Adele es ahora la felicidad y luce espectacular, además de volver a cantar. La princesa Mako de Japón se casa por fin el 26 y lo deja todo por amor. Zendaya y Chalamet son los nuevos “reyes” de Hollywood. Angelina fue con sus hijos al estreno y Salma llevó a Valentina. Los Gates en la boda de su hija con un jinete egipcio que fue el summum del buen gusto.

Todos hablan de su cambio impactante en el físico, sin perder las curvas. Ella dice que adelgazó más de 30 kilos con una dieta balanceada, pero que se convirtió, sobre todo, en una fan del ejerci­cio que entrena por lo menos 2 a 3 veces por día. Pesas, cardio y pilates. Se hizo “adicta” al ejercicio para dejar de serlo a una relación con su ahora ex esposo Simón en la que se sentía infeliz, triste y deprimida.

Luego de varios años en esos menesteres, se separó, peleó por el dinero que él le exigía y por cuidar a su hijo Angelo a quien le pide perdón por haberlo llevado desde Gran Bretaña a vivir a Los Ángeles en busca de más “sol, verde y luz” para alejarlo del gris y quiere que él comprenda que la separación fue por su bien aunque no lo parezca y haya tenido que pagar a su ex marido una fortuna de la que no se arrepiente. También buscó la luz en su garganta y ahora es noticia mundial porque sacó “Easy on Me” el primer single en 6 largos años de ausencia y rompió todos el récord de Spotify con casi 20 millones de reproducciones en un día.

Ahora, sonríe desde las portadas de Vogue británicas y de EEUU vestida de Alta Costura y espléndida por su relación con el empresa­rio de jugadores de la NBA Rich Paul, con quien dice volvió a sonreír. “Sé lo que quiero y realmente sé lo que no quiero. Yo amo estar cerca de él”, dijo en Vogue. El próximo 19 de noviembre saldrá a la venta su nuevo álbum “30″ inspirado en su divorcio y se espera que sea todo un éxito comercial como lo fueron sus anteriores álbumes “21″ y “25″. Los críticos han reconocido que la voz de Adele seguramente nunca ha sonado mejor. Algunos han comparado Easy on Me con Hometown Glory, la balada de piano destacada de su álbum debut del 2008 “219″, y está claro que la voz de Adele solo se está volviendo más segura y madura.

La bella princesa de Japón, Mako, que cumplió ayer 30 años, hija del príncipe here­dero Akishino y que ha visi­tado hace un tiempo al Para­guay, ahora se encuentra a las puertas del comienzo de su propia historia de amor que bien puede ser objeto de una serie de Netflix, sobre todos los obstáculos que ha debido superar para lograr casarse pasado mañana, 26 de octu­bre, en una ceremonia “no tra­dicional” debido a que para poder contraer matrimonio con su novio desde hace bas­tante años, Kei Komuro (30) con quien se ha reencontrado en Japón luego de dos años sin verse.

El joven es un abo­gado con el que ha atravesado el turbulento mar del rechazo familiar y la rigidez de una casa real que, al contrario de otras, permanece inflexible en la era moderna. Akishino es heredero del trono, ya que el actual, su hermano Naruhito, no ha tenido hijos varones y su esposa, la ahora emperatriz Masako, una mujer brillante y profesional, luego de ser madre de una niña y por presiones consideradas “demasiado duras” de la Corte, se ha sumido en una depresión que lleva décadas y sufre altibajos. Mako decidió romper con todo para salvar su derecho a vivir una vida normal y ha sido obligada a renunciar a su condición de alteza real, al dinero que le corresponde anualmente y a sus joyas. También ha elegido irse a vivir a los Estados Unidos con su esposo que trabaja como abogado allí.

La lucha ha sido larga y difícil contra esa inflexible maquinaria de la Corte que le ha costado la salud mental a la actual emperatriz e inclusive a las otras princesas de la familia real. Mako ha decidido y deja atrás una imagen impecable de haber contribuido con profesionalidad y mucha dedicación sus compro­misos como parte de esa familia. La revista Hola, que recoge las noticias de las monarquías, relata que la princesa ha recibido con mucha alegría, a principios de octubre, la condecoración del Gobierno de Paraguay de la Gran Cruz Extraordinaria de la Orden Nacional del Mérito por su implicación y sus visitas para la buena marcha de las relaciones entre el país del sol naciente y el sudamericano. Una caricia de reconocimiento antes de su partida. Ojalá sean felices, es lo que piensan y dicen los que la aman.

Uno de los estrenos que acaparan la atención es de la película “Dune”, que ha conseguido unir el talento de dos jóvenes y atractivos actores Zendaya y Timotheé Chalamet. Un mes después de su estreno en Europa se dieron los primeros pasos en los Estados Unidos y el vier­nes pasado se estrenó en los cines y luego de todos los trastornos producidos por la pandemia y sobre todo por la filtración de una copia pirata y el estreno, un día antes de llegar a los cines, en la plataforma HBO Max. Dos protagonistas aparecie­ron luciendo espléndidos en la alfombra roja. Zendaya y Timothé representan a la nueva generación de jóvenes artistas y también entre los más citados a la hora de des­tacar los looks y estilo. Timo­theé ha trabajado en “Call Me By Your Name” y “Mujer­citas”, mientras que Zen­daya fue toda una acróbata en “The Greatest Showman” y ahora encarna a Mary Jane en las películas de “Spider­man”. Los dos han posado para portadas de revistas, sesiones fotográficas y otros espacios relacionados con la moda y el cine. Ella es una presencia constante en las Semanas de la Moda en Europa y también en EEUU. La película muestra un futuro de la humanidad y la lucha por la supervivencia entre humanos y demás habitan­tes del Universo. Mientras, posan en cada alfombra roja luciendo estilos de grandes diseñadores. ¿Nuevos reyes de Hollywood?

El estreno de “Eternals”, la película de superhéroes basada en el cómic de Marvel del mismo nombre, que se estrenará mun­dialmente el 5 de noviembre, protagoni­zada por Angelina Jolie con Richard Mad­den, Kit Harington, Don Lee, Salma Hayek, Gemma Chan y Lauren Ridloff, se convirtió en una “salida familiar”.

Cinco de sus seis hijos de Angelina posaron con ella, vestida por Oscar Gtres con un traje verde oliva, drapeado con accesorios dorados, zapatos, pulseras, aros y un detalle metálico dorado que brillaba sobre sus labios y cabello suelto, potente mirada gatuna. Maddox (20) de negro y con zapatillas deporti­vas; Zahara (16), que llevó feliz el vestido de Elie Saab que su mamá se puso en los Oscar del 2014; Shiloh (15), con un ves­tido tostado irregular y los gemelos de 13 Vivienne, con vestido boho corto y Knox, de oscuro.

Solo faltó Pax que no pudo ir por compromisos de estudios. ¿Quién hizo lo mismo? Salma Hayek, que acudió acompañada de su hija Valentina Paloma Pinault, casi una estrella de la moda, y una señorita vestida por alguna de las múlti­ples firmas de la que su padre Bernard Pin­ault es dueño: Gucci, etc. etc.

Se podría definir como la gran boda del año y el despliegue de buen gusto y también de cuidados de los casi 300 invitados para evitar el contagio de covid fueron memorables. Así fue definida en todos los medios del mundo la boda de Jennifer Gates, la mayor de los tres hijos de Bill y Melinda, Gates, que compartieron la boda de su primogénita y publi­caron –cada uno por separado– las imágenes con mensajes emotivos. En la espectacu­lar finca de la novia, en North Salem, estado de Nueva York, regalo de sus padres en el 2018 a Jennifer para la cría y el entrenamiento de sus numerosos caballos, se realizó la boda que los presentes calificaron del summum del buen gusto. Jennifer, que es bióloga y estudia medicina, conoció a su actual esposo Nayel Nassar en Stanford, donde él estu­diaba Economía y ella Biología. Él es jinete olímpico y comparten esa pasión que también ella lleva desde niña junto con sus estudios ahora de la segunda carrera en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai en Nueva York.

Nayel, que se crió en Kuwait, participó en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio representando a Egipto. Además, tiene un nego­cio de entrenamiento y venta de caballos en San Diego. Para celebrar la doble ceremonia, musulmana y civil en la magnífica, Jennifer llevó un modelo de Vera Wang, la típica casa de novias norteamericanas, de encaje con mangas largas y largo velo y otro diseño para la fiesta posterior y baile en tono marfil de la misma diseñadora. Melinda, la madre de la novia, lució un traje en tonos bordeaux. La deco estuvo a cargo de los mejores organizado­res. Se construyeron pabellones acristalados para los invitados y la comida estuvo servida de Gallucci’s del che Fleischman y la torta de la casa Ladurée de París, la más top y tam­bién se inundaron de flores todos los senderos y espacios. Para animar la fiesta actuaron en vivo la banda Coldplay y otros músicos reconocidos. Toda la puesta en escena estuvo a cargo de la famosísima weddin planner Marcy Blum.