Un fotorreportaje del paraguayo Juan Britos accede a la intimidad del mundo migrante en Argentina. Su libro “Mudar historias” y el documental “Siete historias para una mudanza” constituyen el registro de un proceso de cambios en el seno de la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, lugar de residencia de una importante colectividad paraguaya asentada en el vecino país.
“Cuando llego al barrio me siento como en casa porque allí me cruzo con muchísimos compatriotas y obviamente charlamos un poco en guaraní o jopara, hay varios locales donde se venden chipas, incluso ahora se vende con mucho éxito la chipa kabure o chipa asador. También en el barrio está presente la capilla Virgen de Caacupé, la más grande e importante y que todos los años alberga la festividad del 8 de diciembre y la fiesta de San Juan”, cuenta.
En el 2016, con la llegada del plan de integración social y urbana del gobierno porteño, el barrio comenzó a vivir un proceso de transformación que, entre otras novedades, implicó la mudanza de cientos de familias que vivían debajo de la autopista en el centro de Buenos Aires hacia nuevas viviendas.
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Historias en el tráfico
DESDE MI MUNDO
- Por Mariano Nin
- Columnista
Son las tres de la tarde. Transito por General Santos camino a Lambaré un día cualquiera. Hace frío, pero siento que todos estamos calentándonos en un tráfico infernal.
Muchos nervios, mucha frustración y unas ganas locas de llegar a casa.
Por un momento nos habíamos olvidado de los limpiavidrios, chicos que ni estudian ni trabajan y se ganan la vida en las calles un poco molestando y otro poco chantajeando a la gente tragándose la dignidad y expuestos a la humillación constante. Esa es la realidad.
Limpiar vidrios no es un trabajo y mucho menos un servicio por el cual tengamos que pagar. Si mi ropa está sucia, la lavo o la llevo a la lavandería y pago por ello, pero nunca voy a aceptar que mi vecino me exija unas monedas por arrebatarme la ropa en un descuido y lavarla medio a la fuerza. En las calles es igual.
Nadie está obligado a pagar por un arrebato de necesidad en un momento de distracción. No es agradable que te tomen por sorpresa. No lo es para nadie y con el tráfico disparándote directamente a los nervios es casi una provocación. Y las calles volvieron a convertirse en campos minados.
El 70 por ciento de los trabajadores informales en situación de calle que se encuentran en los cruces semafóricos de la ciudad de Asunción provienen de las ciudades aledañas del departamento Central.
De pronto me sentí amenazado y tuve miedo. Pudo haber sido una tragedia, pero por suerte no pasó de un gran susto. Y es que un joven cansado del asedio en los semáforos se bajó con un revólver en mano para desafiar y golpear a un limpiavidrios. Hubo insultos, un griterío infernal y una estampida.
Debería de haber sido una llamada de atención. Hace unos años hubo un intento de convenio con unos supermercados para sacar a estos chicos de las calles, pero al final la herida volvió a sangrar y ya no hubo atención.
La situación es compleja. Lo sé. Pero deberían aplicarse políticas interinstitucionales para garantizar que una buena idea no se convierta en un parche.
De no ser así, las cosas irán empeorando hasta que algún nervioso automovilista sacado de sus cabales y con un revólver en mano se enfrente a un limpiavidrios y termine en tragedia, una tragedia que podría evitarse.
Mientras, vamos transitando al filo del caos en calles sin ley. Pero esa… esa es otra historia.
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Primer retrato oficial del rey Carlos III genera controversia
El palacio de Buckingham desveló el primer retrato oficial de Carlos III desde su coronación, con fondo rojo y la silueta del rey en uniforme del mismo color, pintado por el famoso artista británico Jonathan Yeo. La pintura muestra al soberano de frente, vestido con el uniforme de los Guardias galeses, regimiento del que es coronel desde 1975 y cuyo color rojo sirve de motivo para todo el cuadro.
Su autor, Jonathan Yeo es un artista británico reconocido por sus múltiples retratos de personalidades, como los exprimeros ministros Tony Blair y David Cameron, los actores y actrices Kevin Spacey, Nicole Kidman, Jude Law o la militante pakistaní Malala Yusafzai. Sin embargo, el cuadro del rey británico, de 75 años, ha generado críticas por su excesivo color rojizo que da cierto aura vampírico al monarca.
El artista ya ha pintado retratos de varios miembros de la familia real en el pasado, como Camilla antes de que se convirtiera en reina, o el príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II. El cuadro, de 2,6 metros por 2 metros, fue pedido en 2020 para conmemorar el 50º aniversario de la pertenencia de Carlos al gremio textil británico, una de las asociaciones de comerciantes históricos de Londres.
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El rey posó cuatro veces para el pintor, la última en noviembre de 2023, más de un año después de que hubiera subido al trono. A su proyecto inicial, Jonathan Yeo agregó finalmente una pequeña mariposa que vuela en torno a la espalda del soberano a petición de éste, para ilustrar “su pasión por la naturaleza y el medio ambiente”, dijo el artista en su discurso pronunciado con motivo de la presentación de su obra el martes en el palacio de Buckingham.
“Cuando empecé este proyecto, su Majestad el rey era aún el príncipe de Gales, y como la mariposa que pinté volando en torno a su espalda, el retrato evolucionó a medida que la función de su objeto avanzó en nuestra vida pública”, declaró el pintor en un comunicado.
“En este caso, mi objetivo era también hacer referencia a las tradiciones de retrato real, pero de una manera que refleja una monarquía del siglo XXI, y sobre todo, comunicar la profunda humanidad” del rey, agregó. El retrato será expuesto varias semanas en una galería londinense, antes de ir al Drapers’ Hall, sede de la Compañía de fabricantes de ropa en Londres.
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Camila elimina las pieles
La reina Camila prometió que dejará de adquirir prendas de piel para su guardarropa, informó la organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales). Esta organización británica de defensa de los animales señaló que recibió una carta del Palacio de Buckingham fechada el 15 de abril en ese sentido.
“En respuesta a su solicitud, puedo confirmar que Su Majestad no comprará nuevas prendas de piel”, dice la carta del palacio recibida por PETA, según un comunicado de esta organización. “Esto va acompañado de los más cálidos deseos de la reina”, agrega el texto. Contactado por AFP, el Palacio de Buckingham no hizo comentarios.
Camila sigue de esta forma los pasos de la reina Isabel II, la madre de su esposo Carlos III, quien dejó de comprar ropa nueva de piel en 2019. PETA aplaude el gesto de Camila “por ser una verdadera reina, al ponerse del lado del 95 % de los británicos que también se niegan a usar pieles”.
“Es correcto y apropiado que la monarquía refleje los valores británicos reconociendo que las pieles no tienen lugar en nuestra sociedad”, indica la organización. El rey es conocido por ser un defensor del medioambiente y del bienestar animal.
Sin embargo, Carlos III y Camila lucieron prendas de piel durante su coronación, el 6 de mayo de 2023, poniéndose las túnicas ceremoniales de Jorge VI e Isabel II, los dos anteriores reyes. Antes de la coronación, PETA se había ofrecido a proporcionar a Carlos III vestidos carentes de piel de forma gratuita.
Fuente: AFP.
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Un lustro de contar historias de manera diferente
Hoy domingo 14 de abril se cumplen exactamente cinco años de la primera edición de El Gran Domingo de La Nación, cuya misión ha sido volver a ese periodismo escrito que pueda reconciliarnos con un trabajo más descansado, sin ese ruido propio del trajín diario, de la vorágine informativa del día a día.
- Imágenes: Nicodemus Espinosa / Archivo
Un lustro atrás nacía un proyecto que se caracteriza por su constancia, variedad y agudeza, una propuesta periodística que busca darle al lector una narración más fresca con la exigencia de dotarle a cada nota de la perspectiva clásica del buen periodismo.
Hace cinco años, un proyecto que tenía como cabeza a la querida Marycruz Najle (†) veía la luz: El Gran Domingo, una propuesta que ya se ha posicionado en la actualidad dentro de la agenda editorial semanal y que hoy está de aniversario.
Una mirada retrospectiva de los cinco años de trabajo muestra variedad de temas, enfoques e intereses, que sin dudas convergen en la intención de ofrecer a los lectores la oportunidad de superar el breve contacto con el papel o la web para poder adentrarse al viejo ritual de la lectura de fin de semana.
UN HITO
Sin dudas la pandemia del covid-19 fue un hito para la historia de la humanidad y registró a fuego la cotidianeidad de la información dentro de los medios de comunicación del mundo. Por ello, también fue un tema constante dentro de las ediciones de este especial.
No obstante, más allá de ello, la mirada al retrovisor que muestra lo acontecido en el desarrollo de este proyecto observa que atrás quedaron temas e inquietudes recurrentes, búsquedas no obligadas que finalmente constituyen lo esencial de El Gran Domingo: en diversos formatos, como crónicas, reportajes y entrevistas, se ven una y otra vez publicaciones sobre historia, arte, ciencia, deporte y otras variadísimas ramas del conocimiento.
En este tiempo se hizo presente la labor de rescatar la historia para repensarla y redescubrirla, sea a través de lugares y episodios emblemáticos, sea por análisis de libros o con la participación de numerosos historiadores e intelectuales que dieron profundidad a cada material.
El Gran Domingo también en reiteradas veces se esforzó para poner en valor el trabajo de los artistas locales, sus producciones, historias y miradas. Así también, la cultura contemporánea pone en relieve al deporte, que es transversal a la narrativa cotidiana. Por ello, desde este especial desfilaron las estrellas paraguayas de las más diversas modalidades.
Y, finalmente, con la ciencia, desde la genética, la astronomía, la biología, la psicología, la informática y otras disciplinas, se buscó aportar perspectiva de análisis y ensanchar la labor divulgativa de investigaciones que vienen realizando profesionales paraguayos.
Personajes y acontecimientos que forman parte de la narrativa nacional se han puesto bajo la lupa de referentes de la historia en estos cinco años dentro de estas páginas. A continuación, rescatamos fragmentos de cinco notas que a través de la masiva reacción de los lectores han quedado como algunas de las más recordadas.
HISTORIA
“La trágica semana santa del 76″ (21-04-2020)
“En abril de 1976, el comisario Camilo Almada Morel se instala en la Delegación de Gobierno de Misiones con la orden de aniquilar la organización campesina. El ave negra de la represión y la muerte empezó a sobrevolar los ranchos campesinos con la complicidad de autoridades nacionales y regionales. En vano monseñor Ramón Bogarín golpeó las puertas de la misma Delegación de Gobierno. La orden de reprimir era del dictador.
Un reporte escalofriante del propio Almada a su mandamás, el sanguinario Pastor Coronel, mencionaba que fueron capturados 11 campesinos y que 6 habían sido ‘empaquetados’, una poco elusiva forma de decir que fueron ejecutados”.
DEPORTES
“Con el básquet en la sangre y el corazón de campeona. Entrevista a Paola Ferrari”.
(2-06-2019)
Hacia Francia se marchará en el mes de octubre próximo, una vez que finalice el Panamericano (Americup) de Lima, Perú, en el que participará con la selección paraguaya. El Nantes de Francia, su nuevo equipo, empieza la pretemporada en agosto, pero le dan permiso para defender a la selección de su país. Llegará con buen ritmo de competencia cuando se incorpore. Las razones para ir a Francia también son económicas: “Pagan mejor que en España, además tienen condiciones diferentes. Siempre entra en el debate que las mujeres ganamos menos que los hombres. Lastimosamente es así. Seguimos luchando por la igualdad. Depende mucho de la carrera deportiva que hayas tenido. En mi caso, llevo muchos años viviendo de esto y no me puedo quejar. Ojalá haya más igualdad”, dice Paola, que recuerda así el debate constante que se da entre las deportistas mujeres de cualquier disciplina.
ARTE
“Mi profesión es mentir”. Entrevista a Arnaldo André (26-01-2020)
Se lo recuerdo. Cuarenta y cinco años pasaron desde entonces. “¡Upa! (se ríe). ¿Por qué me lo recordás?”. Vuelve a reír. “Aquella novela me encontró después de haber hecho tres trabajos con Migré. Fue la primera vez que me tocó interpretar a un paraguayo y contar una historia que tenía que ver con una familia paraguaya que no era mi historia, pero… se parecía demasiado”. ¿En qué? “En que cuando me largué de Asunción a Buenos Aires vine solo y después llegó mi familia. Fue una gran experiencia porque Migré comenzó a escribir algunos guiones con algunas palabras en guaraní y, desde entonces, y en algunos casos hasta el día de hoy, muchos recuerdan cuando decía ‘rohayhu’ (te quiero). Fue muy importante para mí. ‘Piel Naranja’ es la novela que más quiero”.
SALUD
“Los héroes del IPS en la lucha contra el virus”. (6-09-2020)
“Una de las muchas historias tristes que les tocó vivir en IPS fue la internación, casi al mismo tiempo, de un matrimonio con covid positivo. Ambos fueron intubados en terapia intensiva. Uno de ellos falleció y su sobreviviente –al despertar de su coma inducido– preguntó por su cónyuge y el médico, con el alma hecha pedazos, debió contarle lo sucedido.
‘Esa persona que recibió la tremenda noticia estaba sola, en su cama de terapia, sin el abrazo y el consuelo característico de familiares. No le importó haber sobrevivido: ¡quedó con el alma destrozada! Lo único que pedía era salir de alta para visitar la tumba de su cónyuge. Son momentos muy duros. Y el personal de blanco está ahí, sigue peleándole a la muerte’, concluyó el doctor Ruiz Pérez”.
TURISMO Y NATURALEZA
“Mocito Isla: un santuario natural enclavado en los humedales del Ypoá” (9-07-2023)
Los principales guardianes de este prodigio de la naturaleza de unas 35 hectáreas son los intrincados y laberínticos caminos que pueden llegar a disuadir hasta al más osado de los aventureros. Tras no pocas dificultades, llegamos al fin cerca de las nueve de la mañana al lugar convenido, una casa de típico estilo kulata jovái cuyo patio posterior hace las veces de atracadero de botes. Una vez que arribamos al “puerto” ubicado en la compañía Caapucumí nos comunicamos con doña Claudelina Franco, encargada de las comunicaciones para la coordinación de las visitas a la isla, a fin de avisarle que ya habíamos llegado.
“Ohótama che ména penderekávo. Agaite oguaheta” (Ya se va mi marido a buscarles. Enseguida llega)”, nos dice del otro lado en una breve conversación entrecortada por interferencias en la señal. Pocos minutos después observamos a un hombre enjuto de avanzada edad y curtida piel morena que por las noches bien puede ser tomado por Caronte. Al tiempo que aparca mansamente el bote en el rústico muelle nos saluda con tono animado: “Mba’éichapa. Pejupi katu. Barco ko ýpe ojecarga porque nda’irruédai” (¿Qué tal? Suban. El barco se carga en el agua porque no tiene ruedas), nos invita don Catalino Franco largando una leve carcajada, quizá advirtiendo cierta renuencia de nuestra parte para abordar la pequeña embarcación.
MARYCRUZ Y MARIO RUBÉN
Estos años de El Gran Domingo sirvieron de oportunidad para que dos destacados trabajadores de la prensa local compartan con sus lectores sus últimas redacciones: Marycruz Najle y Mario Rubén Velázquez, de las mejores plumas del periodismo paraguayo, formaron parte central de este proyecto que al cumplir cinco años también les brinda un sentido homenaje.
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Pichu, Otto e Ismael: tres de los 8 millones de historias que hay en NYC
NYC puede ser categorizada como la ciudad de la multiculturalidad, de la interreligiosidad, del ecumenismo. En sus calles no tiene razón de ser saber quiénes son ni desde dónde llegan sus habitantes o quienes la transitan. Tal vez, siempre haya sido así.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista
- Desde Nueva York X: @RtrivasRivas
Esta ciudad, Río de Janeiro y Buenos Aires, entre otras, fueron, sobre fines del siglo XIX y comienzos del XX, tres destinos preferentes para quienes desde Europa huían de guerras, hambrunas, disputas religiosas, enfrentamientos entre criminales cartelizados, persecuciones policiales o por pertenecer a movimientos sociopolíticos con intereses encontrados.
Tiempos difíciles y revolucionarios, en el este de América. Pero el American way of life era parte relevante del sueño instalado –como sentido común– en quienes buscaban nuevas vidas o, al menos, cambiar en algo las que tenían. En el oeste ocurría algo parecido. Unos 5.000 asiáticos se asentaron en California. La llamada Fiebre del Oro y el ferrocarril eran polos de atracción para quienes procuraban dejar atrás vidas miserables. América era la promesa de trabajo que miles buscaban. No fue simple integrar tamaña diversidad cultural. Pero era estratégicamente necesario.
En aquel contexto, cuando un comerciante próspero, Asa Whitney, en 1845 propuso en el Capitolio que un tren corriera entre Nebraska y California a través de un tendido de casi 3.000 kilómetros para abaratar costos y tiempos en el transporte de mercaderías con perspectiva civilizatoria, el presidente Abraham Lincoln rubricó sin demoras y con esperanzadora mirada de largo plazo la ley que habilitó el comienzo de la iniciativa.
Dos empresas –Union Pacific, desde el Far West, y Central Pacific, desde el este elegante– se hicieron cargo de las obras. Migrantes irlandeses fueron los primeros obreros contratados. Las tareas eran muy duras y de alto peligro. Particularmente cuando la construcción demandaba el uso de explosivos de alto poder. Dinamita, nitroglicerina y, después de 1866, también el trinitrotolueno (TNT) que inventó Alfred Nobel. No pocos historiadores aseguran que por aquellas inquietantes razones los migrantes irlandeses comenzaron a exigir pagos muy onerosos para la mirada capitalista liberal de aquellos emprendedores. Cerca de 20.000 chinos ocuparon algunas de las posiciones laborales que quedaron vacantes.
ESCENARIOS
¿Cómo no recordar a “Kung fu” (David Carradine), el “Pequeño saltamontes” culturizado por el Maestro Kan (Philip Ahn)? O, si vuelvo la mirada hacia el sur de NYC –también de la mano del cine, de la tele o del streaming– por qué no pensar en la Pequeña Italia (Little Italy) de El Padrino, cuyas calles angostas recorría –de la mano de Francis Ford Coppola– don Vito Corleone (Marlon Brando) para comprar dos manzanas unos segundos antes de que intentaran asesinarlo. O, en Chinatown, en cuya compleja trama urbana Roman Polanski incrustó al detective privado Jack Gittes (Jack Nicholson) para protagonizar y vivir en un policial negro una sórdida historia de amor y de muerte con Evelyn Cross Mulwray (Faye Dunaway).
Pero, de todo aquello, hoy queda poco en el mundo real, aunque mucho –en tanto producción de sentido– existe en el recuerdo de cinéfilos cultores de ese tipo de producciones y visitantes ocasionales que buscan transitar mundos irreales en la actualidad. En la Pequeña Italia –muy reducida en su extensión de lo que fue un siglo atrás– solo un 4 % de sus residentes son italianos.
Desde unos pocos meses en el área lo más novedoso es la que ha sido formalmente nombrada como la Esquina de Charly García. Hasta ella peregrinan –hispanos, latinos y, entre ellos, especialmente argentinos– para hacer selfies en una de las locaciones donde se grabó “Fanky”, un videoclip histórico de Charly para el álbum “Cómo conseguir chicas”, en 1989, y para “Clics modernos”. Enorme trabajo grabado en la sala de Jimi Hendrix de Electric Lady Studios, en Greenwich Village. “No voy a parar / Yo no tengo dudas / No voy a bajar / Déjalo que suba / Por eso, no quiero parar / Ya no tengo dudas / No voy a bajar / Déjalo que suba...”, canturreaba Ariel Rodríguez, el piloto de La Bestia Cadillac Escalade V Bruta SUV, de Relier, cuando volvimos a su encuentro. Charly sonaba en el audio del vehículo con el que recorrimos cada rincón de NYC.
Antes que nosotros, por comentarios de colegas periodistas, algunos amigos y amigas supimos que Lionel Messi, Marc Anthony, Luis Miguel, Bad Bunny, Juan Luis Guerra, Ana Gabriel la Señora, Karol G, Daddy Yankee, Chayanne, Diego “Gambeta” Latorre y su esposa, la periodista Yaninna Latorre, también fueron guiados por Relier. “Afortunadamente, pude conocer a muchas personalidades en este trabajo”, respondió Ariel con enorme discreción. No confirmó ningún nombre y se excusó: “No puedo decir más. Tenemos un contrato de confidencialidad”. Comprensible. Levantó un poco el volumen para escuchar mejor a Charly. Está en todos los detalles.
El puente de Brooklyn, un par de noches atrás, lo cruzamos con Frank Sinatra. “Start spreading the news, / you’re leaving today, tell me, Frank / I want to be a part of it, New York, New York / Your vagabond shoes, they are longing to stray / And step around the heart of it, New York, New York…”. Inolvidable. Descendiente de migrantes italianos, hijo de Anthony Martin Sinatra y Natalina Garaventa, su vida en NYC es una gran historia en sí misma. Un par de historiadores me contaron días atrás que Frank, alguna vez, cuando muy joven, recibió un consejo de vida del mismísimo Carlos Gardel, a quien conoció en un estudio de grabación. Pero eso da para otra “Cierta historia incierta”.
MIGRANTES
Nueva York también son las historias de los migrantes que la habitaron, la habitan y, seguramente, la habitarán. Gastón “Pichu” Eguigorry y Octavio “Otto” Villella, dos migrantes argentinos, habitan suelo neoyorquino. No se conocían antes de llegar aquí cuando se iniciaban los 2000. Desde el comienzo del tercer milenio –lejos de casa– hicieron de todo. La vocación por el turismo era –y es– la mayor fortaleza para ambos. Pichu, antes de dejar atrás la Argentina, vivía en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Otto, en Mar del Plata. Lo conozco desde niño. Ambos tenían por entonces 19 años y fervorosos deseos de triunfar. Un conocido de ambos los instó a conocerse en 2012. Desde entonces unen esfuerzos y creatividad para ofrecer servicios de altísima gama a quienes visitan NYC. Sumaron clientes, necesidades y vocaciones. Construyeron un modelo de cooperación que redujo sus carencias, potenció sus deseos y relanzaron sus objetivos personales y empresarios.
Pichu y Otto explican que “desde hace algunos años manejamos la agenda de viajes de algunas de las familias más importantes del mundo”. Pichu precisa que “con ellas acumulamos kilómetros recorridos para satisfacer sus demandas y recordamos anécdotas divertidas que guardamos en nuestras memorias –no la contamos ante nadie– porque nuestra regla número uno es respetar la privacidad de nuestros clientes con los que, además, firmamos acuerdos de confidencialidad”. Otto recuerda que “cuando la pandemia con la Bestia, como llamas a nuestro Cadillac, hacía deliveries con compras de supermercado y Pichu abrió un kiosco. ¡Fantástico!, hoy que ya pasó. Y tuvimos buenos frutos. Para el Venue Stadium coordinamos las giras, entre otros, de Paul McCartney, Rammstein y Black Pink. De algo había que vivir”. Después de casi un cuarto de siglo de trabajo, Eguigorry destaca que “desde Nueva York –ciudad que nos apasiona– unos pocos meses atrás inauguramos oficinas en Barcelona y en 2022 facturamos unos 3 millones de dólares”. Historias de migrantes que, además, exhortaron a conocer a Ismael Alba, también rioplatense, a quien categorizaron como el Parrillero Mayor de Nueva York. Alba es casi una leyenda. “En 1978, cuando finalicé el servicio militar (que en la Argentina era obligatorio) me vine a Estados Unidos. Mi deseo, desde muchos años, era vivir en Nueva York. El cine, la tele, las notas que leía en los diarios, algunas escritas por Horacio Estol en Clarín me hacían desear esta ciudad. Por eso no lo dudé. Me vine con la decisión de estudiar y hacer de todo. Y así lo hice”.
CITA OBLIGADA
En el East Village, su nombre y el de su esposa, Karina de Marco, son asociados, siempre, con el restaurante Buenos Aires que fundaron tiempo atrás. No solo los rioplatenses buscan la hospitalidad y buena gastronomía que ofrecen a cada momento. Ricos y famosos no dejan de pasar por allí cuando llegan a NYC. Tampoco periodistas, cantantes de todos los géneros, directores de cine, escritores, empresarios, políticos, banqueros, artistas plásticos, diplomáticos, deportistas. Es como una cita obligada. Los relatos de Ismael con los grandes del espectáculo y del fútbol son fantásticos. Su espontaneidad y simpatía salpimientan las sobremesas. Entre sus colaboradores, “Eduardo, pero todos me dicen el Mariachi”; “Patricio, chileno, aunque me llaman Pato”; y, Valentina, recepcionista, exhabitante de Nordelta y prolija guía de quienes llegamos hasta allí, son esenciales.
“La próxima visita procure que sea un viernes o sábado, venga después de las 22:30″, me sugiere el Mariachi con tono de invitación. Me sorprende. En NYC se suele cenar no mucho más allá de las 18:30. En invierno, minutos después de las 16:30 es noche cerrada. Solo 9 horas de cada día brilla el sol. “Después de la cena, en la parte de atrás del salón, es habitual que con guitarras cantemos junto con nuestros comensales hasta bastante tarde”. Me comprometo para hacerlo “pronto”.
Ismael se acerca a nuestra mesa. No es necesario preguntarle. Entre camisetas de fútbol, cientos de fotos, banderines y recuerdos múltiples, se destaca una imagen del papa Francisco. “Cocinamos para él en 2015″. ¿Cómo fue? El pontífice llegó a la sede de las Naciones Unidas (ONU) y se dirigió al pleno el 25 de setiembre de aquel año. Si bien el Estado Vaticano solo tiene estatus de observador en esa organización, el papa argentino adhirió a los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) que los 193 Estados miembros asumieron como propia. “La adopción de la Agenda 2030 en la Cumbre mundial que iniciará hoy mismo es una importante señal de esperanza”, dijo el líder de la Iglesia católica.
En su lugar de alojamiento –la Nunciatura Apostólica– Ismael preparó el menú papal. “Los pollos estaban muy ricos, dijo el papa cuando finalizó la cena”. Ríe. “Te aseguro que cuando desde la Nunciatura y la ONU me buscaron para que cocinara para el santo padre, primero creí que era una broma y luego,cuando todo quedó claro, me emocioné como nunca en mi vida”. Sus ojos enrojecen. “El compromiso fue que el menú fuera bajo en grasas. Por esa razón propusimos empanadas de carne, pollo a las brasas como plato principal y, para el postre, budín de pan. Unos bodegueros argentinos aportaron tres cajas de vino Malbec”, recuerda el Parrillero Mayor de Nueva York.
Escuchábamos en silencio. “Pero para asar el pollo, por una cuestión de espacio, en una semana, hubo que fabricar una parrilla desarmable porque la que teníamos era imposible ingresarla en la Nunciatura”, precisa y sonríe. “El herrero Horacio Salinas, que vive en Queens, al que le encargué fabricarla, se negó a entregar su trabajo en una semana. Para persuadirlo de la urgencia, tuve que quebrar el pacto de confidencialidad que asumí con los organizadores ‘por razones de seguridad’. Rompí el secreto. Le dije a Salinas que era para cocinar para el papa. El argumento fue contundente. La parrilla estuvo lista para estrenar ese mismo día y poner sobre ella los alimentos que preparamos durante dos días. Fue increíble. Inolvidable”.
CALIDEZ HUMANA
¿Cómo recuerdas a Francisco? Ismael mira hacia el cielo. Claramente piensa cada palabra que dirá. Seguramente, quiere ser preciso. “Es un santo. Emana calidez humana”. Silencio. Sus ojos miran a ninguna parte. Respira profundo.
“Aquel día estaba tan emocionado y agradecido con la vida que me permitió cocinar para el papa que, instintivamente, lo abracé. Me equivoqué. No debí hacerlo. Sus custodios me bajaron la mano. Fueron discretos, pero Francisco se dio cuenta. Sonrió. Me miró con extrema bondad, comprendió y me dijo ‘el papa no muerde, abrázame”. Luego, bendijo la bandera argentina que llevé conmigo y volvió a sonreír”.
Es el momento de dejar esta ciudad. Una frase vuelve a mi memoria. “Hay ocho millones de historias en Nueva York”, dijo alguna vez en off el productor Mark Hellinger en el inicio del film “Naked city” que dirigió Jules Dassin. Parafraseándolo, las de Pichu, Otto e Ismael, tres rioplatenses migrantes, solo han sido tres de ellas.