• Por Hernán Penayo
  • Nación Media

Cerro Porteño se mostró mejor en cuanto a tenencia y generación de juego en el período inicial. Claudio Aquino y el “Pachi” toma­ron las riendas del equipo visitante. Gran acompaña­miento de los laterales, ya sea de Enzo como de Alan, quienes siempre se mostra­ron como opción de pase.

Piris clarificó en el medio­campo y Patiño junto al “Pul­pito” le dieron tranquilidad en defensa. Romero luchó cada pelota, pero se lo vio errático tanto para jugar como para definir. Fernando tuvo las chances más claras para abrir el marcador, pero hizo lo más difícil, fallar el arco. Samudio, quien fue el más peligroso, jugó muy lejos de la portería rival.

Por su parte, Nacional, que inició muy agresivo y peleó cada jugada como si fuese la última, cedió por completo la pelota al rival, apostando así a alguna contra y el apro­vechamiento de las pelotas detenidas, donde ganó casi siempre, ya sea con Bruera, Jacquet o García Guerreño.

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Ambos conjuntos no salie­ron de su estilo, los diri­gidos por Arce intentaron jugar siempre, mientras que la Academia intentó atacar de manera más directa y tratando de ganar los rebotes. Los dos tuvie­ron sus chances, pero el “Kili” Rojas y Jean demos­traron estar atentos en cada intervención.

En la complementaria, prota­gonizaron un juego más dis­putado en lo físico, intenso, picante por momentos y no se supieron dañar en el mar­cador. Al Ciclón, pese a ser dueño de la tenencia, le costó en los últimos metros, ya que en el segundo tiempo casi no generó oportunidades.

Mientras que el Tricolor hizo lo mismo, se replegó y luchó más de lo que jugó. Tuvo chances con las pelotas paradas, pero la falta de pun­tería o el arquero brasileño le impidieron el grito sagrado en la Visera, ante un buen marco de público.


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