La autora de este artículo analiza algunos de los símbolos masónicos que aparecen en famosos monumentos del mundo, en especial en Francia, y ofrece una reseña de la compleja relación histórica entre esta orden y la religión.
- Por María Victoria Benítez Martínez*
- Fotos AFP
Un exfrancmasón en Francia declaró: “En la masonería se habla mucho de fraternidad, pero me di cuenta de que detrás de esa apariencia de fraternidad los arreglos mezquinos y las luchas de poder son bien reales. ¿Fuerte al exterior, dividido por dentro? Finalmente comprendí que el catolicismo y la masonería son incompatibles”.
De acuerdo a la posición de la Iglesia católica, los masones no siempre están en “olor de santidad” con el Vaticano. La Iglesia de Roma no está especialmente contenta con la masonería, se opone a los juramentos solemnes de secreto y cree que la masonería “tiende a socavar la fe del cristianismo católico sustituyéndola por lo que se asemeja a una religión basada en principios deístas o naturalistas”.
LOS GRADOS Y SU EVOLUCIÓN
En el primer nivel, cada masón participa en un proceso iniciático y sigue un método llamado rito. Un rito se compone de varias etapas llamadas grados, de los cuales los tres primeros, comunes a toda la masonería, son los grados de aprendiz, compañero (compagnon) y maestro. El rito escocés antiguo y aceptado codificó en 1804 los ritos de 33 grados, o para ser más precisos, de 3 + 30 grados, ya que la masonería tradicional solo cuenta los tres primeros grados, los siguientes se denominan grados suplementarios que se remontan a la Antigüedad, a la Edad Media o a la época de las luces (Ilustrados).
Ellos son: Talleres de perfeccionamiento: 4.° grado, Maestro Secreto; 5.° Maestro Perfecto; 6.° Secretario Íntimo; 7.° Preboste y Juez; 8.° Administrador de los edificios; 9.° Maestro elegido de los nueve; 10.° Ilustre elegido de los quince; 11.° Sublime caballero elegido; 12.° Gran Maestro Arquitecto; 13.° Arco Real; 14.° Gran elegido, perfecto y sublime masón. Capítulos: 15.° Caballero de Oriente y de la Espada; 16.° Príncipe de Jerusalén; 17.° Caballero de Oriente y Occidente; 18.° Caballero Rosacruz. Areópago: 19.° Gran Pontífice; 20.° Venerable Gran Maestre de las Logias Regulares; 21.° Caballero Noachita (Noájico – Noaquita) o Prusiano; 22.° Hacha Real; 23.° Jefe del Tabernáculo; 24.° Príncipe del Tabernáculo; 25.° Caballero de la Serpiente de airain (bastón de Moisés); 26.° Escocés Trinitario o Principe de Mercy (de la misericordia); 27.° Comandante Soberano del Templo. Títulos administrativos: 28.° Caballero del Sol; 29.° Gran Escocés de San Andrés; 30.° Caballero de Kadosch/Kadosh; 31.° Gran Inspector comandante Inquisidor; 32.° Príncipe Sublime del Secreto Real; 33.° Gran Inspector General Soberano.
Existen ritos que van más allá de los 33 citados. Marconis creó el rito Menfis, con 95 grados (Menfis es una antigua ciudad egipcia situada en la punta del delta del Nilo) y el rito de Misraïm, que tiene 90 grados. En 1908, los dos ritos se fusionaron. Cuando se constituyó bajo el Gran Maestrazgo de Giuseppe Garibaldi, el rito Menfis-Misraïm recibió una escala fija de 95 grados. En la actualidad cuenta con 99 grados.
LOS SÍMBOLOS MASÓNICOS EN PARÍS
En París los símbolos masónicos se atribuyen a ciertos lugares y monumentos, aunque algunos no fueron edificados en ese espíritu.
Del Louvre a la Torre Eiffel, pasando por el Panteón y el Gran Arco de la Defensa. El monumento del Campo de Marte (Champ de Mars) muestra los ornamentos egipcios y los símbolos esotéricos que lo adornan. El Gran Arco (Grande Arche de la Défense) cierra el eje del Louvre hacia el oeste: “un cubo abierto, una ventana al mundo”, según su arquitecto O.Von Spreckelsen. Como en la Antigüedad, es la puerta de entrada al mundo de los muertos. En la parte superior están los doce signos del zodiaco, un homenaje a la bóveda celeste, que se encuentra en las naves de los templos masónicos.
El diseño general del Louvre recuerda a los tres espacios de un templo: el patio de entrada, alrededor del Carrusel, es la entrada profana; la Cour Napoléon la nave sagrada (patio Napoleón). La Cour Carrée (patio cuadrado), su espacio secreto, situado al este. En sus fachadas se encuentran escuadras, compases y la letra H, que recuerda a Hiram, el arquitecto del templo de Salomón.
La pirámide invertida que se hunde en el sótano parece llamar a una búsqueda interior, que los antiguos alquimistas resumían con la fórmula: “Visita interiora terrae rectificando invenies occultum lapidem” (V.I.T.R.I.O.L.) [Visita el interior de la Tierra y, rectificando, encontrarás la piedra oculta]. Un lema masónico. Es decir, inspeccionando tu naturaleza interior, rectificando tus defectos y desterrando lo superfluo, habiendo aprendido a dominar tus vicios y pasiones y perseverando en tu camino, entonces podrás encontrar la piedra oculta de los sabios o piedra filosofal con la que construirás tu templo interior. Desciende a las entrañas de la tierra (en lo más profundo de ti mismo) y encuentra el núcleo sobre el que puedes construir otra personalidad, un hombre/mujer, nuevo/nueva (sin adoración al ego: el yoísmo).
En otras palabras, “Busca y encontrarás” (del Evangelio Mateo 7-7) en la masonería se trata de ir a buscar y encontrar dentro de uno mismo. Cuando la masonería habla de “Luz” habla de “Conocimiento”, de conocimiento esotérico, hermético y oculto. Mientras que en la cristiandad la “Luz” hace referencia al amor de Dios.
El Panteón, diseñado en forma de cruz griega, la iglesia neoclásica del arquitecto masón J.G. Soufflot; La Estatua de la Libertad, una réplica de la Estatua de Nueva York, diseñada por el masón A. Bartholdi. Instalada en la isla de los Cisnes, es un homenaje a los ideales masónicos de la libertad de los padres de la Revolución Americana (Franklin, Washington). La placa que conmemora el centenario de la fundación está decorada con un compás y una escuadra.
La plaza de la Concordia y el eje histórico, “la vía triunfal”, que va del Louvre hasta la Defensa, representa el camino de la vida, del nacimiento a la muerte, el camino del sol, de este a oeste. Esta línea está marcada, en su punto equinoccio, por el obelisco de Luxor (tótem del poder del dios Ra), que simboliza el camino perfecto del equilibrio. La presencia de los dos templos: la pacífica, Asamblea Nacional al sur, y el antiguo templo (bélico) del Gran Ejército (la Grande Armée), hoy iglesia de la Madeleine, al norte, completa según algunos expertos el dispositivo esotérico, oponiendo el bien y el mal, la luz del mediodía a la noche de la estrella polar. El frontón de la Asamblea Nacional esculpido (1838-1841) por J.P. Cortot, dos mujeres, una llevando una escuadra y la otra un compás. La estatua de la plaza de la Nación: el gigantesco bronce El triunfo de la República (le Triomphe de la République) representa las virtudes republicanas (el Genio de la Libertad, el Trabajo, la Paz, la Justicia, la Abundancia). A los pies de Mariana de pie sobre su carro se ve la escuadra y la acacia. Protegido por un herrero con delantal, un niño sostiene en sus brazos un libro, un compás y una regla. Los frescos del Palacio de Iena, obra de los escultores Royne y Guardici, representan alegorías claramente masónicas, como la piedra tallada, la bóveda estrellada, la pirámide, los tres primeros grados de la vida de los iniciados y la “cadena de unión fraternal”.
OBEDIENCIAS
La Gran Logia Nacional Francesa (G.L.N.F.) es la única obediencia francesa que es regular a los ojos de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Exige a sus miembros que crean en Dios, sea cual sea el Dios y la religión que practiquen. Así, los agnósticos y los ateos no son admitidos en esta obediencia. Otras obediencias son más flexibles en estas cuestiones de creencia. Por ejemplo, en la Gran Logia de Francia (G.L.F.) a los miembros se les pide simplemente que acepten la existencia de un principio creativo. En el Gran Oriente de Francia (G.O.D.F.) no se requiere ninguna forma de creencia en Dios, ni siquiera en un principio creador.
Otras logias en Francia: Gran Logia Tradicional y Simbólica Ópera (G.L.T.S.O.); Logia Nacional Francesa (L.N.F.); Gran Logia Femenina de Memphis-Misraïm (G.L.F.M.M.) (las “hermanas” llevan vestidos blancos con adornos turquesa ribeteados de morado). Obediencias mixtas: Federación Francesa de Derecho Humano (D.H.); Gran Logia Mixta de Francia (G.L.M.F.); Orden Internacional del Arte Real (O.I.T.A.R.); Gran Logia Mixta Universal; Gran Logia Independiente y Soberana de los Ritos Unidos; Gran Logia Simbólica de Francia y el Instituto Masónico de Francia.
LA DESCONFIANZA CONTINÚA
El hecho de que el Dr. Joseph Guillotin, que creó la máquina (la guillotina) que decapitó a tantos franceses (la reina Maria Antonieta y el rey Louis XVI), fuera masón no ayudó a dar buena fama a la masonería. El lema Libertad, Igualdad, Fraternidad (Liberté, Égalité, Fraternité) nació en las logias masónicas francesas.
La ley del 13 de agosto de 1940, decretada por el mariscal Pétain, prohibió todas las “asociaciones secretas”, que las logias masónicas fueron disueltas y a los dignatarios de las obediencias (maestro, oficiales) se les prohibió ejercer cargos públicos. En cuanto a los funcionarios, debían firmar un documento oficial en el que declaraban que nunca habían pertenecido a la masonería.
A nivel internacional, la masonería ha intentado reaparecer en las antiguas repúblicas soviéticas. La Gran Logia de Rusia se creó en 1995, pero solo cuenta con una docena de logias. El gobierno y el público siguen viéndolos con recelo. En Ucrania, un diputado ucraniano ha propuesto no hace mucho una serie de enmiendas al código penal ucraniano, que prevén penas de prisión de hasta quince años para quienes sean declarados culpables de ser masones, reservando penas más largas para los miembros de la administración.
La explicación de la masonería sobre la “iniciación del masón” es hacer al hombre mejor, sin dictarle el modo de mejorarse. En cualquier caso, el núcleo de la cuestión masónica sigue siendo un secreto hermético.
*PhD Historia – Relaciones Internacionales Université Paris Cité - Francia