La empresaria Mary Llorens, considerada la mayor productora bovina del país, asegura que el campo fue el sector que sostuvo a Paraguay en este tiempo de la pandemia. En esta charla con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN, Llorens, que también es una reconocida rescatista de animales, habla de sus proyectos como el futuro frigorífico Chajhá y de las ventajas que tiene Paraguay para seguir creciendo.

  • Fotos: NADIA MONGES

Augusto dos Santos (ADS): ¿La suiza itálica debió ser como los parajes de Heidi, aunque eso era más hacia Austria, pero de esa belleza era su niñez, ¿verdad?

–Mi niñez fue muy feliz; ade­más, yo nací mujer prema­tura en una familia donde en generaciones había sola­mente varones. Fui la reina y consentida en todo. Enton­ces, bueno. Suiza, como saben, tiene cuatro idiomas: alemán, francés, italiano y el roman­che. El romanche es como un conjunto de los tres idio­mas, que habla ya un grupo muy pequeño. Fue una niñez y juventud hermosa. Since­ramente tengo solamente buenos recuerdos. Mi mamá era muy dura, muy firme, mi abuela paterna también. Mi papá me hizo crecer con todo el respeto, con educación, honestidad y la transparencia. Mis padres lastimosamente ya me dejaron, tengo una her­mana y una sobrina que viven, yo quiero irme, pero no puedo. Yo me puse la vacuna Astraze­neca y creo que está teniendo problemas en Europa por el momento, pero vamos a ver.

–ADS: ¿En qué momento Paraguay figura en su vida?

–Mi sueño era ir a México. Porque México es una nación con mucha historia, desde los aztecas.

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–ADS: Con mucho color, comidas.

–Con mucho todo. Era mi sueño. Pero le conocí a mi marido, que era un francés, lo conocí en Lugano. Y yo no sabía que él tenía una tierra en Paraguay. Nos casamos en 1982 y vinimos por pri­mera vez a Paraguay en 1985 o 1986 porque él quería ven­der su tierra. Porque venía acá cada tanto, pero tenía muchos problemas con mantener esa propiedad, que tenía admi­nistradores franceses, uno peor que otro. Estaba decep­cionado y creo que pensó que era su error más grande del país. Entonces en el 86 con­siguió alguien que le pueda comprar esa propiedad y dijo para venir a Paraguay. Cuando me bajé del aeropuerto, en ese momento dije “nosotros de acá nunca vamos a irnos más”. Imaginate que cuando fuimos al campo, recordé lo de mi infancia. Porque mis papás tenían campo, tenían agricul­tura y vacas. Antes de caminar ya estaba encima de un caba­llo yo. Por eso fue que cuando vi acá para mí fue el paraíso terrenal.

–ADS: ¿Cómo fue esa etapa de hacer germinar uno de los emprendimien­tos pecuarios más impor­tantes de Paraguay al día de hoy?

–Cuando mi marido me dejó, en el 2000, pero desde 1986 hasta ese año yo venía tres o cuatro veces al campo porque llevaba la administración de todo. Por eso fue que conocía el campo, andaba con los hom­bres, me iba al corral, andaba a caballo. Mis vecinos me mira­ban todos, como diciendo “acá se va una loca a caballo” por­que las mujeres no andan en caballo acá, decían. Y yo decía, bueno, respeto a todos, pero no es mi vida. Entonces yo decía que esta era mi vida. Y me encantó el campo. Cuando sucede la tragedia (la muerte de su marido en un accidente aéreo) teníamos 30 mil cabe­zas de ganado en Tacuatí y en el Chaco ya se tenía el frigorí­fico. Como yo ya conocía todo, llevaba la administración de todo, entonces decidí de que vamos a seguir con todos mis colaboradores, sobre todo con el frigorífico, que es una carga muy pesada. Y continué, sobre todo el trabajo del frigorífico, porque el campo no era tanto. Por suerte había elegido a un buen gerente, que va a conti­nuar con nosotros en el nuevo frigorífico Chajhá, Roberto Blumenfeld, un excelente pro­fesional y levantamos, siendo que fue el primero de Para­guay en sus características.

–ADS: Nadie duda de que su emprendimiento es de lo más importante que se tiene en el país, hablo del emprendimiento pecuario, ganadero e industrial. Pero tuvo que pasar por lo menos por momentos traumáticos y esos episodios que vinie­ron después. ¿Quisiera hablar de eso?

–Eso fue un drama porque era un día de fiesta, creo que Día de los Reyes, que celebra­mos con todos los niños. Está­bamos ahí viendo que la tra­gedia llegó. Aún no sabemos bien quién pilotaba, porque la punta del ala tocó el tensor de la antena de la radio. Sin­ceramente no se sabe, por­que el ultraliviano, que fue comprado en Francia y mon­tado acá por los expertos, no era casero ni nada, tenía dos mandos. Hasta ahora no sabe­mos por qué pasaron por ahí, quizás para saludar a la gente que estaba ahí abajo. Fue un drama que nunca olvidaré en mi vida. Y de ahí, bueno, vinie­ron otros dramas, que fue todo público, lógicamente. Me cul­paron de cualquier cosa, por Dios.

–ADS: Terminó fortale­ciéndola.

–Y como yo tengo luego un carácter muy fuerte, eso me ayudó a fortalecerme más. Y también para ir teniendo tro­piezos con gente no honesta en mi camino, como esta famosa historia de los cheques, todo el mundo sabe cómo ahí tam­bién hubo gente que trató de engañarme. Todo eso me for­taleció.

–ADS: Para salir de todos esos hechos, ¿se ha encon­trado ya dentro de su tiempo como empresaria, la actitud de hombres que por ser mujer la creen menos competitiva?

–Al inicio me miraban como diciendo “esta gringa qué va a venir a decir acá en el campo”. Pero después tengo que decir que empezaron a respetarme. Porque ellos no me cono­cían. Ellos no sabían que yo antes del 2000 ya conocía el campo, que ya conocía esa vida. Entonces cuando en el 2000 en adelante, empezamos a crecer con el ganado, fui a la Argentina a importar gené­tica de primera para enrique­cer nuestro hato ganadero. Y funcionó. Me pusieron des­pués como presidenta de la Cámara de la Carne, viajando con la carne paraguaya a todo el mundo. Como presidenta de la carne trabajé con todos los entes del Estado. Muchas per­sonas no comprenden que sin el Estado no podemos hacer nada. Estamos cada uno en su trabajo, cada uno tiene su rol. Tenemos que compaginarnos, hablarnos para crecer. Enton­ces empezamos a mostrar el mundo nuestro producto, primero con Frigomer, gol­peando todas las puertas posi­bles del mundo. Con Rediex habíamos hecho un plan, que la meta era llegar para el 2008 a 400 millones de dólares de exportación. Porque en el 2002 a 2003 exportábamos por 30 a 40 millones de dóla­res. Pero llegamos a exportar por 800 millones. Entonces hay que decir que nuestro pro­ducto fue valorado y cada día es más valorado, porque hay que decir que nosotros tene­mos una carne natural.

–ADS: ¿Es difícil ser mujer y exitosa, y de qué factores depende eso en un mundo esencialmente machista?

–Creo que con respeto mos­trando lo que uno sabe hacer. Sobre todo nunca bajar los brazos. Porque el machismo existe en el mundo entero, en algunos países más y en otros menos. El hombre general­mente le ve a la mujer como que tiene que estar en la casa, que finalmente es el pilar de la casa, porque allí crecen los hijos, ayuda al marido, hace todo lo que tiene que hacer, y muchas veces ese es un tra­bajo. Yo veo a la sufrida mujer del campo, porque sincera­mente no es fácil. La mujer de la ciudad es otra cosa. Pero le digo a la mujer que tiene ganas, que quiere hacer las cosas, hay que demostrar lo que podemos hacer con hechos. Hoy día, contrariamente a lo que era 20 a 30 años atrás, el mundo también cambió. La mujer tomó más posición. Pero se tiene que compene­trar más en la agricultura, en la ganadería, en todos los sec­tores.

–ADS: El ojo del amo engorda el ganado. ¿Eso sigue funcionando?

–Sigue funcionando, pero qué pasa. Hablo por mí. Yo no puedo estar en Asunción haciendo otras cosas y tam­bién estar en el campo. Enton­ces tenemos que confiar en la persona que está trabajando. Es una empresa que sin el valor humano, la empresa nunca va a funcionar. Yo puedo saber hacer muchas cosas, pero no puedo hacerlo sola. Entonces tenemos nues­tro factor humano que no tiene valor. Porque sincera­mente hay que tratarlo con respeto y desde mi posición, que sea el que limpia el patio, o el veterinario jefe, todas las personas requieren respeto, consideración y que se sientan dignos del trabajo que hacen. Y que cada uno busca pro­gresar. Porque el que limpia el patio puede llegar a ser capa­taz, hablando en el campo. O puede también estudiar, por­que hoy día hay más posibili­dades.

–ADS: Desde los 80 cuando empezó hasta hoy, ¿cómo evolucionaron los colabo­radores en términos de for­mación en el sector?

–Hay mucha gente que quiere progresar y progresar. Y hay otros que solo reclaman y no hacen nada para progresar. ¿Qué sector fue el que man­tuvo a Paraguay en esta pan­demia, digamos bendecido? El campo. La agroganadería, no hay de otra. Porque la gente no comprará un zapato, pero comida siempre va a comprar. Por eso el sector que mantuvo a Paraguay fue el campo, por­que el campo es transversal.

–ADS: ¿Usted ve un cambio generacional de los proyec­tos, de los trabajos?

–Sí, veo jóvenes con muchas ganas, que quieren continuar lo de sus padres. Y hay muchas mujeres también. La mujer está incursionando también en la agricultura, en la gana­dería.

–ADS: ¿Cómo ve al Para­guay en los próximos 5 a 10 años en materia ganadera?

–Yo veo un Paraguay que sola­mente puede crecer. Hay que aumentar el hato ganadero, eso sí porque en estos dos años también se faenaron muchas hembras y ella es la produc­tiva. Tiene que crecer el hato ganadero para conquistar nuevos mercados. Yo veo un Paraguay que solamente puede crecer porque tenemos todo. Tenemos 7 millones de habitantes. Necesitamos más industrias que transformen nuestro producto primario. Nosotros compramos el pro­ducto terminado. ¿Entonces por qué no producimos acá? ¿Por qué no hay más indus­trias? Tenemos que hacer nue­vos esfuerzos para que la gente venga a invertir.

–ADS: Se viene el frigorí­fico Chajhá, háblenos de eso, por favor.

–Vendí Frigomer en el 2012 porque me había cansado la sanidad animal. Mucha gente no comprende que el frigorí­fico tiene 15 a 20 días para pagarle al ganadero. Des­pués, el resto, y lo compra de afuera, se paga en 90 o 120 días. Entonces tiene que tener un capital fluctuante muy alto. Cuando uno tiene con­tenedores que se van, se viene una alerta de enfermedad, hay que cuidar todo eso. Hasta el 2011 más o menos muchos no entendían que la sanidad ani­mal es entrada de divisas para el que tiene animal también. Y entonces muchos no vacu­naban.

–ADS: ¿Hoy día hay más conciencia?

–Sí, mucha más. La gente se dedica y Senacsa trabaja fuerte. Y el ganadero tam­bién se vuelve consciente. Está acompañado también por el Ministerio de Agri­cultura, y debo felicitar al ministro Moisés Bertoni por eso, porque el ministerio está acompañando a los pequeños productores y eso es bueno, porque se sabe que una vaca es suficiente para contagiar a miles. Entonces hay que acompañar al pequeño pro­ductor, ayudarlo, que pueda crecer. Por eso fue que vendí mi frigorífico.

–ADS: ¿Y cómo se viene este nuevo frigorífico?

–Bueno, ya no quería saber nada de frigorífico, hasta que mi amigo Horacio Cartes, ex presidente de Paraguay, con quien nos conocemos desde que llegué a Paraguay con mi finado marido, me lleva de nuevo en esta aventura del fri­gorífico. Y hoy nos encontra­mos como socios de este nuevo proyecto frigorífico Chajhá.

–ADS: Es desafiante el volu­men de este nuevo empren­dimiento.

–Sí, por dos motivos. Uno, por­que va a desarrollar el lugar, en Remansito, Chaco’i, donde ya hay varios proyectos y nosotros ahí estamos, vamos a dar mucho trabajo. Para iniciar, 600 personas, pero se puede ampliar hasta una faena de 2.000 animales por día. Por eso es que tenemos que ir creciendo el hato ganadero. Lógicamente la competencia es muy buena, pero después el cliente es el que tiene que ele­gir. Todos están muy compe­titivos en el precio.

–ADS: ¿El mercado cómo está a nivel mundial?

–Tenemos más de 60 merca­dos abiertos, pero hay otros mercados donde no se vende porque el precio no da. Nues­tros mercados primarios son Rusia, Chile, Israel. Pero tene­mos que abrir más mercados. Taiwán es un excelente mer­cado que entró, que va a entrar también con compra de carne porcina. Estamos expectante de que abra Estados Unidos.

–ADS: Que es el mercado soñado.

–Sí, pero hay que bajar los decibeles también. Por­que mucha gente pensó que vamos a vender todos, pero no es así. Porque hay cuotas que pueden entrar en los paí­ses del mundo. Estados Uni­dos no sabemos qué cuota nos va a dar. Entonces, lo impor­tante es tener el pasaporte de Estados Unidos, porque así nos abrirá toda la parte de Centroamérica, incluyendo México, Canadá y todo el mer­cado asiático. Y esa es una entrada a muchos otros mer­cados donde podemos vender nuestros productos. Porque nosotros en China continen­tal será difícil que entremos, pero como hay otros países que están vendiendo a China continental y nosotros pode­mos tomar el lugar de ellos. Y que nuestro producto tenga un precio correcto para nues­tra carne, que tiene una gené­tica para no envidiar a nadie.

–ADS: ¿Cómo empezó eso?

–Yo importé brangus de Argentina y cuando la gente vio que eso funcionaba, se animó. Debo decir que Vida­dolce tiene una excelente genética. Tengo un laborato­rio genético, siempre conec­tado con Alemania, de donde viene toda la maquinaria, y esa es lo que va eligiendo como esperma buena del toro, o lo que hay que descar­tar, va diciendo el porcentaje de pureza, etc.

–ADS: Estuvimos viendo lo que pasaba en Argentina en la relación entre el gobierno y el campo. ¿Es fundamen­tal que exista equilibrio en esa relación?

–Bueno, nosotros gracias a Argentina empezamos a cre­cer, y no es justo lo que está pasando. Porque el animal con una genética para expor­tar no se hace en una semana o un mes, lleva años, mínimo dos años. Entonces destruir el campo, la agricultura, no da. Creo que tenemos que tener competencia. A nosotros nos compra Brasil, Argentina no nos compra nada. Con el tra­tado del Mercosur también hay que ver qué podemos hacer, tenemos que estar uni­dos y no cada uno por su lado.

–ADS: ¿Chile sigue siendo importante?

–Es un mercado muy impor­tante, siempre tuvo confianza en Paraguay. Tengo que decir que el servicio sanitario chileno es muy duro y muy correcto.

–ADS: ¿Cuáles son sus ocupaciones fuera de la empresa, hay tiempo?

–Y no tanto, pero estoy con los caballos que estamos traba­jando, con los animales que recuperamos. Con las masco­tas. Y ahí entra mucha gente que me dice “qué hipócrita que sos” porque faenamos vacas –o vamos a faenar con este nuevo proyecto– y, por otro lado, rescato mascotas. Entonces quiere decir que ¿yo no puedo rescatar mascotas por el trabajo que tengo? Yo necesito ganar dinero para hacer los rescates que hago, de lo contrario no podría. Yo empecé a comprar caballos, a rescatar, desde el 2011 o 2012, y de ahí surgió la idea de tener la fundación Marys Llorens para proteger a los animales y rescatar a mascotas.

–ADS: Hay otra pasión de su parte que es el ovino tam­bién, ¿no?

–Me encantan todos los ani­males, sí. Pero la parte ovina es un rubro que hablamos jus­tamente con Horacio Cartes. Mi sueño es, a ver, compré un terreno hace 15 años, y no había ovejas. En el nuevo fri­gorífico seguramente se va a hacer una parte para fae­nar las ovejas. Porque la cría de ovejas puede dar trabajo a mucha otra gente, porque el campo para poner ganado vacuno cuesta caro, porque la tierra no da. Pero para la oveja sí da, porque come un pasto cortito y su carne es muy requerida.

–ADS: ¿Qué mercados tiene la carne de oveja?

–Todo el mundo. Miren un poco a Nueva Zelanda, se hizo rica con la carne de oveja. Entonces ya estamos traba­jando con las asociaciones, queremos ir adelante, esta­mos hablando con el minis­tro Bertoni para ver de ayudar a la gente, para capacitarles. El mundo nos está esperando y hay que ir a conquistarlo, por­que nos está esperando.

–ADS: ¿La persona que produce la mejor carne de Paraguay cómo se lleva con la cocina?

–Cocino muy bien, con poquí­sima carne. Cocina italiana, francesa, pero la paraguaya muy poco, en verdad.

–ADS: ¿Tiene un club de fútbol acá?

–Bueno, yo había entrado al Olimpia hace muchos años. Es mi club.

–ADS: ¿Quizás la necesitan en este momento como diri­gente?

–Hace años, estando en el fri­gorífico, se fueron a pedirme que sea presidenta del club Olimpia, y tengo testigos de eso. Y yo les dije que estaban todos locos, una cosa es ir cada tanto a ver un partido y otra cosa es ser dirigente.

–ADS: ¿Tiene confianza en el futuro de Paraguay?

–Sí, Paraguay tiene un gran futuro. Hay que valorarlo, hay que ponerse bien firme, ir ade­lante trabajando. Y sobre todo no olvidemos que Paraguay tiene una gran gente, tene­mos personas y trabajadores de primera, y todos tenemos derecho a progresar.

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