París, Francia. AFP
La escritora francesa Annie Ernaux fue la galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2022. Su obra es esencialmente autobiográfica, un retrato sensible de la intimidad de una mujer a lo largo de los cambios que sufre su país en el siglo XX.
Profesora de literatura de la universidad de Cergy-Pontoise (suburbio de París), Ernaux ha escrito una veintena de obras, en las que analiza la lucha de clases y la pasión amorosa, dos temas que marcaron su vida de humildes orígenes.
Escritora que se reivindica de izquierdas, Ernaux nace en 1940. Hasta sus 10 años vive en el café que regentan sus padres, un lugar “sucio, feo, vomitivo” en un pequeño pueblo sin historia en Normandía, Yvetot.
Ernaux deja ese ambiente humilde y popular gracias a sus estudios y a un diploma de Literatura Moderna.
Esta mujer alta y de cabellera rubia se inicia en la literatura con “Los armarios vacíos” (1974), una novela de tono áspero y violento.
GRAN RESPONSABILIDAD
El premio supone una “responsabilidad” para “continuar el combate contra todas las injusticias”, incluso si la literatura “no tiene forzosamente una acción inmediata” sobre esas situaciones, reconoció.
La lucha debe continuar, en especial “en lo que concierne a las mujeres y a los dominados”, añadió Ernaux en el encuentro con los periodistas en la sede de su editor, Gallimard.
Recordando sus inicios literarios, la premiada explicó que había llegado a decir que “quería vengar a mi raza. Era un poco una promesa al viento en esa época”, añadió.
Ser leída ahora por las generaciones jóvenes “demuestra que lo que escribo sigue vivo, que le encuentran un eco y de todas las gratificaciones que pueda recibir como escritora es una de las más importantes”, añadió.
De 82 años, Ernaux fue recompensada por “la valentía y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal”, explicó el jurado del Nobel.
“No tengo la impresión de ser valiente, no es valentía, es necesidad”, explicó Ernaux.
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Jon Fosse, un escritor del silencio
Novelista, ensayista, poeta, escritor para niños y sobre todo dramaturgo, Jon Fosse nació hace 64 años en Haugesund, en la costa oeste de Noruega, caracterizada por algunos de los fiordos más emblemáticos del país. De cara redonda y ojos azules, barba y pelo medio largo, creció en una familia inspirada por el pietismo, un movimiento espiritual protestante. Su abuelo era cuáquero, pacifista e izquierdista a la vez.
Fosse, en cambio, se alejó de estas creencias y prefirió definirse en un primer momento como ateo. Formó parte del grupo “Rocking Chair”, donde toca la guitarra, antes de abrazar finalmente la fe católica en 2013. Tras estudiar literatura, debutó en 1983 con “Rojo, Negro”, una novela en la que un joven ajusta cuentas con el pietismo.
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Su estilo se caracteriza por las numerosas proyecciones temporales y los puntos de vista alternos, que se convirtieron en su seña de identidad. Fosse se dio a conocer también por “Naustet” (1989, no traducida al español), que le valió el aplauso de la crítica, y “Melancolía” I y II (1995-96), otra de sus grandes obras.
Su última creación, “Septología” -- siete capítulos repartidos en tres volúmenes -- narra el encuentro de un hombre con otra versión de sí mismo para plantear cuestiones existenciales a través de una puntuación parca e imprevisible. Las obras de Fosse rompen con las reglas clásicas, reducen la trama a lo mínimo y usan un lenguaje sencillo, sin adornos, en el que la clave de la comprensión reside en el ritmo, la musicalidad y las pausas.
El teatro como necesidad
Fosse se dio a conocer a nivel internacional por sus obras de teatro. Sin ingresos regulares, aceptó escribir el comienzo de una pieza a inicios de los años 1990. Finalmente, decide terminarla. La obra, “Alguien va a venir”, lo coloca en la escena europea. Tras un paréntesis de diez años, Fosse volvió al género en 2021 y se sorprendió a sí mismo con la obra “Sterk Vind” (no traducida).
Según su editorial noruega Samlaget, sus textos se han traducido a unos 50 idiomas y sus obras se han representado más de mil veces en todo el mundo. El dramaturgo, que se casó tres veces y tiene seis hijos, ha sido publicado en español por editoriales de nicho.
Sus personajes no hablan mucho. Sus frases se repiten y quedan en suspenso. Los silencios, en cambio, son clave y demuestran que, incluso juntas, las personas siguen estando solas. “No escribo sobre personajes en el sentido tradicional de la palabra. Escribo sobre la humanidad”, confió Fosse al diario francés Le Monde en 2003.
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Grandes dramaturgos recompensados
La Academia Sueca no sólo ha galardonado a novelistas o poetas, sino también a grandes dramaturgos, desde Bernard Shaw en los años 20 hasta el noruego Jon Fosse, laureado este jueves con el Nobel de Literatura.
- Bernard Shaw, padre de “Pigmalión” (1925) -
En 1925, la Academia premió al irlandés Bernard Shaw por su obra llena de “idealismo y humanidad” y su “sátira estimulante” impregnada por una “belleza poética singular”. El autor socialista, que fracasó como novelista, escribió cerca de 60 obras en las que denuncia abusos sociales. La más famosa, “Pigmalión” (1912), fue adaptada al cine e inspiró la comedia musical “My Fair Lady”, que triunfó en Broadway.
- Pirandello, el teatro como paréntesis (1934) -
Para el dramaturgo italiano Luigi Pirandello, el teatro fue primero un paréntesis. Pero fueron sus obras las que le valieron el reconocimiento de la crítica y no sus novelas, sus poemas ni sus cuentos.
Pirandello fue galardonado con el Nobel en 1934, dos años antes de su muerte, por su “renovación audaz e ingeniosa del arte dramático y teatral”.
Su obra más famosa, “Seis personajes en busca de autor”,pone en escena a personajes que rechazan la manera en que se representa su drama.
- Eugene O’Neill, pionero del teatro en EE. UU. (1936) -
Antes de Eugene O’Neill, el teatro estadounidense estaba dominado por representaciones moralistas, dramáticas o humorísticas. El neoyorquino de origen irlandés le dio la vuelta con creaciones que representaban su visión trágica de la vida.
La obra de O’Neill dominó el teatro estadounidense como lo hicieron Shakespeare en Reino Unido o Strindberg en Suecia. Sin embargo, la mayoría de sus obras no se representaron en vida del autor y se publicaron sin su permiso en 1950.
Entre ellas destacan “Largo viaje hacia la noche” (1956) y “El emperador Jones”. Cuando recibió el Nobel en 1936, lo consideró “un símbolo del reconocimiento por parte de Europa del advenimiento del teatro americano”.
- Samuel Beckett y el teatro del absurdo (1969) -
El irlandés Samuel Beckett fue laureado en 1969 por su “obra, que a través de la renovación toma vuelo en la destitución del hombre moderno”. “Esperando a Godot, escrita en francés en 1948, es considerada como la cima del teatro del absurdo. En ella, dos personajes aguardan a alguien que nunca vendrá, llamado Godot.
Luego escribió otras piezas teatrales importantes, como “Final de partida” (1957) o “Los días felices” (1960-1962). Su obra depurada, minimalista, expresa un pesimismo sobre la condición humana, con tonos burlescos.
- Dario Fo, el bufón militante (1997) -
Dramaturgo de extrema izquierda, director y actor, el italiano Dario Fo era un “hombre teatro”. El Nobel le recompensó en 1997, explicando que el personaje que construyó “imita a los bufones del medioevo, flagelando la autoridad y haciendo respetar la dignidad de los oprimidos”.
El jurado citó dos de sus piezas más políticas: “Misterio bufo” (1969) y “Muerte accidental de un anarquista” (1970). Es actualmente uno de los autores más representados en el mundo.
- Harold Pinter, monumento del teatro británico (2005) -
Militante antiimperialista, Harold Pinter, quien recibió el Nobel en 2005, es considerado como “el representante más eminente del teatro dramático inglés de la segunda mitad del siglo XX”, según la Academia. Autor de unas 30 obras, el dramaturgo fallecido en 2008 también escribió obras radiofónicas y guiones.
Pinter, que primero fue actor, tuvo éxito con “El aniversario” (1958), una de sus primeras obras y de las más representadas. Su consagración llegó con “El guardián” (1959). Sus obras, inspiradas por su amigo Beckett, poseen una atmósfera muy particular, con situaciones aparentemente inocentes que viran hacia el absurdo.
Fuente: AFP.
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Murió Louise Glück, ganadora del Nobel de Literatura 2020
La Nobel de Literatura 2020 Louise Glück, que murió este viernes a los 80 años, era considerada una de las más grandes voces de la poesía estadounidense y expresó en su obra la belleza simple de la naturaleza El fallecimiento en su casa de Cambridge, Massachusetts, fue anunciado por la prestigiosa universidad de Yale, donde ejercía como docente.
Se hizo conocer al publicar en 1992 “The Wild Iris” (Iris salvaje), que desplegó un florido jardín y le valió un premio Pulitzer, mucho antes de la consagración mundial del Nobel casi tres décadas después. En una entrevista con una revista de poesía estadounidense en 2006, negó ser especialista en motivos florales: “He tenido muchas consultas sobre la horticultura, pero no soy horticultora”.
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“Los poemas no perduran como objetos, sino como presencias. Cuando lees algo que merece recordarse, liberas una voz humana: devuelves al mundo un espíritu compañero. Leo poemas para escuchar esa voz. Escribo para hablar a aquellos a quienes he escuchado”, escribió Glück en el ensayo “Proofs and Theories” (Pruebas y Teorías), que obtuvo el premio PEN/Martha Albrand.
Aunque dedicada a la confidencialidad que nuestra era reserva al verso libre, su poesía era muy accesible. No necesita un aparato explicativo crítico, y el inglés de Louise Glück puede leerse sin demasiada dificultad siempre que se tenga alguna noción de esta lengua. Adepta a la simplicidad, citaba como primeras influencias de juventud a poetas conocidos por su claridad de expresión, William Butler Yeats (Premio Nobel 1923) y T.S. Eliot (Premio Nobel 1948). Además de la naturaleza, la otra gran fuente de inspiración fue su infancia.
Pérdida de una hermana
“Yo era una niña solitaria. Mis interacciones con el mundo como ser social eran poco naturales, forzadas, como representaciones, y yo era más feliz cuando leía. Bueno, no todo fue así de sublime, vi mucha televisión y también comí mucho”, relataba. Su patronímico germánico proviene de sus abuelos judíos de Hungría que emigraron a Estados Unidos a principios del siglo XX. Nació en 1943 en la ciudad de Nueva York, en una familia que la animó a expresar su creatividad.
Una de sus heroínas de la infancia fue Juana de Arco, a la que dedicó un breve poema en 1975. “Y ahora las voces responden que debo convertirme en fuego, según el plan de Dios”. La adolescencia fue difícil, sufrió de anorexia. Uno de sus traumas fue la pérdida de una hermana mayor, que murió poco después de nacer.
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“Mi hermana pasó toda una vida en la tierra./Nació, murió./Mientras tanto,/ni una mirada despierta, ni una frase,” dice en “Lost Love” (“Amor perdido”, 1990). Tras abandonar los estudios, se casó y luego se divorció rápidamente. La poetisa comenzó a revelarse a través de su primera antología en 1968, “Firstborn” (Primogénita). Con un segundo matrimonio, encontró más estabilidad: volvió a la escuela y se convirtió en estudiante universitaria.
“A lo largo de la obra poética de Glück, muchas de las figuras centrales de sus poemas son femeninas (...) ya sea una mujer joven a menudo descrita como la hija de alguien, o una madre”, escribe la investigadora en literatura Allison Cooke. Glück era madre de un niño. “La joven mujer en la poesía de Glück encaja en el discurso feminista sobre ‘lo que significa ser mujer’”, añade Cooke. Publicó a lo largo de su vida más de una decena de antologías. Muchas obras de Glück han sido traducidas al español, por la editorial independiente española Pre-Textos.
Fuente: AFP.
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Jon Fosse gana el premio Nobel de Literatura
El premio Nobel de Literatura 2023 fue concedido este jueves al dramaturgo noruego Jon Fosse por sus obras “innovadoras”, anunció el jurado. Fosse, de 64 años, fue galardonado “por sus innovadoras obras de teatro y prosa, que dan voz a lo indecible”, declaró la Academia sueca.
Nacido el 29 de septiembre de 1959 en la ciudad de Haugesund (sudoeste), Fosse es un escritor polifacético y poco accesible para el gran público. Sin embargo, es uno de los autores vivos cuyas obras de teatro más se representan en Europa.
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Comparada a menudo con Samuel Beckett, la obra de Fosse es minimalista, basada en un lenguaje sencillo que transmite su mensaje a través del ritmo, la melodía y el silencio. Fosse emergió como dramaturgo en la escena europea con su obra “Alguien va a venir”.
Cuando se enteró de la noticia, “iba conduciendo por el campo, hacia el fiordo al norte de Bergen, en Noruega”, dijo Mats Malm, secretario permanente de la Academia Sueca, tras el anuncio. “Tuvimos la oportunidad de empezar a hablar de cuestiones prácticas y de la semana del Nobel en diciembre”, añadió.
Los diez últimos ganadores
2023: Jon Fosse (Noruega) por “sus innovadoras obras de teatro y prosa, que dan voz a lo indecible”.
2022: Annie Ernaux (Francia) por “la valentía y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los distanciamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal”.
2021: Abdulrazak Gurnah (Reino Unido) por “su relato empático y sin compromiso sobre los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados atrapados entre culturas y continentes”.
2020: Louise Glück (Estados Unidos) por “su voz poética característica que, con su belleza austera, hace universal la existencia individual”.
2019: Peter Handke (Austria) por “su obra influyente que, con mucha ingenuidad lingüística, exploró la periferia y la singularidad de la experiencia humana”.
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2018: Olga Tokarczuk (Polonia) por “una imaginación narrativa que, con una pasión enciclopédica, simboliza la superación de las fronteras como forma de vida”.
2017: Kazuo Ishiguro (Reino Unido) que “ha revelado, en novelas de una poderosa fuerza emocional, el abismo bajo nuestro ilusorio sentimiento de comodidad en el mundo”.
2016: Bob Dylan (Estados Unidos) por “haber creado, en el marco de la gran tradición de música estadounidenses, nuevos modos de expresión poética”.
2015: Svetlana Alexievich (Bielorrusia) por “su obra polifónica, memorial del sufrimiento y la valentía en nuestra época”.
2014: Patrick Modiano (Francia) por “el arte de la memoria con el que evoca los destinos humanos más imperceptibles y revela el mundo de la Ocupación”.
Fuente: AFP.
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Mario Vargas Llosa es internado de nuevo por covid
El nobel de literatura hispano-peruano Mario Vargas Llosa, de 87 años, está hospitalizado desde el sábado por covid, por segunda vez en quince meses, informaron este lunes sus hijos. “En vista del interés de los medios por el estado de salud de nuestro padre, hacemos público que está hospitalizado desde el sábado tras habérsele diagnosticado el covid-19″, afirmaron en un comunicado sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana.
“Está siendo tratado por excelentes profesionales y acompañado por su familia”, añadieron, pidiendo “a los medios de comunicación respetar en estos momentos su privacidad”. Los hijos no precisaron dónde se encuentra hospitalizado el escritor, que tiene la nacionalidad española desde 1993 y reside habitualmente en Madrid, donde ya estuvo unos días ingresado por covid en abril de 2022.
Sin embargo, el diario El País, en el que publica sus artículos semanales, dijo que Vargas Llosa está en un hospital madrileño y que se encuentra “estable”, según fuentes familiares. Vargas Llosa fue uno de los grandes protagonistas del “boom latinoamericano”, junto al colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar o el mexicano Carlos Fuentes, un fenómeno literario que en los años 1960 y 1970 dio a conocer en todo el mundo a estos creadores entonces jóvenes.
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Nacido en la sureña ciudad peruana de Arequipa el 28 de marzo de 1936 en una familia de clase media, Vargas Llosa fue educado por su madre y sus abuelos maternos en Cochabamba (Bolivia) y luego en Perú. Su larga carrera literaria despuntó en 1959, cuando publicó su primer libro de relatos, ‘Los jefes’, con el que obtuvo el Premio Leopoldo Alas.
Pero cobró notoriedad con la publicación de la novela ‘La ciudad y los perros’, en 1963, seguida tres años después por ‘La casa verde’. Su prestigio se consolidó con su novela ‘Conversación en la Catedral’ (1969). Siguieron después ‘Pantaleón y las visitadoras’, ‘La tía Julia y el escribidor’, ‘La guerra del fin del mundo’, ‘¿Quién mató a Palomino Molero?’, ‘Lituma en los Andes’ y ‘El pez en el agua’ (memorias de su campaña electoral), ‘La fiesta del Chivo’ o ‘El sueño del celta’, publicada poco antes de recibir el Nobel en 2010.
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Fuente: AFP