Es una de las decisiones más bochornosas de la era amateur del fútbol paraguayo. En 1929 la Liga Paraguaya en un insólito fallo hizo campeón de la Intermedia a Presidente Hayes, pese a perder la final ante el equipo de la Compañía Americana de Luz y Tracción (CALT) ¿Excusa? La CALT no tenía cancha propia. Esta es la intrahistoria.

  • Por Gonzalo Cáceres
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Los datos revelados por la base de datos de la Rec. Sport. Soccer Sta­tistics Foundation (RSSSF) indican que en 1929 la Divi­sión Intermedia contó con una cantidad récord de 16 equipos. Entre los nuevos, en una suerte de representación del gremio, estaba el equipo de “los elec­tricistas”. El campeonato fue tan reñido que desembocó en una finalísima entre los “elec­tricistas” y los “yankees” de Presidente Hayes.

El recinto que posterior­mente sería conocido como de los Defensores del Chaco presentó un lleno total en la definición, colmado de tal manera que el público se aglutinó hasta por el borde de la cancha aquel domingo por la mañana, según des­cribe la obra de Miguel Ángel Bestard “80 años de fútbol en Paraguay”.

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CALT derrotó 3-1 a Presidente Hayes sin muchos problemas, por segunda vez un debutante (el primero fue Sastre Sports) lograba semejante hazaña. Sin embargo, en un sorprendente giro, la matriz decidió hacer campeón al equipo perdedor porque CALT no contaba con cancha dentro del perímetro de la capital; es más, los “elec­tricistas” ni siquiera tenían campo propio.

De igual forma logró su ascenso al círculo de honor junto con Presidente Hayes, Universo y Presidente Alvear. La Liga Paraguaya tuvo la intención de ensanchar su campeonato principal con 14 equipos.

En 1931 no se previó descenso y en 1932 ya sonaron los caño­nes en el Chaco. En 1935 se desvirtuó el descenso (ese año la CALT jugó el Campeonato de la victoria) y no se volvió a contemplar hasta 1949. Sí hubo justicia para CALT, pero después de ocho años, cuando finalmente fue reconocido como campeón de 1929.

UN NOMBRE PARA HACER HISTORIA

Pero no era todo para este peculiar equipo de discreta participación en Primera.

En 1936 pasó a denominarse Atlético Corrales, así queda­ría en la historia. Fue el único capaz de ganarle a Olimpia esa temporada; el Decano sería campeón con 10 victorias, 1 empate y 1 derrota.

LA GIRA

Y en 1939 escribió el capí­tulo más notable de su epo­peya. Presidido por Tomás Dígalo, Atlético Corrales se fue de gira por un año; visitó Buenos Aires (llegó en barco), Mendoza, Valparaíso y San­tiago de Chile (viaje en tren) y en la capital chilena tomó el buque “Princesa del Pací­fico”, que le dejó en Panamá. Fue en este lapso donde visi­taron México, El Salvador, Cuba, Colombia, entre otros países de la región, que Atlé­tico Corrales se convirtió en el primer equipo paraguayo en viajar en avión. Regre­saron a Asunción en abril de 1940 tras 380 días en el exterior.

SU DESTINO

La obra de Bestard detalla lo siguiente: “En 1940, Atlético Corrales, exhausto, quedó en cuarto puesto. En 1941, ocupó el último lugar, y sola­mente para él cayó implaca­ble la ley del descenso, que no se cumplía desde 1930 y que no habría de cumplirse sino recién en 1949. En casi veinte años, solo una vez se aplicó el reglamento, y fue para sacrifi­car a Atlético Corrales”.

El detalle gira en torno a que el 11 de agosto de 1948 el Estado nacionalizó la Compa­ñía Americana de Luz y Trac­ción con lo que pasó a llamarse Empresa Nacional de Electri­cidad y Tranvía, seis meses después nació la institución que hasta hoy conocemos como Administración Nacio­nal de Electricidad (ANDE). Este hecho habría derivado en todos los intentos por desvir­tuarle del círculo de Primera al ser considerado un equipo estatal.

Corrales, heredero de la CALT, obedeció a su fortuna, se presentó en un par de com­promiso y poco tiempo des­pués desertó del campeonato de la Intermedia. Quedó debi­litado por la salida de sus figu­ras y principales dirigentes, así selló el rumbo inexorable hacia su disolución.

A ningún otro representativo de estas tierras le tocó pasar por aquella singular situación, tampoco se volvería a reali­zar una gira de esta magnitud.

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