En febrero de 1930, entre reclamos por el estado del Mercado Central y halagos por el estado del parque Caballero y los muelles del puerto de Asunción, la preocupación por el avance boliviano en territorio chaqueño ya se hacía sentir en la manera en que los medios escritos de la época presentaban las noticias relacionadas a la disputa territorial con Bolivia.

  • Por Juan Carlos dos Santos
  • X: @juancads

UN PASADO MEJOR

En el encantador parque Caballero

Con el éxito brillante y halaga­dor que hacían esperar desde luego el prestigio de las orga­nizadoras, La Nobleza de los propósitos perseguidos y el encantador lugar elegido para el desarrollo de la fiesta, tuvo lugar el sábado por la tarde la Garden Party organizada por la Comisión de Niñas Pro Escuela San Vicente, presi­dida por la señorita Enriqueta Gómez Sánchez.

Dieron singular realce y animación a la fiesta la pre­sencia de numerosas y distinguidas familias de nuestra sociedad, miembros del Cuerpo Diplomático, destacadas personalidades de los círculos oficiales y la exquisita gentileza de las niñas que hacían los honores junto con el delicado buen gusto con que fue organizada la fiesta.

RECLAMOS

Se debe descentralizar el Mercado

Una práctica que se ha hecho ley entre las vendedoras es la de amontonar las mercade­rías en el suelo empedrado de detritos y palpi­tante de bacilos.

Esta costumbre, que constituye una amenaza constante para la salud pública, puede ser remediada con paciencia y buen tino, ya que el espíritu de nuestro pueblo se acomoda a las exigencias siempre que estas no sean abusivas y odiosas.

Respecto a esta bochor­nosa costumbre, pode­mos también decir que ella no debe ser achacada exclusivamente a estas heroicas mujeres que venden sus mercancías en este establecimiento, sino también a lo redu­cido del local y a su esca­sez de comodidades.

Desde luego en un solo mercado, cuyo recinto es reducido e insuficiente y donde se abastece dia­riamente al 90 % de toda la capital, sería imposi­ble limitar el número de puestos de ventas de pro­ductos para el consumo diario de la población.

Las vistas que publicamos ratifican nuestra afirmación y apoyan nuestra prédica de siem­pre, en el sentido de la necesidad de descentra­lizar el Mercado, ese antro de ratas maloliente y antihigiénico.

PRELUDIOS DE GUERRA EN EL CHACO

El fortín Vanguardia

Las fotografías que ilustran esta nota representan el famoso fortín Vanguardia, que de acuerdo a las estipulaciones del Protocolo de Washington del 12 de setiembre de 1929, el Paraguay debe recons­truir y entregar a Bolivia simultáneamente con la devolución por parte de esta del fortín Boquerón.

Cómo podrá apreciarse por los grabados, los ran­chos de Vanguardia no tenían de fortín sino el nombre con que pomposamente los bautizó el afán incidentista de los bolivianos. Nada más que de dos sórdidas y miserables cabañas, una que sería de albergue a las tropas y la otra a los oficia­les, levantadas en un lugar anegadizo sin impor­tancia alguna bajo el punto de vista militar. Actual­mente el lugar se encuentra completamente inundado. No son pues las fortalezas de Verdum o Lieja las que Bolivia vino a elevar en los pantanos chaqueños el 5 de setiembre de 1928 en territorio de indiscutible pertenencia paraguaya en la mar­gen derecha del río Negro.

Se dio también que con la construcción de esos toldos o ranchos, Bolivia perseguía otros propósi­tos que los de provocar incidentes y con el menor sacrificio posible hacerse de títulos de ocupación para más tarde hacerlos valederos ante las comi­siones conciliadoras.

No nos extrañaría, conocida como es la mentalidad de procurador aldeano de nuestros desleales adver­sarios, que la diplomacia boliviana vuelva a hacer cuestión sobre la reedificación de los primitivos ran­chos de Vanguardia y pretenda exigirnos a cambio un palacio de mármoles y jaspes, con calefacción central y otras menudencias parecidas.

Pero la fotografía, ese documento viviente e irre­futable, proclama en toda su ruin mentira la fac­tura del fortín Vanguardia, vivienda digna solo de ser ocupada por los primitivos pobladores del gran desierto chaqueño y que como un bofetón de desafío el boliviano plantó en pleno corazón de nuestro territorio.

MODERNIDAD

En el puerto nuevo

L Desde el día siguiente de la inauguración de la sección especial del Puerto Nuevo, se inicia­ron en sus muelles las maniobras inherentes al movimiento marítimo, como ser la carga y des­carga de mercaderías.

Estas operaciones se realizan con el empleo de los más modernos y rápidos implementos y maquinarias hasta hoy fabricados, con considera­ble ahorro de tiempo y de brazos.

Los poderosos guinches eléctricos transportan las mercaderías directamente de las bodegas de los barcos a los vagones que luego los llevan a los depósitos y viceversa simplificándose en forma notable la tarea.

Una gran actividad se nota en el puerto asunceno, que poco a poco va cobrando el aspecto de las grandes dársenas extranjeras. El nervioso bullir de la muchedumbre afaenada, el chirrido potente de las máquinas y ese despliegue de energías crea­doras característicos de los puertos, son las notas acordadas de un himno inmenso que está ele­vando la grandeza futura de la patria, como una rotunda afirmación de optimismo y esperanza.

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