Jimmi Peralta - Fotos: gentileza
En este diálogo con el Gran Domingo de Nación Media, el periodista y docente Hugo Díaz apela a su carrera de cuatro décadas en la televisión paraguaya para traer al presente los hábitos de entretenimiento de otrora durante los días santos. Aquellas memorables emisiones de la entonces incipiente pantalla chica nacional son reprisadas incluso hasta nuestros días constituyéndose en clásicos indiscutibles, un fenómeno que ni la más moderna tecnología con sus superproducciones ha logrado superar.
En los tiempos de una pantalla por persona, la televisión dejó de ser el fogón que narra historias en cada noche. Si bien la programación estuvo lejos de ser la más variada en el Paraguay de otras décadas, la capacidad de asombro era infinitamente mayor y la apuesta del gran cine no paraba de sorprender marcando una era de clásicos.
Para hablar de la televisión local de otras décadas y la clásica cartelera de fin de semana recurrimos al trabajador de medios Hugo Díaz, quien nos habló de su historia con Canal 9 Televisión Cerro Corá, el primero del país, y su fascinación con el trabajo que realizó por casi cuatro décadas.
–Hugo, ¿cómo llegás a la tele como lugar de trabajo?
–En el edificio del IPS, donde el canal empezó a trasmitir, ya visitaba de chico, párvulo, desde entonces comenzó lo que sería un largo idilio con canal 9 TV Cerro Corá. Andaba detrás de operadores y directivos, incansable y paciente, y eso tuvo su premio a la constancia. Así, cuando finalicé la secundaria, fui llamado para trabajar. El puesto fue de uno de los profesionales extranjeros que llegaron para trabajar y formar gente, Albertiño Cuña, iluminador de categoría. Yo fui a ver el ofrecimiento y ya me quedé a trabajar, fue prender y apagar las luces del estudio, esto ya en el canal de Sajonia.
“BEN-HUR”, EL INFALTABLE
–Hoy la gente bromea sobre los clásicos que se repiten en Semana Santa, pero fueron filmes que marcaron.
–¡“Ben-Hur”! Hasta hoy las bromas son como un recordatorio que se volverá a emitir y se vuelve a ver. Es que es un clásico hasta hoy insuperable a pesar de todo el avance en todos los aspectos de la cinematografía. Hay varios más que son fijos de la programación de la Semana Santa, pero “Ben-Hur” es marca registrada en esa época santa del año.
–En tiempos de “una tele por casa”, ¿era la pantalla un aglutinador de la familia?
–¡Claro que sí! No solo la familia, sino el vecindario. En mi barrio, San Pablo, barrio Stroessner entonces, el único televisor lo tenían mis tíos, don Rafael y doña Buena. A la tardecita era turno de los niños para ver las películas de vaquero, aún no había los dibujos animados infantiles. A las ocho de la noche el noticiario “Hora 20″, con Susana Ibáñez Rojas y Héctor Velázquez, que interesaba a los mayores. Luego la telenovela, todo el vecindario acomodados como podían, suelo, césped o con su propia silla. “Piel naranja” con Arnaldo André y Marilina Ross. Durante este programa no faltaba la vieja que no se callaba y transmitía todo para el suplicio del resto. A mi tía los niños le traían flores cortadas de una laguna cercana por ver los programas de la televisión. En otros barrios en esa época algunos cobraban por permitir que vean la televisión.
–¿Qué puestos ocupaste dentro del Canal 9?
–Iluminador, me encantaba todo y curioseaba con el objeto de aprender más. Fueron muchos mis maestros allí en el campo de batalla, con mis errores, con los aciertos de mis superiores fui creciendo. Teddy Medina Alborno tenía la dirección del programa que conducía Edda de los Ríos, “Yo mujer”, él me encaminó a saber los trucos para iluminar con los recursos de esa época, ese y otros programas. Martín Goitia y Juancito Morel, padre de Eugenio Morel, gran jugador de la selección paraguaya, Martín y Morelito en utilería. Luego mis otros compañeros de estudio, Gregorio Serafini en sonido, Ernesto Delgado y Luis Carasalle para mis primeras armas con la cámara, y el puesto cumbre de director de cámaras gracias de Lorenzo Samaniego y Silvio Martínez (†).
Así, después de conocer y realizar todos los trabajos en estudio, el entonces jefe de programación y operaciones Alberto Herrera le pidió a Héctor Velázquez, jefe de planta del canal, la mayor autoridad en la planta trasmisora, administrativamente la oficina estaba en el centro, fui a Operaciones, el cerebro del canal, donde pasaba todo antes de ser emitido al aire. Hasta allí llegué con mi trabajo de operador. Fui a la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) a estudiar periodismo y fui, paulatinamente, a la entonces división Noticias del canal, donde hice labores de redactor, editor (operador), reportero en vacaciones de algún compañero, fui coordinador de los informativos, también fui comisionado a Canal 5 Paravisión, donde ejercí la jefatura unos años. Me jubilé a los 55 años después de casi cuatro décadas en el canal.
–¿Viviste el tiempo en el que se decía que un programa paraba el país?, ¿qué te acordás de eso?
–Un montón. Durante muchos años fuimos el único canal y nuestra convocatoria era fabulosa. Por ejemplo, algunos como “50 horas de la bondad”, para recaudar juguetes, que condujo Charles González Palisa y todos los espacios que animada Charles eran éxito seguro. Los programas de entretenimientos, de humor y con premios, algunos como los de José Olitte, los musicales de Aníbal Lovera, Betty Figueredo, Marcos Brizuela, el de Miguel Ángel Rodríguez. También emisiones como el fútbol, la Copa Libertadores del 79, la Copa América de la selección paraguaya, Mundial de Argentina, eran grabaciones, pero golazos del canal. Otros programas que realmente paraban el país fueron las telenovelas argentinas con nuestro compatriota Arnaldo André. También otra telenovela con la compatriota Nelly Prono, muchas con Andrea del Boca y otras exitosas actrices de esa época. Los concursos para encontrar nuevos talentos del canto, se llenaban los locales y teleaudiencia asegurada.
LA COMPETENCIA
–¿Qué anécdotas y experiencias recordás en el ámbito de la competencia entre colegas o empresas?
–Era una saludable competencia, eran equipos, colaboración, apoyo, solidaridad. Cuando aparece otro canal, la cosa fue cambiando. Entre canales, lucha tenaz por los espacios, horarios, programas nacionales, enlatados, trasmisiones en directo. Fue rara la disputa entre los medios. El Canal 9 trajo “Dinastía” y el 13 “Dallas”, se emitía lo mismo, en el mismo día y horario, no había variedad. Las telenovelas, los mismos días y horas en los medios. Un canal promocionaba la venida de un artista, el otro hacía lo mismo con otra estrella del momento. Otra gran disputa fue quitarle al 9 los derechos exclusivos de la trasmisión de las eliminatorias y las copas del mundo en fútbol, hasta que se aliaron y hoy día ya no hay interés en la exclusividad. El costo del segundo por la emisión de publicidad fue cambiando, hoy día los holding ofrecen muchas plataformas a menor costo.
–¿Te tocó trabajar y organizar programación?
–No trabajé con el departamento de programación. Sí en una ocasión, cuando éramos presionados por la nueva competencia, en una reunión le manifesté al entonces director del canal, Francisco Bareiro Chávez, que no teníamos ni un solo programa infantil, que estábamos descuidando a los niños. Rápidamente volvieron los dibujos animados. Ya no es el de antes, cambió bastante.
–Mucha gente tiene servicios on demand, suscripciones a plataformas y finalmente prefiere ver un canal con programación fija. ¿Por qué pensás que se sigue dando eso?
–En casa pasa eso y prefieren porque quieren ver a rostros conocidos, son como sus ídolos, es como que se encariñan con los canales nuestros y sus figuras a pesar de que la oferta, al menos para mí, no es tentadora. Ni idea qué pasa en otros hogares.
DÍAS DE “SILENCIO” EN LA TELE
–¿Existía un pudor, un tacto especial de la televisión de otras décadas en los horarios o días especiales como Semana Santa?
–Se seleccionaban los programas para que en determinados horarios fueran emitidos. Desde las 17:00 con series para todo público hasta los noticiarios. Luego a las 21:00, con la recomendación de que los menores dejen de ver la televisión, se iniciaban las telenovelas y películas dirigidas a mayores. En Semana Santa se trasmitía hasta el Miércoles Santo, se volvía recién el Sábado Santo desde la 17:00. Había mucho respeto a los días santos.
–¿Sentís que se redujeron las grandes producciones con temáticas bíblicas en los últimos años?
–Creo que se redujeron y los que aún se emiten fueron distribuidos entre sus programas estelares, como las telenovelas e informativos; además, con toda la carga publicitaria que antes no se emitía.
Algunos infaltables
Al hablar de televisión nacional, un referente ineludible en el tema es Manuel Cuenca, a quien recurrimos para recordar los clásicos que se convirtieron en tales a fuerza de calidad y repetición en infaltables sesiones anuales de la pantalla chica del país. Cuenca recuerda que durante los primeros años de la tevé en Paraguay los días Jueves y Viernes Santos no había emisiones.