 1886 en su última morada, 54 Boulevard Pereire, 75017 París. Fue enterrada en el cementerio de Père Lachaise, aunque su tumba ya no existe desde 1961, cuando sus restos fueron retirados para ser traídos a la Recoleta por las gestiones del entonces embajador de Paraguay en Francia, Hipólito Sánchez Quell.

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Al año siguiente de su muerte, la célebre Sarah Bernhardt (dramaturga, pintora y escultora) se instaló en el edificio contiguo, donde vivió hasta su muerte.

Tras intentar sin éxito reclamar tierras que supuestamente le pertenecían por testamento, madame Lynch tuvo que resignarse al epílogo de su destino regresando a París.

Una nota fechada el 9 de enero de 1872 en Gualeguaychú, Argentina, dice lo siguiente: “Inventario de papeles y documentos pertenecientes a doña Elisa Lynch entregados al Sr. Edmon Berchon des Essarts por el doctor Bello por instrucciones de dicha señora”.

El Dr. Bello tenía un poder general otorgado por Elisa Lynch. Entre otros papeles, hay un recibo del cónsul de Brasil en Asunción por un paquete puesto en manos del cónsul y perteneciente a Elisa Lynch.

Antes de instalarse en el boulevard Pereire a su regreso de Paraguay, Elisa Alicia Lynch vivió en el número 62 de la calle Saint Lazare, 75009. Fue allí donde el 8 de marzo de 1872 escribió una carta al cónsul, vizconde Paul d’Abzac, pidiéndole que le enviara los documentos que había dejado con el francés Edmond Berchon des Essarts en Asunción.

Casualmente, el barrio donde se había instalado estaba muy cerca de la casa donde Francisco Solano López se había alojado durante su estadía en París, en la calle Tronchet, entre la iglesia de la Madeleine y la estación de Saint Lazare.

A su regreso de Paraguay, madame Lynch vivió en el 62 rue Saint Lazare de París

INFORME

El cónsul francés en Asunción, vizconde d’Abzac, escribió en su informe a la Legación de Buenos Aires (1872), ministro conde Amelot de Chaillou:

“El sobre lacrado dice contener el testamento del presidente López, pero en ausencia de un cónsul inglés y como liquidador de Berchon des Essarts (asesinado), es mi responsabilidad.

Afortunadamente estos papeles de Lynch están en buenas manos, porque no me cabe duda de que me quieren quitar por la fuerza y por cualquier medio necesario.

Conociendo el carácter de la Sra. Lynch, era mi deber mantener a salvo estos documentos. Los bienes a los que se refieren representan un valor de varios millones de dólares.

Se recordará que poco antes de su muerte, Berchon des Essarts, infiel a su abogado, estaba a punto de vender el testamento y dudaba entre las propuestas del gobierno y de los herederos de López.

Salvo la torpeza e insolencia del juez Godoy, la intención del ministro de Brasil Azambuja es intimarme para permanecer en Paraguay hasta que el asunto se resuelva según sus deseos. Para él, esta intención tiene importancia política, y todos los agentes brasileños están actualmente en una campaña. El objetivo de la autoridad es recurrir a los herederos de López, uno de los cuales está casado con una brasileña, y el otro tiene hijo natural de un general brasileño.

Los papeles que supuestamente contienen el testamento de López están cubiertos con la escritura y marcados con el sello de madame Lynch, y corresponde al juez decidir si tienen valor político de acuerdo con madame Lynch para resolver el caso, cuya dirección es 62 rue Saint Lazare en París”.

Cuando Berchon des Essarts fue asesinado, el cónsul d’Abzac se hizo cargo de los bienes y documentos de Elisa Lynch. El cónsul reclamó la representación administrativa de Berchon des Essarts ante los tribunales paraguayos, lo que el Gobierno paraguayo no aceptó.

La iglesia San Francisco de Sales, donde tuvo lugar el funeral de Elisa Alicia Lynch

DIFERENCIAS

Surgieron diferencias de opinión entre el cónsul d’Abzac y el Gobierno paraguayo. El 8 de diciembre de 1872, recibió una orden judicial que le prohibía abandonar el país. En consecuencia, d’Abzac se refugió de madrugada en el cañonero italiano La Confianza, donde embarcó con todos los intereses de la testadora, la viuda de Berchon des Essarts, y los documentos de Elisa Lynch, rumbo a Buenos Aires.

El Gobierno reaccionó retirando su exequátur el 24 de diciembre de 1872, firmado por Salvador Jovellanos y José Falcón.

El vicepresidente de la República consideró que el procedimiento seguido por Paul d’Abzac, en su calidad de agente consular, para administrar y liquidar la sucesión del francés Berchon des Essarts era irregular y, según el Gobierno paraguayo, gravemente perjudicial para los interesados en la sucesión. El gobierno declaró que debía ser puesto bajo la protección inmediata de las leyes de la República. Los bienes fueron reclamados por el jefe político de Asunción para su administración.

Prosper Mené sucedió a Paul d’Abzac como cónsul. En vista de los recientes acontecimientos, Mené recibió la orden de partir inmediatamente en el mismo barco que llevaba la nota, con instrucciones de regresar a Buenos Aires el 10 de enero de 1873.

¿Era Elisa Alicia Lynch una heroína, una aventurera, ambiciosa, oportunista, intrépida o simplemente una soñadora arrastrada por las circunstancias?

Una de las actividades que Francisco Solano López tuvo que llevar a cabo en Francia fue la ratificación del tratado de amistad, comercio y navegación firmado en Asunción el 4 de marzo de 1853 entre Francia y Paraguay por el mismo López y el Chevalier Léonce de Saint Georges. El tratado fue ratificado por el presidente Carlos A. López y Benito Varela el 12 de marzo de 1853. En París, el tratado fue nuevamente verificado y ratificado el 30 de enero de 1854, firmado por el ministro de Asuntos Exteriores francés Drouyn de Lhuys y el Ministro plenipotenciario Francisco S. López.

El inicio de las relaciones permanentes y formales entre ambos países fue la iniciativa de don Carlos A. López quien, aprovechando la presencia de su hijo en Europa, contrató campesinos franceses para trabajar la tierra y desarrollar la agricultura. De los 900 previstos, se contrataron 419 agricultores que llegaron a Asunción en tres viajes.

Al contingente se unió madame Lynch, a quien Francisco S. López probablemente no había previsto en sus planes. Y quién lo iba a decir, otra inmigrante e irlandesa que más tarde formaría parte de la familia de Francisco S. López.

La dirección donde se instaló Francisco Solano López y su comitiva, n.° 15 calle Tronchet en París

POLÍTICA DE INMIGRACIÓN

La ley del 14 de mayo de 1855 es el acto fundacional de las políticas de inmigración en Paraguay que se iniciaron bajo el gobierno de Carlos A. López (1844-1862). López asumió la responsabilidad de abrir el país a la inmigración extranjera, y esta ley fue un paso en esa dirección, ya que su objetivo era traer agricultores al país.

La colonia de agricultores recibió el nombre de Nouvelle Bordeaux (Nueva Burdeos) en honor a la ciudad de la que partieron los colonos para establecerse en Paraguay, en la actual Villa Hayes. Este primer experimento fue un fracaso a tal punto que todos los colonos se marcharon a Argentina con la ayuda del cónsul francés (1856).

La primera ley de migración creada para una colonia y una nacionalidad específica (la francesa) representa e inaugura la apertura de Paraguay al mundo. También revela la necesidad del país de ser reconocido como un Estado con derechos y deberes propios como nación independiente.

Esta ley dio origen al primer ingreso organizado y regulado de un contingente de colonos a expensas del Estado. En otras palabras, fue el comienzo de una larga historia, compuesta por numerosos intentos de establecer colonias y una paulatina diversificación de nacionalidades que conformarían la demografía paraguaya.

Sin embargo, solo después de varias décadas y gracias a la contribución de una gran mano de obra cualificada, sobre todo de agricultores, Paraguay pudo salir de sus dificultades y desarrollarse económicamente, algo que otras leyes introducidas en los años siguientes intentaron fomentar con la inmigración procedente de Europa y otros lugares.

Fragmento de una carta de madame Lynch enviada al vizconde Paul d’Abzac desde París

* PhD en Historia y Civilizaciones – Relaciones Internacionales, Université Paris Cité – Francia. Máster en Letras, Université Sorbonne. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers.

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