El telescopio espacial James Webb observó una población de galaxias muy masivas y extremadamente antiguas que parecen haber sido formadas a un ritmo mucho más rápido de lo que predecían los astrónomos, según un estudio publicado a fines de febrero pasado.

  • Por Juliette Collen
  • Fotos Webb Space Telescope
  • París, Francia. AFP

Este escenario, que análisis más avan­zados deberán con­firmar, ocurrió entre 500 y 700 millones de años tras el Big Bang hace 13.800 millo­nes de años. O sea en un universo muy joven y, por lo tanto, muy lejano.

El telescopio espacial James Webb (JWST), que funciona desde julio del 2022, pudo explorar esta región desco­nocida gracias a su instru­mento NIRCam y su potente visión en infrarrojo, que tiene una longitud de onda invisi­ble para el ojo humano y cuya observación posibilita ir lejos en el pasado.

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Encontró seis galaxias mucho más masivas de lo previsto en ese Universo primordial, informa un estudio publi­cado en Nature. Dos de ellas ya habían estado en la mirada del telescopio Hubble, pero pasaron inadvertidas, pues la luz era muy débil.

Con el telescopio James Webb se obtuvieron las primeras imágenes en alta resolución sobre cómo la formación de las estrellas jóvenes influenciaron en la evolución de las galaxias cercanas.

“CANDIDATAS”

Según la interpretación de las nuevas imágenes del JWST, estas seis galaxias, llamadas “candidatas” en ese estadio, pues el descubrimiento ten­drá que ser confirmado por medidas de espectroscopia, contienen muchas más estre­llas que los valores esperados. Una de ellas tendría hasta 100.000 millones de estrellas.

“Es más o menos del tamaño de la Vía Láctea, lo que es muy impresionante”, dijo a AFP Ivo Labbé, primer autor del estudio. La Vía Láctea nece­sitó 13.800 millones de años para formar esa cantidad de estrellas, mientras esta joven galaxia creó tantas en apenas 700 millones de años, “o sea 20 veces más rápido”, indica este investigador de la Uni­versidad de tecnología de Swinburne en Australia.

Lejanas galaxias de este tamaño no tienen su lugar en el modelo cosmológico actual que busca comprender la estructuración del Universo.

“La teoría nos dice que en esas edades tan antiguas, las galaxias eran todas pequeñas y crecían muy lentamente. Se podía esperar que fueran de 10 a 100 veces más pequeñas en cantidad de estrellas”, indica el astrofísico.

NGC 1365, una de las galaxias investigadas por el proyecto PHANGS.

“EL MODELO SE FISURA”

Hallar galaxias tan enormes “es como si se saltara a un abismo”, según Labbé.

¿Qué es lo que no funciona? La sospechosa podría ser la materia negra, misteriosa materia invisible que puebla el Universo. Aunque los cien­tíficos no pueden detectarla, conocen muy bien su compor­tamiento y saben que desem­peña un papel clave en la for­mación de las galaxias. “La materia negra debe conju­garse para formar un halo que atrae hacia ella el gas del que nacerán las estrellas”, dice Labbé. Por lo tanto, ese pro­ceso de “coagulación” debe­ría tomar mucho más tiempo.

Parecería entonces que “las cosas se aceleraron particu­larmente” en ese Universo primordial, que habría sido “más eficaz de lo que se pen­saba” para fabricar estrellas, comenta David Elbaz, astro­físico del Comisariado de la Energía Atómica (CEA), que no participó en el estudio.

Esto podría explicarse por el proceso de expansión del Universo, que se ace­lera más rápido de lo que se pensaba, dice ese científico involucrado en el programa de observación del telesco­pio diseñado por la Nasa. El tema agita el debate entre los cosmólogos y este descu­brimiento “es tan excitante, pues constituye un indicio más de que el modelo se está fisurando”, analiza David Elbaz. El telescopio espacial europeo Euclid, que debe ser lanzado en órbita en el verano del hemisferio norte para tra­tar de develar los secretos de la materia oculta, podría ayu­dar a esclarecer el misterio, subraya.

Labbé cita la teoría del cisne negro, según la cual un acon­tecimiento imprevisible e improbable, de concretarse, tiene un impacto considerable.

“Si una sola de las seis galaxias candidatas es veri­ficada, habrá que revisar la teoría”, señaló.

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