Libertad se frenó en el Apertura y nue­vamente ante Tri­nidense, que le empató y le da esperanzas a Cerro Porteño, que juega hoy. El punto también le sirve al cuadro auriazul que suma para el acumulativo. En cuanto al partido, el Guma­relo se hizo dueño abso­luto de las acciones en el primer tiempo. Tanto que ni siquiera le dio respiro a Trinidense, por la marca asfixiante y los desbordes de Fernández y Bareiro, a los que sumaron Mendieta e incluso los laterales. El Willy dio el primer aviso cuando remató a gol, pero su remate fue salvado por César Benítez en la raya.

Inmediatamente después, un terrible remate de Fer­nández quemó las manos de Samudio, que dio rebote. El Demonio Bareiro definió de una, pero otra vez el por­tero de Trinidense desvió el balón para salvar milagrosa­mente su valla.

Pero tanto dominio tenía que dar sus frutos. Campu­zano ganó la línea de fondo e hizo la lógica para habili­tar a Mendieta que venía por detrás. El remate cruzado de este se metió entre Samudio y dos defensores para darle a Libertad el merecido tanto de apertura a los 21′.

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Libertad no soltó el acele­rador y buscó rápidamente el segundo en una cancha pesada, pero fue Rodrigo Arévalo, de Trinidense, el que pintó una joya en el área liberteña para definir muy mal, perdiéndose el gol del empate.

Las piernas comenzaron a aflojar en el segundo tiempo y fue Libertad el que lo sufrió más. Trinidense apretó con los cambios, hasta que llegó el penal, por mano de Iván Ramírez, corroborado por el VAR. Marcos Riveros no perdonó y a partir de ahí se dio un juego de ida y vuelta, donde el partido estuvo para cualquiera. El resultado le pone emoción al torneo, sobre todo para Cerro al que se le abre una pequeña ventana de esperanza para pelear por el título.

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